jueves, agosto 12, 2010

Semilla de Fe

La historia que tiene más de un siglo, cuenta que una princesa agonizaba. En su lecho de muerte, pidió que su tumba fuese cubierta con una gran piedra de granito y que alrededor hubiese otras piedras sellando la lápida.

También dio órdenes de afianzar las piedras con abrazaderas de hierro. A pedido, suyo, la lápida llevaría escrito: “Esta tumba, comprada para toda la eternidad, jamás deberá abrirse”.

Aparentemente, durante el entierro se metió en la tumba una bellotita. Al tiempo empezó a asomarse un brotecito en medio de las piedras. La bellota había podido absorber suficiente alimento como para crecer. Después de varios años de crecimiento, un robusto roble se levantaba entre las abrazaderas de hierro. El hierro no pudo con el roble y sus raíces lo rompieron, dejando al descubierto la tumba que nunca debía abrirse. La nueva vida se abrió camino desde el lecho de muerte con una semillita.

Reflexion:

Cada día de nuestra vida, se nos presentan infinidad de oportunidades para redescubrirnos, para aprovechar un nuevo comienzo, incluso hasta para darnos el lujo de equivocarnos, tropezarnos y volvernos a levantar para retomar el camino errado. En más de una ocasión nos hemos sentido víctimas de la ¨mala suerte¨, que en esencia es producto de consecuencias propiciadas por nuestras propias decisiones, sean estas con o sin conocimiento pleno de causa. Es fácil culpar a aquello intangible, que no es perceptible por la vista humana; y si analizamos cuidadosamente nos daremos cuenta que gran parte de nuestra vida la experimentamos en la inconsciencia o sumergidos en nuestras obsesiones, perdiendo de vista los pequeños grandes detalles que hacen la diferencia en los resultados esperados ante un proyecto personal. Sin embargo, una vez ya propiciadas las circunstancias que nos resultan desfavorables, no queda más que asimilar el conocimiento que nos legó, la enseñanza que se adhirió en nuestra memoria y sentimientos, despojarnos de los rencores y resentimientos; para sepultar en el pasado lo que ya no se puede regresar ni mucho menos modificar sus resultados. Quizás en algunas ocasiones nos queden secuelas temporales o permanentes, eso es parte de la vida y es así como debemos asimilar todas y cada una de las circunstancias.

Es mejor enfocarse en lo esencial; poseer la mentalidad que cada día que experimentemos es como si fuese una vida entera, que al caer la noche se termina nuestro ciclo temporalmente para renacer a una nueva oportunidad en el amanecer; experimentar esa sensación de haber entregado lo mejor de nosotros mismos; haber actuado coherentemente en pensamiento y acción; no haber dejado nada inconcluso para no despertar con la carga de conciencia de la culpa o la insatisfacción; comprender que lo positivo es plenitud, y lo negativo es enseñanza. Para que aferrarnos a la indiferencia, al pesimismo y al conformismo; por más que pretendamos ocultar nuestros aspectos dolorosos y depresivos o lapidarlos sobre una losa impenetrable, tarde o temprano emergerán a la luz, porque siempre estará latente la semillita de nuestra verdad personal y no habrá obstáculo que le impida el mostrarse. Si sabemos aceptar esta realidad, estaremos en el camino de la evolución, para comprender que todo nuevo comienzo requiere el que cerremos círculos, que concretemos viejas pugnas o resentimientos, que terminemos aquello que dejamos inconcluso, para despojarnos de esa pesada losa que aletarga nuestra vida, que nos impide tener tranquilidad y deprime en momentos de soledad.

Todos los días tenemos la posibilidad de aprovechar un nuevo comienzo, aún cuando no poseamos la plena certeza de que nos depare el destino al siguiente instante, pero no por ello viviremos en la angustia permanente, mientras haya vida, salud, energía y voluntad, una nueva oportunidad de vivir estará presente a cada momento, y es así como se puede asumir nuestra existencia, atrevernos a hacer aquello que en el fondo deseamos ser o realizar sin importarnos las envidias o críticas, porque siempre estarán latentes actuemos o no; cuando la gente habla es porque en el camino se anda, y lo fundamental es no detenerse cuando se trata de cumplir nuestros más recónditos anhelos o metas personales; cada acción debe ser concretada, para aprender a cerrar círculos y darle paso al nuevo aprendizaje, a otorgarnos una nueva oportunidad, sin ocultarnos nada, siendo honestos con nosotros mismos, para no cargar sobre nuestros hombros la pesada losa de la culpa y el remordimiento, porque cada semillita de experiencia realizada, lleva dentro de sí todo el potencial hacia el crecimiento y la evolución personal.

Los Monos

Era un aspirante espiritual con mucha motivación, pero tenía una mente muy dispersa. Tuvo noticias de un sobresaliente mentor y no dudó en desplazarse hasta donde vivía y decirle:

–Respetado maestro, perdona que te moleste, pero mi gratitud sería enorme si pudieras proporcionarme un tema de meditación, puesto que tengo decidido retirarme al bosque durante unas semanas para meditar sin descanso.

–Me complace tu decisión. Ve al bosque y estáte contigo mismo. Puedes meditar en todo aquello que quieras, excepto en monos. Trae lo que quieras a tu mente, pero no pienses en monos.

El discípulo se sintió muy contento, diciendo: “!Qué fácil es el tema que me ha proporcionado el maestro!; sí, realmente sencillo”. Se retiró a un frondoso bosque y dispuso una cabaña para la meditación. Transcurrieron las semanas y el aspirante puso término al retiro. Regresó junto al mentor, y éste, nada más verlo, preguntó:

–¿Qué tal te ha ido?

Apesadumbrado, el aspirante repuso:

–Ha sido agotador. Traté incansablemente de pensar en algo que no fuesen monos, pero los monos iban y venían por mi mente sin poderlo evitar. En realidad, llegó un momento en que sólo pensaba en monos.

Reflexión:


Que difícil es mantener una concentración absoluta en nuestros días!, con todo tipo de influencias que rodean nuestro entorno, distractores por donde volteemos, miles de pendientes que resolver en nuestra escuela, trabajo, familia, sociedad, etc.; cumplir nuestras obligaciones de todos los días o desentendernos de ellas. Todo en la vida es actividad en movimiento, contra el intervalo entre un instante y otro conceptualizado como el tiempo. Un concepto que el mismo ser humano le plasmó a sus instantes a fin de poder controlar sólo una minúscula parte de un universo que no detiene la marcha de su atemporalidad y que se desarrolla entre el caos y el orden. Y la mente que es sólo un insignificante fragmento de un universo en constante dinamismo que a través de la memoria fija el álbum de sus experiencias pasadas, adhiriéndolas como recuerdos. Nuestra mente por tanto en su minúsculo universo interior transita de igual forma en las redes del tiempo entre su orden y caos, producto de las vivencias que a cada intervalo de tiempo experimentamos y que se transforma en un baúl de recuerdos del pasado, entre pensamientos existenciales como inquietudes ante un futuro que nos agobia y obsesiona, y que estos dos polos, llenan casi la totalidad de nuestra vida, de nuestro tiempo vital llamado presente. Y que a su vez nos sumerge en un mar de distractores que nos impide el comprender y experimentar en su total plenitud el punto central llamado presente y que representa el equilibrio entre esos dos polos llamados pasado y futuro.

Como podemos pedirle a nuestra mente la concentración total cuando somos presas de este mar de inquietudes y obsesiones?. Porque sólo en momentos de gran presión es cuando ocasionalmente logramos una atención absoluta sobre el instante presente experimentado, o cuando nos aislamos de nuestro entorno caótico para buscar un poco de paz y tranquilidad y en esa meditación hallar el punto de equilibrio que nos armonice?. Porque cuando anhelamos centrar y enfocar nuestros pensamientos en una sola acción, basta sólo una inducción, para comenzar a obsesionarnos con ese distractor y olvidarnos por completo de nuestro propósito inicial?. En que consiste esas obsesiones que eliminan la posibilidad de entregarnos plenamente a una vivencia presente?. Nuestra mente puede ser nuestra mejor aliada o nuestro peor enemigo. Todo depende de quién la controle y de que forma se oriente hacia pensamientos positivos y constructivos para lograr desprenderle de toda la basura mental que obstaculiza la total concentración. Representa natural que nuestra mente se aferre al pasado a aquellos recuerdos agradables que en su momento fueron plenos y significativos, pero más aún las experiencias desagradables, aquellas que penetraron más allá de nuestros límites emocionales y mentales, y que muchas de ellas dejaron algún fragmento de secuelas, fijando un sello muy profundo en nuestra personalidad. Ni que decir del llamado porvenir o futuro, lo que está por llegar y que es producto de metas, anhelos y aspiraciones. Esto nos crea un sentimiento de incertidumbre y recelo ante lo desconocido y que es en mayor medida el motor de nuestras acciones cotidianas. Tener la certeza de construir los cimientos para llegar en plenitud de facultades físicas y mentales.

Esa es la historia de nuestra vida rebotando de un intervalo a otro, cegados por las preocupaciones cotidianas, sumergidos en nuestros pensamientos y distraídos hacia nuestro interior. De que forma lograremos concentrarnos en algo específico sin distraernos al siguiente instante?. No es aislarnos de entorno para fijar nuestra atención hacia un punto de equilibrio, tampoco de evadir u olvidar lo que nos rodea, el aislarnos de las multitudes no necesariamente nos aísla del caos interior; podemos estar rodeados de multitudes y experimentar soledad, vacío, rechazo e indiferencia. La distracción no es por tanto exterior; es interna, es acallar primeramente nuestras emociones, nuestros pensamientos obsesivos, despojarnos del intervalo entre el pasado y el presente, comenzar a enfrentar nuestra problemática personal, aceptar que somos producto de las acciones pasadas y de nuestros temores del futuro. La concentración es armonizar tanto nuestro entorno exterior como interior, entregándonos a la vida a cada instante, fijando nuestras metas a realizar, pero no obsesionarnos con el proceso intermedio. Porque bloquea toda posibilidad de espontaneidad. Si nuestro universo se encuentra en constante cambio y dinamismo; así nuestra actividad vital se desarrolla en constante cambio y dinamismo. Sin caos no hay posibilidad de Orden, así como la oscuridad nos lleva hacia la luz, y sin lo frío no percibiríamos el calor; de igual forma el tiempo es relativo ante la atemporalidad; también las experiencias negativas nos dejan enseñanza positiva. Es necesario comprender que todo tiene una razón de ser, que la dualidad es necesaria para hallar un punto de equilibrio y que poseemos las facultades necesarias para tomar el control de nuestro propio destino, experimentándolo sin obsesionarnos por lo pasado ni presente, porque finalmente sólo son experiencias que forjan nuestro carácter y personalidad.

Distraerse es obsesionarse con la nostalgia y remordimiento del pasado, y la ilusión e incertidumbre del futuro, porque cada uno de sus cimientos diluyen el presente vital.

Concentrarse es vivir para el presente, porque cada instante representa los cimientos del pasado para ascender hacia los peldaños del porvenir.




Cómo los Animales

EL BUITRE:

Si se coloca un buitre en un cajón que mida 2 metros x 2 metros y que esté completamente abierto por la parte superior, esta ave, a pesar de su habilidad para volar, será un prisionero absoluto. La razón es que el buitre siempre comienza su vuelo desde el suelo con una carrera de 3 a 4 metros . Sin espacio para correr, como es su hábito, ni siquiera intentará volar sino que quedará prisionero de por vida en una pequeña cárcel sin techo…



El MURCIÉLAGO:

El murciélago ordinario que vuela por todos lados durante la noche es una criatura sumamente hábil en el aire pero no puede elevarse desde un lugar a nivel del suelo. Si se le coloca en el suelo en un lugar plano, todo lo que puede hacer es arrastrarse indefenso y, sin duda, dolorosamente, hasta que alcanza algún sitio ligeramente elevado del cual se pueda lanzar a si mismo hacia el aire. Entonces, inmediatamente despega rápidamente.


