viernes, julio 03, 2009

Nadie

Nadie camina la vida sin haber pisado en falso muchas veces.

La regla de oro de la vida es experimentarla, sin importar la cantidad de errores o tropiezos que encontremos en nuestro camino, los cuáles son necesarios para replantear nuestro proceder ante cualquier tipo de circunstancia, lo importante es transitarla aprendiendo de nuestras acciones y madurando con ellas, el pisar en falso no necesariamente significa un paso equivocado, es nuestra experimentación, es ese deseo de búsqueda el que nos impulsa a descubrir nuestro sentido de vida, si caminamos inconscientemente sin analizar el proceso de nuestras acciones, corremos el riesgo de cometer error tras error, alterando el proceso natural de evolución hacia una meta determinada; en cambio cuando somos conscientes de cada paso que damos, si discernimos la situación analizando el entorno, estando alertas ante cualquier imprevisto, y enteramente concentrados y decididos hacia lo que queremos, los pasos serán firmes, seguros y sólidos, no importa que repentinamente erremos el camino, habrá enseñanza, conocimiento y replanteamiento, pero sobre todo madurez. Nadie esta exento de pisar en falso, la diferencia estriba en la actitud posterior.

Nadie llega a la otra orilla sin haber ido haciendo puentes para pasar.

Como pasar a la siguiente etapa si no construimos un puente para cruzar el río de la incertidumbre, si de pronto hay un abismo ante nuestros ojos, no permitir que el desasosiego y el temor nos invada, en lugar de retroceder y renunciar a nuestros sueños, en lugar de eso, calmar nuestra ansiedad, centrar nuestras emociones y fijar nuestra mente hacia una posible y alternativa solución para seguir adelante sin importar que tan profundo e incierto sea el abismo en que estemos atrapados, la fe en uno mismo, en nuestras capacidades, pero sobre todo en nuestra fuerza de voluntad nos proporcionará la claridad mental, el discernimiento y las herramientas adecuadas para construir el puente que nos permita llegar a la otra orilla, y el confiar en uno mismo con una actitud positiva es el ingrediente principal para el logro de nuestro cometido.

Nadie deja el alma lustrosa sin el pulimento diario de la vida..

La inmortalidad del alma, es la purificación de nuestra individualidad, no de vida en vida, sino día tras día, cada vida se interpreta como un nuevo día, una muerte es el estado inconsciente que el sueño nos sumerge, el final de un ciclo no de vida, sino de un día más, del ocaso para el resurgimiento de un nuevo amanecer; una nueva oportunidad para ser mejores, para corregir posibles errores, para replantear nuestras actitudes, hacia uno mismo, hacia los demás y hacia la vida misma; cada día representa esa nueva oportunidad para ¨lustrar¨ nuestra alma, nuestras características de origen y esenciales, nuestra real personalidad en su descubrimiento y proyección al exterior, ser congruentes en sentimiento, pensamiento y acción, en una búsqueda ¨eterna¨ hacia el mejoramiento y perfeccionamiento de nuestras capacidades, pulirnos día tras día para despojarnos de esas impurezas producto de los prejuicios y temores arraigados del pasado, para develar la pureza de nuestra individualidad, sin importar los agentes ¨agresosres¨ del exterior que amenacen con opacarnos.

Nadie puede juzgar sin conocer primero su propia debilidad.

Como podemos juzgar a otro ser humano por sus acciones, cuando no poseemos la calidad moral para hacerlo, con que elementos?, con que razonamiento?, con que derecho nos atrevemos a juzgar?, en base a que o a quién?, y con que fundamento racional de por medio?, nadie absolutamente nadie posee ese ¨derecho¨, primero que nada debemos juzgarnos a nosotros mismos y con ese sentimiento de humildad aceptar que nuestra calidad humana está sometida al error, a la imperfección y por tanto al prejuzgamiento. Nadie absolutamente nadie posee el conocimiento de otro ser humano, que el mismo ser humano en su individualidad, cada uno de nosotros poseemos por naturaleza un ¨código¨ genético único e irrepetible, y sólo cada ser humano sabe del porque sus acciones, esa es su máxima debilidad, el saberse humano y no un ¨Dios¨ que en base a su soberbia someta a escrutinio y prejuzgamiento a otro ser humano, porque sólo posee un parcial conocimiento, más no el absoluto, de su prójimo. Y sólo cada ser humano posee el absoluto conocimiento de sí mismo y por eso no permitir que otro ser humano nos juzgue porque no nos conoce tanto como nos conocemos a nosotros mismos.

Nadie consigue su ideal sin haber pensado muchas veces que perseguía un imposible.

Algo muy común en nuestra sociedad es asociar los ideales con imposibles. Si los grandes descubrimientos de la historia partieron de un sueño, de un ideal, de un imposible, y sin embargo cristalizaron y se hicieron realidad palpable, aún cuando los demás lo consideraron idealismos imposibles. El poder de cada ser humano radica en el poder de su imaginación, de soñar y generar ideales en su mente y posteriormente hacer hasta lo ¨imposible¨ para cristalizarlos, transformando un proceso mental subjetivo basado en la creatividad, hacia un proceso objetivo y real basado en la autodeterminación; sólo basta crear la imagen mental de nuestros ideales conscientemente, y acto seguido dejar que nuestros procesos internos y subconscientes comiencen a orientarnos y nos impulsen al logro gradual de nuestra meta principal. Nada es imposible para una mente disponible, y nadie consigue algo trascendental sin haber generado en su imaginación un ideal sin importar si éste sea considerado posible o imposible, la actitud de progreso y perseverancia genera el puente entre lo subjetivo y la objetividad, entre el ideal y la realidad, entre el sueño y la meta realizada.

Pero nadie deja de llegar, cuando se tiene la certeza de un don, el crecimiento de su voluntad, la abundancia de la vida, el poder para realizarse y el impulso de sí mismo.

Nadie deja de llegar cuando hay actitud ante la vida, cuando hay confianza en las aptitudes, cuando hay certeza y conocimiento de nuestros dones y virtudes, porque un don o una virtud son cualidades particulares que posee cada ser humano y las lleva a cabo libre de ataduras y prejuicios, es cuando actúa basado en sus propios impulsos racionales, en su propia individualidad y en su propio convencimiento de sus capacidades para potencializar su Don en la búsqueda de un beneficio a nivel interno que se proyecte al exterior. Porque la abundancia se manifestará producto de sus acciones; la vida entrega tanto como descubramos y nos brindemos de ella para la autorrealización y el impulso hacia la libertad y el poder de pensamiento, acción y palabra.

Porque nadie, absolutamente nadie más que nosotros mismos, nos pertenece el poder de aceptar que la certeza de vida se revela cuando descubrimos que poseemos el Don del derecho a vivir!

El Círculo del odio

El dueño de una empresa gritó al administrador, porque estaba enojado en ese momento.
El administrador llegó a su casa y gritó a su esposa, acusándola de gastar demasiado, al verla con un vestido nuevo.
La esposa gritó a la empleada porque rompió un plato.
La empleada dio un puntapié al perro porque la hizo tropezar.
El perro salió corriendo y mordió a una señora que pasaba por la vereda, porque obstaculizaba su salida por la puerta.
Esa señora fue al hospital a vacunarse contra la rabia y gritó al joven médico porque le dolió cuando le aplicó la vacuna.
El joven médico llegó a su casa y gritó a su madre, porque la comida no era de su agrado.
La madre le acarició los cabellos diciéndole:
-"Hijo querido, mañana te haré tu comida favorita. Tú trabajas mucho. Estás cansado y necesitas de una buena noche de sueño. Voy a cambiar las sábanas de tu cama por otras bien limpias y perfumadas para que descanses con tranquilidad. Mañana te sentirás mejor...".
Luego lo bendijo y abandonó la habitación, dejándolo sólo con sus pensamientos...
En ese momento, se interrumpió el CÍRCULO DEL ODIO, porque chocó con la TOLERANCIA , con el RESPETO, con el PERDÓN y con el AMOR.

Reflexión:

Las cadenas, los círculos, los ciclos, los vicios e impulsos heredados son actitudes y acciones que forman parte inherente de nuestra cotidianeidad, debido a esa ansiedad que experimentamos en gran parte por la incertidumbre y misterio que envuelve nuestra vida personal. Por lo general nos aferramos con gran ahínco y necesidad a estas interminables cadenas de odio, de rencor, de frustración, de soberbia… en fin todo este cúmulo de sentimientos ahondan en lo más profundo de nuestro ser. Y que apagan nuestros ideales y nos insertan en un mundo real que a nuestra percepción lo consideramos algo caótico e incierto, por toda la influencia en la que estamos envueltos, y en ese esfuerzo por sobrevivir en un sistema social, exigente y selectivo, adoptamos modelos de personalidad que difieren de nuestra forma de ser real. A partir de ese momento en que iniciamos el proceso de ¨adaptación¨ al mundo ¨real¨ en que nos alejamos de nuestro ideal de vida, de nuestra individualidad, es cuando comenzamos a experimentar un sentimiento de remordimiento y desasosiego, y que inició desde temprana edad en las primeras fases de convivencia y desenvolvimiento social, fuera de nuestro núcleo familiar.
En ese ferviente deseo de ser aceptado y reconocido como uno más dentro de la sociedad y que proporciona un determinado sentido de pertenencia, y que es un tanto cuánto necesario para nuestro desarrollo individual como medio de autoconocimiento y esclarecimiento de nuestras capacidades y facultades como ente individual e integrado a la sociedad; en algún momento fuimos obligados a adoptar nuestras primeras máscaras, actitudes y comportamientos contrarios a nuestra individualidad, por esa necesidad de adaptarnos a un determinado núcleo de convivencia y obtener con ello un beneficio a nivel material o anímico y sobre todo para adquirir estatus social, como medio de afirmación y seguridad personal. Sin duda, el desenvolvimiento en las relaciones humanas es vital para la búsqueda de una identidad que comienza a definirse conforme nos enfrentamos al mundo real, y en cuyas vivencias que arrojan un extraordinario conocimiento se va ¨moldeando¨ nuestra personalidad y autoestima. Por naturaleza el ser humano huye de la soledad y el aislamiento, huye de lo que teme escuchar de su voz interior, de su conciencia, se desespera, se abruma, se angustia por esa falta de autoconocimiento que se va transformando en estados neuróticos al no saber satisfacer sus dudas existenciales.

