jueves, noviembre 07, 2013

Coraje




Muy a menudo al detenernos en algún lugar, como un paraje alejado de la muchedumbre o alguna zona montañosa alta, donde podemos sentirnos más cerca del firmamento celeste, para sentir la brisa fresca que purifique nuestra mente agolpada con el clásico estrés de todos los días; y vaya que estamos viviendo una realidad muy compleja, en la que no sabemos si vamos a salir airosos al día siguiente, hay incertidumbre y temor por doquiera que miremos; las sociedades estamos sumergidos en una gran crisis en todos los sectores y esferas, y el fenómeno ya es global. Nos agobia el pensar que nos depare el porvenir, ya no sólo el personal, sino el de nuestros hijos, imaginar que clase de mundo les estamos ofreciendo nos llena de pavor. Desde la extinción del ecosistema, el calentamiento global, las guerras, la crisis alimentaria, el clima de violencia, entre otros; que hacen que la sociedades se unan y se manifiesten impotentes ante gobiernos autoritarios y monárquicos que construyen un imperio a nivel global dominado por los más poderosos y que aplastan y extinguen los derechos básicos de supervivencia y las garantías individuales.
 
El panorama ciertamente no es nada sencillo, sin embargo no podemos mantenernos cruzados de brazos, el núcleo familiar aún cuando sufre crisis de valores, debe mantenerse incólume, pues representa la base principal de la formación humana a nivel emocional, y que proporciona los elementos necesarios para recuperar el control social, y arrebatárselo a los gobiernos que manipulan y adormecen mediante sus programas mediáticos y oscurantistas, cuya finalidad es atrapar nuestra atención y sumergirnos en la pasividad y el conformismo. Hay mucho por hacer en lugar de postrarnos frente al televisor y consumir las pocas horas de lucidez que nos permiten las actividades cotidianas. La vida se logra, luchando por ella y no esperando a que los milagros lleguen a nuestra puerta sin el menor esfuerzo, no hay varitas mágicas ni oraciones que nos resuelvan la existencia. Por lo miso, tampoco hay reclamos a nuestro Dios personal, simplemente ese Ser Supremo nos  proporcionó el milagro de la vida, la forma en como vivirla, disfrutarla o desperdiciarla nos corresponde sólo a nosotros y no debemos desviar la atención para culpar al exterior de lo que nos sale mal, somos los únicos y merecedores responsables de la realidad que actualmente estamos experimentando, para bien y para mal!..

 Hemos experimentado derrotas y victorias, caídas y encumbramientos, errores y aciertos, frustraciones y alegrías. Pero hay algo que diferencia a los que salen adelante y los que se estancan, y eso es voluntad, pero sobre todo coraje. Puede que las expectativas en un inicio fueron amplias y que en el resultado no llegaron ni al tercio de lo que esperábamos; o tal vez las circunstancias nos llevaron por caminos inciertos que nos insertó en una realidad paralela; o simplemente nos dejamos llevar por la corriente de la vida y nos arrojó a un destino inesperado y sorpresivo. Todo es posible cuando asumimos la responsabilidad tomándola como punto de partida para seguir adelante o reorientar el rumbo hacia aquello que nos haga experimentar realización. Para muchos es casi imposible levantar la cabeza y atreverse a tomar las riendas para recuperar el control de la situación. Lo imposible es nuestra propia imposibilidad para darnos una enésima oportunidad  ante la interminable cadena de tropiezos y desaciertos. Finalmente es nuestra vida y en lugar de aplastarnos por lo que la gente piense de nuestro desempeño personal o profesional; debemos atrevernos a seguir luchando por aquello que creemos nos llevará a realizarnos; mientras haya un hálito de vida, hay una nueva oportunidad para encarar la vida con coraje y decisión, aún cuando el sendero esté plagado de obstáculos y nubarrones, tarde o temprano vislumbraremos una luz al final del camino y adquiriremos la lucidez para salir triunfadores de nuestro más acérrimos enemigo: nosotros mismos!.

Mil caídas de pie son preferibles que una doblar la rodilla ante la indiferencia y el conformismo!

Decisiones

En la alborada matutina, nos levantamos con cierto aire de frescor en nuestro rostro, aún con la mente confusa por la inevitable recreación de escenarios, en forma de sueños que surcan por nuestra mente, que acumula experiencias en la marcha ajetreada del diario vivir, donde ingresan a nuestro cerebro miles de imágenes, sonidos, sensaciones y olores; todo esto captado por nuestros sentidos básicos; y que son el resultante de angustias, esperanzas y anhelos por lo que deseamos percibir y obtener de la vida. Y que constantemente evaluamos con optimismo o con cierto pesar, que estamos haciendo de nuestra existencia, si vamos por el camino correcto, o en que punto nos desviamos cayendo en un abismo complejo de salir. Esto es la resultante de innumerables decisiones que debemos tomar, muchas veces sin pensarlo, otras basadas en un cuidadoso análisis racional y otras más, abarrotados de dudas e incertidumbre. Independientemente del matiz, cada decisión conlleva una consecuencia, y vaya que algunas de ellas han sido inesperadas o desastrosas. El resultado final, es satisfacción, sorpresa o decepción. Por eso mismo nos preguntamos una y otra vez: Cuál es la decisión correcta ante un problema determinado?, con que seguridad podemos asumir una postura convencidos que el resultado será como lo esperamos?, que criterio es el más adecuado para decidir sin pensarlo y obtener éxito?.

No cualquiera tiene la capacidad, sangre fría o confianza en sí mismo para tomar la decisión correcta en el momento apropiado y acertar. Se requieren facultades específicas; esencialmente un conocimiento claro de sí mismo, experiencia vivencial, y preparación importante del ámbito en que realiza la toma de decisiones; principalmente en el área laboral, que es el pan de todos los días para sobrevivir en un medio competitivo. Pero esto va más allá, se interna en el ámbito social, familiar y de mayor importancia el personal. Porque sabemos que la vida no marcha hacia atrás, y por tanto,  es arriesgado tomar decisiones al azar, con la esperanza de acertar y si el resultado no es el esperado, regresar el tiempo en busca de una nueva oportunidad. Esto es prácticamente imposible, el tiempo como la vida son inquisidores que no permiten retroceder. Es importante primero que nada, conocer nuestros procesos internos basados en acciones intuitivas, pero alimentadas por el raciocinio y una carga de estabilidad emocional importante, para asegurar que hemos tomado la mejor decisión en el mar de incertidumbre que agolpa nuestro pensar. Y a pesar de esto, el resultado puede ser el no esperado; no hay garantía de certidumbre, porque la vida esta envuelta en un mar de misterio, y sólo comprendiendo el orden en el universo podremos dirigir nuestros pensamientos hacia el escenario esperado.