LA ABEJA

La abeja, al ser depositada en un recipiente abierto, permanecerá allí hasta que muera, a menos que alguien la saque. Nunca ve la posibilidad de escapar que existe por arriba de ella, sin embargo insiste tratando de encontrar alguna forma de escape por los laterales cercanos al fondo. Seguirá buscando una salida donde no existe ninguna, hasta que se destruya completamente a sí misma.

Y LAS PERSONAS:…………


Reflexion:

En muchas formas, somos como el buitre, el murciélago y la abeja obrera, que son presa de sus aparentes debilidades en ciertas circunstancias desfavorables, cayendo en pánico por sus limitaciones hasta destruirse a si mismas. Y es así como las personas nos encontramos tan sumidos en el dolor y frustración que nos generan ciertos problemas, que perdemos el control y dejamos de pensar coherentemente dominados por este caos emocional. Por alguna razón casi instintiva reaccionamos visceralmente, sin dimensionar adecuadamente el problema que se nos suscita, nublando nuestro razonamiento, y por consecuencia cometiendo toda clase de equivocaciones, que nos lleva a complicarnos aún más. Esto lleva a preguntar porque algunas personas poseen mejor autocontrol que otras en circunstancias estresantes?, mientras que a otros pareciera que se nos cierra el mundo ante la mínima circunstancia desfavorable?. Si analizáramos ambas circunstancias, nos lleva a concluir que este comportamiento tiene que ver con aspectos personales, a un mayor nivel emocional que mental, derivados de factores de origen familiar, moral, social y educativo. Finalmente cada persona en un universo propio de sensaciones y emociones, y en cada ser habita toda una gamma de recursos para afrontar el mundo que se le encara cotidianamente. Pero, si ya de origen hemos arrastrado toda una serie de vicios de personalidad, como afrontar nuestra problemática interna con nuestros propios recursos, ya sea que hayamos o no tenido la fortuna de contar con este tipo de ¨cualidades¨ ?.

Es indudable que las experiencias en la convivencia sea esta de cualquier matiz, es lo que va desarrollando en la persona el conocimiento de sus propios movimientos internos en lo mental y emocional, de sus reacciones en el medio, y de esa forma puede evaluar su desempeño para comenzar a desarrollar la habilidad del autocontrol en situaciones de crisis. No hay un método infalible para ello, porque cada situación aunque similar es única por las circunstancias que a ésta rodea. Puede sernos útil un buen consejo, tener ciertas precauciones para no propiciar una situación desagradable o peligrosa, mantenernos alertas y conscientes de nuestro entorno, evitando sumergirnos en pensamientos que nos distraigan; este tipo de acciones pueden atenuar un poco el impacto de alguna situación inesperada. Sin embargo, lo que lo hace único es nuestra reacción en cualquier nivel, y esta puede agravar o empeorar algo que en inicio aparenta ser inofensivo. Por supuesto que no es fácil controlar nuestras emociones y perder el control ante algo que nos cause inestabilidad, ni aunque presumamos de poseer temple a toda prueba, siempre habrá algo que rebase los límites de nuestro equilibrio. Por una razón ya mencionada, y es nuestra naturaleza instintiva de supervivencia la que activa los motores de autodefensa ante un peligro inminente.

Pero a pesar de todo esto, lo más importante es mantener la calma para centrarnos en lo esencial y codificarlo para actuar lo más rápido y eficazmente para salir bien librados ante la adversidad. Está comprobado que nuestro cerebro tarda fracciones de segundo vitales para codificar la información recibida del entorno y si a eso le aunamos nuestra reacción emocional, nuestra respuesta suele ser tardía. El autoconocimeinto es vital para conocer a fondo nuestras emociones, no rechazarlas o evadirlas, sino tratando de descifrarlas para despojarnos de pensamientos obsesivos, que detonan en prejuicios. Siendo esta característica la que nos resta tranquilidad y calma, la que adormece a la percepción y nubla la concentración. Porque ya estamos juzgando sin antes haberlo experimentado; vivir en el presente es mantener conciencia y alerta constante de todo a nuestro alrededor y sobre todo a nivel interno, sabernos escuchar, confiar y actuar conforme a nuestros dictados internos de conciencia, voz interna, presentimientos, etc.

La vida encierra el misterio de la sabiduría y toda circunstancia, por lo general es propiciada por nosotros mismos, aún sin percatarnos de ello por nuestra falta de atención y entrega en nuestros instantes presentes. Somos lo que pensamos y atraemos lo que evocamos; que no tengamos que actuar como animales irracionales, sino como humanos racionales. Si mantenemos una actitud positiva y agradable hacia nuestra persona y a quienes nos rodean, eso es lo que atraeremos de la vida; que no se nos cierre el mundo ante la multiplicidad de adversidades que confrontaremos en lo futuro, confiar en que poseemos lo necesario para librarlas con éxito, y que cada vivencia se debe traducir en experiencia vital para descubrir, aprender, adherir y madurar en conocimiento de nuestro Ser, para aspirar a desarrollar esa armonía y paz interna que tanto anhelamos poseer.


Fe

Había dos tribus guerreras en los Andes, una que vivía en el valle y otra en lo mas alto de las montañas. Un día los habitantes de las montañas invadieron las tierras del valle y, como parte del saqueo, raptaron a un bebe de una de las familias del valle.

Los habitantes del valle no sabían como subir a la cima de la montaña. No conocían los senderos que utilizan los habitantes de ese lugar, ni sabían donde encontrarlos o como perseguirlos en el escarpado terreno.

Aun así enviaron a sus mejores guerreros a escalar la montaña y traer al bebe de regreso.

Los hombres ensayaron un método de escalar y luego otro. Probaron una ruta y luego otra. Sin embargo, después de varios días de esfuerzos solo habían conseguido avanzar unos pocos metros.
Desesperanzados e impotentes, los hombres del valle decidieron que su causa estaba perdida y se prepararon para regresar a su aldea.

Mientras empacaban su equipos para descender, vieron a la madre del bebe que bajaba de la montaña y llevaba a su bebe a la espalda. ¿Como era posible?.

Uno de los hombres saludo y le dijo: “Como pudiste escalar esta montaña si nosotros, los hombres mas fuertes y capaces de la aldea no lo conseguimos?”

Se encogió de hombros y respondió: “Es que el bebe no era tuyo”

Reflexión:

¨La Fe mueve montañas¨, un concepto que en nuestra actualidad le hemos perdido su verdadera magnificación; el despido de un trabajo; la conclusión de una relación de noviazgo, un divorcio doloroso; una pérdida material; la pérdida súbita de un ser querido; la falta de oportunidades; una repentina enfermedad; un inesperado accidente; un asalto; la incertidumbre cotidiana que vive nuestra sociedad y en general nuestra humanidad; con la terrible ola de violencia, secuestros, ejecuciones, inseguridad, economía, etc.; toda esa cadena de acontecimientos que experimentamos a diario, nos debilita la poca e inexistente fe que poseemos por anhelar un sistema gubernamental que ofrezca una sociedad más justa y equitativa. Que clase de esperanza esperamos tener en el futuro cuando las situaciones que nos tocó vivir debilitan gradualmente la fe en nosotros mismos?, que clase de mundo nos ha tocado experimentar?, porque pareciera que desde generaciones atrás la humanidad pareciera estar en constante decadencia, con la pérdida de valores?.

Sin embargo, aún en este aparente caos; hay personajes en la historia que han trascendido porque hacen la diferencia entre la pesadumbre e incertidumbre; por la fe que poseen en ellos mismos, e incluso en tiempos de crisis a nivel espiritual, moral y económico, se han logrado despojar de sus cadenas mentales, para emerger de entre las cenizas y hacer la diferencia, innovando y dejando un legado a la humanidad con su tenacidad y ejemplo. Este tipo de experiencias nos hacen reflexionar que aún cuando nuestro alrededor este sumergido entre el caos y la devastación; este tipo de personas sean como el ojo de un huracán: en completa tranquilidad y autocontrol, dominando su entorno, sabedores que tarde o temprano llegará la calma, y toda su atención se concentra en lo primordial, lo esencial y lo verdaderamente importante; haciendo a un lado todo tipo de actitudes pesimistas, de nubarrones mentales o sentimientos desbordados. Cuando se posee una actitud optimista y un temple a toda prueba, no hay obstáculos de por medio que penetren la fe de quien tiene muy claro la prueba que encara, sin necesidad de evadir o retroceder.

Cuando se nos presenta algún imprevisto, infortunio o desgracia, nuestra primera reacción suele ser emocional o visceral, producto de nuestra naturaleza, finalmente no dejamos de ser animales superiores, y es por ello que generalmente nos gobiernan nuestros impulsos e instintos. En ese caos, nuestra mente se nubla, dejamos de razonar coherentemente, nos invaden pensamientos basados en el temor y la incertidumbre, y por ende, todas nuestras posibilidades de hallar una eficaz y pronta solución son escasas, y si a ello le sumamos una causa ajena, el compromiso es menor, aún cuando poseamos la voluntad y solidaridad de hacerlo, no será lo mismo cuando se trate de algo enteramente personal. Nuestra complejidad se basa, en el cúmulo de sentimientos y emociones que emergen de determinadas situaciones en nuestro diario vivir. Y para esto no hay reglas de conducta de por medio, sólo la templanza o carácter que posea cada ser humano de origen o por formación, establecerá el tipo de respuesta ante una circunstancia específica.

Podremos sentirnos aislados, solitarios, abatidos, deprimidos, agobiados, temerosos, molestos, decepcionados y frustrados. Es parte de nuestra naturaleza experimentar este tipo de emociones, es el precio del aprendizaje, del crecimiento y de la evolución que como entes superiores experimentaremos a lo largo de nuestra existencia, nadie está exento de ello; la diferencia estriba en el tipo de actitud que adoptemos para superar con éxito cada una de las vivencias que se nos presenten. Pero lo más importante es la confianza que cada uno de nosotros depositemos en nuestras capacidades y potencialidades. Que nada en la vida nos detenga por muy adverso que sea el problema o dificultad. ¨Si la fe mueve montañas¨, nuestro propio deseo de superación y autoconfianza, moverá hasta los más obstinados sentimientos pesimistas y negativos que se depositen en nuestra mente. Todo suceso en nuestra vida tiene un porque, una consecuencia y un resultado determinado. Asumir que la vida es descubrimiento y enseñanza, es adaptarse al ritmo natural de ésta, y en ese entendimiento tomar las riendas de nuestro destino, para no vernos sorprendidos por nuestros propios estados emocionales y mentales que bloqueen toda esperanza de éxito siendo la paciencia la clave fundamental para calmar y estabilizar nuestro caos interno.

La fe surge cuando desarrollamos la confianza en nosotros mismos, cuando alimentamos ese deseo de lucha ante el aprendizaje de la vida, cuando somos pacientes para aclarar nuestra revolución mental y emocional y cuando estamos convencidos que nada es imposible cuando hay una mente disponible.


Discernimiento

Se trataba de un perro callejero, que le gustaba curiosear todos los rincones e ir de aquí para allá. Siempre había sido un vagabundo y disfrutaba mucho con su forma de vida. Pero en una ocasión penetró en un palacio cuyas paredes estaban recubiertas de espejos.