Aunado a ello, en el desenvolvimiento diario estamos sujetos a una interminable cadena de presiones de toda índole, de tipo económico, familiar, social y laboral; y que ¨atentan¨ contra nuestros estados mentales, emocionales y anímicos, desestabilizando nuestra tranquilidad y armonía. Cuando estamos sujetos por toda esta gamma de presiones, nos encontramos susceptibles a todo tipo de provocaciones y agresiones provenientes del exterior, internamente comenzamos a fomentar sentimientos destructivos como la molestia, la insatisfacción, la desesperación y el enfado, que se traduce en enojo u odio, síntomas inequívocos de esa vulnerabilidad y fragilidad que experimentamos por ese caos interno en que estamos inmersos; y que a la mínima señal, explotamos furiosos contra aquello que derrama nuestra paciencia y tolerancia de por sí ya saturada; desencadenando reacciones violentas que expresamos en forma verbal o física, y como la mayoría de las personas en nuestro medio se encuentran en similares condiciones, comienza a generarse el círculo del odio; ya que el ser humano por naturaleza tiende a buscar cualquier medio de desahogo para eliminar de sí esa pesada y angustiante carga de emociones destructivas, que le ofuscan su buen discernimiento y sosiego, que cimbran su estabilidad, y que se manifiesta en espasmos musculares, ansiedad y tensión emocional; cuando nuestra actitud ante la vida es de constante tensión y sentimientos prejuiciosos, nos volvemos copartícipes de esa cadena que atenta contra la dignidad humana; descargándolo así en cuánta persona se cruce en nuestro camino, y si esa persona coincide con nuestros estados emocionales, repite el proceso y así comienza a eslabonarse la interminable cadena de reacciones destructivas y que es inevitable no ser víctimas de esta ¨contaminación¨ social.

Este proceso de molestia permanente se debe al grado de tensión en que estamos sujetos en nuestro diario vivir y que por razones de saturación mental, no hallamos los medios para descargarlos constructivamente; cuando el enojo y la frustración nos invade, perdemos toda oportunidad de autocontrol a nivel mental y emocional, no pensamos claramente, nuestro juicio se encuentra disuelto en la red de los impulsos viscerales, nos sentimos amenazados por aquellos seres que ¨brillan¨ ante nosotros y que los consideramos superiores por el hecho de que se asemejan a nuestro modelo ideal de aspiración y que por nuestros miedos y prejuicios no nos atrevemos a explorar, potencializar y expresar, desarrollando baja autoestima e inseguridad. El siempre reaccionar molestos o furiosos ante cualquier ¨agresión¨ o ¨provocación¨ se debe por ese sentimiento de no definición, de no adaptabilidad, de no pertenencia, de no afirmación, de no seguridad y de no dignidad; nos sentimos envueltos en un mundo dual, por un lado la personalidad ficticia que expresamos al exterior y por otro la individualidad que reprimimos en nuestro interior, esa dolorosa lucha nos provoca insatisfacción y conflicto emocional permanente; no hay coherencia de nuestro ser con nuestro actuar, la vida adquiere matices obsesivos y depresivos, y eso lo dirigimos hacia las personas que nos rodean, descargando injustamente en ellas esas dolencias neuróticas que apagan nuestro deseo de evolucionar y trascender.

La mejor forma de romper este círculo vicioso es aceptar que en la necesaria y vital convivencia social, siempre estaremos expuestos a todo tipo de agentes agresivos que amenazaran con desestabilizar nuestros estados anímicos y mentales; nuestra actitud hará la diferencia, en la cuál debe estar presente nuestra tolerancia y paciencia en forma permanente, aceptar que toda vivencia es aprendizaje, que cualquier tipo de agresión la tomemos con madurez y tranquilidad, no permitirnos contaminar por los estados emocionales destructivos de otra persona, una actitud de esa naturaleza sólo devela su grado de frustración y angustia, es una persona que sufre, y la mejor forma de ayudarle es demostrarle que una actitud no indiferente, pero si tolerante e inmutable es el mejor antídoto para disipar su angustia mental o emocional. De esa forma no sólo romperemos con las cadenas o círculos viciosos del odio, sino que comprobaremos nuestro grado de madurez y tolerancia ante las circunstancias más desfavorables de la vida, proporcionando un ejemplo de madurez y equilibrio interior, que las respuestas no se encuentran en la agresión y la violencia, no todo se resuelve de esta forma, siempre hay alternativas y salidas más coherentes y racionales para resolver nuestros conflictos personales, en base a controlar nuestras emociones.

El odio y la violencia sólo genera culpa y remordimiento, nuestra actitud ante tales circunstancias podemos asemejarla como una esponja, la cuál recibe pacientemente sin inmutarse, ni resistiéndose lo cuál sólo le generaría tensión, sólo absorbiendo inteligentemente en la prudencia y sabiduría del silencio, para posteriormente exprimir todo aquello que contamine, y quedarnos solamente con el autoconocimiento del nivel de tolerancia y paciencia desarrollado. Eso arroja mayor satisfacción y orgullo que desquitarse o desahogarse con quién menos lo merece y que puede dejar secuelas a nivel mental y emocional irreversibles, para la dignidad ajena y propia. No importa el grado de provocación o agresión, alguien debe dar el primer paso para romper los ciclos o círculos viciosos en que caemos con frecuencia, nada se gana con quejarnos de la adversidad ante los conflictos sociales, ante las injusticias de los gobiernos, ante la intolerancia hacia la libertad de expresión, ante la actual crisis económica, ante las constantes inducciones y manipulaciones de que somos objeto a través de los medios masivos de comunicación, ante la negatividad, pesimismo y caos que envuelve nuestro entorno, sólo seremos parte de la pobreza y miseria que aqueja al ser humano en su interior. La inteligencia se mide en nuestra capacidad de tolerancia, prudencia y respeto a nuestra dignidad, la cuál no debe ser pisoteada por ningún tipo de influencia destructiva. El ser humano con actitud positiva ante la vida es capaz de transformar hasta el ambiente más funesto y caótico, y generar un nuevo círculo pero no de odio, sino de esperanza y positividad.

Los Dos Sacos

Hay una antigua leyenda acerca de tres hombres, cada uno de los cuales, cargaba dos sacos, sujetos a sus cuellos, uno al frente y el otro a sus espaldas.

Cuando al primero de ellos le preguntaron que había en sus sacos, el dijo: "Todo cuanto de bueno me han dado mis amigos se halla en el saco de atrás, ahí fuera de la vista, y al poco tiempo olvidado." El saco de enfrente contiene todas las cosas desagradables que me han acontecido y, en mi andar, me detengo con frecuencia, saco esas cosas y las examino desde todos los ángulos posibles. Me concentro en ellas y las estudio. Y dirijo todos mis sentimientos y pensamientos hacia ellas.

En consecuencia, como el primer hombre siempre se estaba deteniendo para reflexionar sobre las cosas desafortunadas que le habían sucedido en el pasado, lo que lograba avanzar era muy poco.

Cuando al segundo hombre le preguntaron qué era lo que llevaba en sus dos sacos, el respondió:

"En el saco de enfrente están todas las buenas acciones que he hecho. Las llevo delante de mí y continuamente las saco y las exhibo para que todo mundo las vea. Mientras que el saco que llevo atrás, contiene todos mis errores. Los llevo consigo a dondequiera que voy. Es mucho lo que pesan y no me permiten avanzar con rapidez, pero por alguna razón, no puedo desprenderme de ellos."

Al preguntarle al tercer hombre sobre sus sacos, él contestó: "El saco que llevo al frente, está lleno de maravillosos pensamientos acerca de la gente, los actos bondadosos que han realizado y todo cuanto de bueno he tenido en mi vida. Es un saco muy grande y está lleno, pero no pesa mucho. Su peso es como las velas de un barco "lejos de ser una carga" me ayudan a avanzar. Por su parte, el saco que llevo a mis espaldas está vacío, pues le he hecho un gran orificio en el fondo. En ese saco, puse todo lo malo que escuché de los demás así como todo lo malo que a veces pienso acerca de mí mismo. Esas cosas se fueron saliendo por el agujero y se perdieron para siempre, de modo que ya no hay peso que me haga más penoso el trayecto."

Reflexión:

Que difícil es cargar es cargar con los sacos del pasado; realmente así será?, o sólo es una cuestión mental?, si es una cuestión mental, esto nos lleva directamente al pensamiento, si el pensamiento es el producto de las impresiones que recibimos de nuestras vivencias, nos lleva directamente hacia la memoria, la cuál es la receptora directa que almacena todos y cada uno de los recuerdos provenientes de las experiencias pasadas!, y que es lo que nos motiva a almacenar, a retener y a aferrarnos a determinadas vivencias?. Y una vez que hemos registrado y almacenado esa información, a través de nuestros estados mentales, donde se genera el impulso para aferrarnos con mayor fuerza a lo positivo o a lo negativo?, motivado quizás por una cuestión de actitud ante la vida?

En un origen cuando nacemos ya estamos expuestos a los factores externos a nivel ambiental, familiar y social, nos van desarrollando en nuestra etapa evolutiva, tipos de conducta los cuáles están regido por normas ya establecidas por las instancias sociales que van ¨regulando¨ nuestro comportamiento ante la sociedad y esto a su vez nos va desarrollando una moral que surge en el seno familiar y se potencializa en la convivencia social; y en este momento comienza el surgimiento y desarrollo de la llamada personalidad, y que son las reglas que se siguen para regular nuestras acciones ante la sociedad, como parte integral del desarrollo humano en la convivencia y que nos otorga la oportunidad de integrarnos y ser parte activa de ese desarrollo a fin de evitar el aislamiento y experimentar el sentido de pertenencia a algo o a alguien, es decir, es una dependencia ¨necesaria¨ como medio de autoconocimiento y autoafirmación individual.