Recrear es preparar nuestras emociones y los posibles escenarios ante lo que parece inalcanzable y a lo que nos enfrentaremos. Aún cuando se insiste que estamos gobernados por un destino; el único camino seguro es la muerte, nadie la puede evadir; fuera de esto, todo lo demás se encuentra en las posibilidades de alcanzarlo o lograrlo, lo cuál en el papel suele ser también complejo, cuando aún no hemos descubierto que deseamos hacer en la vida, y si estamos preparados o aptos para ello. De ahí la necesidad de hallar el sentido de nuestra existencia; aquello que anhelamos, lo que nos gusta, lo que se nos facilita, lo que nos hace sentir inmensamente felices y que por alguna razón directa e indirecta hemos descuidado o desperdiciado. Así como no hay marcha hacia atrás en las decisiones que hemos tomado en el pasado y que ha derivado en la situación actual que vivimos, no significa que hemos perdido la oportunidad de retomarlo, si bien el tiempo ha pasado, las condiciones que otrora antes estaban a nuestro alcance, ahora parecen inalcanzables y que la carga moral es insoportable. La mejor decisión en la vida que podemos tomar es este momento presente. Aún cuando ya parezca tarde, no hay mejor momento que armarse de valor y afrontar la realidad por muy dura que ésta sea, para levantarnos de nuestro letargo y hacer que la vida funcione acorde a nuestras necesidades; al principio parecerá y se sentirá imposible, sin embargo debemos armarnos de valor y comenzar a sacudirnos la polilla del conformismo y la apatía, para reactivar nuevamente las ganas de vivir y redirigir nuestro destino hacia la senda que deseamos realizarnos, y será indudablemente la mejor decisión que hemos de tomar en nuestra vida!.

Nueva Oportunidad

Un despertar más, es una nueva oportunidad para lanzar una sentencia, por enésima vez, pedir a nuestro poder supremo que cada día sea no sólo diferente, sino mejor que el anterior y con mejores expectativas que en otros ayeres, a pesar del medio que se encarga de aniquilar nuestras intenciones. Buscamos por todos los medios de levantarnos con disposición y actitud, con el aletargamiento producido por el día anterior, echamos mano de nuestra energía casi inexistente por el cansancio y estrés acumulado de la exigente rutina que nos hemos impuesto, más por necesidad que por gusto. A pesar de los pesares no decaemos en el ánimo y luchamos sin tregua para que cada instante valga la pena, que soportemos los vaivenes de las circunstancias que nos someten a férreas pruebas a fin de templar nuestro carácter, algunas veces salimos victoriosos y muchas otras son derrotas, permeadas de frustración y coraje, siendo éste último el que nos da los elementos para levantarnos de la precipitada y dolorosa caída, y seguir adelante con nuevos bríos, con ciertas secuelas, pero al fin y al cabo neceamos en no renunciar al anhelo de lograr nuestro propósito.

Muchas serán las ocasiones que no tengamos el ánimo de seguir adelante, sin embargo, hay una voz interior que impulsa a no renunciar, no importe cuán obscuro e incierto sea el horizonte; que voces exteriores se empecinen en destruir nuestra confianza, e incluso caemos en alguna forma de pesimismo aporreados por nuestros propios cuestionamientos. En realidad la vida no pinta tan fácil cómo lo muestran los clichés sociales alentados por los medios masivos de comunicación, que sólo son manipulación y consumismo, y que aniquilan no sólo la iniciativa natural hacia la superación personal, sino diluyen la misma individualidad, con el fin de automatizarnos y manipularnos a su antojo, como títeres guiados por una voluntad ajena. Ese es el panorama al que nos enfrentamos día a día, en una lucha encarnizada por el poderoso sobre el débil, por el rico sobre el pobre, por la apariencia sobre la individualidad, por el materialismo sobre el humanismo. Finalmente todo se mueve por algún tipo de interés de sobresalir en un mundo que exige resultados inmediatos, y por el afán del poder a costa de lo que sea, de la desesperada carrera en la lucha por la supervivencia.

La realidad es muy clara, estamos inmersos en un mundo incierto, lleno de retos, en donde se busca éxito y el reconocimiento, porque entre más obtiene el ser humano más desea y mayor insatisfacción experimenta, no hay un límite ante la ambición desmedida como causante compensatoria de la incertidumbre ante un porvenir que nunca será claro, ante el desolador e inevitable destino que nos espera sin tregua y que tarde o temprano enfrentaremos. Es por ello que la vida se nos va como un suspiro, por la inexorable marcha del tiempo que nos consume la vida instante en instante; y por tal motivo debemos concientizar que independientemente de los satisfactores materiales y que fungen como prioritarios, está el equilibrio y la paz interior, el crecimiento espiritual que proporcione certidumbre del rumbo que deseamos tomar, ni tanto de uno ni poco de otro, ni así tampoco desmedido u olvidado, todo es importante y nada es necesario, el justo equilibrio es aquel que oriente la vida hacia la evolución del alma. Lo material viene y va como las olas embravecidas del mar, que en un instante nos arrebata lo que sentimos seguro y permanente; y en el otro instante nos lo regresa momentáneamente sin esperarlo.

Una nueva oportunidad es sólo una falacia, porque cada momento lo es, no hay nuevas oportunidades, cada momento de nuestra vida es ya un regalo de Dios; y es en cada instante que se nos presenta la oportunidad de retomar lo olvidado, de rehacer lo destruido, de reorientar nuestro destino; no hay más espera que el ahora!. Porque si nos obsesionamos en esperar una nueva oportunidad, terminaremos por cegarnos ante lo evidente, y desperdiciar una vida que de por sí ya es una grandiosa oportunidad, porque poseemos conciencia y razón, y por tanto, la libertad para elegir el mejor camino que satisfaga nuestras necesidades y anhelos!.