El perro entró corriendo en una de sus acristaladas estancias y al instante vio que innumerables perros corrían hacia él en dirección opuesta a la suya. Aterrado, se volvió hacia la derecha para tratar de huir, pero entonces comprobó que también había gran número de perros en esa dirección. Se volvió hacia la izquierda y comenzó a ladrar despavorido.

Decenas de perros, por la izquierda, le ladraban amenazantes. Sintió que estaba rodeado de furiosos perros y que no tenía escapatoria. Miró en todas las direcciones y en todas contempló perros enemigos que no dejaban de ladrarle. En ese momento el terror paralizó su corazón y murió víctima de la angustia.


Reflexion:

Cuando estamos tan a pegados a las apariencias, a moldear nuestra personalidad acorde al escenario en que nos desenvolvamos; por afán o necesidad de sentido de pertenencia, renunciamos a nuestra individualidad por el que dirán y estar a ¨tono¨ en la convivencia en sociedad, y por este tipo de causales hacemos cosas que en realidad no deseamos, asintiendo ante la presión, al traicionar nuestras convicciones caemos en infinidad de vicios de orden físico y anímico, apagando gradualmente nuestra esencia individual. A que precio?, a ser aceptados a fin de aliviar el aislamiento que constantemente evadimos y que nos causa temor el experimentarlo; es decir, nos adaptamos al medio con la finalidad de experimentar y desarrollarnos en sociedad. Pero que sucede cuando alguna vez nos hemos atrevido o por lo menos hemos pensado el actuar conforme en realidad somos!. Acaso alguna vez no se han presentado ciertas dificultades, al mostrar una personalidad poco común o diferente que el general?, cuál es la respuesta?, rechazo, burla, escarnio, envidia, desaprobación e indiferencia?, y en otras: sorpresa, admiración, atractivo, etc.. A pesar de todo esto, el convivir en sociedad además de ser necesario, es exponerse ante otros seres a fin de descubrir nuestras reacciones ante todo tipo de estímulos, con la finalidad de desarrollarnos, madurar y anhelar evolucionar en un mundo que nos impulsa a explorar nuestras capacidades a fin de alcanzar el máximo nivel de plenitud en cualquier área.

Pero, porque razón adoptamos estas máscaras o facetas ficticias?, no basta únicamente el mirarnos al espejo y aceptarnos como realmente somos y aceptar que lo que se refleja es nuestra realidad y asumirlo?. Tan incómodo nos resulta mirar nuestro imagen reflejada?, es importante analizarnos en una fracción como en su totalidad?, cuál es el sentido de la estética y la belleza que nos han impuesto?, a quién se le ocurrió el establecer un ¨prototipo¨ específico?. Que impulsa a adoptar una actitud de poca aceptación a sí mismo. Cuál es el discernimiento del análisis de nuestra individualidad, que al mirar reflejada nuestra imagen, adoptemos una actitud constante crítica al pretender compararnos con alguien en particular!. A veces perdemos conciencia de que aquello que rechazamos de nuestra personalidad es consecuencia de la ignorancia de lo que somos!, ya sea a nivel físico, estético, conductual, moral o facultativo. Este tipo de ¨cualidades¨ es lo que nos tocó poseer, y que sin duda, tenemos la posibilidad de mejorar o potencializar en cualquier nivel. Alguna vez nos hemos preguntado porque estamos insatisfechos constantemente?, porque a pesar de que logremos alcanzar cierto nivel de vida, cosechar éxitos profesionales y materiales, con un currículum extenso; siempre hay algo que nos hace falta?, aún cuando nos observemos al espejo y denotemos una trasformación no sólo física, sino anímica; sigue prevaleciendo un deseo de algo más!. Y ese algo más, es comprender que nuestro mundo externo no lo es todo, hay algo más interno que nos impulsa a buscar mayores alturas, a experimentar mejores posibilidades de crecimiento, que no hemos sabido aprovechar todo nuestro potencial, nuestras capacidades, que el conocimiento de la vida tanto externa como interna es infinito, que aquello que llamamos ¨Alma¨ o ¨Esencia¨ o ¨Ente Etérico¨, es lo que nos provee de conciencia y percepción para trascender más allá de las apariencias, más allá de la superficialidad de nuestro mundo ordinario, y que no sólo es la multiplicidad de reflejos o máscaras que hemos adoptado a lo largo de nuestra vida.

Porque es latente la posibilidad que en nuestras acciones veremos reflejadas sus consecuencias; aquello que lanzamos es lo que nos será devuelto en su magnitud y medida; aquellas actitudes que adoptemos hacia los demás serán las mismas que probablemente recibiremos por nuestro actuar. Porque la vida es aparentemente un espejo, un reflejo de lo que percibimos en lo superficial, pero sobre todo un reflejo de lo que somos en la actualidad por nuestras acciones pasadas. Y la profundidad donde la hemos dejado?, que factores nos hacen descuidar lo esencial de la vida?. Quizás sea que al estar tan sumergidos en la superficialidad de lo material, hemos creado un abismo inalcanzable cuando miramos dentro de nuestro Ser!. Por algún motivo, aún cuando pensemos que ya poseemos lo suficiente, sentimos que carecemos de todo; nos angustia lo material porque eso nos da tranquilidad, reconocimiento, estatus y confort. Y porque no atarse a ello, si es la base esencial de nuestra existencia?. Acaso eso será suficiente para sentirse feliz y pleno?, si es la vía de la felicidad, pues bien nos valdrá hacer buen uso de ello para alcanzar la plenitud interna; siempre y cuando haya equilibrio, equidad y balance, entre nuestras acciones y actitudes ante la vida, para aspirar alcanzar el éxito en todos los planos de nuestra vida. Que todo aquello que observemos en el espejo de nuestra vida; sea el vivo reflejo de acciones encaminadas a ser mejores y más humanos cada día, discerniendo en cada acción ejecutada en coherencia con nuestras aspiraciones personales, sin necesidad de recurrir a máscaras, confiando en nuestra individualidad sin temores, para desenvolvernos plenamente en la cotidianeidad.


Ambición

Un programa de Televisión presentó un programa que mostraba cómo hacen las águilas para atrapar peces en los lagos. Vuelan muy alto sobre el lago, y su visión es tan aguda que localizan con facilidad al pez que quieren pescar. Al verlo, doblan las alas hacia atrás y se lanzan directamente hacia él a gran velocidad. Al llegar al agua, extienden las alas, abren las garras, asen al pez y vuelven a la playa.

En ese programa, mostraron una película que presentaba un hecho poco común. Un águila se sumergió apara atrapar al pez; pero, el pez era muy grande. Al comenzar a levantar el vuelo, el águila hacía un esfuerzo muy grande. El pez era pesado y ella no lograba soportar su peso.

Dándose cuenta de que no podía con su presa, trató de soltar al pez. Pero sus garras habían penetrado tan hondo en sus carnes que no podía sacarlas. Luchó mucho, pero no tuvo éxito. Comenzó a caer al lago, ahogándose, porque no pudo librarse de la caza que había atrapado.


Reflexion:

La vida corre tan aprisa, o al menos eso percibimos en la mayor parte del tiempo, que nuestras acciones no las realizamos con cabal conciencia y en otras más sobrevaloramos nuestras capacidades al ejecutar alguna misión personal o laboral, que terminamos ahogándonos en nuestros descuidos, desaciertos e ignorancia. Hay tantas oportunidades que pasan frente a nosotros que anhelamos abarcar la mayor parte de ellas; impulsados, por un lado, por un férreo deseo de superación y en mayor dimensión movidos por la ambición; por ese desenfrenado deseo de poseer, de obtener a la brevedad el confort que el dinero y las posesiones materiales otorga, con el mínimo de esfuerzo. Y esa obsesión es la principal detonante que nos lleva a sobrevalorar la dimensión de nuestras acciones para un fin determinado. Hay un refrán que versa: ¨Aquel que no arriesga no gana¨¨, es cierto, en alguna medida, cuando se nos presenta un proyecto importante el ser osados, agresivos y determinantes en la toma de decisiones.

El ser ambicioso no necesariamente tiende a ser perjudicial, es deseo de trascender, deseo de superación, desear lograr cada vez mayores alturas, mejores metas y mayor crecimiento, pero siempre y cuando sea con conocimiento, preparación y con absoluto control del tipo de acciones que afrontaremos con sus beneficios, sus inevitables riesgos y consecuencias; sin tampoco tocar el otro extremo, que por temor a fracasar o errar, nos retraigamos o le demos la espalda a las oportunidades, y a la vida misma. Cuál es el precio?, no lo sabemos, sólo obedecemos a nuestros impulsos y deseos. Cuántas veces no nos hemos ilusionado por un nuevo proyecto que se suscita de repente?, eso en principio hace que nuestra mente comience a trabajar aceleradamente sin medir el verdadero impacto de nuestras emociones. Todo, desde un nuevo proyecto que nos arroje jugosos dividendos, una nueva oportunidad de trabajo, una mejor posición, un ascenso laboral, una nueva relación, una nueva amistad, hasta una nueva vida!. La tentación del poder es grande, todo ser humano necesita sentirse productivo, necesita sentirse activo, necesita sentirse vivo, necesita sentir que su vida tiene sentido, necesita sentirse aceptado y valorado, necesita sentirse amado!.

Y por esa multiplicidad de necesidades nos volcamos de emoción cuando se nos presenta una pequeña luz, deslumbrándonos y perdiendo en ocasiones el control. Es allí donde comienzan nuestros problemas. Cuando al dejarnos llevar por las emociones hacemos a un lado lo esencial: la buena planeación, los detalles, los imponderables, el sano juicio, el razonar y premeditar a tiempo cualquier circunstancia que ponga en peligro, tanto la estabilidad emocional como económica, y no menos importante nuestra autoestima. Y cuando estamos ya totalmente decididos, nos arrojamos a la caza de nuestra ilusión, y sólo hasta que ya lo experimentamos en carne propia, es cuando nuestra ambición desenfrenada nos da como resultado desagradables sorpresas; finalmente todo lo justificamos, sea bueno o malo, si es para beneficio propio o colectivo, está justificada nuestra acción; todo lo dejamos al juicio de nuestra conciencia, a veces en el camino pasaremos sobre alguien, o romperemos alguna regla o ley, incluso aún por sobre nuestra propia ética y moral.

Valdrá la pena ese tipo de riesgos, cuando ya va de por medio el rompimiento a alguna regla cualesquiera que ésta sea?. Hasta donde se encuentra el límite de nuestra libertad de pensamiento o acción, para aventurarnos a tomar un riesgo en la vida?. Tanto queremos abarcar que nos aferramos a cosas que pueden ser muy peligrosas, sólo tomamos conciencia de ello cuando ya ésta sobre nosotros toda la pesada carga emocional y moral. El arrepentimiento llega cuando ya es demasiado tarde, cuando ya perdimos nuestra estabilidad material, familiar, el empleo, a la pareja, a una entrañable amistad!; la ilusión nos juega malas experiencias, aparentemente al principio obtuvimos un beneficio pero a que precio? Sobre todo cuando nuestra acción fue deshonesta por el afán de poder!. Y este tipo de acciones puede transformarse en un hábito peligroso que tarde o temprano nos lleve al precipicio.