Esa necesidad de sentido de pertenencia nos expone principalmente a todo tipo de condicionamientos para ser aceptados y evitar el aislamiento y la indiferencia; a través de la historia se han establecido todo tipo de clichés o perfiles para ser reconocido ante la sociedad como individuos ¨modelo¨ y por consecuencia ser parte integral de esa gran maquinaria llamada sociedad. Ante esa angustia de sentido de pertenencia, en la mayoría de las ocasiones ¨sacrificamos¨ nuestra individualidad, nuestra esencia, nuestra real personalidad, por ese deseo ferviente de pertenencia a algo o a alguien, lo cuál nos impulsa a desarrollar y adaptar un tipo de personalidad ¨aceptable¨ y ¨agradable¨ a la vista de los demás, en el bien vestir, el bien hablar, el bien comportarse, el ¨bien ser¨, y que en ese estado mental obsesivo, nos precipita a sacrificar, en gran parte la individualidad, ocultándonos de nosotros mismos y siendo un producto de la sociedad. Y ese es uno de los detonantes que van desarrollando los prejuicios, al reprimir nuestros valores reales, ocasionando inseguridad y vulnerabilidad, atrayendo involuntariamente esos miedos internos y que desembocan en experiencias dolorosas y frustrantes por la falta de voluntad para defendernos de los factores ¨agresivos¨ a los cuáles nos vemos expuestos en la convivencia diaria..

Este tipo de experiencias derivadas de nuestro abandono individual enmascarada en la ilusión de la personalidad, nos hace atraer y retener experiencias y recuerdos, porque nuestra subconsciencia registra todo cuánto recibimos de información de las vivencias; por esa renuncia de nuestra esencia individual, que nos hace experimentar vacío interior que necesita ser saciado; y como las experiencias dolorosas las consideramos más significativas que las gratificantes, las retenemos aún más porque nos proporciona sensación de peso, de conciencia de ser, mientras que las gratificantes nos proporcionan sensación de levedad de ligereza; porque aparentemente el peso nos mantiene ¨conscientes¨, aterrizados, arraigados a lo terrenal, a lo material, ya que las experiencias impactantes nos hacen ¨reaccionar¨ a nuestra realidad, nos despiertan de nuestros ¨ensueño¨, nos hacen reflexionar y en muchas ocasiones crecer y madurar. Mientras que las experiencias gratificantes nos ¨elevan¨, nos aligeran, nos ¨transportan¨ a un cúmulo de sensaciones placenteras y orgásmicas, entrando en ocasiones a estados de ilusión y confort; por eso mismo, es que el ser humano casi por instinto se aferra a la ¨realidad¨ y no a la ilusión, por esa angustia generada por su falta de congruencia, porque las llamadas cargas del pasado son las que le han proporcionado aprendizaje y maduración; sin embargo este tipo de cargas provocan dolor, resentimiento, frustración, rencor y temor, y que van generando en nuestra personalidad culpas, remordimientos y prejuicios, lo cuál inhabilita para el crecimiento individual, y estos estados emocionales nos proporcionan un aparente sentido de vida, de pertenencia, de ser!, debido a que las sensaciones son intensas, desagradables y traumatizantes, pero al fin y al cabo intensas, con resultados destructivos para el crecimiento interior, aún más que las gratificantes, que también son placenteras e intensas, pero a un grado emocional y no mental como las desagradables, que son compensatorias por ese vacío interior, producto del enmascaramiento a través de una personalidad ficticia, que nos ha desviado paulatinamente de nuestro estado esencial, la individualidad.

Al aferrarnos al pasado, nos aferramos al sentimiento de insatisfacción por aquello que dejamos de hacer, que dejamos inconcluso, sin resolver o producto de una decisión incorrecta que nos generó malestar, decepción y resultados inesperados e indeseables; de ahí se derivan las cargas del pasado, que son consistentes, pesadas y en apariencia imborrables en nuestra memoria. A diferencia de las cargas gratificantes y satisfactorias, aún cuando son plenas y placenteras, carecen de peso generándonos una sensación de levedad e ilusión, por los momentos especiales experimentados, por los momentos inolvidables, estas ¨cargas¨ gratificantes se graban con mayor facilidad en la superficie de la conciencia, en nuestra memoria presente, la cuál se disipa más rápidamente, a diferencia de las ¨cargas¨ desagradables que se insertan en las profundidades de la subconsciencia, motivo aparente del porque es más complejo erradicar de la memoria. Interesante es analizar de que forma podemos ¨desprendernos¨ de ellas!.será acaso una cuestión de actitud ante la vida? Esa actitud tal vez podría ser que se desprende en dos vertientes: Una actitud positiva es aquella que es activa, que es presente y que nos conecta íntimamente con nuestra esencia: la individualidad; y la actitud negativa es aquella que es pasiva, se arraiga del pasado, producto del desarrollo de la personalidad. Por lo tanto, una vivencia es activa, es vivir a través de una actitud positiva, de desprendimiento de culpas y prejuicios, y en cambio, una existencia es pasiva, es simplemente existir, es indiferencia ante la vida, es aferrarse a lo pasado, es pretextar culpas y remordimientos como mecanismo de evasión ante la realidad de la vida!

El equilibrio es vaciarnos de culpas, hacerle un hoyo a nuestro saco de lo que nos desagrada, lo que nos hacer sufrir, que nos impulsa a refugiarnos en la soledad, en la incertidumbre, en el aislamiento, en la indiferencia, y que nos desarrolla un sentimiento de negación a la vida, con prejuicios y remordimientos, y que trae como consecuencia que seamos temerosos en nuestras relaciones humanas, por ese desprendimiento y olvido de nuestra real esencia.

Es muy importante analizar que las cargas sólo con estados mentales, todo depende con que actitud asumamos esas experiencias, el valor real se encuentra en el resultado obtenido, no importa si fue agradable o desagradable, analicemos el conocimiento y el aprendizaje que nos legó dicha experiencia, finalmente todas las experiencias ya pertenecen al pasado, sean buenas o malas, si nos proporcionó los elementos para evolucionar y madurar eso es lo que merece la pena valorar. El pasado es la base sobre la que descansa nuestro grado de madurez actual, debido a que ya no podemos alterar lo pasado, si en ocasiones tendremos la oportunidad de resarcir y enmendar el daño que nos provocamos o le provocamos a las personas que sufrieron las consecuencias de nuestras acciones, y lo que ya no esta en nuestras manos cambiar o alterar es mejor asumirlo como parte de esa enseñanza, quizás de esta forma podremos reconciliar nuestros miedos, nuestros prejuicios y nuestras culpas, vale la pena intentarlo , para entregarnos con pasión y energía a nuestro momento que si podemos controlar, el cuál si podemos construir y el cuál si podemos crear, y ese es nuestro momento presente!

El Sol y el Viento

El sol y el viento discutían sobre cuál de dos era más fuerte. La discusión fue larga, porque ninguno de los dos quería ceder. Viendo que por el camino avanzaba un hombre, acordaron en probar sus fuerzas utilizándolas contra él.

Vas a ver, dijo el viento, como con sólo echarme sobre ese hombre, desgarro sus vestiduras.

Y comenzó a soplar cuanto podía. Pero cuantos más esfuerzos hacía, el hombre más oprimía su capa, gritando contra el viento, y seguía caminando. El viento encolerizado, descargó lluvia y nieve, pero el hombre no se detuvo, sino que se aferraba más a su capa. Comprendió el viento que no era posible arrancarle la capa.

Sonrió el Sol mostrándose entre dos nubes, recalentó la tierra y el pobre hombre, que se regocijaba con aquel dulce calor, se quitó la capa y se la puso sobre el hombro.

Ya ves, le dijo el Sol al Viento, como con bondad se consigue más que con violencia.

Reflexión:

Los seres humanos deberíamos reflexionar profundamente acerca de nuestras acciones cotidianas, en la forma en como manejamos el estrés y la tensión emocional, ante situaciones agresivas y desconcertantes que amenazan con desestabilizar nuestras emociones y que en la mayoría de las ocasiones somos presa fácil de las provocaciones surgidas del exterior debido a que estamos inmersos en una sociedad donde las actividades cotidianas terminan por agobiarnos producto del ritmo acelerado de vida. En este ir y venir agobiante, cuando no logramos organizar nuestros pensamientos y mantener la estabilidad emocional nuestros estados anímicos tienden a desestabilizarse y a arrojarnos hacia la desesperación, la continua molestia y el desacuerdo irracional; esto sin duda, provoca un desequilibrio a nivel emocional, mental y anímico. Y ante este panorama, cualquier medio de provocación, crítica o desacuerdo termina por encender el detonador que deriva en una explosión de violencia a nivel emocional, verbal y en la mayoría de los casos en violencia física, ocasionando todo tipo de consecuencias desagradables con efectos negativos y devastadores hacia nuestro universo interior y hacia nuestro el entorno exterior, que ante el mar de confusión y desconcierto mental no nos percatamos concientemente del gran daño que ocasionamos a las personas que giran a nuestro alrededor, ya que una vez recuperado temporalmente el caos nos embarga una sensación de culpa y remordimiento con las subsecuentes consecuencias irreparables e incluso irreversibles.

A nivel fisiológico como se desencadenan este tipo de manifestaciones?. Hay de origen ya una cierta tendencia derivada en la personalidad del ser humano que le induce a reaccionar con su instinto natural de defensa a nivel impulsivo, visceral e irracional, en sus diversas manifestaciones de violencia que desencadena toda una gamma de sentimientos y sensaciones que se escapan del razonamiento y buen juicio de quién lo experimenta y sufre, , donde las emociones juegan un rol determinante, siendo la primera reacción una súbita ola de calor corporal producto del desasosiego y la sorpresa del momento ante lo inesperado, provocando gran desconcierto, por lo que el cerebro segrega una súbita descarga de adrenalina hacia el torrente sanguíneo elevando el ritmo cardiaco y alterando los ácidos estomacales, experimentando una fuerte contracción abdominal, debido al colapso respiratorio, que ocasiona inconsistencia de oxigeno a las células y por ende la aparición de espasmos musculares, vista nublada y resequedad en los labios, creando una reacción en cadena a nivel fisiológico que deriva finalmente en confusión mental, perdiendo fácilmente el control de nuestras emociones debido a la perdida de razonamiento y juicio ante el conflicto inesperado, presentándose crisis a nivel emocional en forma de inseguridad, miedo e impotencia lo cuál es un natural mecanismo de defensa ante los factores agresivos provenientes del exterior.