Utopia

Si todo cuanto hemos experimentado pudiésemos aspirar a controlar por lo menos un ciento por ciento de las situaciones inesperadas, quizás algo diferente sería el acontecer de nuestra existencia, habrían mejores expectativas de salir avante ante situaciones desagradables y no con tantas secuelas. Tratamos en lo posible de ofrecer nuestra mejor cara ante esta serie de imprevistos; especialistas en el tema afirman que la mayoría los provocamos inconscientemente. Hay evidencias testimoniales que el pensamiento atrae todo por naturaleza sea para bien o para mal, y que por ende, se afirma que hay entre nosotros una ley de atracción natural. Si esto es una afirmación podríamos tener una posibilidad para deducir lo que se conoce como evento inesperado, y más aún, poder redirigir nuestros pensamientos hacia lo que sentimos sea positivo y de beneficio para nuestro crecimiento en cualquier ámbito, y por el contrario, si gran parte de los desaciertos y pesadumbres que nos suceden, se deben a esta teoría de la atracción, bien pudiésemos hacer un ejercicio de cambio de actitud y comprobar si realmente los pensamientos negativos son el causante de nuestras aparentes desgracias, que vamos arrastrando a lo largo de nuestra existencia. Llegamos a la conclusión tácita que somos lo que pensamos; en síntesis nuestra realidad es mental en su totalidad, y si funcionamos en relación con nuestro entorno, nos lleva a que todo el universo que nos rodea actúa con esta condición.

Sin embargo, no podemos pasar por alto, que una vez que suceden estos eventos, ya es práctica y lógicamente imposible evitarlos o regresar el tiempo para remendarlos y canalizarlos a un mejor término. En éstos casos no queda más que superar lo más pronto posible las secuelas y aprender de la experiencia, para estar más alertas y preparados para futuros imprevistos. Y aquí aparenta que caemos en una contradicción, porque cuando nos referimos a un evento inesperado, es porque no hay forma de pre-sentirlo o esperar lo que no sabemos que va a suceder, e intentar estar alertas a lo que no sabemos en que momento va a suceder en el futuro inmediato, es caer en un alto grado de ansiedad y temor hacia lo inesperado, por tanto se perdería la espontaneidad del presente, y nuestra existencia se tornaría en un cúmulo de obsesiones enfermizas por desear atrapar lo que no es tangible. Cuando ya se tiene una vida acumulada de experiencias, se va comprendiendo el ir y venir de la vida, con sus claroscuros e imprevistos, decepciones y frustraciones, de relaciones que no funcionan, o cuando el fracaso sentimental es reiterativo y no queda lugar más, que para el pesimismo y la resignación a una soledad que no haya su reafirmación; la incertidumbre ya es inherente y la zozobra es constante hasta el final de nuestros días, o por lo menos así es como lo percibimos, porque por naturaleza somos pesimistas al sentirnos despojados del don de la precognición.

Cuando no logramos sostener la certidumbre a pesar que las condiciones actuales sentimos que no son favorables, e incluso  cuando todo pinta favorable sospechamos que algo no encaja y terminamos por echar todo a perder, si la naturaleza nos traiciona, llevándonos a cometer errores, a generar desconfianza en nuestro entorno, a precipitar los procesos que requieren paciencia y objetividad, y nos regimos por una doble moral; se transforman en distractores que desquician nuestra capacidad de concentración y, por ende el estado de alerta hacia el proceso natural de nuestro entorno, perderemos la percepción de los movimientos naturales que emanan a nuestro alrededor y que dan por consecuencia que propiciemos pensamientos negativos que derivan en la emanación de situaciones desconocidas e inesperadas, prejuzgando lo que por naturaleza debería entregarse a vivir con intensidad y desenfado. Lo inesperado llega cuando nos obsesionamos por lo desconocido, recreando escenarios que desvirtúan la realidad, la cuál debería ser espontánea, absorbiendo cada momento tan pleno de aprendizaje en lugar de condicionarlo con pensamientos negativos, que somos producto de nuestra realidad, de nuestros errores, de nuestro destino y situación actual; por más que sintamos que una losa pesada aplasta nuestra dignidad y alegría por vivir, el hecho de disponer de nuestra conciencia, nos da los elementos suficientes para luchar por la libertad y la felicidad que tanto anhelamos y qué, con el paso del tiempo se ha deformado en una utopía!.

Nueva Vida

Pensar en una nueva vida, en una nueva oportunidad de rehacerla, nuestra primera reacción es pensar en el ir y venir de la vida, y si alguna vez nos hemos detenido a pensar a partir de que momento se ha ido transformando de lo espontáneo a lo rutinario nuestra existencia?, hemos detenido nuestro paso súbitamente para analizar qué estamos realmente haciendo?, hemos despertado de sobresalto en medio de la noche angustiados por el porvenir?, o acaso hemos cuestionado nuestro paso por una existencia abrumada por la situación actual que nos aqueja?, cuántas pesadillas, sueños o anhelos han surcado por nuestra mente, deseando una motivación que nos proporcione un real y auténtico sentido para vivir!.

Es inevitable pensar que aún cuando estemos pletóricos de vitalidad, al tope de actividades, socialmente exitosos y que, aún cuando cumplamos a cabalidad el papel que nos tocó vivir; quede un resquicio de insatisfacción, sin poder explicarnos qué es aquello que le hace falta a nuestra vida para que ésta sea plena. Pareciera que no encontramos la saciedad para llenar ese hueco que nos hace sentir vacíos y permanentemente insatisfechos, y por ello caemos que nos impulsa a acumular y llenarnos obsesivamente de actividades sin un sentido claro de enriquecimiento individual. Es cierto que el papel de cada ser humano es buscar algún tipo de felicidad trascendiendo su vida más allá de las fronteras del tiempo y el espacio, aún cuando la existencia física es breve, buscamos algo especial que realizar para que se encuentre bien justificado nuestro paso por este mundo, que para algunos es caótico, y por esta razón se dejan guiar por la zozobra y el temor, limitando su capacidad de atreverse a experimentar nuevos retos.

Por lo general, el papel que nos toca en esencia es: nacer, crecer, reproducirnos y morir; así de frío y tajante, suena simple sólo dejarse llevar por la inercia cumpliendo con lo básico y esencial, sin sobresaltos, con el mínimo de energía. Otra alternativa es complica la existencia, con nuevos retos a cada día, realizando un cambio radical cuando se cae en la rutina y la apatía, con actitud renovada sin permitir que la pereza y el conformismo nos aletargue. En que lado de la balanza nos queremos ubicar?, cuál de las dos nos llevará a sentir que hemos cumplido con algo importante que deje una huella permanente de nuestro andar?, quizás una enseñanza, una semilla que tarde o temprano germinará dejando ver los frutos de nuestro esfuerzo. Todo es posible y todo aparenta ser sencillo, sin embargo, no para todos es accesible, porque no a todos se les presenta la oportunidad en el momento esperado y saben aprovecharla al máximo, unos temen, otros dudan, y otros simplemente la toman, de qué depende?, es un misterio porque no todos poseen la visión para reconocer que ha llegado la tan anhelada oportunidad para darle un vuelco a la existencia.