Finalmente nuestras acciones serán sometidas primordialmente por el juicio de nuestra conciencia, independientemente de las reglas y leyes que nos rigen en nuestra sociedad. Porque a toda acción hay una reacción. De nuestra decisión depende que tipo de reacciones deseamos que la vida nos responda por nuestras acciones;.para después no sorprendernos, porqué nos ahogan los problemas y nos sepultan las pesadas cargas de conciencia!. La Ambición de superación es actuar con humildad, honestidad y conocimiento pleno de nuestras capacidades, prepararnos para ser mejores cada día, para alcanzar mejores posibilidades de realización, para aspirar a sentirnos libres de angustias, incertidumbres, culpas y remordimientos. Para sentirnos libres de todo tipo de ataduras mentales y emocionales, para transitar en la vida con una conciencia tranquila y equilibrada. La vida adquiere sentido cuando asumimos el compromiso de potencializar y evolucionar nuestras capacidades humanas, para aspirar experimentar la plenitud!

La Disputa

En el bosque habitaban el rey de los cuervos y el rey de los búhos, ambos con su legión respectiva de cuervos y búhos. Siempre habían compartido la paz del bosque, pero resulta que cierto día el rey de los cuervos y el rey de los búhos se encontraron y comenzaron a intercambiar impresiones. El rey de los cuervos preguntó:

--¿Por qué tú y tu legión de búhos trabajáis por la noche?


El búho, sorprendido, replicó:

--Sois vosotros los que trabajáis por la noche. Nosotros trabajamos de día.

Así que no mientas.

Y los dos reyes se enzarzaron en una discusión, ambos convencidos de que trabajaban de día. Hasta tal punto la discusión comenzó a adquirir un carácter de violencia, que la legión de cuervos y la de búhos se disponían a entrar en combate. Pero cuando la situación estaba llegando a su momento más crítico, apareció por allí un apacible cisne que, al enterarse de la disputa, dijo:

--Calmaos todos, queridos compañeros.

Y dirigiéndose a los reyes, dijo:

--No debéis en absoluto pelear, porque los dos tenéis razón. Desde vuestra perspectiva, los dos trabajáis de día.

Reflexion:

Cuando estamos tan ensimismados en nuestro mundo, sentimos que todo marcha conforme a nuestros deseos, nuestra naturaleza nos hace desarrollar una personalidad dominante, convencidos que todo cuanto realizamos es la verdad absoluta, sobre todo cuando la vida resulta acorde a nuestras expectativas. Y en el momento en que alguien ingresa al escenario de nuestra vida, comienza la batalla por imponer nuestra verdad, nuestras ideas, costumbres, deseos, acciones, métodos, experiencias, etc. Ya sea en el escenario personal a nivel de pareja, de amistad, laboral, social y en la convivencia en general. Ya que cada ser humano está regido por su propio espacio vital, y cuando se siente amenazado por la intromisión de alguien, es cuando surge el conflicto, por la repentina invasión a su círculo vital. Ya que somos por naturaleza entes solitarios y celosos de nuestros aspectos íntimos, el cuál es nuestro cofre de secretos personales, nuestra memoria de vida, las experiencias ya vivenciadas. Y eso representa nuestro libro personal, el cuál es el manual al cuál consultamos con frecuencia cuando necesitamos tomar una decisión en nuestra rutina diaria. Y esa es una de las razones que nos desarrolla una personalidad celosa y aislada.

Sin embargo, un impulso casi instintivo nos hace reaccionar cuando percibimos que nos invaden este espacio vital, actuando con recelo, indiferencia, molestia y en algunos casos con actitudes agresivas, como un mecanismo de defensa ante tal circunstancia, llevándolo al escenario del conflicto y por ende de la disputa por imponer nuestra personalidad hacia alguien en particular, especialmente cuando nos sentimos amenazados, lo que es un claro sentimiento de inseguridad, ante una circunstancia desconocida que no sepamos enfrentar con eficacia, y cuando nos estamos muy claros de nuestros valores personales, poseemos una imagen y autoestima baja, un pobre concepto de lo que somos y proyectamos al mundo; lo cuál entre otras reacciones nos impulsa a aislarnos y caer en depresión, y por eso mismo estamos todo el tiempo a la defensiva, reaccionando irracionalmente ante cualquier estímulo que consideramos ofensivo o agresor en nuestra aparente tranquilidad. Y si a esto le agregamos que todo el tiempo deseamos reafirmar la imagen de nosotros mismos, alimentar el ego, y elevar nuestra autoestima, nos lleva a compararnos con el exterior, es decir, con las apariencias, pensamos erróneamente que debemos estar permanentemente compitiendo con alguien a quien le encontramos una cualidad la cual no poseemos, ya sea a nivel estético, a nivel estatus, deportivo, laboral, y económico.

Eso nos lleva a deprimirnos con insistencia, porque hemos dejado de valorarnos como personas, como entes únicos e irrepetibles en alma, en sustancia y esencia, podemos ser parecidos físicamente o hacemos todo lo posible para aspirar a poseer tal cualidad; añoramos o envidiamos a aquellas personas que tienen éxito en la vida, que poseen determinado estatus económico y social, que son populares que tienen el mejor auto, la mejor pareja, que son enigmáticos, que tienen la mejor casa, mayor cultura, mejor posición laboral. Ya desde ahí estamos compitiendo, y por ende cayendo en constantes disputas, principalmente por la sobrevaloración que le damos a las apariencias; cuando en esencia la competencia sólo debería ser a nivel interno, no externo, por mas que deseemos parecernos a tal o cuál prototipo humano, jamás será posible, por que siempre habrá algo que nos diferencie de los demás y es nuestra propia esencia. Y es ahí donde debemos enfocar nuestros esfuerzos.

Porque el oponente más formidable y el que potencialmente puede ser nuestro peor enemigo, o nuestro mejor aliado; habita en nuestras virtudes, facultades, cualidades, potencialidades, pero especialmente en el conocimiento de nosotros mismos, de ahí comienza el punto de partida para desarrollar una autoestima pobre e inexistente seguridad en si mismo. Las disputas solamente acarrean enemistad y rencores, para finalmente aislarnos en la depresión, al no saber armonizar nuestras emociones e impulsos. Por lo que es necesario ya dejar de compararnos, competir o envidiar a alguien que nada tiene que ver con nuestra esencia, el éxito no se logra derrotando o anticipándose al oponente externo en cualquier área de nuestra vida. El peor enemigo habita en nuestras inseguridades y falta de amor propio.

En cualquier área se desarrolla el éxito en base a capacidad y deseo de superación, potencializando nuestras capacidades y mejorando gradualmente en lo interno que es lo emocional y lo mental, aspirando a ser perfectibles en nuestro mundo interior, ser más competentes, tolerantes, pacientes, honestos y humildes. Dejar de evadir nuestra responsabilidad fijándonos en los defectos de los demás, queriendo ser como ellos, envidiando lo que no ha sido fruto de nuestro esfuerzo. El liderazgo y la personalidad enigmática se desarrolla amándonos desde lo interno aceptando el mundo o las circunstancias en que nos tocó vivir, como un punto de partida para iniciar el proceso de superación para proyectar una real coherencia entre lo que sentimos, pensamos y actuamos, ahí comienza la libertad, cuando tomamos el control absoluto de nuestra vida y recreamos el futuro anhelado en cada instante de nuestra existencia presente.


Te hace falta algo?

Siempre siento que me falta algo.

Y creo que siempre debe ser así.

Me gradué en la Universidad. Pero ahora quiero otra carrera. Hice un Postgrado. Ahora quiero otro.

Me compre un bonito guardarropa, pero deseo renovarlo

Aprendí a hablar un nuevo idioma, ahora deseo aprender uno nuevo

Me compré un carro. Ahora quiero otro más grande.

Me compré una casa. Ahora quiero una con más habitaciones.

Tengo un buen sueldo, pero deseo ganar mucho más dinero

Pero siempre llego a la conclusión de que siempre me falta algo

Y eso me hace sentirme insatisfecho, pero no se que es!

Reflexión:

Un cuestionamiento que constantemente nos hacemos, es que siempre experimentamos la sensación de que algo le falta a nuestra vida, y sin embargo pasan los años, y la sensación perdura y tal situación no sólo nos provoca insatisfacción, sino que nos impulsa hacia una búsqueda un tanto frenética para satisfacer en alguna medida este sentimiento de carencia interna!.Es cierto que nuestra naturaleza primaria nos impulsa a alimentar ese deseo de vacío acumulando todo tipo de satisfactores en cualquier nivel de nuestra vida, con cierta inclinación sobre nuestros aspectos materiales, que por cierto muy válido es anhelar siempre la superación en cualquier nivel, ya sea en lo profesional o laboral, ya que como seres humanos dominantes, nuestro ego es el que nos impulsa a ser competitivos y eficaces para un claro propósito: acumular tanto bienes materiales como dinero nos sea posible, porque nos han insertado en la mente en nuestro medio social, que el dinero lo es todo, en relación a la tranquilidad, estabilidad y el estatus.

Medios masivos de comunicación nos recuerdan a todo momento infinidad de métodos y técnicas para aspirar a alcanzar tales logros económicos, y más aún cuando estamos viviendo en constante crisis desde que tenemos memoria; ello nos infringe inseguridad, incertidumbre y temor a perderlo todo o carecer de lo necesario para sobrevivir. Por desgracia cuando se carece de los medios suficientes o de las oportunidades para generarnos riquezas, recurrimos a medios deshonestos de generar dinero o posesiones, lo cuál acarrea problemas a corto, mediano y largo plazo, y en ocasiones con consecuencias irreversibles. Es necesario y loable que aspiraremos cada día a mejores condiciones socioeconómicas, disfrutar de las bondades que el dinero otorga, ya sea para conocer nuevos lugares, recorrer el mundo, experimentar el lujo, renovar nuestro guardarropa, adquirir un carro último modelo, una inmensa casa, etc. Pero principalmente el poseer lo suficiente o más, proporciona una sensación de seguridad y poder. Hasta donde llega este poder?, y poder para que fin lo necesitamos o nos valemos de él?, para una buena y justa causa? o a la inversa?, quizás para acumular un patrimonio que nos inyecte tranquilidad y confort!.

En ocasiones nos pasamos toda la vida acumulando con la idea de disfrutar de una madurez y vejez tranquila, y sin darnos cuenta la vida se nos pasa vertiginosamente en acumular y acumular. Tanta es nuestra obsesión que nos valemos tanto de lo honesto como lo deshonesto para el logro de tal fin!. Y cuando por fin la suerte llega a nuestras puertas y logramos el objetivo de poseer una jugosa cuenta bancaria, un buen repertorio de autos, propiedades, etc. Porque seguimos estando insatisfechos?, porque sentimos que no es suficiente con lo que hemos alcanzado y deseamos aún más?. Que sucede con nuestra vida que cuando entramos en conciencia, y vemos hacia nuestro alrededor no nos satisface el entorno interno en que estamos sumergidos, de pronto hemos notado que no sólo hemos descuidado a la familia, amigos o pareja por nuestra obsesión de acumular, sino que nos hemos descuidado a nosotros mismos!, y descubrimos en ocasiones que nuestra vida alrededor es caótica y deprimente, hay una sensación de soledad interna y carencia de amor. Nuestra salud y condiciones físicas se han mermado, nos vemos al espejo y notamos que ya avistan los primeros indicios de envejecimiento, que se nos ha escapado nuestra plenitud y entramos al sendero de la decrepitud, que nos hemos vuelto amargados y solitarios, que a nuestro alrededor hay envidias, rencores y nostalgias.

Que nos pasó?, porque aún cuando se es exitoso en lo profesional y material, sentimos que nos falta algo?, Que acaso no es suficiente?, y donde quedó el éxito de nuestra vida interior? Porque no somos felices?, al contrario, ahora nos sentimos más apesadumbrados y temerosos, pero sobre todo aislados, incomprendidos y carentes de amor?. Y en consecuencia buscamos llenar ese vacío con un sinfín de actividades para apagar esas inquietudes que nos laceran el corazón y en la soledad de nuestra intimidad buscar distractores para evadir nuestro sufrimiento.