Sin embargo, ante este caos interno, el control de nuestra respiración es primordial para comenzar a restablecer y equilibrar nuestras funciones fisiológicas, para armonizar de nuevo nuestros estados emocionales y mentales. En estas situaciones es necesario respirar profunda y pausadamente para restablecer el equilibrio interior sobre todo cuando se genera el conflicto, eso dará como consecuencia que nuestro cuerpo recupere rápidamente el control, así como la serenidad mental, sin dejar de estar alertas ante cualquier agresión a nivel físico. El cuerpo cuando pierde el control, nuestra mente debe permanecer serena y alerta, y por el otro lado cuando la mente se omnibula y desequilibra, el cuerpo debe estar tranquilo y relajado, para así recuperar rápidamente el control, y evitar cometer una acción irracional generado por nuestros impulsos viscerales que conllevaran a una reacción irresponsables y potencialmente peligrosa de la cuál nos podamos arrepentir una vez extinguido el momento de conflicto.

Es importante entender que como seres humanos pensantes, poseemos la capacidad de gobernar nuestros procesos internos a nivel fisiológico, emocional y mental, para no ser fácil presas de las cargas súbitas de adrenalina provocada por las agresiones del exterior. La violencia sólo genera violencia con consecuencias indeseables e inesperadas. Un apersona que se muestra agresiva hacia el exterior, en el interior es una persona que sufre, es una persona que en su incisiva reafirmación en su fortaleza física y virilidad, en su interior es frágil y temerosa de sí mismo, producto de su inseguridad y sensación de vacío interior que experimenta por la falta de conocimiento de sí mismo, de sus potencialidades y capacidades. Temer expresar su verdadera individualidad enmascarando al exterior una personalidad que no va acorde a sus deseos más íntimos y que permanecen reprimidos, por el temor ante la crítica que hiera aún más su autoestima ya dañada y poco valorada. Es cierto que nuestro medio actual en el cuál nos desenvolvemos nos induce a todo momento la violencia en todas sus manifestaciones: a nivel psicológico, a nivel anímico y a nivel sexual, y que recaen en nuestro subconsciente, lo cuál nos desarrolla un sentimiento de constante agobio, incertidumbre y actitud reactiva ante cualquier estímulo que amenace con desestabilizarnos. A pesar de ello, si mantenemos a todo momento una actitud positiva, paciente y tolerante sin importar el grado de agresión al que seamos objeto y en cuya base predomine el razonamiento y el buen juicio, esto desembocará en forma inmediata equilibrio, serenidad y claridad de pensamiento, con la convicción de que poseemos el gobierno tanto interno como externo; que las llamadas adversidades de la vida, sólo son parte el proceso de auto-descubrimiento a nivel mental y emocional, lo que nos demuestra el grado de madurez y autocontrol en que nos encontramos.

Vale la pena intentarlo!, vale la pena ser conscientes que le mundo no es tan agresivo y caótico como parece; tanto las adversidades como los momentos de grandeza de la vida son parte de su equilibrio, de esa dualidad que rige en el ser humano, todo depende del grado de percepción y sensibilidad para desentrañar y descubrir la verdadera causa de los fenómenos ambientales y sociales que desembocan en el ser humano desequilibrio emocional y mental. Vale la pena hallar el origen del sufrimiento que experimentamos a todo momento por el aparente desconocimiento del llamado porvenir o futuro, y que en ese desequilibrio emocional se manifieste a través de la ira y la violencia. Vale la pena experimentar el poder de la tolerancia y la paciencia ante la constante ola de provocaciones, críticas o envidias que se generan en nuestro entorno y que amenazan con escudarnos en las máscaras de la personalidad cuando manifestar abiertamente nuestra individualidad, que es la sustancia vital que nos fue depositada en el momento de la concepción; y que aún a pesar de que alguien intente provocarnos a fin de herir y dañar nuestra dignidad y autoestima, es importante mantenernos firmes y convencidos de lo que somos y defenderlo con esa convicción de que poseemos una individualidad única y irrepetible, digna de ser respetada; debe ser inviolable ante cualquier tipo de circunstancia desfavorable.

Porque nadie, absolutamente nadie posee el poder de gobernar y dañar nuestra integridad y libertad de ser!. Porque nadie, absolutamente nadie posee el conocimiento de nuestra esencia, más que nosotros mismos, porque sólo cada ser humano sabe con real certeza lo que habita en su interior, lo que le inquieta, lo que anhela, lo que necesita para crecer y evolucionar, lo que desea lograr en la vida, lo que debe realizar a fin de soportar vientos, lluvias y nevadas que amenacen con desestabilizar su equilibrio interior, a nivel emocional y mental. El utilizar la violencia, la ironía, la agresividad, la crítica, la envidia, el insulto y la burla para tratar de someter a un ser humano con la única finalidad de un beneficio personal y egoísta, a la larga le puede desencadenar en consecuencias desagradables y perjudiciales a nivel de autoestima, generándole aislamiento, frustración y soledad emocional al desarrollar una personalidad soberbia y narcicista. Y que es lo contrario a una actitud de nobleza y respeto hacia un semejante genera grandes dotes de riqueza nivel espiritual. Una sonrisa, una actitud serena y controlada siempre puede lograr mucho más que el más fuerte de los insultos. El tratar a los demás como deseamos que nos traten, es ya un buen comienzo para adquirir conciencia que la violencia no es la respuesta para lograr beneficios trascendentales en la vida.

El poder del razonamiento y el buen juicio se imponen a la violencia y la intolerancia!

El Secreto

Cuentan que un rey muy rico de la India, tenía fama de ser indiferente a las riquezas materiales y hombre de profunda religiosidad, cosa un tanto inusual para un personaje de su categoría.
Ante esta situación y movido por la curiosidad, un súbdito quiso averiguar el secreto del soberano para no dejarse deslumbrar por el oro, las joyas y los lujos excesivos que caracterizaban a la nobleza de su tiempo.

Inmediatamente después de los saludos que la etiqueta y cortesía exigen, el hombre preguntó: “Majestad, ¿cuál es su secreto para cultivar la vida espiritual en medio de tanta riqueza?
El rey le dijo: "Te lo revelaré, si recorres mi palacio para comprender la magnitud de mi riqueza. Pero lleva una vela encendida. Si se apaga, te decapitaré".

Al término del paseo, el rey le preguntó: "¿Qué piensas de mis riquezas?"

La persona respondió: "No vi nada. Sólo me preocupé de que la llama no se apagara".

El rey le dijo: "Ese es mi secreto. Estoy tan ocupado tratando de avivar mi llama interior, que no me interesan las riquezas de fuera".

Reflexión:

La riqueza es sin duda la eterna búsqueda del ser humano, ya sea ésta de aspectos materiales o aspectos espirituales, las posesiones y el dinero juegan un rol muy importante en nuestra sociedad actual, debido a que el ser humano inmerso en un medio consumista debe hallar los medios necesarios para satisfacer sus necesidades primarias de subsistencia, siendo el factor económico el eje primordial de sus esfuerzos hasta alcanzar un estatus que le otorguen cierto equilibrio y seguridad en su desenvolvimiento cotidiano; siendo afectado principalmente por la actual crisis local y mundial, originada por la creciente globalización mundial que beneficia a los grandes monopolios que evitan el que exista una adecuada y eficiente distribución de la riqueza, afectando principalmente a los sectores más vulnerables de todas las sociedades del mundo.

Esto trae como consecuencia sobre explotación de los recursos naturales, del agotamiento de los yacimientos mineros, pesqueros y petroleros, y por ende la industrialización de los alimentos que cae en manos de grandes consorcios que manipulan a su antojo las exportaciones e importaciones a los países que dependen económicamente de ellos, elevando intencionalmente los precios de los productos y alimentos, dejando fuera del alcance de estos sectores vulnerables, que ante un deficiente sistema de gobierno agravan las llamadas crisis económica y alimentaria de países en vías de desarrollo.

Ante tal panorama, esto genera despidos masivos de las empresas que no pueden competir contra estos grandes monopolios, generado primordialmente por la inexistente inversión a la investigación científica y pocas oportunidades de empleos dignos para los profesionistas, provocando una reacción en cadena, el incremento de al emigración de personas que buscan mejores oportunidades en otros países o continentes, el crecimiento de la delincuencia que busca cualquier medio para obtener dinero aún a costa del sufrimiento humano y el desenfrenado crecimiento del empleo informal.


Es cierto que hemos nacido para gozar la vida y por esto el impulso vital original es siempre hacia algo mejor, deseamos un estado de mayor goce, de mayor libertad. Y ante este alarmante panorama enfocamos toda nuestra energía a satisfacer como meta primaria el aspecto económico, como vía de solución para calmar nuestra angustia e incertidumbre ante un incierto futuro. Pero hasta que grado una vez satisfecha esta necesidad en nuestras necesidades primarias de subsistencia o sobrevivencia, es que ya podemos enfocarnos hacia nuestra riqueza interior?, que es ese impulso instintivo y desenfrenado por seguir alimentando nuestra necesidad material?, en que momento calmaremos nuestra ansiedad por anhelar cada vez más y mas posesiones?, que genera esa incontrolable codicia?. Quién quiere ser rico puede confundir el ser rico con poseer dinero y propiedades. Esto es un concepto erróneo de la riqueza, porque quienes poseen cosas sólo son administradores de las mismas y en la mayoría de los casos, quizás en todos, somos esclavos de ellas. No hay disfrute sino codicia, sufrimiento y ansiedad en el exceso de posesiones.