Cómo renacer a una nueva vida cuando nuestro entorno o presente inmediato lo sentimos adverso? Una motivación externa será suficiente, o debemos estar al borde la muerte para reaccionar y comenzar a tomar en serio la existencia?, que requiere la naturaleza humana para salir de su letargo histórico y transformarse en un líder de sí misma?, estamos conscientes del adormecimiento en que nos mantiene la influencia mediática?, cuán títeres obedecemos a sus estímulos y actuamos conforme nos dictan, dejándonos manipular a placer acorde a sus intereses?. Es necesario reaccionar ante esta mecanicidad en que nos han sometido; resetearnos y adoptar antes que nada la individualidad y asumir que no debemos depender de nada exterior para sentirnos autosuficientes.

¨El sabernos dueños de nuestra voluntad y emociones es el inicio de una nueva vida!¨

Violencia(Parte II)

………..Parece que en estos tiempos actuales en que nos tocó vivir, difícilmente nos desprenderemos del cáncer cada vez más invasivo de la violencia, los medios masivos de comunicación se han encargado de restregárnoslo hasta lo más profundo de nuestro sentir, dejándonos un sentimiento de temor constante; todo a nuestro alrededor esta matizado de alguna noticia relacionada con esta forma de resoluciones, por quienes han perdido la capacidad de llegar a acuerdos mediante las ideas que proponen y construyen y no a través de acciones viscerales. Lo interesante de todo este asunto es analizar que es que acciona este mecanismo en el ser humano que lo hace actuar con gran visceralidad!. Una de las razones se debe principalmente a nuestra naturaleza primitiva, y esa nos impulsa a actuar visceralmente, con rabia, molestia, enojo con sus consecuentes efectos secundarios de impotencia y frustración. Esto obedece a un simple mecanismo de defensa al sentirnos vulnerables ante ciertos actos que amenazan nuestra integridad, es una reacción primaria y fulminante, que dispara la adrenalina y que de momento nos hace perder el control de las emociones, unos más que otros. Es por tanto desde las entrañas de nuestra constitución humana que debemos comenzar a trabajar!.
Hay diversos caminos para canalizar la violencia que de momento nos invade de ese sentimiento que tantas ocasiones nos meten en problemas, y pasado el furor es cuando la mente comienza a clarificar y hasta entonces caemos en la cuenta de las consecuencias adversas y fatales en que hemos incurrido, por supuesto ya demasiado tarde para intentar siquiera resarcir el daño provocado. Y vaya que nos preguntamos porque incurrimos una y otra vez en el mismo error, lo que nos deja un sentimiento de frustración y culpa. Sabemos de antemano que desde el seno materno traemos esta característica, al sentirnos impotentes para desafiar a la autoridad de los padres en nuestra naciente e inexperta personalidad, cuando creemos que es injusto, y que es exacerbado durante la etapa renegada y desafiante de la adolescencia, y en la primera oportunidad descargamos esa impotencia en alguna forma de violencia contra otro ser, sea ésta acción justa o no.
Y ante este panorama pareciera que no hay otra salida que renunciar y sumarnos a la larga y extensa cadena de ola de violencia que nos aqueja como sociedad en vías de extinción de valores y acciones humanitarias hacia el prójimo. Pero eso no significa que tengamos que resignarnos a la suerte que nos tocó lidiar, de alguna forma el ser humano ha comenzado a reaccionar y actuar, quizás imperceptiblemente, pero con muchos trabajos y vidas sacrificadas en el intento, ante un verdadero monstruo que devora civilizaciones enteras que anhelan el poder a costa de lo que sea. Es una misión prácticamente imposible de realizar, porque ha mermado desde líderes religiosos, políticos, padres de familia, adolescentes e incluso hasta en la niñez ya hay casos muy claros de ataques de bullyng que crece de una forma alarmante, y que éste último tiene su punto y aparte, sin embargo, alguien tiene que iniciar ese cambio, y debe ser cuánto antes, antes de que nos perdamos no sólo como sociedad, sino como humanidad….(continuará…).
 

Violencia(ParteI)

Una mañana como cualquier otra cuando el sol asoma en la alborada matinal, casi en automático, nuestro primer impulso es encender la radio, la televisión o abordar el periódico matutino para enterarnos de las más recientes noticias del momento, que aquejan a nuestro país y a nivel global, y cuál es nuestra sorpresa al respecto?, que la mayor parte de las noticias se enfocan en la ola de violencia que hay en el mundo, en el país, en los Estados de la República, y peor aún, en nuestra propia colonia, y si le rebuscamos más, en nuestro ambiente familiar así como en el hogar hemos manifestado algún tipo de violencia. Estresante es en verdad el saber que al ser humano se le han acabado los recursos para llegar a acuerdos, para mantener la paz entre sus iguales, para sensibilizarse ante la desgracia ajena, para evitar ser portadores y protagonistas del bullyng, porque este tipo de violencia de tipo físico y psicológico no sólo se presenta en las instituciones de educación desde la enseñanza elemental hasta la profesional, sino en todos los ámbitos de nuestra sociedad, lo mismo se da en el ambiente laboral de superior a subordinado, como en el ambiente familiar del hombre hacia la mujer y de ésta hacia los hijos; y es desde el núcleo de la familia donde se inicia el círculo vicioso que se va irradiando hasta los recónditos de la sociedad, y ese algo es lo que motiva a una persona para agredir a otro con o sin aparente motivo.

Desde los inicios de la pre-historia el ser primitivo era presa de las bestias de su entorno para alimentarse de él, y sólo atinaba a lanzarle pedradas y trepar a los árboles para protegerse de los ataques. Conforme su inteligencia iba despertando y desarrollándose comenzó a fabricar armas con lo que disponía en su entorno y con el descubrimiento del fuego pudo alejarlos e incluso cazarlos para alimentarse, en la medida en que transformó su esencia nómada a sedentario, comenzó domesticar a algunos animales para su utilización y alimentación, lo que le favoreció para organizarse y civilizarse. Y fue entonces cuando orientó sus energías en establecerse como líder de la horda o tribu, lo que le incentivó para desafiar y ser desafiado, generándose las primeras manifestaciones de violencia para la supervivencia e incluso comenzó el deseo por expandirse a otros territorios, lo que dio inicio a las invasiones y postreros enfrentamientos cruentos y sangrientos, y ese fue preámbulo de un sentimiento que hasta la actualidad lo desafía y obsesiona: la lucha por el poder!.