En la vida es necesario el equilibrio, no caer en obsesiones de tipo material, nunca será suficiente cuando se carece de lo interno, la riqueza se genera en ambas vertientes, en la búsqueda de la felicidad que el dinero otorga y en la búsqueda de la plenitud que la riqueza del alma proporciona. La vida es evolucionar tanto en lo profesional, en lo económico y muy enfáticamente en lo personal, en alimentar nuestro amor propio, nuestra seguridad, autoestima, nuestras verdaderas inquietudes trascendentales, que es experimentar lo que realmente anhelamos ser en la vida y no lo que los demás esperan de nosotros. No caer en conformismos de ninguna índole, ser perfectibles, honestos y coherentes. Poseemos por añadidura la capacidad de explorar y explotar nuestras capacidades individuales, no detenernos ante nada ni nadie cuando se trata de evolucionar nuestra alma, cuando se es productivo, cuando se deja un legado en la memoria de quienes nos rodean. Lo material viene y va y no es lo esencial, lo esencial es ser felices y plenos en lo interior y no aparentar hacia el exterior lo que no somos o lo que no tenemos; ni esperar que al poseer en lo material, busquemos ser aceptados por ello; nuestra valía humana no se basa que entre más y mejor poseamos más valiosos y reconocidos seremos por los demás; el sentido de pertenencia se basa en la calidad humana, en la armonía que expresemos al exterior, y en lo felices y plenos sintamos por el simple hecho de ser nosotros mismos. Aquello que hace falta se alimenta de dentro hacia fuera, porque de lo contrario, sólo llenamos de armaduras externas un cascarón vacío; en lugar de saciarnos de consistencia para expresar nuestra riqueza interna hacia el exterior.


El Recluso

Un recluso iba a ser trasladado de una a otra prisión y para ello debía atravesar toda la ciudad. Le colocaron sobre la cabeza un cuenco lleno de aceite hasta el borde y le dijeron:

--Un verdugo, con una afilada espada, caminará detrás de ti. En el mismo momento en que derrames una gota de aceite, te rebanará la cabeza.

Se sacó al recluso de la celda y se le colocó un cuenco sobre la cabeza.

Comenzó a caminar con mucho cuidado, en tanto el verdugo iba detrás de él.

Había llegado a pleno centro de la ciudad, cuando, de súbito, también llegaron al mismo lugar un grupo de hermosísimas bailarinas. La pregunta es: ¿Logró el recluso no ladear la cabeza para mirar a las bailarinas y así mantenerla a salvo, o, por el contrario, negligentemente, miró a las bailarinas y la perdió?


Reflexion:

Podemos hablar de la atención como una cualidad que permanece constante en nuestra existencia?. Que tanto tiempo o con que constancia soportamos la atención sin que ningún factor de distracción la disuelva?. Cuantas veces no hemos lamentado el perder alguna oportunidad, cualesquiera que sea por que en un instante de distracción no captamos lo esencial y que derivo en una pérdida o en algún desastre o desgracia?.

La vida de la mayoría de los seres humanos es inestable sin excepción, porque estamos sujetos a un ritmo ajetreado y acelerado, donde nuestros pensamientos revolotean en nuestra cabeza sin un orden natural, provocándonos diversos malestares a nivel emocional y físico. Dando como consecuencia inestabilidad, irritabilidad, estrés y distracciones. ¿Cómo podemos aspirar a tener tan sólo un día de tranquilidad y armonía en una sociedad tan caótica y demandante como la nuestra?. Por eso mismo acudimos a todo tipo de métodos y técnicas de relajación y meditación, cuando los resultados no son los esperados recurrimos a otros mecanismos de distracción tales como entretenimientos, diversiones, reuniones sociales, el leer un buen libro, eso en casos constructivos. Pero que pasa cuando ni un sano entretenimiento es suficiente para proporcionarnos la tranquilidad y la paz interna esperada?, recurrimos a enervantes, vicios e incluso al aislamiento, lo cuál les deja un daño emocional o físico en forma permanente, con resultados no tan positivos!.

Entonces de que forma podemos exigirnos concentración y atención permanente, cuando ambas alternativas no llegan a satisfacernos en su totalidad?. Acaso debemos estar sujetos a trabajar o ser exigidos bajo presión para poder funcionar y así arrancar sólo un fragmento de nuestra atención para evitar que se nos escapen detalles esenciales de la vida?. Es cierto que todo lo que se realiza bajo presión deja de ser natural y si deja de ser natural ya no hay satisfacción, y sin esa satisfacción como es que podemos disfrutar de la vida?, y si ya no disfrutamos de la vida como esperamos funcionar para que nuestros pensamientos entren en una desaceleración y podamos visualizar nuestro entorno con nitidez y así la atención sea automática y natural?.

Damos por hecho que lo pasado y lo futuro son dos grandes brazos que nos sujetan permanentemente y eso hace que nuestro presente sea sólo una ilusión, desarrollando solamente nubarrones que nos mantengan en una constante distracción; porque siempre estamos pensando en lo que ya dejamos de hacer o lo que vamos a hacer en el siguiente instante?. Pareciera que siempre funcionamos de esa forma y casi por instinto lo hacemos sin detenernos a reflexionar que nuestro presente se nos evapora a cada instante, mientras estamos sumergidos en nuestros pensamientos totalmente ajenos y distraídos de nuestro entorno, sin darnos cuenta de toda la infinidad de oportunidades que revolotean a nuestro alrededor.

Basta con iniciar en hacernos un compromiso personal de acallar nuestro revoloteo mental para comenzar a captar cada aspecto que la vida nos está entregando, en mantener desde una parcial hasta una permanente vigilancia de cada reacción que sentimos y percibimos, de cada pensamiento que actúa en nuestra mente para comenzar a gobernarlo y no suceda lo contrario, de cada acción que realizaremos pasando previamente por un juicio razonado y no cometer alguna equivocación, y sobre todo de no perder de vista que lo fundamental es controlar nuestro entorno para evitar una distracción que acarrea serias consecuencias e incluso irreversibles.

Porque finalmente nuestro mundo es lo que creamos en base a sensaciones, pensamientos, palabras, acciones y reacciones; lo importante es controlar tanto nuestro entorno interno como el externo, para verdaderamente disfrutar de la vida y acaptar todo lo que nos entrega a cada instante. Solo es una acción de voluntad, para que nuestros pensamientos obsesivos dejen de disipar y disolver nuestra concentración, atención consciente, armonía física y paz mental.

La Paloma y la Rosa

En una incipiente claridad del día comenzaba a disipar las tinieblas de una noche tibia y hermosa. Una paloma, se encontraba revoloteando, de pronto penetró en un pequeño y recoleto templo.
Todas las paredes estaban adornadas de espejos y en ellos se reflejaba la imagen de una rosa que había situada, como ofrenda, en el centro del altar.
La paloma, tomando las imágenes por la rosa misma, se abalanzó contra ellas, chocando violentamente una y otra vez contra las acristaladas paredes del templo, hasta que, al final, su frágil cuerpo reventó y halló la muerte.
Finalmente el cuerpo de la paloma, cayó justo sobre la rosa.


Reflexión:

No todo lo que en la vida aparenta es la realidad de lo que percibimos, nuestra realidad, nuestro entorno sólo es la parcialidad de una totalidad que escapa a nuestra percepción real, sólo captamos aquello que nuestra conciencia limitada recibe y que son las impresiones de nuestros sentidos básicos. Porque nuestra conciencia es como el reflejo de un gran lago cristalino, todo aquello que ella percibe es resultado del entorno en que existimos, es un simple reflejo de las apariencias. Porque nuestra vida así es como la experimentamos, sumergidos en la superficie de nuestro lago material.

Pero que hay más allá de toda esta inmensidad que nos rodea?, porque sólo desarrollamos los sentidos básicos y no nuestras reales facultades, conocidas como la intuición u otro tipo de conciencia más profunda y nítida?, que es aquello que nos impide evolucionar nuestras capacidades al máximo?. Porque nos conformamos tan sólo con lo que las estructuras morales, religiosas, sociales e ideológicas nos imponen?, si estas estructuras fueron creadas por el ser humano, eso quiere decir que cada uno de nosotros poseemos ese potencial creador e imaginativo, para crear las condiciones óptimas hacia nuestro desarrollo personal a cualquier nivel.

Sin embargo, nos encontramos sumergidos en los grandes problemas y conflictos que aquejan a nuestra humanidad en general, en los problemas cotidianos que tanto nos estresan y agobian, dejándonos prácticamente agotados y abotargados, como para tener aún energía y tiempo suficiente en el análisis y resolución permanente de nuestras inquietudes existenciales. Y eso hace que choquemos una y otra vez con nuestra realidad aparente sin lograr comprender porque nos sucede tal o cuál cosa, porque erramos constantemente en nuestras acciones y decisiones, porque entre más luchamos pareciera que mas nos sumergimos en la frustración y la negación?.

Al estar habitando enclavados en las apariencias, nuestra expectativa se vuelve limitada y nebulosa, nos mecanizamos en lo ya implementado y dejamos de ser creativos y espontáneos, nos conformamos con tan sólo existir y obsesionarnos con el sentido de pertenencia, con el deseo de vanidad, de egolatría, de reconocimiento. Simplemente nos sumamos a la inmensa maquinaria de la rutina establecida. Es necesario desprendernos de este mundo aparente en que usualmente nos aferramos a coexistir. Es necesario despertar nuestra conciencia hacia nuevas metas, hacia lo llamado desconocido, hacia nuevos retos, desprendernos del temor al error, a la equivocación, al que dirán, a ser más espontáneos y audaces, a comenzar a analizar las profundidades nuestras sensaciones y emociones, a romper con la gruesa y rígida capa de las apariencias y experimentar un mundo nuevo, una nueva realidad, basada exclusivamente en nuestro sentir interno, llamada conciencia, intuición, voz interna, etc.

Vivir es dejar de existir en la pasividad, vivir es espontaneidad, es comenzar a ser libres de todo sentimiento de reprimenda y rigidez, es soltarnos y atrevernos a hacer aquello que por causas diversas no hemos hecho hasta el momento, es decir basta a la indiferencia, a la pasividad, al conformismo, a la dependencia en cualquier nivel, al sometimiento moral y emocional, es dejar de culparnos por aquello que no supimos o pudimos realizar, es darnos una nueva oportunidad de reinventarnos, de buscar la coherencia entre lo que sentimos, pensamos y actuamos; la libertad se logra en la medida en que realmente dejamos atrás los pretextos y comenzamos a actuar hacia nuestro desarrollo y evolución personal, no extraviándonos en la diversidad, sino estableciendo la unidad.

El Contrabandista

Todos sabían que era indiscutiblemente un contrabandista. Era incluso célebre por ello. Pero nadie había logrado jamás descubrirlo y mucho menos demostrarlo. Con frecuencia, cruzaba de la India a Pakistán a lomos de su burro, y los guardias, aun sospechando que contrabandeaba, no lograban obtener ninguna prueba de ello.

Transcurrieron los años y el contrabandista, ya entrado en edad, se retiró a vivir apaciblemente a un pueblo de la India. Un día, uno de los guardias que acertó a pasar por allí se lo encontró y le dijo:

--Yo he dejado de ser guardia y tú de ser contrabandista. Quiero pedirte un favor. Dime ahora, amigo, qué contrabandeabas.

Y el hombre repuso:

--Burros.