El ser humano en gran parte de su vida no sé da cuenta que todo cuanto anhela de la vida, ya lo posee y tiene, y eso es en primer instancia, salud física, lucidez mental, vitalidad y una conciencia que puede desarrollar hasta niveles insospechados, pero ante todo posee la riqueza de la libertad de pensamiento, y en ese pensamiento se encuentra el gobierno de sí mismo, porque para que exista gobierno debe haber control y si hay control, entonces hay seguridad y auto afirmación; porque en esa seguridad en sí mismo se encuentra la autoafirmación de concentrar el total de su atención y energía para hallar la riqueza oculta en su interior, esa riqueza le proporciona los elementos necesarios para hallar el equilibrio entre la riqueza material y la riqueza interior. La riqueza material llega a ser necesaria en la medida que el ser humano controle su ego, que deje de competir con otro ser humano para ¨demostrarle¨ que puede ser superior a él, un signo inequívoco de la su fragilidad y pobreza interior. La verdadera riqueza reside en saber que todo y todas las cosas se derivan de una dependencia de riqueza hacia el crecimiento interior para todo lo necesario y bueno que se requiera para disfrutar la vida. Eso es el tesoro sin fondo de donde extraemos todo cuanto somos, hacemos y tenemos.

Aún en situaciones de crisis, no debemos perder el verdadero objetivo de nuestra existencia, que es el lograr la satisfacción y el equilibrio de nuestros procesos internos, el luchar por alcanzar la riqueza en nuestro crecimiento personal, en alimentar constantemente nuestra llama interior, nuestros aspectos espirituales, que son en esencia, el desarrollarnos como seres únicos, libres e independientes en pensamiento, acción y expresión tan plenamente como logremos el despertar nuestra conciencia, ya que el despertar nuestra conciencia, es el extraer todo el potencial que habita y se encuentra latente en nuestro interior; esa es la riqueza presente en todo ser humano, el despertar nuestras potencialidades y facultades con un real auto conocimiento de quienes somos, para saber con certeza que es lo que deseamos de la vida y frenar ese impulso por aferrarnos a los aspectos materiales debido a esa carencia interior que nos agobia. En la medida en que nos atrevamos a enfrentarnos a nosotros mismos, escuchando nuestra voz interna, en esa medida desarrollaremos seguridad y autoafirmación, canalizando congruentemente lo que sentimos con lo que hacemos en la vida.

Nuestro entorno externo sólo es un instrumento temporal para valernos de él, para satisfacer solamente lo necesario; la misión de todo ser humano es aquilatar la verdadera riqueza que le permita sentirse realizado y pleno. No necesariamente el más poderoso y rico en posesiones materiales y riqueza, es feliz y pleno; si lo es, será sin duda un gran logro, pero para alcanzar la riqueza material, en primer instancia, debemos descubrir nuestra riqueza interior, que es autoconocimiento, gobierno y dominio de nosotros mismos, para saber cuando y cuanto es lo suficiente para aspirar a ser felices, sin ser esclavos de la avaricia y la codicia, que es un mecanismo de evasión al aferrarnos a lo banal y superficial. Desarrollada y fortalecida nuestra riqueza interior, la material llegará por añadidura.

El secreto de la vida es comprender que la solución a todas nuestras crisis de tipo material o espiritual se halla en el desarrollo del entendimiento de nosotros mismos, en avivar nuestra llama interior.

La Inactividad Activa

Cierto día un Maestro de Artes marciales fue visitado en su academia por uno de sus discípulos.

Al encontrar a su maestro, un tipo con cierto aire de informalidad fue recibido por éste, quién le pregunto:

-Maestro, me gustaría invitarlo a almorzar para intercambiar experiencias.

El Maestro respondió: -Lo siento, pero hoy es mi día de no hacer nada.

El Alumno un tanto desconcertado protestó:

- Pero Maestro, es que almorzar es no hacer nada sino comer – le insistió.

El Maestro soltó una risa contestándole con aire de orgullo.

-Si acepto tu invitación a almorzar contigo, mi querido alumno – repuso-, debo hacer algo, y hoy es mi día de no hacer nada.

El alumno le increpó: - Maestro, explíquese por favor-

El Maestro finalmente le contestó:

- En nuestra vida moderna, no dejamos espacios vacíos, para no hacer nada. Ese concepto de no hacer nada, que no tiene relación con simplemente no hacer algo, es también una actividad, un ejercicio.

Reflexión:

¿Qué es la Actividad?, es quizás la puesta en acción corporal, mental o emocional de un impulso determinado enfocado hacia un propósito; y la Inactividad?, es la ausencia de ese impulso?, o es la oportunidad para analizar el efecto de la Actividad, es decir es el conocimiento o efecto del impulso realizado, es revalorar nuestra acción, es reagrupar nuestras capacidades para continuar o detenernos; es un momento de gran tensión emocional en el cuál estamos absorbiendo el efecto producto de la Actividad en el momento anterior, para visualizar el posible momento posterior, el resultado; es un instante que aparentemente se detiene en el tiempo, es tiempo puro, es tiempo presente; y sin embargo la Actividad continúa, es Inactividad en movimiento; sólo hacemos una pequeña pausa para analizar que es lo que están provocando nuestras acciones para determinar si nos encontramos en la senda correcta o equivocada!; y de esta forma detener, reorientar o potencializar nuestra actividad.

Imaginemos una nota musical, la pausa o Inactividad no es ausencia de música, sino parte integrante de la composición, la música es el espacio entre las notas, los compositores, son hombres que le prestan tanta atención a las pausas y a los silencios(Inactividad) como a la acción misma de la nota musical. O de igual forma un combate de pelea, una pausa dentro del combate es una acción detenida para estudiar al oponente y sus reacciones antes de volver a entrar en acción. La pausa y el silencio junto con la actividad, ofrece tiempo para sentir los propios procesos internos, así como los el oponente, lo cuál es una forma para reagrupar los propios medios y después intentar tomar la iniciativa, pero ya con conocimiento de causa. Cómo es que podemos aplicarlo a la vida cotidiana?

Es cierto que en nuestra sociedad actual estamos involucrados en un frenético ritmo de actividades, desde las recreativas, familiares, sociales, escolares o laborales; en algunas de ellas estamos sometidos a una presión abrumadora, en lo laboral cada minuto representa enormes utilidades y por ende cada minuto desperdiciado son pérdidas, y por consecuencia nuestro ritmo de trabajo es contra tiempo, elaboración de productos, organización administrativa, de mercadotecnia, ventas y entrega al consumidor, todo esto ya se encuentra implementado bajo un complejo y eficiente sistema de control de calidad; los recursos humanos desarrollan tareas específicas ya implementadas para llevar a cabo el funcionamiento empresarial gubernamental y privado; toda esta maquinaria empresarial debe actuar en cada uno de sus engranajes con gran precisión y ritmo; sin embargo hasta en este ritmo frenético de actividad deben existir pausas, silencio e Inactividad en movimiento latente, para analizar si las decisiones son las adecuadas, una pausa para discernir mentalmente si todo se encuentra bajo control y en la línea correcta de proceso, una pausa para tranquilizar la mente y las emociones cuando la presión es agobiante y evitar así decisiones erróneas o viscerales que desemboque en pérdidas económicas, materiales y por ende despido de personal.

Lo mismo sucede con las actividades escolares, el estudio, la investigación, exámenes y demás nos agobian de tal forma que perdemos el control mental, la mente se satura de gran información que recibimos en el estudio de nuestras materias escolares, es tanto como llenar un vaso con agua, llegará un momento en que si seguimos vertiendo el líquido esté terminará por desbordarse, lo mismo sucede con nuestra mente, experimentaremos en algún momento este desbordamiento de información recibida, provocándonos confusión, angustia, desesperación e incluso jaqueca que desemboca en insomnio y enfermedad, una mente saturada inhibe su capacidad de razonar, de discernir y de tomar decisiones adecuadas; en algún instante debemos recurrir a la Actividad Inactiva, es decir, hacer una pausa que no se encuentre regida por el factor tiempo, lo mismo será necesario un segundo, un minuto, una hora, un día, una semana, un mes, una año, etc. El silencio, la pausa y la Inactividad debe ser atemporal, esta Inactividad que es en suma la interrupción de la Actividad corporal y el caos mental, para reordenar nuestros pensamientos, controlar nuestras emociones, y respirar tan profundo como sea necesario para analizar para recuperar el autocontrol; el tiempo que sea necesario para este logro será esencial para saber con certeza en que rumbo estamos parados, para realizar una introspección reflexionando en nuestros procesos internos, darnos el tiempo suficiente para interpretar aquello que dicte nuestro interior, y una vez identificado, con ese autocontrol recuperado llevar a efecto la culminación de nuestros proyectos personales.

Incluso en la relación de pareja cuando se presentan diferencias que desembocan en discusiones, es tan necesaria la pausa, la Inactividad y el silencio, para no cometer una indiscreción que hiera la susceptibilidad de la pareja, cuando estamos enojados solemos cometer imprudencias, herimos verbalmente cuando no tenemos control, cuando no razonamos, cuando nuestras emociones están desbordadas e incontrolables, que en mucho de los casos desembocan en insultos y agresiones físicas. La Inactividad corporal cuando la mente se encuentra caótica, es vital para evitar cometer un error del cuál nos podamos arrepentir una vez pasado el caos; el silencio es sabiduría y prudencia, y la pausa es respirar profunda y tranquilizar las emociones, es otorgarle el espacio necesario a la pareja para evaluar la relación, para permitirle reflexionar sobre sus sentimientos, para aquilatar lo bueno sobre lo malo, y en ese silencio respetuoso, en esa pausa prudente y en esa Inactividad tolerante, discutir tranquilamente para buscar acuerdo, reconciliación y fortalecimiento de la relación.

No debemos olvidar que el silencio, la pausa y la Inactividad representan conocimiento puro, equilibrio y autocontrol; una Actividad sin pausas, silencio e Inactividad es como un huracán que no se detiene y que a su alrededor crea gran devastación y destrucción; de igual forma nuestro mundo tanto interno como externo se puede devastar o destruir al no detenernos para evaluar el efecto de nuestras acciones. Incluso nuestra respiración debe ir acompañada de pausa para que logremos enviar los nutrientes necesarios a nuestro organismo a través de la inhalación, y desechar el Dióxido de Carbono que es el aire de desecho el cuál ya no requiere el cuerpo, ya que la pausa o la Inactividad en la Actividad fisiológica es tan importante para que nuestro organismo se esté alimentando y purificando para nuestro funcionamiento corporal óptimo.