Desde esos principios de la humanidad la violencia sólo existía como un recurso de defensa para lograr establecerse y reclamar un lugar en el mundo que le rodea; y con el paso del tiempo al hacerse más dominante y territorial, la violencia fue, es y ha sido un recurso para reafirmar un ego exacerbado por las exigencias de una sociedad que se aleja y  descompone cada vez más de los valores esenciales humanos y que se le inserta en la mente el dominio, el poder y la ambición exacerbada, por encima del respeto y el derecho a la libertad de expresión, entre otras garantías individuales. La pregunta es: Cómo erradicar ese tipo violencia, que destruye a la humanidad y la sociedad en general desde el propio núcleo familiar y desde las entrañas de la intimidad humana?. Habrá todavía alguna fórmula que erradique el clima de violencia que nos aqueja en todos los ámbitos de nuestra vida?, porque hemos perdido la sensibilidad hasta el extremos de ser indiferentes a la desgracia por el desvalido?, que clase de seres humanos, si así se les puede llamar a aquellos que disfrutan de violentar, torturar, asesinar e infinidad de formas de destruir la vida humana?, porque hay personas que ejercen algún tipo  violencia por aquellos que les inspiran antipatía, y que no se tientan el corazón para que a la más mínima oportunidad insistan en desacreditar, menospreciar y evidenciar?.

Será que nuestra sociedad ha perdido ya la esperanza por realizar un cambio de actitud y buscar algún tipo de reconciliación para sí y para con su prójimo; en lugar de recurrir a alguna forma de violencia como único recurso, y erradicar ese cáncer que enferma cada vez más a la humanidad……..continuará..

Despectividad

La lucha eterna del ser humano es alcanzar el éxito y el poder a cualquier costo, lo que representa hacer hasta lo impensable para lograrlo, muy válido y en su derecho para aspirar a ello. Otros en sus limitaciones tienen que pasar una serie de obstáculos y travesías para siquiera ingresar en el umbral, muchas veces sin lograrlo en toda una vida de esfuerzo, no por que esto sugiera un fracaso, simplemente porque no se encuentra dentro de sus prioridades el anhelar el éxito profesional o material, o no halle los medios para lograrlo en el corto plazo. En otros las circunstancias naturales de la vida por el entorno en que les tocó vivir se mantienen al margen de la supervivencia. Cada persona posee su propia aspiración y anhelos, sabe de su potencial y limitaciones, sabe del porque actúa de una u otra forma, sabe porque no ha podido alcanzar sus proyectos de vida, sabe lo mucho que desea despojarse de aquellos prejuicios que le impiden dar el salto que lo impulse hacia la senda del éxito personal, y sabe de las oportunidades que ha dejado pasar y que no necesita de que alguien se lo esté recordando o restregando en cara. Simplemente cada persona posee su propia historia de vida y tiene todo el derecho a conservarla en su intimidad y secrecía y por consiguiente atesorarla, y de ninguna manera nadie posee la autoridad moral para incriminarla o evidenciarla.

Hay desde víctimas a victimarios, y hay de aquellos que victimizan a quienes consideran débiles o desposeídos de alguna cualidad según su ciega y equivocada apreciación, y por esa razón no escatiman en desmerecer o desacreditar, y se comportan despectivamente ante quién carece de posesiones, títulos o estatus social, lo cuál no lo hace menos, y aunque lo poseyera no lo hace ni más especial ni superior a nadie, porque cada ser es único y con un gran potencial por naturaleza. No hay cabida para comparativos entre seres, ya que cada uno representa un universo irrepetible y no se vale que se menosprecie, ni se devalúe a nadie; porque ningún ser humano posee la autoridad ni moral ni jerárquica para demeritar la personalidad de otro ser. Es cierto que estamos sometidos a las leyes que la misma humanidad se ha impuesto a lo largo de la historia para dominar y ser dominada, y así crear las grandes organizaciones sociales, políticas y religiosas, esto implica el respeto a los derechos humanos y las garantías individuales; y por ello nadie dentro del marco moral y legal tiene el derecho de menoscabar o menospreciar al desprotegido, o carente de algún tipo de ¨virtud¨ según los ¨estándares¨ sociales, lo cual resulta en algún tipo de discriminación o racismo, sea el color de piel, su condición socio-económica, ideología política, religiosa y cultural, forma de pensar, de expresarse; simplemente la facultad de Ser.

Por tanto, todo ser humano tiene el derecho de ejercer su libertad y la forma en cómo conceptúa no sólo su propia naturaleza, sino su existencia, y merece siempre una oportunidad para demostrarse y desarrollar su potencial, aún cuando éste sea ignorado y demeritado; ya que cada Ser es como una semilla, por mucho que se encuentre en la superficie de la tierra, y se piense que tarde o temprano ésta secará, si posee una esencia inquebrantable y resistente a las inclemencias del temporal, tarde o temprano comenzará a germinar cuando las condiciones sean favorables. Así es cómo debemos actuar, sin importar cuánta gente nos rechacé e ignore o dejé de creer en nuestro potencial, no debe preocuparnos lo que piensen; lo importante es creer en uno mismo y realizarse, porque muchos sucumben ante estas ¨inclemencias¨, pero aquellos que resisten se darán cuenta que las respuestas surgen de lo más íntimo del Ser, porque esa emanación es la chispa que Dios engendró en nuestro interior y que no necesita de nada del exterior para potencializarse, sólo atrevernos a poner manos a la obra en lo que deseamos ser y hacer de nuestra existencia, ya que es nuestra elección y de nadie más!.


El Ser despectivo es el fiel reflejo de una existencia vacía y solitaria; el Ser humilde es el fiel reflejo de la conexión intrínseca con la grandeza y el respeto hacia toda la naturaleza!.


Enigma

Dios, el Universo, la Vida, el Destino, la Existencia, el Tiempo, el Ser humano, la Naturaleza y todo cuánto nos rodea está inmerso en lo desconocido, el misterio y el Enigma, hay teorías y personajes que presumen de poseer la verdad acerca del origen de alguna de estas incógnitas, sin embargo, no dejan de ser más que sólo hipótesis muy lejanas, que distan mucho de siquiera acercarse a una verdad absoluta, muchas de ellas se quedan estancadas sólo en la superficie; ya que todo sin excepción escapa a nuestros sentidos ordinarios, mucho falta aún para pretender acercarse a los límites de Dios, y sin embargo, muchos desafían lo que creen que es finito y tangible; cuando es infinito, intangible y que escapa a nuestra percepción humana limitada, y que sólo podemos fiarnos de nuestra ilimitada capacidad de imaginación, para diseñar infinidad de teorías que pretenden convencernos que estamos muy cerca del origen de todas las cosas; lo que diluiría la angustia del ser humano para poseer un ápice de certidumbre de lo que considera fuera del alcance de sus manos, y es el enigma de la vida y la muerte.

