lunes, diciembre 18, 2006

La Vida será Mejor....!

En una sociedad donde estamos constantemente condicionados a vivir un ritmo de vida muy acelerado, por lo general nos sentimos estresados y agobiados; el momento presente es casi inexistente al estar sumergidos en nuestros problemas cotidianos; nuestra única esperanza es la ilusión en que la vida será mejor… Despúes de terminar los estudios; nos enamoramos en ese transcurso y hacemos planes con nuestra pareja con la ilusión de que la vida será mejor….cuando encontremos un buen empleo, nos casemos; sin embargo comienza el acoplamiento con la pareja, nacen las diferencias, luchamos por reconciliarlas con los naturales altibajos de la relación, y esperamos que la vida será mejor…. Cuando tengamos el primer hijo, comienzan las constantes noches en vela, la angustía por los exhaustivos cuidados del recién nacido, llega el otro bebé.. la parejita deseada, más sacrificios e incertidumbre en su crecimiento y desarrollo; y por ofrecerles un futuro mejor, desde el esplendor de la niñez, hasta la compleja e incomprendida adolescencia, inculcarles valores y fomentar una carrera profesional; y sin embargo pensamos en que la vida será mejor…cuando los hijos se reciban y se casen para formar sus respectivas familias; por fin resurge la convivencia con nuestra pareja, ahora ya en una edad madura, hemos cumplido con el ciclo de la vida, pensamos en que nuestra vida será mejor….. cuando alentamos a nuestra pareja para tener un mejor carro, remodelar la casa que ahora parece tan vacía sin los hijos, deseamos salir de vacaciones para renovar nuestros votos; pensamos que la vida será mejor…. cuando nos jubilemos, sin embargo terminamos frustrados por que reflexionamos y concluímos que la vida nunca fue mejor, el paso inexorable del tiempo ha hecho mella en nuestros cuerpos y en nuestra salud!, aparecen los primeros indicios de la vejez y pensamos que la vida será mejor…. cuando llegue la muerte y pasemos a una mejor vida!
La verdad es que no hay mejor momento para ser felices que el Ahora!, el tiempo presente, si no es ahora, cuando?
Tu vida estará siempre llena de retos.
Es mejor admitirlo y decidir ser felices de todas formas. Por largo tiempo pareciera que la vida estaba a punto de comenzar – la vida de verdad. Pero siempre había un aparente obstáculo en el camino, algo que resolver primero, algún asunto sin terminar, un exámen final que pasar, una carrera que culminar, un empleo y puesto al cuál aspirar, una pareja que cultivar, unos hijos que criar, una deuda que pagar. Entonces la vida comenzaría de verdad. Hasta que nos damos cuenta de que estos obstáculos eran la Vida misma!.
Esta perspectiva nos ha ayudado a ver que no hay un camino a la felicidad…. La Felicidad es el Camino!.
Así que atesora cada momento que tienes, y atesóralo más cuando lo compartas con alguien especial; los amigos, la pareja, los hijos, la familia; lo suficientemente especial para compartir tu tiempo y amor!. Y recuerda que el tiempo no pasa en balde por nadie….
Así que deja de esperar a que termines la escuela, hasta que te recibas, hasta que bajes de peso, hasta que te cases, hasta que tengas hijos, hasta que tus hijos se vayan de la casa, hasta que te divorcies, hasta el viernes por la noche, hasta el domingo por la mañana, hasta la primavera, el verano, el otoño, el invierno, o hasta que mueras….para que la Vida sea mejor!.Y para decidir que no hay mejor momento para vivir que este!, el momento presente, el ahora, para ser feliz…..
La felicidad es un trayecto, no un destino. La Felicidad no está en lo que opinen los demás de ti.. Está en lo que sientes y ahnelas Tú! Actúa desde ahora, no hasta que sea demasiado tarde!