El tomarse un día libre a pesar de todas las presiones familiares, sociales y laborales, el hacer una pausa durante la cuál aceptemos que el no hacer nada no significa pasividad, es una actividad interior intensa, es revalorar y estudiar la situación. Esto nos da la oportunidad de evaluar un conflicto determinado en el cuál estemos envueltos, lo que nos abre la puerta correcta para poder deducir el curso de acción a emprender y así retomar la iniciativa pero con real conocimiento y razonamiento fortalecido con nuestro autocontrol y equilibrio emocional y mental, para así determinar el programa más óptimo de nuestra propia vida que es Inactividad en movimiento, podemos incluso descubrir que el no hacer nada a veces puede ser algo más importante que hacer algo. Porque cuando el cuerpo en Actividad pierde el control, es cuando la Inactividad debe entrar en acción para restaurar el equilibrio emocional y mental; y cuando nuestra mente en Actividad entra en caos, la Inactividad corporal le regresa el orden y la calma. Cuando nos sentimos agobiados ante una determinada situación, puede resultar que no hay congruencia con la Actividad a realizar y nuestra Actividad interior, sobre todo cuando hay duda, incertidumbre y temor; en ese momento debemos hacer uso de la pausa y la Inactividad para analizar el porque ese sentimiento de incomodidad y duda, la cuál se disipará cuando actuemos en base a lo que dicte nuestro interior, restableciéndose así la calma y el equilibrio tanto interno como externo.

Cuando nuestros estados emocionales y mentales se encuentran caóticos, confundidos y desbordados; al realizar una pausa que es la Inactividad Activa, los procesos mentales entran en orden, y en equilibrio las emociones; para que el instante posterior en la sabiduría del silencio y la calma se manifieste la respuesta esperada.

No Aceleres

No aceleres la lluvia,
ella tiene su tiempo cierto de caer
y saciar la sed de la tierra;

No aceleres el poner del sol,
él tiene su tiempo de anunciar la noche
hasta su ultimo rayo de luz;

No aceleres tu alegría,
ella tiene su tiempo de aprender
con tu tristeza;

No aceleres a tu silencio,
él tiene su tiempo de paz
después que los ruidos paren;

No aceleres tu amor,
él tiene su tiempo
de sembrar en la tierra
más árida de tu corazón;

No aceleres tu rabia,
ella tiene su tiempo
para expandirse en las aguas
calmas de tu conciencia;

No aceleres el otro,
pues él tiene su tiempo
para florecer a los ojos del Creador.

No te aceleres a ti mismo,
pues necesitas de tiempo
para sentir tu propio crecimiento.

Reflexión:

La vida entera en cada uno de nosotros es toda aceleración, es todo correr, es todo andar de prisa, es todo precipitar nuestros sueños, es todo hablar de más, es todo molestarse porque las cosas no se dan rápidamente, es todo precipitar una relación por nuestra inseguridad y celos, es todo preocuparse del llamado futuro que es un presente, que se acelera vertiginosamente a toda velocidad por obsesionarnos por aquello que anhelamos y que no tenemos certeza si llegara; por esto y tantas cosas más nos aceleramos, y que la meta final es la extinción de nuestro ciclo vital, y que por consecuencia ante esa certidumbre incierta de la muerte es por lo general lo que nos impulsa a acelerarnos, a correr, a precipitar, a ser impulsivos, a no escuchar, a sufrir insomnio, a enojarnos, a equivocarnos a evadir la sabiduría de nuestro silencio interior.

Estamos inmersos en una sociedad en cuya premisa es el factor tiempo, conceptos como: que el tiempo vale oro!, ya no hay tiempo!, no tengo tiempo para esto o aquello!, el tiempo se me vino encima!, el tiempo se me acabó!, ya no llegué a tiempo!, ha llegado mi tiempo!; por lo que nuestro universo interior se ha olvidado del universo atemporal!. Que es aquello que nos atrapa en esta vertiginosa y obsesiva red del tiempo?, e incluso lo hemos fragmentado en tres vertientes: el Pasado, el Presente y el Futuro!, sabremos con certeza en que consiste cada uno de ellos?, son tres líneas diferentes, paralelas o partes de la misma?

En algún momento el ser humano estableció la línea del tiempo ante el constante cambio de los días y las noches, al observar las constelaciones, la posición del sol y la luna, y estableció el calendario desarrollado por diferentes culturas, de acuerdo a estos movimientos estelares, hasta que los sabios de épocas pasadas comenzaron a establecer los años, los meses, las semanas, los días, las horas, los minutos y los segundos; con la finalidad de poder controlar ese entorno que pasaba indiferente ante él. Es decir, que el término tiempo surgió aparentemente por la idea de controlar su entorno natural. Que sucedía antes del definido factor tiempo?, seguramente el ser humano transitaba su vida satisfaciendo sus necesidades primarias, como comer, dormir y contemplar todo cuanto a su alrededor surgía.

Imaginemos por un momento que no existiese este factor tiempo en nuestras vidas?, que por un momento actuáramos indiferentes ante este factor, que experimentáramos el despojarnos de esa cruel red llamada tiempo?, cuál sería nuestra percepción?. Acaso estaríamos acelerados o pasivos?. Que sucedería en nuestra mente ante esta súbita liberación?. Sería acaso especial el día?, Serían como unas vacaciones absolutas en que todo nos dejara de preocupar?, tal vez experimentaríamos algo extraño, como por ejemplo: cuando la mente esta liberada de pensamientos temporales, libre de nostalgias pasadas, libres de angustias e incertidumbres futuras, libre de aquello que dejé de hacer, libre de aquello que tengo que hacer después!, será posible hacerlo?, si esta red o telaraña que invade todo el espacio en nuestra mente de pronto nos despojásemos de ella, cuál sería ahora nuestra sensación?, muy especial?, dejaríamos de estar acelerados?, una vez vaciada nuestra mente, que queda ahora por pensar?. Será quizás el instante que estamos experimentando en este momento?, y que acaso ese instante no se conoce como presente?, el momento real, no necesariamente tiempo, ese instante único se encuentra libre de esta red llamada tiempo!. Y ese instante que es una sensación súbita y novatoria, no es el único y real instante en que tenemos plena conciencia de quienes somos sin estar atrapados en la red del tiempo pasado y futuro?. Ahora que sucedería si en ese instante no importa cuál sea, cuando estamos despojados del lapso pasado y futuro que desborda nuestra mente, cualquier instante se transforma en único y por ende en plena conciencia y si es plena conciencia podemos considerar que somos por ese instante dueños absolutos de nuestro universo interior.

Ahora que sucedería si levantamos la vista, observamos nuestro entorno, cuál sería nuestra experiencia?, en que a cada instante le entregamos plenamente nuestra conciencia, quizás nos percataríamos que el mundo deja de acelerarse, que todo obedece a un orden superior, que no se encuentra atrapado en esa red del tiempo, porque aún antes de que el ser humano definiera ese concepto el mundo y nuestro universo ya estaba presente, el sol, la luna, los planetas, las constelaciones y las estrellas ya recorrían sus trayectorias obedeciendo a este orden superior muchísimo antes de que existiera el concepto tiempo, por que el concepto tiempo lo definió el ser humano y el ser humano apareció cuando ya todo nuestro entorno estaba presente. Y es por eso que el factor tiempo es obra del ser humano, más no obra de ese orden superior!, Y esto lleva a una pregunta: en que momento el ser humano comenzó a acelerarse?, en que momento comenzó a tener prisa? Y en que momento comenzó a obsesionarse, a precipitarse, a correr?. Cuando tuvo ya una plena certeza de su condición perecedera?, que su existencia tenía un final?, eso sin duda quizá le generó temor y en ese temor comenzó a acelerarse en la vida!.

Por que correr?, porque acelerarse, porque obsesionarse?, si al igual que todos los seres vivientes, el ser humano también se encuentra regido por este orden superior, aún cuando se obsesione por controlarlo y gobernarlo?; aún cuando el ser humano se acelere, el sol emerge en cada amanecer y al ocultarse surge la luna, para que entonces acelerarse?; si aún cuando el ser humano se acelere, la lluvia aparece para saciar la sed de la tierra, entonces para que acelerarse?; aún cuando el ser humano se acelere, experimentará alegría cuando se sienta feliz y pleno y se sentirá triste cuando llegué el momento de aprender del dolor y los errores, entonces para que acelerarse?; aún cuando el ser humano se acelere, experimentará el más sublime silencio, porque significa que hay paz en su alma, aun cuando surja de pronto el ruido por los remordimientos que sus acciones le ocasionen, entonces para que acelerarse?; aún cuando el ser humano se acelere, el amor tocará a su corazón por que el tiempo de amar ha llegado, y éste se ausentará cuando se niegue su pleno derecho de amarse y amar, entonces para que acelerarse?; aún cuando el ser humano se acelere, llegarán momentos de rabia y furia por la carga súbita de adrenalina ante situaciones inesperadas e injustas, ante ese caos llegará la calma y el orden a su conciencia satisfecho por haber enfrentado y superado un reto más de la vida, entonces para que acelerarse?, aún cuando el ser humano se acelere, cada persona posee su propio ritmo de vida y por ende su espacio vital para florecer y actuar en concordancia con sus metas y anhelos, y cuyo espacio es digno de respetar, entonces para que acelerarse?, aún cuando el ser humano se acelere, poseemos el pleno y absoluto derecho y control de nuestros instantes presentes para interiorizarnos, escucharnos, aprender y actuar conforme nuestra conciencia dicte, porque necesitamos de instantes en plenitud para experimentar, disfrutar y aprender de nosotros mismos en nuestra libertad de actuar, pensar, discernir y elegir la vida que por derecho nos haga sentir felices y satisfechos, porque necesitamos sentir a cada instante sin estar atrapados en la red del tiempo pasado y futuro, necesitamos sentir nuestro propio crecimiento en cada instante, entonces, para que acelerarnos? Si la vida nos pertenece!, y si nos pertenece significa que tenemos el control de ella, y si tenemos el control de ella, quiere decir que poseemos el control del concepto llamado tiempo!, porque el ser humano fue quién lo creó!. Es por ello que el tiempo no gobierna al ser humano, porque el ser humano es quién posee el poder y la decisión de controlar al tiempo!, entonces para que acelerarnos por algo que podemos controlar?.