Ese es tan sólo una pequeña muestra de lo que es nuestra existencia, un enigma tras otro de lo que nos depare el porvenir, y que es una incansable lucha para no seguir sembrando un pasado abotargado de reminiscencias que laceran y aniquilan la vivacidad y pureza de nuestro presente inmediato, y que se transforma en un pesada carga que inevitablemente condicionará nuestro futuro. Mucho podemos pedirle a la vida y poco es lo que podemos reclamarle; mucho debemos reclamarnos y poco pedirnos, porque todo lo poseemos y mucho es lo que desperdiciamos; poco es lo que sabemos de la vida y mucho lo que desconocemos de nosotros mismos, ese es nuestro mayor enigma: la propia existencia; un micromundo envuelto en un macrocosmos. El enigma del origen de universo concentrado en el misterio de nuestro Ser.

Incógnitas tales como: Porque nos pasa esto y aquello?, porque nos sentimos bien en un momento y porque desolados en el siguiente instante?, porque un día todo fluye increíblemente, y otros días simplemente damos tropiezos tras tropiezos?, porque nos sentimos lúcidos y receptivos y en el otro momento todo es confusión y desesperación?. Pareciera que somos víctimas de los designios del destino, casualidades o simplemente causalidades?. De qué forma podríamos controlar las situaciones que intempestivamente nos altera el equilibrio del momento?. Qué fórmula aplicar para que todo nos salga según nuestras necesidades y aspiraciones?. Cómo darle armonía a nuestra existencia sin tener que sufrir sobresaltos?. Qué hacer ante aquellas personas que insisten en atacarnos por el simple hecho de ser lo que somos?.

Mucho es lo que necesitamos saber de la vida, desentrañar sus misterios y develar el gran enigma de nuestra existencia; dejar de sentir incertidumbre, dolor, frustración y todo sentimiento de opresión; y en su lugar poseer autocontrol y seguridad para solventar cada una de las inclemencias a que nos vemos sometidos rutinariamente. Es un hecho que no podremos evitar aquello que amenace nuestra integridad y tranquilidad; que no podremos detener a aquellas personas que intenten ofendernos o atacarnos cobardemente basados en una doble moral o sin dar la cara; que el exponernos al mundo actuando basados en nuestra propia naturaleza, ya genera no sólo envidias sino resentimientos insospechados. El tratar de explicar las causas que motivan a determinadas personas a actuar de esa forma en lugar de ocuparse de su propia existencia es un verdadero enigma, y en realidad no vale la pena ni siquiera tratar de persuadirlas o encararlas, sólo denotaríamos debilidad e inseguridad ante comportamientos insignificantes.

Nuestra vida ya es de por sí una gran responsabilidad, como para perder el tiempo en banalidades, la existencia es un don precioso que no se debe desperdiciar, lo que es será y lo que será pasará, hagamos lo que se hagare. El futuro inmediato está al alcance de nuestras manos y en lugar de atormentarnos y lamentar nuestra suerte, es el momento de tomar las riendas de nuestro destino y descubrir cada una de las capas del enigma de la existencia, viviendo, experimentando, equivocándonos, tropezando, porque eso significa atrevimiento y no pereza mental. Dejar que el mundo ruede y lo que las personas piensen o conceptúen de nosotros es lo que menos debe importarnos, no vale la pena desperdiciar un solo gramo de energía en tratar de que nos acepten o de convencerlos de su propia negación, eso sería sometimiento, y la dignidad debe estar muy por encima de sentimientos de pertenencia, primero hay que pertenecerse, aceptarse y amarse a uno mismo. Porque el gobierno nace de nuestro propio Ser y no bajo el yugo ni dependencia de nadie, tenemos la facultad del auto aprendizaje, y por tanto de recrear nuestras propias expectativas y necesidades.

Cuando el ser humano aprenda a entregarse a la vida, ésta ya no será un enigma, será enigmática!.

Honestidad

Estas fechas especiales son muy bien pretexto para reflexionar acerca de nuestro papel a nivel espiritual, seamos o no creyentes de algún tipo de ideología religiosa. Lo más importante es preguntarnos, cuánto tiempo le hemos dedicado, independientemente de las actividades naturales de supervivencia o desenvolvimiento social. Mucho, poco o prácticamente nada es lo que dedicamos a desarrollar equilibrio interno, llámese a nivel emocional y trascendental. En que sentido?. En lo estrictamente moral o ético. En lograr un balance entre lo que sentimos, pensamos, expresamos y actuamos. Casi por lo general hacemos una praxis negacional de nuestra esencia. Actuamos en la mayor parte del día con hipocrecía y falsedad aparentando lo que deseamos piensen de nosotros y no lo que somos en realidad, y que solamente en nuestro ambiente íntimo externamos. Las razones son múltiples y bien fundamentadas, falsamente, pero validadas para solventar con apuros las innumerables situaciones que experimentamos día a día.
 
Somos en realidad actores y protagonistas de nuestra propia caricatura, en la que representamos infinidad de personajes, unos para el desenvolvimiento social, otro con los amigos, otro personaje con los compañeros de escuela o de la actividad laboral, y otro aún mucho más acentuado e incongruente con la pareja en el inicio de una relación. Es tan bueno nuestro histrionismo que gradualmente vamos opacando la personalidad real por una mentira reiterada que se transforma en verdad, y silenciosamente se va desarrollando frustración, porque sabemos que no es nuestra esencia la que actúa, sino la mentira consolidada en nuestra realidad y que sólo es un enmascaramiento de lo que aparentamos al exterior. Cuáles son las repercusiones?, que no somos honestos con nosotros mismos, ni mucho menos con quienes nos rodean en cualquier ámbito, porque ante los demás demostramos no sólo falsedad sino hipocresía, ya que al momento de alejarnos comenzamos a hablar o actuar mal o en contra de quién o quienes en el instante anterior le dábamos un espaldarazo o nuestra mejor cara y supuesto apoyo.
 
Que podemos recibir a cambio ante este tipo de personalidad que no es congruente con lo que ya no sabemos quienes somos, ni qué éramos o deseábamos ser?. Se pierde no sólo el respeto, sino también la confianza para con los demás y peor aún para con nosotros mismos, nos sabemos alterados y prostituidos desde lo más íntimo de nuestro Ser; porque navegamos con una doble moral, sin una definición clara de congruencia al desenvolvernos en sociedad. Muchas veces experimentamos inseguridad y temor ante una situación que no sabemos cómo lidiar con ella y sólo atinamos a mentir o aparentar que no nos afecta el medio. El resultado final?, una carga moral tan pesada como una losa sobre la espalda que se acumula ante cada acción deshonesta de nuestra parte, porque con o sin proponernos dejamos secuelas a veces irreversibles en las personas que herimos por nuestra falta de escrúpulos; y que significa esto?, que desarrollamos carencias: de sensibilidad, de humildad y principalmente de humanidad!.
 