El Secreto para ser Feliz

Hace muchos años vivía en la India un Sabio de quién se decía que guardaba en un cofre encantado un gran secreto que lo hacía triunfador en todos los aspectos de su vida y que por eso se consideraba el hombre más feliz del mundo.
Muchos reyes envidiosos, le ofrecían poder y dinero e incluso intentaron robarle para obtener el cofre, pero todo era en vano. Mientras más lo intentaba, más infelices eran, pues la envidia no los dejaba vivir.
Así pasaban los años y el sabio era cada vez más feliz.
Un día llegó ante él un niño y le dijo: -Señor, al igual que usted, también quiero ser inmensamente feliz ¿ Por qué no me enseña que debo hacer para coseguir a felicidad?
El sabio, al ver la sencillez y la pureza del niño, le dijo:
A ti te enseñaré los secretos para ser feliz. Presta mucha atención.
Mis secretos los tengo guardados en dos cofres, y éstos son: mi MENTE y mi CORAZÓN, y consisten en una serie de pasos que deberás seguir a lo largo de tu vida.
El primer paso, es saber que existe la presencia divina en todas las cosas de la vida y por lo tanto, debes valorar lo que te rodea y apreciarlo.
El segundo paso, es que debes quererte a ti mismo y todos los días al levantarte y al acostarte, debes afirmar: Yo soy importante, yo valgo, soy capaz, soy inteligente, soy cariñoso, espero mucho de mí, no hay obstáculo que no pueda vencer. Este paso se llama AUTOESTIMA.
El tercer paso, es que debes poner en práctica todo lo que dices que eres, es decir, si piensas que eres inteligente actúa inteligentemente; si piensas que eres capaz, haz lo que te propones; si piensas que eres cariñoso, expresa tu cariño; si piensas que no hay obstáculos que no puedas vencer, entonces proponte metas en tu vida y lucha por ellas hasta lograrlas. Este paso se llama MOTIVACION.
El cuarto paso, es que no debes envidiar a nadie por lo que tiene o por lo que es. Ellos alcanzaron su meta, logra tú las tuyas.
El quinto paso, es que no debes albergar en tu corazón rencor hacia nadie; ese sentimiento no te deja ser feliz; deja que las leyes hagan justicia, y tú perdona y olvida.
El sexto paso, es que no debes tomar las cosas que no te pertenecen. Recuerda que mañana te quitarán algo de más valor. El séptimo paso, es que no debes maltratar a nadie. Todos los seres del mundo tenemos derecho a que se nos respete y se nos quiera.
Y por último, levántate siempre con una sonrisa en los labios, observa a tu alrededor y descubre en todas las cosas el lado bueno y positivo.
Piensa en lo afortunado que eres al tener todo lo que tienes; ayuda a los demás, sin pensar que vas a recibir nada a cambio; mira a las personas y descubre en ellas sus cualidades y dales también a ellos el secreto para ser triunfadores y que de esta manera, puedan ser felices.
¡Aplica estos pasos y verás que fácil es hacer la diferencia y ser feliz!
No subestimes el poder de tus acciones; con un pequeño gesto puedes cambiar la vida de otra persona para bien o para mal.

La Concentración y la Piedad

Un joven, preso de la amargura acudió a un monasterio y le expuso a un anciano maestro:
- Querría alcanzar la iluminación, pero soy incapaz de soportar los años de retiro y meditación.
¿Existe un camino rápido para alguien como yo?
-Te has concentrado a fondo en algo durante tu vida? preguntó el maestro.
- Solo en el ajedrez, pues mi familia es rica y nunca trabajé de verdad.
El maestro llamó a un monje.
Trajeron un tablero de ajedrez y una espada afilada.
- Ahora vas a jugar una partida muy especial de ajedrez. Si pierdes te cortaré la cabeza con esta espada; y si por el contrario ganas, se la cortaré a tu adversario.
Empezó la partida.
El joven sentía las gotas de sudor recorrer su espalda, pues estaba jugando la partida de su vida. El tablero se convirtió en el mundo entero. Se identificó con él y formó parte de él.
Empezó perdiendo, pero su adversario cometió un desliz. Aprovechó la ocasión para lanzar un fuerte ataque, que cambió su suerte.
Entonces miró de reojo al monje. Vió su rostro inteligente y sincero, marcado por años de esfuerzo. Evocó su propia vida, ociosa y banal... y de repente se sintió tocado por la piedad.
Así que cometió un error voluntario y luego otro... Iba a perder.
Viéndolo, el maestro arrojó el tablero al suelo y las piezas se mezclaron.
-No hay vencedor ni vencido -dijo-. No caerá ninguna cabeza.
Se volvió hacia el joven y añadió:
-Dos cosas son necesarias: la concentración y la Piedad. Hoy has aprendido las dos.
Cuántas veces en la vida hacemos las cosas superficialmente. solo logrando metas efímeras por la vía fácil y rápida, las cuáles se diluyen tan rápido como llegaron y a veces sacrificando la dignidad de las personas y hasta por la propia integridad, salvo cuando de repente la vida nos enfrenta a adversidades inesperadas y vitales en donde sólo así empeñamos la máxima concentración y dependemos de la cooperación y disposición de los demás; cuando podríamos hacerlo en cada una de las actividades de la vida cotidiana otorgándole el máximo de concentración y viviendo el momento presente sin dañar a los demás, y de esta forma lograr la plenitud en nuestra vida.