Sabiduría Indígena

Un viejo cacique de una tribu charlaba con sus nietos acerca de la vida. Él les dijo:

¡Una gran pelea está ocurriendo dentro de mí!... ¡Es entre dos lobos! Uno de los lobos es maldad, temor, ira, envidia, orgullo, arrogancia, dolor, rencor, avaricia, culpa, resentimiento, inferioridad, mentiras, egolatría, competencia, superioridad.

El otro es Bondad, Alegría, Paz, Amor, Esperanza, Serenidad, Humildad, Dulzura, Amistad, Generosidad, Benevolencia, Empatía, Verdad, Compasión y Fe. Esta misma pelea está ocurriendo dentro de ustedes y dentro de todos los seres de la tierra.

Lo pensaron por un minuto y uno de los niños le preguntó a su abuelo:

- ¿Y cuál de los lobos crees que ganará?

El viejo cacique respondió, simplemente...

- El que alimentes.


Reflexión:

Nuestros aspectos internos encierran todo un misterio digno de entregarle una atención muy especial, ya que estas sensaciones y emociones que emergen dentro de nosotros nos dan la pauta nuestro desarrollo y evolución individual para el diario vivir, un lugar recóndito y poco conocido, cuya franja de sensaciones y emociones muchas de las veces hacen presa de nuestras acciones y reacciones ante situaciones diversas en la cotidianeidad, que en ocasiones nos auxilian para salir airosos en situaciones adversas y comprometedoras y en otras, nos precipitan a cometer una serie de errores que nos impulsan a sumergirnos en la desesperación y la intolerancia.

Cada ser humano se encuentra regido por esta aparente polaridad de fuerzas, en cada uno de nosotros existen virtudes y las llamadas no virtudes, cuando la palabra virtud en su significado esencial es la expresión plena de una ¨habilidad¨ muy particular propia en cada ser humano en mayor medida heredada de origen, la cuál se potencializa a medida en que ésta se expresa y manifiesta, desarrollando en el individuo una plena sensación de libertad y autoafirmación; y la susodicha definida no virtud, que algunos doctos en la literatura la definen como ¨defecto¨ o ¨incapacidad¨ para desarrollar y aplicar determinada habilidad innata o adquirida, y que al hacerle patente determinada ¨carencia¨ en el individuo, le desarrolla un sentimiento de culpa e inseguridad que trastoca su autoestima.

Es indudable que cada uno de nosotros poseemos todas las llamadas virtudes que nos dotó la naturaleza, el Ser Supremo, el Creador, Dios, etc, y que es una composición y conjunción de las virtudes y facultades que nuestros padres nos heredaron. Somos sin duda el producto del Amor, de la unión de dos seres que en su manifestación espiritual y emocional, nos engendraron a través de la manifestación carnal. Mezclando sus caracteres e información genética particular, para crear un ser que es la unidad producto de la unión de la dualidad hombre-mujer. Si en algunas ciencias herméticas definen al Uno o la Unidad como el Todo o Dios. Esto lleva a la conclusión que el hijo es la manifestación de Dios, y en esa manifestación ya lleva dentro de sí esa dualidad permanente, esa aparente polaridad de fuerzas, conocida por los orientales como el Yin y el Yang, lo masculino y lo femenino, lo positivo y negativo, lo blanco y lo negro, lo bueno y lo malo.

Estas aparentes y contradictorias polaridades, más que desequilibrar al ser humano en su desarrollo y evolución, respetando la opinión particular, es hallar el equilibrio. Por un lado, es reconocible que ya poseemos estas dos polaridades, estas dos formas de ser y expresarse, ya por natura nos rige una u otra en determinadas situaciones de la vida, una a veces se manifiesta en mayor grado que otra; en una, más que en otra nos sentiremos más identificados; se dice que para que el ser humano logre el equilibrio, debe navegar por ambos ríos, para así lograr alcanzar conocimiento, experiencia., crecimiento y por ende aspirar a la sabiduría, es decir, saber, cuáles son nuestros aparentes límites; aparentes por que en la medida en que liberemos nuestro pensamiento aquellos llamados límites se transforman en un simple estado mental ante lo no experimentado o definido como desconocido, y por tanto, el límite es el alcance del conocimiento, no necesariamente el cultural, sino el auto-conocimiento de nuestras propias capacidades y potencialidades, en la medida en que desdoblemos nuestra personalidad, en que nos independicemos cada vez mas de nuestro ego, que es la proyección de nuestra mente hacia el exterior, para llegar a nuestra individualidad que es nuestra esencia la que no necesita de la mente para manifestarse, porque ya la llevamos por naturaleza, conocido como el Yo real o interno. En ese autoconocimiento reconoceremos la esencia de estas dos polaridades y en esa medida las podremos aceptar como parte inseparable de nuestro ser,

En la sociedad nos han acostumbrado dependiendo de las vivencias propias de cada uno de nosotros que lo exclusivamente bueno es lo mejor, y que lo malo es lo peor; y en este pensamiento quizás inducido o condicionado; lo bueno lo arropamos y conservamos como lo único y verdaderamente valioso, y mientras que lo malo debe ser automáticamente rechazado u olvidado. Cabe hacerse una pregunta: será que en realidad solamente lo bueno genera conocimiento?, Si volteamos hacia lo que consideramos malo en nuestras experiencias desagradables y dolorosas, también esto llevará algún conocimiento o mensaje que nos sirva para madurar?. Es cierto que en algunos de nosotros lo malo genera ciertas cicatrices o traumas difíciles de olvidar y que el echo de evocarlas nos genera dolor y remordimiento, siendo nuestro primer impulso ante la mínima evidencia de este tipo de recuerdo personal, el evadirlo u olvidarlo a toda costa. Incluso esto me lleva a cuestionarme: desde que momento lo considero malo, negativo; o cuando soy considerado orgulloso, vanidoso, temeroso, iracundo, y que me lleva a experimentar dolor, temor, incertidumbre, resentimiento e inferioridad?, y desde que momento lo considero bueno, positivo o cuando soy considerado bondadoso, benevolente, compasivo, tolerante y que me lleva a experimentar alegría, furor, esperanza y seguridad?. Nuevamente será acaso producto de mi estado mental o de mi moral inculcada o de mi ética, para establecer los límites entre lo uno y lo otro?. En que momento ya puedo establecer con claridad que ya llegué al límite de uno o que ya rebase el principio del otro?, acaso será mi conciencia?, ese juez interno que me dicta las reglas a seguir entre mi libre albedrío y las reglas establecidas por la sociedad!. Es cierto que ciertas acciones que cometemos día tras día conllevan ya una reacción con consecuencias que nos provocan ciertos estados de ánimos que trastocan nuestra conciencia!.

Considero que el ser humano lucha constantemente a favor o en contra de estos dos ¨lobos¨, sin embargo tan plena es nuestra libertad como ser humano que nos pertenece por derecho de creación y manifestación de vida, que desarrollamos en nuestras vivencias ese regulador interno que nos define el alcance de esos límites o de esa bipolaridad, y que en esa balanza que vamos desarrollando en base a experiencia y sabiduría, es como defendemos como verdaderos ¨lobos¨ nuestra propia verdad, aún ante las constantes críticas, envidias e inducciones en que somos objeto y que amenazan con imponernos o condicionarnos una forma de ser que difiere de nuestra individualidad; y que en ese punto de partida comienza esa lucha interna que nos desarrolla culpa, remordimiento o temor ante determinada acción.

Cada uno de nosotros poseemos esa inteligencia innata para lograr equilibrar esas fuerzas ambivalentes que constantemente nos generan todo tipo de sensaciones y emociones. Bien dicen que para conocer lo bueno, la vida nos muestra el lado opuesto definido como malo, y que sin embargo son simples niveles de una misma línea en mayor o menor grado, no separados o diferentes entre sí, ni mucho menos paralelos, son parte integral de una misma acción, es como el frío que es la ausencia del calor, por lo cuál es el mismo concepto pero en un diferente nivel; así en nuestra esencia, lo malo es la ausencia de lo bueno, lo negativo es la ausencia de lo positivo, lo cuál, los interrelaciona entre sí. Y que ambas fuerzas no son separadas del ser humano sino parte integral de él, y con ambas debe luchar para reconciliarlas entre sí y así aspirar a lograr el equilibrio, cuyo equilibrio es reconocer que tanto una como otra fuerza siempre estarán presentes a lo largo de nuestra vida, y en esa dualidad, alimentar aquella que proporcione no sólo beneficio propio, sino beneficio a los demás, por que el verdadero límite en un aspecto personal, se encuentra cuando comienza la libertad de nuestro prójimo. Y en ese estado de conciencia ser sabedores que las experiencias que se encuentran en la escala opuesta de lo agradable y afortunado al ser parte de lo mismo, sin duda arrojará un importante y valioso conocimiento para aquilatar que lo que consideramos como bueno, positivo y honesto es el mejor aliciente para obtener una verdadera evolución y equilibrio interno. Todo depende por supuesto de cuál lobo alimentemos, el que nos haga evolucionar o involucionar!. La libertad y la decisión depende exclusivamente de nuestra conciencia para aspirar a encumbrarnos hacia nuestras virtudes!