Honestidad es actuar en congruencia con lo que nace todo ser humano: autenticidad y espontaneidad para abordar la vida con su gama de situaciones inverosímiles o sorprendentes; de nada nos sirve el actuar con hipocresía ante alguien cuando no nos nace el hacerlo, es ahí cuando debemos ser honestos y no fingir lo que no sentimos, sólo por la necesidad de extraerle un beneficio momentáneo. No sólo nos ridiculizamos, sino que hacemos una absurda caricatura de nosotros mismos, ya que la mayoría de las personas perciben nuestra doble moral malintencionada y de esa forma es como nos retribuirán, lo que se siembra tarde o temprano se cosecha, nada se queda a la deriva, porque la vida es implacable para con quienes actúan con deshonestidad. Aspirar siquiera a realizarse es lograr el equilibrio en todos los ámbitos de nuestra cotidianeidad en cualquier escenario y mucho más importante sentirnos orgullosos, plenos y satisfechos con lo que somos y no con lo que tratemos aparentar, por unas cuántas dádivas que se esfumarán cuando menos lo esperemos. Vale la pena hacer el esfuerzo por intentar ser honestos, a partir de ese momento comenzaremos a experimentar equilibrio y congruencia en nuestra existencia!.
 
Una acción de honestidad es ser transparentes con nosotros mismos!

Inestabilidad

Como parte del andar diario, nos sucede que sin proponerlo, buscarlo o esperarlo, cuando más nos sentimos relajados, tranquilos o despreocupados, de pronto algo inédito e inesperado sucede, que nos cambia intempestivamente el estado de ánimo, envolviéndonos en un sentimiento de desequilibrio en cualquier nivel, esto es parte de las supuestas circunstancias o casualidades que nos acontecen día con día. Es claro que siempre nos esforzamos para que todo nos salga de la mejor manera, tratando de mantenernos con la mejor actitud y el estado de ánimo a tope. A pesar de ello en nuestro entorno siempre hay vicisitudes que nos acechan, si actuamos en plena actividad, porque nos movemos, y si permanecemos estáticos, porque no nos movemos. Por desgracia el ser humano posee el don de la envidia, y tarde o temprano por sus propios enjuiciamientos justificados o no, espera el momento propicio para atacar y hacer cuánto a su alcance exista para desestabilizar, con la finalidad de destruir sin miramiento alguno.
 
Es a veces incomprensible, tratar de desentrañar la razón del porque el ser humano se ensimisma tanto que pierde la objetividad de sus actos y trata de desestabilizar otro común, por el simple hecho de ser. Es decepcionante pensar que razón mueve a  determinadas personas que sin plena conciencia de su actuar les mueve no sólo el egoísmo, sino la envidia por otro Ser que lucha por salir adelante y superarse. Ese afán de competir y de sobresalir por encima de los demás, es lo que da origen a luchas encarnizadas en cualquier ámbito, y que deriva en la autodestrucción de la humanidad misma, por un solo objetivo: Poder!.
 
Si el ser humano sólo tuviese que preocuparse por trascender, dejar una huella indeleble en su actuar para hacer de la vida lo más duradera posible, y encarar la lucha más encarnizada que existe el dominio de sí mismo. Esa es la verdadera afrenta, el buscar auto perfeccionarse y no destruir a otro ser de su misma condición, por el absurdo deseo de autoafirmación, lo que refleja en sí el indudable vacío que se experimenta cuando se es ignorante de sí mismo y la fragilidad que muestra ante este tipo de actitudes de dominio y sojuzgamiento. Se es inestable tanto en lo mental como en lo emocional cuando se carece de prejuicios y de escrúpulos, cuando sólo se anhela el poder por el poder, aunque éste sea efímero e imperceptible.
 
Vale preguntarse porque esa necesidad de reafirmarse por algo que tarde o temprano se desvanecerá en la profundidad de la soledad y la frustración?, que experimentan aquellas personas que actúan de esa manera, sólo obsesionándose por provocar la estabilidad de un semejante?, acaso experimentan algún tipo de placer o de poder?. No será caso una voz impotente aclamando atención y afecto?, de que forma atender a esa sensación de vacío existencial, que incita a destruir ánimos y diluir ímpetus?.
 
Si se le diera una connotación distinta a la existencia, quizás no habría necesidad de autodestruirse. Y eso es la aceptación a sí mismo, y reorientar sus esfuerzos a su propia condición interna. Que basta con iniciar el trabajo para auto perfeccionarse, en lugar de atender las condiciones de su igual, que basta con la problemática individual cómo para perder energía en querer competir ante lo incompatible. Por una razón de peso: ningún ser humano posee idénticas características ni mucho menos idénticas formas de ser, como para pretender sobresalir por encima de él.
 
Cada ser humano en su substancia interna e incorpórea es único e irrepetible, y es por ello que se debe trabajar para sí mismo en la búsqueda de la autorrealización, y no en busca de la involución al sentirse separado de sí mismo!.

Condicionamiento

Nos ha pasado alguna vez que para realizar determinada acción u ofrecer un favor tenemos como primera reacción, el condicionarla?, prácticamente todo lo condicionamos a cambio de algo, desde un favor a un amigo, en la misma relación de pareja, se condiciona por naturaleza a cambio de una negociación por un fin común, y en esta argumentación es como tratamos de día con día llegar a un acuerdo, a pesar de las grandes diferencias que existen por cuestión de género, por un lado la incansable lucha de la mujer por reclamar su justo espacio a su libre albedrío y resistencia natural hacia el sometimiento generado por el machismo histórico del hombre, quién a regañadientes cede imperceptiblemente a su jefatura como proveedor del sustento y figura otrora imponente.
 
En tiempos actuales es ya no sólo impráctico, sino hasta arcaico estar condicionando lo que por naturaleza deberíamos hacer con respeto absoluto a la libertad de la persona con la cual no sólo compartimos un espacio vital, sino hasta la aspiración al final de nuestros días. A pesar de ello seguimos imponiendo nuestros usos y costumbres en una clara lucha de poder, y cuando los recursos se nos terminan, ponemos en práctica el instinto animal oculto a flor de piel en una clara muestra de fuerza bruta por encima de la razón. Quienes actúan de esta forma, tarde o temprano terminan por caer en su propia mediocridad; todo condicionamiento viene acompañado de un interés personal para demostrar poder de dominación, por la fragilidad que percibimos en nuestro interior. Entre más inseguros nos sentimos, más deseo de dominio demostramos al exterior y lo canalizamos a través de un desencadenamiento de condicionamientos con miras a compensarnos.
 