Fuente: Cuentos clásicos de la India


Reflexión:

Cuantas veces nos ha sucedido que las respuestas las tenemos frente a nuestros ojos y más de una vez han pasado desapercibidas, trayendo como consecuencia que perdamos innumerables oportunidades. Esto se debe principalmente a que estamos tan saturados de los problemas cotidianos que nuestra mente simplemente esta abrumada y llena de conflictos y pensamientos innecesarios que nublan nuestro entendimiento y por ende nuestra capacidad de percibir aquellos pequeños grandes detalles que la vida nos entrega a cada instante.

Una alternativa es ante todo mantener la calma en situaciones estresantes y agresivas; entendiendo que estamos inmersos en una sociedad competitiva por excelencia, donde se lucha constantemente por ser el mejor, el mas exitoso, el mas oportunista, el mejor colocado y el que mejores condiciones socioeconómicas posee. Por tanto esto nos obliga a prepararnos constantemente para sobrevivir en estas condiciones y aspirar a todo momento a mejores condiciones de vida. Siempre impulsados por la familia como motivación de superación como aspecto dominante.

Y si es esto lo que nos sumerge nuestros pensamientos en esa obsesión por el porvenir, por el sobreponernos a las experiencias del ayer, por tratar en la medida de nuestras posibilidades estar lo más enfocados y concentrados para cometer el mínimo de errores con la aspiración a lograr nuestro propósito principal de salir adelante en cada proyecto o situación que enfrentemos en el diario vivir. Y cuál es el resultado al final del día?. Que efectivamente realizamos un sin fin de tareas en todos los aspectos, menos en el principal, el que por lo general más se descuida, y ese es el más íntimo, esencial, el interno, nuestro crecimiento interior, a nivel mental, emocional y perceptivo, es decir el crecimiento interior.

Fácil es decirlo, saberlo y entenderlo, pero que complejo es llevarlo a cabo; a veces terminamos tan agotados de nuestra jornada cotidiana y rutinaria que poca energía es la que nos queda para una breve meditación en el sentido de evaluar porque aún a pesar de que nos sentimos realizados en lo material, al final del día hay una sensación de insatisfacción, de vacío espiritual, de soledad, de inquietud agobiante, en pocas palabras de un dolor emocional que se acumula noche tras noche y que tenemos que cargar cada día de nuestra vida hasta que terminamos explotando de rabia e impotencia al no comprender que es aquello que falta que nos deja esa sensación de constante insatisfacción y que nos hace estar constantemente irritados, malhumorados y distraídos en un sin fin de pensamientos chatarra que lo único que hace es ocupar un espacio innecesario e inútil.

Una buena opción es aceptar que nuestra vida siempre estará expuesta a un ritmo desbordante y desquiciante, donde todo mundo tiene prisa y están sumergidos en sus propios universos interiores, donde el entorno es lo que menos atención se le presta; comprender que en medio del caos del ritmo cotidiano, debemos centrar nuestras emociones y centrar nuestra atención a lo que verdaderamente es esencial e importante, nuestra calma interna, llámese mental y emocional, despertando así nuestra facultad de la percepción, descubriendo lo realmente valioso y especial que hay a nuestro alrededor y las infinitas oportunidades que en momentos específicos llegan y que debemos estar alertas para captar esas señales y sin dudar, razonarlas y tomarlas a fin de redescubrir nuestra real-idad para crecer y evolucionar.

Porque aquellos que no logran comprender su entorno, no necesariamente llega a ser erróneo e irreal para los ojos de quienes poseen la facultad de percibir la verdad detrás de las apariencias.


Las dos Ranas

He aquí una rana que había vivido siempre en un mísero y estrecho pozo, donde había nacido y habría de morir.


Pasó cerca de allí otra rana que había vivido siempre en el mar. Tropezó y se cayó en el pozo.



--¿De dónde vienes? -preguntó la rana del pozo.


--Del mar.


--¿Es grande el mar?


--Extraordinariamente grande, inmenso.


La rana del pozo se quedó unos momentos muy pensativa y luego preguntó:


--¿Es el mar tan grande como mi pozo?


--¡Cómo puedes comparar tu pozo con el mar! Te digo que el mar es excepcionalmente grande, descomunal.


Pero la rana del pozo, fuera de sí por la ira, aseveró:


--Mentira, no puede haber nada más grande que mi pozo; ¡nada! ¡Eres una mentirosa y ahora mismo te echaré de aquí!


Reflexión:


Cuando estamos tan absortos en nuestro egoísmo, nuestra mente tiende a estrecharse para vislumbrar horizontes más amplios a nuestro alrededor. Esto es producto del oscurantismo en que podemos caer cuando no queremos ver más allá de nuestras narices, estamos sumergidos en un mundo que nos lleva por los caminos de la trivialidad, la frivolidad y la rutina.

Si tan sólo dejáramos de encerrarnos en nuestro mundo rutinario, podríamos observar que hay un sin fin de oportunidades y horizontes tan amplios que superan las barreras de nuestra imaginación, sobre todo si esta se encuentra, adormecida por la materialidad que nos invade día a día. Los prejuicios que son juicios anticipados sin comprobación o vivencia alguna; las culpas, aquellas que son acciones que por algún motivo erramos y nos genero un sentimiento de frustración y dolor; las nostalgias, sentimientos permanentes producto de acciones sin realizar o concluir, por nuestra falta de seguridad y determinación al momento de tomar una decisión; incertidumbre, pensamientos orientados hacia el porvenir o el futuro que aun no han sido experimentados, y eso nos genero el temor a lo desconocido, a lo que aún no hemos vivido; y un interminable cúmulo de sentimientos y pensamientos que inundan nuestra mente y la atrofian.

Esta diversidad de situaciones hacen que nuestro mundo lo percibamos caótico y sin un sentido claro para seguir experimentándolo; es por ello que con cierta frecuencia, no sepamos que rumbo tomar, hacia donde dirigirnos, que nos depare el futuro, a que persona acudir en momentos de indecisión y desesperación, o que acción tomar para que produzca un cambio radical en nuestra vida. Eso es lo que nos mantiene la mente estrecha y abrumada con pensamientos de origen destructivo y negativo. Al no saber limpiarnos de todas esas reminiscencias que bloquean nuestra visión hacia oportunidades promisorias.

Liberarse es limpiarse de aquellos pensamientos que ocupan un espacio innecesario en nuestra mente, tanto del pasado como del futuro. Meditar largamente al final de cada día para valorar nuestras acciones y encaminarnos a corregir aquello que no logramos concretar, ya sea por falta de decisión o por ignorancia; potencializar aquellas acciones que resultaron exitosas y satisfactorias, y planear nuevas acciones, innovar a cada momento, aspirar a ser cada vez mas creativos y libres de actuar, guiados por nuestra intuición sin preocuparnos demasiado por su resultado final, lo importante es fijarnos la meta a la cuál deseamos aspirar y entregarnos enteramente al proceso tanto de planeación como de seguimiento, siendo flexibles para hacer ajustes y correcciones durante la marcha, con mirar a potencializar y rebasar las expectativas iniciales; basta con desear hacerlo con toda nuestra energía y determinación y entregarnos al momento sin perder en ningún momento la concentración, para aprovechar cualquier oportunidad que se nos presente durante el camino; ampliando así nuestros horizontes de oportunidades.

La vida es vivir tan pleno como sea posible y cuando no sea posible, entregarnos aún más con mayor fervor para hallar cualquier resquicio entre lo imposible para transformarlo en oportunidades con amplias posibilidades de realización.


IGNORANCIA

Se trataba de dos amigos no demasiado inteligentes. Habían decidido hacer una marcha y dormir en un establo. Caminaron durante toda la jornada.

Al anochecer se alojaron, como tenían previsto, en un establo del que previamente tenían noticias. Estaban muy cansados y durmieron profundamente; pero, de madrugada, una pesadilla despertó a uno de los amigos. Zarandeó a su compañero, despertándolo, y le dijo:


--Sal fuera y dime si ha amanecido. Comprueba si ha salido el sol.

El hombre salió y vio que todo estaba muy oscuro. Volvió al establo y explicó:


--Oye, está todo tan oscuro que no puedo ver si el sol ha salido.


—¡No seas idiota! -exclamó el compañero-. ¿Acaso no puedes encender la linterna para ver si ha salido?



Reflexion:

La ignorancia es un recurso equivocado en que cada uno de nosotros adolecemos cuando carecemos del pleno entendimiento de nuestras capacidades individuales. Y es la ignorancia de la que se basan personas sin escrúpulos para inducir, manipular o fanatizar a quienes carecemos de ese entendimiento propio, y por esa razón pertenecemos a una sociedad en donde predomina el abuso por esta circunstancia en que nos encontramos la mayoría de los seres humanos ante los sistemas ideológicos, políticos y religiosos; en que somos considerados como infinidad de engranes que encajan a la perfección en una gran maquinaria llamada monopolio humano al servicio de las élites gobernantes y religiosas.

Y es la ignorancia lo que nos hace temer hacia lo que desconocemos, y por tanto de ahí deriva nuestro punto débil, del cuál caemos en las redes del engaño y la manipulación; y si la ignorancia es ausencia de conocimiento, a que se debe esto?, es obvio que no podemos saberlo todo, pero si podemos conocer lo esencial: y ese conocimiento debe partir del interior hacia el exterior. Porque el conocimiento exterior es aquel que nos aporta los elementos necesarios para conocer tanto nuestros antecedentes históricos de evolución, como para desenvolvernos en los planos social, cultural y laboral, que sin duda es significativamente valioso para aspirar a cumplir nuestras metas a corto, mediano y largo plazo, con miras a la superación con fines de supervivencia en un mundo que se rige en su mayor parte por aspectos materiales.

Y por otro lado se encuentra el conocimiento interno, que es la interpretación de las percepciones y sensaciones que a menudo nos inquietan, con ideas tales como: el sentido de la nuestra existencia, el temor a la muerte y que deriva en el temor hacia la vida, por esa falta de conocimiento al ser arrojados a un mundo en que aparentemente desconocemos su ritmo y ciclo natural; por estar ensimismados y obsesionados por los aspectos exteriores, por el constante competir, por el sobrevivir para aspirar a ser el mejor por encima de otros, por sentirnos reconocidos en una sociedad que alimenta el sentido de pertenencia basándose en las apariencias; por el constante bombardeo de medios masivos que apagan nuestra iniciativa y necesidad de liderazgo independiente.

Además, la ignorancia nos hace aferrarnos a la dependencia sadomasoquista, a esclavizarnos una y otra vez por el temor de experimentar la libertad absoluta de pensamiento y expresión; una vez liberados de una opresión, sólo fugazmente se experimenta esta percepción de libertad, que es sinónimo de ligereza, desapego, desenfado, y en el otro instante ya nos sentimos agobiados por esta ¨desconocida¨ sensación, porque de pronto nos sentimos nosotros mismos y eso nos asusta, al no saber controlar estas sensaciones y emociones tan intensas; impulsándonos inmediatamente a buscar una nueva dependencia, para que alguien ajeno se encargue de nuestro bienestar, y evadirnos de la responsabilidad de encontrarnos, experimentarnos y conocernos.

Al permanecer ignorante y desinformado de nuestro entorno interno y externo nos deja vulnerables para enfrentar toda una gamma de conflictos que son pruebas diarias que la vida nos enfrenta a fin de explorar y explotar nuestras capacidades, con una clara finalidad: conocernos para conocer el potencial que habita en cada uno de nosotros. Si no nos conocemos plenamente, como podremos saber lo que realmente nos espera en esta vida?, si es esta falta de conocimiento la que nos desarrolla el temor a ella; como podemos temer a lo desconocido, si aún no ha sido explorado?, por lo que el temor nos limita a atrevernos a experimentar la vida con nuestros propios recursos. No es posible desdoblar lo desconocido con lo ya conocido, ni mucho menos con ignorancia; lo desconocido se descubre con seguridad, con valor, con determinación, sin temer de nuestras propias reacciones a situaciones novatorias.

Vivir la vida sin temor es vencer las barreras inútiles e ineficaces de la ignorancia, es independencia; es disfrutar de la libertad sin necesidad de apegarnos obsesivamente a algo o alguien, confiar en los dictados de nuestra conciencia, nuestras inquietudes y nuestros sentimientos, lo único certero es que algún día dejaremos este mundo, eso no es importante, lo importante es con que calidad de vida lo haremos? Con autoconocimiento o con ignorancia? Sin caer en excesos, siempre con estabilidad, equidad y equilibrio. La decisión es sólo nuestra y de nadie más!.

Conocer es saber, saber es liberación, y liberación es paz interior.


¿Y QUIÉN TE ATA?

Cierto día un angustiado discípulo acudió a su instructor espiritual y le preguntó:

--¿Cómo puedo liberarme de la opresión que agobia a mi vida, maestro?

El instructor con toda parsimonia le contestó:

--Amigo mío, ¿y quién te ata?


Bibliografía: Cuentos de la India



Reflexion:

Que es lo que nos agobia y que no permite que experimentemos una vida de plenitud y calma emocional?, porque la vida en ocasiones es tan asfixiante, ante el entorno complejo que nos rodea a toda hora?, producto de la crisis en todos los planos en que estamos sumergidos, a nivel laboral, económico y social; lo cuál aturde nuestra mente y trastorna nuestras emociones, llegando a buscar salidas equivocadas, como el alcoholismo, las drogas, la violencia, la indiferencia ante la vida entre otras, como un mecanismo de evasión por el tipo de existencia que nos tocó vivir!.

Y de que forma afecta a nuestro entorno interior toda esa problemática exterior?, por supuesto a nuestros estados anímicos, a nuestro deseo de superación y trascendencia, a nuestros sueños y metas personales, a nuestro entorno familiar, a nuestras relaciones de amistad, a nuestra relación de pareja, terminando por opacar y afectando nuestra armonía, transformándose en un síntoma llamado estrés y que a largo plazo nos ocasiona todo tipo de enfermedades, a nivel psíquico, mental y físico.

A caso se puede vivir de esta forma?, siempre acelerados, neuróticos, irritantes, saturados, y agobiados?, que hacer en este tipo de situaciones en que nuestro entorno es tan caótico, en que estamos constantemente inundados por todo tipo de noticias cargadas de violencia, guerra, narcotráfico, desgracias, hambruna, problemas de inequidad económica y laboral, lucha de poder, de géneros, secuestros, asesinatos, intromisión a la intimidad de personajes públicos, sexo desenfrenado, problemas climáticos y una larga lista de desgracias que aquejan a nuestra humanidad. Como no sentirnos agobiados ante tal panorama del cuál somos testigos o que alguna vez hemos experimentado en carne propia?.

Todos y cada una de estas situaciones externas es lo que nos ata a sentimientos de indiferencia, dolor, angustia, incertidumbre y temor constante. Entonces de que forma es que podremos avizorar una inextinguible e imperceptible chispa de esperanza que transforme nuestro entorno interno ante la crudeza de nuestra realidad actual?.

Quién en realidad nos subyuga y nos ata a toda esta gama de sentimientos destructivos?

En realidad la mente es nuestra amiga o enemiga?, porque razón somos presa de pensamientos que alteran nuestro equilibrio?, y porque razón permitimos que nos subyugen estos pensamientos negativos?

Si tan sólo por un momento en este clima de incertidumbre y caos, pudiésemos detener nuestros pensamientos un instante en el tiempo a fin de acallar el murmullo de nuestra mente? Si tan sólo un momento pudiésemos tener la capacidad de controlar nuestras emociones en lugar que ellas nos controlen y rijan nuestra vida?, si tan sólo pudiésemos valorar que la vida es tan sólo una secuencia de momentos presentes que se van desdoblando en instantes dando lugar al llamado pasado, y por eso mismo es que deberíamos valorar cada instante de nuestra vida entregándonos al máximo, sin permitirnos perderlo en un vacío e insustancial pasado no experimentado?. Si tan sólo tuviésemos la capacidad de no dejarnos influenciar por el entorno exterior y simplemente mantener la calma a fin de ver la realidad oculta en los sistemas de comunicación masiva mediáticos?. Si tan sólo desarrolláramos la capacidad de no permitir que las personas nos dañen a través de sus críticas, envidias y acusaciones sin fundamento basándose sólo en la superficialidad de las apariencias. Por la simple razón que nadie más nos conoce tanto como nosotros mismos, y sólo nosotros poseemos el poder de permitirnos ser dañados e influenciados por el entorno exterior!. Si tan sólo una vez en la vida nos concediéramos el derecho de amar sin prejuicios ni remordimientos de por medio, entregándonos a este sentimiento tan puro, sólo por el simple hecho de entregarnos a nuestras emociones y aspiraciones personales?. Y sin tan sólo tuviéramos la capacidad de desatarnos de toda esta gamma de sentimientos que solamente limitan nuestra capacidad de éxito y trascendencia?.

Porque la vida es sólo eso, no estar atados ningún aspecto exterior de la vida, a nivel material o ególatra; sólo actuar acorde a nuestra sensibilidad interna y disfrutar esta vida, aún cuando nuestro entorno sea caótico; en lo interno poseeremos equilibrio y aplomo, con una conciencia liberada y desenfadada, enfocando nuestros pensamientos en aspectos positivos y constructivos, activando de esta forma toda nuestra energía potencial presente, por que la vida nos pertenece y nadie más tiene el derecho de arrebatarnos la armonía. Y por tanto solamente somos los únicos y absolutos constructores y emprendedores de nuestro destino. Las ataduras mentales sólo son producto de la indiferencia, la inseguridad y el pesimismo. Porque no atrevernos a realizar un cambio de fondo, cuando en realidad somos nosotros los que provocamos esas ataduras con nuestras actitudes?. Que nos ata a aferrarnos a la existencia sin sentido?. Que nos ata a no concedernos siempre una nueva oportunidad de levantarnos de una nueva caída, de un tropezón, de un fracaso, de un problema?, Quién nos ata a no perdonar a aquellos que nos lastimaron emocional y físicamente, liberándonos así de los rencores y odios añejos que sólo nos envejecen y amargan la existencia?, que nos ata a aquellas relaciones del pasado que ya se extinguieron y que por orgullo nos aferramos a mantenerlas en nuestro pensamiento cuando ya no hay sentido de ser?. Porque nos atamos a aquello que ya no supinos ni pudimos realizar en el pasado, cuando todo en la vida tiene un porque, una razón del cuál no estábamos listos para encarar esa situación que se quedo inconclusa. Realmente que nos ata?, como podemos aspirar a volar hacia alturas más promisorias cuando estamos atados internamente?. Simplemente es dejarnos experimentar la libertad; al liberarnos de nuestras propias ataduras mentales y emocionales!. Simplemente es vivir y ya!.

Los Tres Sobres

Es la historia de un servidor público recién nombrado que estaba instalándose en su nueva oficina.

Al sentarse ante su escritorio por primera vez, descubrió que su predecesor le había dejado tres sobres con instrucciones que deberían abrirse únicamente en tiempos de angustia.

No habían pasado muchos días antes que el hombre entrara en conflicto con la prensa, así es que decidió abrir el primer sobre.

La nota decía: «Échele la culpa a su predecesor». Y eso fue lo que hizo.

Durante un tiempo todo anduvo bien. Pero unos pocos meses más tarde, de nuevo estaba en problemas, así es que procedió a abrir el segundo sobre.

La nota decía: «Reorganícese». Y eso fue lo que hizo.

Eso le permitió disponer de más tiempo. Pero debido a que en realidad nunca había resuelto ninguno de los asuntos que estaban complicándole la vida, volvió a tener problemas, y esta vez, peores que nunca. De modo que, desesperado, abrió el último sobre.

La nota adentro decía: «Vaya preparando tres sobres».



Reflexión:

Las situaciones cotidianas de la vida nos llevan a un grado de tensión emocional que invariablemente del problema o de circunstancias que se presenten, nos invaden sentimientos de angustia cuando no sabemos atacar adecuadamente el conflicto en el que estamos inmersos, y por tanto perdemos todo equilibrio emocional y mental, quedando sumergidos en un mar de desesperación al no hallar una salida rápida y eficaz que nos restaure el equilibrio y la paz interna.

Sin embargo, siempre estaremos expuestos a experimentar y sufrir toda clase de situaciones inestables en cualquier medio en que nos desenvolvamos; y esto es producto de la cotidianeidad que a diario experimentamos en un medio social que se desenvuelve a través de la lucha por el poder, ya sea a nivel de ego, cultural o económico, y esta tendencia nos lleva a competir para obtener el mejor reconocimiento, ser el número uno, el triunfador, el más poderoso, el más rico, el más por encima de todo y de todos. Esto se transforma de origen en un instinto primitivo que por impulso ya extraemos a fin de luchar por la supervivencia, en un medio competitivo por excelencia.

Esto nos lleva a día tras día satisfacer ese sentimiento de poder, sin detenernos a pensar en las posibles consecuencias que esto acarrearía a nuestra estabilidad emocional; y cuando más sumergidos estamos en este constante ir y venir, sin darnos cuenta, hemos ya caído en las redes del estrés, provocada por las innumerables disputas, envidias, conflictos de orden personal y laboral; pero sobre todo por nuestra falta de capacidad de controlar y gobernar nuestras emociones. Ya que cuando se origina un conflicto nuestra primera reacción casi por instinto es irracional e instintiva, nos domina la intolerancia, el egoísmo, el odio, el deseo de venganza, la irascibilidad; en suma, perdemos absolutamente el control emocional por esta sensación insana y destructiva de encarar nuestros conflictos cotidianos. Siendo el detonante nuestra inseguridad y desconocimiento del valor que como seres humanos poseemos y que ante esta ignorancia; lo único que acertamos a hacer, es el afán de demostrarnos a nosotros mismos, nuestro aparente poder ante otro ser humano, cuando en realidad lo que estamos demostrando es la carencia de nuestros reales valores humanos, donde predomina principalmente, la humildad, la ecuanimidad y la tolerancia, aún en situaciones de extrema presión.

La angustia por tanto, es producto de esta decadencia en que hemos caído no sólo como sociedad sino como seres individuales y únicos; como parte de una masa que se permite ser manipulada y guiada hacia la mecanicidad de los clichés ya establecidos, que actúan monótona y mecánicamente ante los diversos sistemas o modelos sociales y medios de esparcimiento ya establecidos, con el fin primordial de adaptarnos y encajarnos como pequeños engranes de una gran maquinaria que gobierna, domina y determina el destino de una gran mayoría bajo el poder de unos cuantos. E incluso cuando alguien no encaja en estos modelos sociales, experimenta de igual forma la angustia, al sentirse inadaptado y aislado de la masa que considera ajena a sus ideales personales. Siendo excluido, lo que aparenta libertad y desprendimiento de las multitudes; se experimenta aún más sólo que integrado a si mismo, porque a pesar de sus anhelos de independencia moral y libertad, al desconocer su ser íntimo; la angustia no cesa, por la falta de un objetivo claro con el cuál conducirse en la vida, cayendo en la depresión y el desequilibrio mental .