Tanto trabajo nos cuesta simplemente ceder sin pedir algo a cambio?, acaso algo se nos desprenderá que sea irrecuperable?, perderemos alguna facultad especial?. Que no acaso en el dar esta el recibir?, hay una frase célebre de un filósofo griego llamado Sócrates que daba las gracias a quién ayudaba, lo cuál generaba cierta curiosidad por este tipo de expresión, y cuando se le preguntó el porque, simplemente decía: ¨Te doy las gracias porque al ayudarte me ayudas a crecer¨. Una respuesta simple para un significado con gran profundidad. Y efectivamente, cuando desarrollamos la facultad de ayudar a las personas en la medida de nuestras posibilidades y cedemos parte de nuestra disposición y experiencia, el beneficio a nivel humano es incalculable, porque toda acción de índole filantrópica, nos llena no sólo de gran satisfacción al sabernos útiles, sino que desarrollamos el sentido de aportar un pequeño grano hacia una humanidad que cada vez se sumerge en la decadencia de valores.
 
Poco es lo podemos aportar a nivel global, pero es un buen comienzo un cambio de actitud del egoísmo que nos hace condicionar todo cuánto se nos pide u ofrece. Esta forma de actuar nos limpiará interiormente de egoísmo y rencores arraigados por el tipo de sociedad en que nos desenvolvemos y que nos condiciona nuestra forma de pensar y actuar. La diferencia estriba en la voluntad de actuar y ofrecer lo mucho o poco que poseamos y que nos haga sentirnos satisfechos que nos hacemos bien al hacer el bien.
 
El que da de sí sin condicionar, recibe en abundancia lo merece por omision!

Calma

Una palabra sencilla de describir y compleja para comprender su potencialidad, y más aún lograr siquiera llevar acabo esa consideración, basta echar una mirada a nuestro alrededor para entender la complejidad de su acción, caos, violencia, problemas de índole familiar y personal, en el trabajo, en las calles todo es caótico, personas a toda prisa por las calles dirigiéndose a sus destinos, en un ambiente de ruido extremo entre murmullos y claxon de automóviles y autobuses ante los cotidianos problemas de tránsito en una ciudad donde todo lo que reina es el oportunismo por rebasar, violando las leyes de tránsito, empujándose unos a otros en los sistema de transportes públicos para llegar cuánto antes al lugar d trabajo o esparcimiento, puestos de periódicos mostrando encabezados a primera página sobre escenas dantesca de asesinatos y accidentes, donde ya se ha perdido la sensibilidad ante la desgracia humana, noticias que cimbran al mundo de la política y el espectáculo con el consabido morbo de la gente estupefacta, asimilando más caos del que pudiesen tolerar, en una clara muestra de insensibilidad y tolerancia ante lo grotesco y lo pueril.
 
En el hogar problemas de índole familiar, el sustento diario de los hijos, los problemas conyugales con la pareja, la preocupación constante por cubrir con los gastos inmediatos de impuestos, alimentación y salud; las interminables disputas con los hermanos y la incomprensión para con, y hacia los padres. Y todavía para remachar  los propios, en que sitio estamos ubicados actualmente, como extinguir la incertidumbre que nos consume día a día por el porvenir, y miles de tormentos más que debilitan nuestro estado de ánimo.
 
Y todavía alguien pretende que tengamos un poco de calma?, de donde?, acaso se puede aspirar siquiera a pensar en tener un solo instante de tranquilidad y calma, cuando las actividades nos agobian minuto a minuto, producto de nuestro acelerado tren de vida?, y por el contrario, cuando estamos exentos de toda esta presión en un existir desahogado y despreocupado, sin más actividad que sólo existir en la indiferencia del entorno, porque a pesar de que estamos aparentemente inactivos y sin algún tipo de ocupación que nos destrabe de nuestro letargo, porque  pesar de ello no puede haber una calma perfecta?, sentimos que nuestra vida es vacía y sin sentido alguno al cuál dirigirse, los sentimientos son variados pero que llevan hacia una insatisfacción permanente, al igual cuando estamos atiborrados de actividades sin ton ni son, sólo para cumplir con el requisito de activarnos, pero sin consistencia alguna. Nuevamente donde se encuentra la respuesta a la tan anhelada calma que nos equilibre anímica y emocionalmente?.
 
Si todo fuera tan sencillo como se dice y escucha, seríamos una simple hojalata que no posee ni sentimientos ni pensamiento, sólo andaríamos mecánicamente por la vida, programados en nuestro estado instintivo, reaccionando conforme el medio nos incitara. La calma no se logra necesariamente ignorando toda esta serie de situaciones que lejos de tranquilizarnos o aportarnos algo positivo, nos hace perder los estribos y la cordura, sumergiéndonos en un ambiente de tensión constante y estrés que va minando no sólo nuestro estado anímico, sino deteriorando la salud física y  mental. La naturaleza de alguna forma nos provee su sabiduría, y en este caso actuar como si estuviéramos en el centro de un huracán, donde todo a su alrededor es caos y destrucción, en el centro se encuentra la calma perfecta, no una calma pasiva e indiferente, sino una energía contenida controlando su entorno, activa latente a mantener el control absoluto de la situación, manteniendo la distancia entre el caos y el orden, donde se mantiene al margen de las situaciones destructivas de su exterior.
 
Esa puede ser una forma de guiarnos ante la fuerza inestable del entorno en que nos rodeamos, todo desorden, situaciones inusitadas e inesperadas que desmadejan la ecuanimidad y el equilibrio. La inacción ante la furiosa actividad cotidiana, la aparente inactividad ante la catarsis de los problemas inmediatos y absorbentes. Una mente en perfecta calma ante la tormenta de los impulsos y deseos que son exacerbados por el entorno y la cruel y manipuladora influencia mediática, la lucha constante por el poder, el deseo irracional por llegar a la cima a cualquier costo. Todo aparenta estar en nuestra contra, y el huir o aislarse de ese mundo es tanto como negar la existencia, no podemos evadirlo porque es parte de nuestro entorno, ni renegando nos proporcionaría algún tipo de placebo. Todo esta implícito en el juego de la vida, y afrontarla con una calma interior que se desarrolla basada en el poder facultativo de su esencia y su capacidad de potencializarla en situaciones de gran estrés, la actitud y la determinación ante los retos, es lo que marca a diferencia entre los que trascienden y los que simplemente se resignan a su suerte!,
 
 
La calma se desarrolla cuando primero acallamos nuestro huracán interior!