Triunfo Final

Luego de perder por solo un voto sus elecciones para alcalde en 1993, Charlie Lewis se mudó a otra ciudad. Decidió gozar de la vida tranquila de un retirado, creyendo que el pedido de recusación de las elecciones que había solicitado al tribunal era poco probable que sucediese. Y entonces ocurrió un llamado telefónico inesperado, solicitando que regresara de nuevo. El Tribunal Supremo del estado había anulado tres votos ausentes para su contrincante, el alcalde residente, quedando sin efecto su victoria y convirtiéndolo en el ganador por un margen de dos votos.


“Habían sido más de dos años”, dijo el vencedor de setenta y dos años de edad en respuesta a la noticia. “Supuse que me habían olvidado… creo que cuando se llega a mi edad se aprende a digerir pacientemente las cosas”. No obstante, estaba entusiasmado con la decisión del tribunal y las oportunidades que le aguardaban.

Se convirtió en el primer alcalde de color de la pequeña ciudad.

“He esperado un poco, pero la ley se tomó mucho tiempo”, dijo


Reflexión:

El principal objetivo de toda vida para un ser humano es lograr el éxito en todo propósito que finque para la realización de sus sueños, y por supuesto que el anhelar cristalizar toda meta es el motor principal que nos impulsa para la búsqueda del éxito en todos los planos de nuestra existencia. Y es ese sentimiento el que no desarrolla una personalidad competitiva y desafiante, el constante estar probando nuestras capacidades y facultades, y que generalmente lo hacemos en mayor medida a través de la constante competencia con otro ser humano o en un grupo, con esa necesidad de sobresalir de entre la mayoría, lo cuál es el alimento esencial de nuestro ego, el que se estimula por las influencias externas, por medio del reconocimiento, de las palmas, de los escenarios, de las alabanzas, de los ascensos a mejores niveles de trabajo y por ende de vida, pero sobre todo el ser el foco de atención en un medio social que basa su status en el sentido de pertenencia a un mejor estatus social.

Este sentimiento que es muy independiente de nuestra esencia real interna, de la individualidad, necesita de los factores superficiales del exterior para ser enaltecido hasta la supremacía de su materialismo, en un mundo material o terrenal, un mundo perecedero y fugaz. Porque sólo el éxito material se conserva hasta que la suerte o la vida se extingan, porque estamos inmersos en un breve tránsito vital, y nos valemos de lo material que provee el dinero, las propiedades y el reconocimiento a nuestra persona. Porque al estar sumergido en este mundo terrenal, en la mayor parte de nuestra existencia no alcanzamos a distinguir con claridad cuál es el sentido de habitar este mundo, de cuestionarnos constantemente: de donde venimos?, quienes somos? y a donde vamos?, simplemente nos entregamos a la influencia de nuestros instintos primarios de supervivencia, y ese instinto es el de competir para ser el mejor, el número uno, el más capaz, el más fuerte, el más rico, el más inteligente, el más reconocido, el más apto, el más,, siempre el más…porque fincamos nuestros esfuerzos en proyectar nuestro pensamiento hacia lo externo, hacia el prójimo, al que visualizamos como nuestro adversario, nuestro oponente, nuestro enemigo, nuestro obstáculo; es cuando hacemos del éxito solo algo material, algo vano y efímero.

Nuestro único y real adversario, oponente, enemigo, obstáculo no habita en el exterior, fuera de nosotros, sino en nuestro interior, en nosotros mismos, la vida sólo actúa como espejo, cuando en realidad nosotros somos los protagonistas de nuestro destino, el reflejo de nuestra propia imagen, ese es el mundo real, el mundo interior; el de las sensaciones, el de las emociones, el de los pensamientos, el de nuestra individualidad; ahí radica la clave hacia el éxito no de una existencia efímera de acciones finitas y temporales; sino de una vida en la eternidad de las acciones trascendentales, el éxito es vivir la vida acorde a nuestra emanación interna de anhelos, en la congruencia de sentimientos, pensamientos y acciones, es la libertad de atrevernos a mostrarnos con libertad de prejuicios, temores y remordimientos.

Porque aún cuando nuestros proyectos no alcancen los niveles de realización que hemos trazado en la red del tiempo. No significa que ya hemos fracasado en nuestra encomienda, significa que aún se encuentra en un proceso interno de maduración, que de nada servirá precipitar sus resultados con acciones desesperadas e irreflexivas, sólo con el propósito de acelerar los resultados, porque lo único que se acelera es alcanzar, pero el precipicio del fracaso por la falta de paciencia y cautela, cuando no hay una meta clara por alcanzar, cuando los objetivos a corto, mediano y largo plazo no han sido trazados con claridad, pero sobre todo cuando no han sido considerados los imprevistos e imponderables, cuando no se está preparado para afrontar las dificultades que se puedan presentar durante la realización de un proyecto determinado; nada es producto de la suerte, es producto de la oportunidad de saber identificar el momento más adecuado para actuar, y aún es más valioso es el factor paciencia, trabajando activamente para el éxito de nuestra empresa personal, siendo flexibles y abiertos a cualquier alteración o modificación que surja durante el proceso, para realizar los ajustes necesarios, corrigiendo, replanteando e incluso reorientando los objetivos primarios con miras a lograr aún mejores resultados.

Porque si bien el triunfo final es alcanzar el éxito en todo proyecto personal a nivel material y espiritual; es descubrir el justo equilibrio de las cosas; siendo prioritario el éxito interno venciendo a nuestro peor enemigo que habita en nuestro interior en forma de temores, incertidumbre, inseguridad y pesimismo. Ya habremos logrado lo más importante: vencer a nuestro enemigo interior para hacerlo nuestro mejor amigo y guía. Más vale fracasar en una causa que algún día triunfará, que triunfar en una causa que algún día fracasará.

El éxito ya lo poseemos por instinto, ya que para nacer tuvimos que vencer a millones de espermatozoides, para alcanzar el triunfo final de fecundar el óvulo y lograr la máxima victoria: la oportunidad de existir; si ya poseemos ese gen victorioso, sólo basta asumirlo para comenzar la carrera hacia el éxito de la vida, vivir para ser feliz, siendo libres en el interior venciendo las barreras y obstáculos del exterior.

Una Búsqueda intensa

Una mujer estaba buscando afanosamente algo alrededor de un farol. Entonces un transeúnte pasó junto a ella y se detuvo a contemplarla. No pudo por menos que preguntar:

–Buena mujer, ¿qué se te ha perdido?, ¿qué buscas?

Sin poder dejar de gemir, la mujer, con la voz entrecortada por los sollozos, pudo responder a duras penas:

–Busco una aguja que he perdido en mi casa, pero como allí no hay luz, he venido a buscarla junto a este farol.

Fuente: Cuentos Clásicos de la India

Reflexion:

Es fácil desviar nuestras preocupaciones, frustraciones y desavenencias al exterior; es fácil pretender que todos nuestros problemas derivan del exterior; es fácil convencerse que nuestros anhelos se fueron al precipicio por aspectos del exterior; es fácil culpar al destino de nuestra suerte. Simplemente es fácil desviarnos hacia el exterior cuando todo cuanto nos sucede se origina en nuestro fuero interno.

Cada pensamiento, cada decisión, cada acción, surge de primer origen en nuestro interior, somos el centro de todo cuanto hay a nuestro alrededor, cada sensación, cada percepción, cada sentimiento, cada emoción, cada inquietud. Todo absolutamente todo proviene de nuestros aspectos internos a nivel emocional y mental; por consiguiente hay algo que provoca ese desvío interno; y es efectivamente nuestro entorno exterior, conocido como sociedad, sector en que nos desenvolvemos en la convivencia, en lo laboral y en lo profesional. Y que no necesariamente nuestro medio exterior es amenazante y destructivo, lo que lo hace amenazante es nuestra actitud ante ese medio en que convivimos, en el sentido de permitirnos influenciar por sus preceptos inductivos y mediáticos en que nos encontramos inmersos por la decadencia de valores que nos afectan actualmente.

Por supuesto depende además del nivel de conciencia que cada individuo posea para percibir identificar lo bueno y malo que amenace su estabilidad mental y emocional, y de esta forma desarrollar el razonamiento adecuado para saberse libre de este tipo de influencias de nuestro medio de convivencia. Porque cuando nuestra mente esta ofuscada por la ignorancia tanto de nuestros aspectos internos como de las tentaciones del exterior, podemos ser fáciles presas de los aspectos negativos en que nuestra personalidad se ve envuelta, desarrollando con esto prejuicios, temores, indiferencia, pasividad, inseguridad y falta de iniciativa. Esto por supuesto deriva en desarrollar una sensación de vacío y aislamiento, y en consecuencia comienza la pérdida de nuestros valores personales de individualidad, al sentirnos sometidos por el entorno exterior.

Y ante ello nuestra primera reacción ante esta dolorosa y desconcertante sensación es alejarnos a como de lugar de nosotros, reorientando y evadiendo la responsabilidad de enfrentar nuestros problemas a nivel emocional y mental; buscando en el exterior cualquier tipo de esperanza que nos devuelva la tranquilidad y armonía perdida, aferrándonos a todo tipo de creencias e ideologías de toda índole que nos proporcionen una respuesta coherente contra nuestros males personales, lo cuál se transforma en una búsqueda infructuosa comprobando que todo intento es vano e inútil, fracasando una y otra vez sin hallar los medios para resolver nuestras inquietudes personales; podríamos pasar toda una vida entera hasta el momento en que descubramos que las respuestas invariablemente de su magnitud, las hallaremos en nosotros mismos, y para que estas sean gradualmente descubiertas, es necesario ahondar en nuestro interior, en comenzar a descifrar el origen de nuestros males, no importando si ese origen fue ocasionado mucho tiempo atrás, lo importante es reconocer que fuimos los autores únicos ya sea de forma voluntaria o involuntaria; para comenzar a resolver el enigma que nos agobia permanentemente. Finalmente nuestro presente actual es consecuencia de nuestras acciones pasadas; es decir somos producto de lo que hacemos, de las decisiones que tomamos, ya sea consciente e inconscientemente.

Por lo mismo somos dueños de nuestro destino, en cuyo punto de partida ya no importa lo que sucedió en el pasado, eso ya pasó, ya se vivió, ya se experimentó y ya se perdió en las redes del tiempo, ya no se encuentra en nuestro control cambiarlo, transformarlo o evadirlo. Incluso las acciones pasadas nos han llevado hasta el momento en que nos encontramos actualmente, ya sea que estas sean favorables o desfavorables. Esto nos sitúa en el escenario de nuestra vida actual, y por tanto comenzar a responsabilizarnos de nuestras acciones, ya que el objetivo actual de nuestra existencia es vivirla al máximo, sin preocuparnos por lo desconocido e imprevisto, simplemente vivir!, experimentar la vida acorde a nuestras necesidades internas, a nuestras aspiraciones espirituales y materiales, despojarnos de toda índole de temores y prejuicios que obstaculicen y debiliten nuestra libertad de conducirnos acorde a esa percepción de vida que se va desarrollando conforme vamos conociendo, experimentando y enfrentando el mundo. Y si de pronto algo no salió conforme a nuestros deseos o propósitos no tomarlo de mala forma: con desesperación, enojo, frustración o desencanto; tomarlo como viene, con apertura mental controlando nuestras emociones, convencernos que toda vivencia es experiencia, es enriquecimiento de vida, es conocimiento de nuestro desempeño hacia el exterior, es expresión pura de nuestro fuero interior; porque la vida lo vale, porque es nuestra vida y porque nos pertenece, no para evadirla o destruirla, sino para entregarnos a la única existencia que podremos experimentar conscientemente y por ello mismo vale la pena aventurarse; porque la búsqueda es no buscar; es vivir!.