El saber si nuestro actuar es coherente y que estamos en la senda de lo constructivo, es menester estar conscientes que cuando actuamos en base a nuestro ego el cuál se desarrolla en base a la personalidad a través de nuestros pensamientos, estos pueden ser inducidos, influenciados o encuadrados en los preceptos sociales, los cuáles pueden no estar acorde con nuestras expectativas internas, con la posibilidad de cometer acciones que pudieran ser perjudiciales no sólo para nuestra evolución, sino perjudicial para nuestro entorno, sea éste familiar, social, o laboral. Y si en cambio nos atrevemos a actuar con lo que dicta nuestro interior el cuál se encuentra bajo el velo del ego y la personalidad, nuestras acciones se orientaran si así lo deseamos hacia una vida verdaderamente constructiva y honesta, con grandes recompensas a nivel personal y espiritual, beneficiando incluso a nuestro entorno. Todo esto dependerá en gran medida de nuestras expectativas a nivel personal y del grado de apertura mental para permitir la entrada a todo el conocimiento que la vida nos entrega a cada momento. Y lograr en la medida de nuestras posibilidades el equilibrio entre estas dos grandes fuerzas que nos rigen!.

Decisión rapida

En una oportunidad, se formó una expedición para dar la vuelta al mundo en un globo aerostático.
El viaje era placentero e inspirador.
Ellos podían observar los maravillosos cambios orográficos y climáticos.
Sin embargo, a la mitad de la expedición, quedaron atrapados en un cúmulo de nubes a 6000 metros de altura.
Esta nube era tan espesa que rápidamente cubrió de escarcha al globo.
El día era nublado, el globo estaba saturado de escarcha y además, estaban descendiendo vertiginosamente.
Ellos debían tomar una rápida decisión, de lo contrario, sucedería una tragedia.

Pronto, acordaron que debían alivianar la nave. Primeramente se deshicieron de los libros. Luego tiraron el equipaje. Finalmente tuvieron que arrojar el equipo fotográfico, las cámaras de video y todos los objetos personales. Lentamente el globo comenzó a ascender, salieron del banco de nubes y pudieron recibir la luz del sol, que en cuestión de minutos, derritió la escarcha del globo.

Reflexión:

Este tipo de sucesos nos recuerda que en la vida cuando iniciamos un proyecto personal o profesional, nuestras expectativas de triunfo son altas y el panorama general lo avizoramos alentador, entregamos lo mejor de nosotros mismos para obtener grandes logros, invirtiendo tiempo, dinero y esfuerzo para alcanzar grandes alturas y así llegar al éxito, el optimismo es parte fundamental del impulso para llevarlo a cabo. Todo comienzo requiere de paciencia, concentración y dedicación, para cimentar las bases del proyecto personal trazado, a su vez de un conocimiento global del área en la que deseemos ingresar, conocer a fondo los pros y contras a los cuáles nos enfrentaremos, trazar muy claramente nuestras metas a corto, mediano y largo plazo, nuestras expectativas generales de crecimiento y estar preparados anímica y emocionalmente para los diversos obstáculos que se nos presenten durante el desarrollo de dicho proyecto.

Un proyecto deriva en primera instancia de una inquietud, esa inquietud la asociamos con los sueños que cada ser humano recrea a través de su imaginación, y en base a ese sentido de creatividad, lo materializa a través del pensamiento para finalmente plasmarlo y llevar a cabo. El ser humano por naturaleza es creativo de aquello que ya existe, que ya está presente en el universo, por lo que se convierte en un simple descubridor de todo lo que ya fue creado por un orden superior, y cuya labor principal es unir las piezas en base a ese genio interior que posee por naturaleza, y que es su poder de imaginación e intuición para poder recrear y llevar a cabo, cristalizándolo en ideas mediante cierta metodología ya establecida y que incluso posee la capacidad de mejorarla y por ende superar, para la obtención de algo novatorio y de calidad superior. Siempre un proyecto lleva implícito un deseo o anhelo de superación, de explorar aquellas áreas personales que deseamos desarrollar en busca de un mayor crecimiento a nivel personal. Esto nos da la pauta para interpretar aquellas inquietudes que surgen de nuestro interior y que son el necesario impulso para conocernos más, explorar nuestras capacidades, nuestra habilidad para el manejo de las emociones, y reafirmar esa concepción propia que alimente nuestra autoestima y seguridad. Es conseguir logros en la vida a nivel personal y profesional es una valiosa herramienta para esa autobúsqueda que nos proporcione certidumbre, comprobar que vamos sobre el camino correcto y sobre todo obtener certeza de que vamos construyendo sólidos cimientos para un futuro anhelado, cuyo anhelo surge de la proyección de nuestros sueños, producto de esa aspiración a ser mejores, cuyo sentimiento nos entregue momentos de plenitud y autoafirmación.

En cada uno de nosotros habitará ese anhelo de crecimiento y superación la cuál se desarrolla en base a nuestra propia percepción, nuestra formación, nuestras costumbres, creencias y expectativas; y seremos únicos sabedores y responsables de nuestras acciones en la vida, la gran ventaja, es que contamos con bases y conocimiento como antecedente para obtener elementos que nos lleven hacia la meta que nos hemos trazado, el complemento, dependerá de nuestra intuición para aprovechar las oportunidades que se nos presenten en el camino y estar preparados para las posibles desavenencias; tener presente que siempre existirán barreras y obstáculos que en apariencia sean un sensible intento de fracaso o desviación de nuestras metas primarias. Si logramos mantener una actitud positiva ante las circunstancias de la vida, esos aparentes obstáculos o barreras, los visualizaremos como alguna señal inequívoca que algo sucede en el procedimiento y desarrollo de ese proyecto personal; quizás algún error involuntario, una decisión inadecuada o que necesitamos replantearnos el problema para darle una mejor solución y reorientación a lo inicialmente establecido. Cada aparente obstáculo que son los normales imponderables de la vida en todo tipo de proyecto a nivel personal o profesional, contiene una finalidad específica y es sobre estar muy atentos, ser creativos, flexibles y meticulosos, no dejar ningún detalle al olvido, recordemos que el éxito de una empresa grande, depende de la atención y cuidado de los pequeños detalles. Porque cada detalle le proporcionará solidez, seguridad y certeza de éxito a nuestros proyectos.

El éxito es la cristalización de nuestro proyecto personal, cuyo éxito nos llevará hacia el liderazgo para alcanzar la cima, y que nos lleva por consecuencia hacia fortuna, el reconocimiento y la riqueza, así como gran orgullo y satisfacción personal, nuestra vida gozará de un importante equilibrio anímico y emocional, todo esto a nivel material; y cuando el proyecto es a nivel de crecimiento y superación individual, la satisfacción conlleva un matiz diferente, nos generará estabilidad y equilibrio emocional, sensación de grandeza a nivel espiritual y una gran plenitud interior. Sin embargo la vida en su dualidad en algún momento nos mostrará su otra cara, en cuyas situaciones, quizás la fortuna no nos sonría, de pronto cuando nuestro nivel de confianza sobrepase los límites normales y nos invada la soberbia; inesperadamente experimentaremos un descenso vertiginoso a nivel emocional, ante el inminente fracaso que precipite el éxito de nuestro proyecto, consecuencia de una inadecuada planeación, o en su defecto por el descuido de esos pequeños e imperceptibles detalles que van dejando huecos en la estructura general del proyecto, cuya importancia fundamental radica en la calidad y paciencia que le imprimamos a esa empresa.

Consecuencia de esto es la enorme y pesada carga que llevamos sobre nuestros hombros, ante esa falta de atención y organización, el globo de nuestra vida estará tan cargado de responsabilidades, preocupaciones e incertidumbre por los resultados inesperados, trayendo como consecuencia que en esta pesada e inesperada carga, descuidemos los pequeños grandes detalles, por estar tan imbuidos y sumergidos en esa obsesión por alcanzar el éxito a toda costa, afectando nuestros estados anímicos, emocionales y mentales. Y cuyo desencadenamiento afecte nuestro entorno laboral, social y sobre todo nuestro entorno familiar, y por ende nuestro equilibrio interior; destruyendo aquello que tanto amamos, a la pareja, los hijos, los amigos y sobre todo a nosotros mismos por esa obsesión y apego excesivo hacia lo material, perdiendo de visto que lo más importante es el núcleo familiar, a aquel que nos proporciona estabilidad y equilibrio. Hasta que punto nuestras actividades afectan a nuestros seres queridos?, en que momento hemos desviado el objetivo principal de la consecución de un proyecto?, en que momento nos hemos perdido y sumergido en las redes de la obsesión?. Que nos queda por hacer para salir del bache?

Quizás es replantear desde el origen para corregir posibles errores y para ello es importante reorganizar nuestros pensamientos y tranquilizarnos para tomar decisiones acertadas y maduras, observar nuestro entorno para replantear los daños provocados por estos inesperados imponderables y organizar cada situación o actividad de acuerdo a prioridades; y mucho más importante, es no aferrarnos a aquello que está generado sobrepeso a nuestro globo de vida, y que nos impide alzarnos hacia el éxito. Por lo que en ocasiones será fundamental tomar una rápida decisión! Sacar y expulsar de nuestra vida todo aquello que nos roba calidad de tiempo. Será imprescindible arrojar aquellas actividades que invierten tiempo excesivo, eliminar gradualmente cargas innecesarias, como preocupaciones y obsesiones sin sentido que ocupan un espacio vital en nuestra mente; aligerar nuestra carga emocional para poder elevarnos y tener una mejor perspectiva del rumbo en que nos encontramos, y en esa ligereza anímica replanear nuevamente objetivos más congruentes y realistas, decisiones fundamentadas que nos brinden una mejor certeza de crecimiento tanto a nivel profesional como personal, estableciendo adecuadamente el logro de las metas a corto y mediano plazo para aspirar a tener éxito en las metas a largo plazo. El ir paso a paso, es enfocarnos enteramente en el momento presente, totalmente concentrados y entregados, sin obsesionarnos por los errores cometidos del pasado ni las posibles consecuencias del futuro si nos dejamos atrapar por estas dos redes del tiempo quedaremos atados en la desesperación, impotentes para lograr alzar el vuelo hacia nuevos horizontes. El enfocarnos al presente, sin llevar cargas de por medio nos permitirá elevarnos tan alto como nuestras expectativas nos impulse hacia el éxito de nuestros proyectos.

La Paciencia es la cualidad esencial del ser humano!

Semillas

Un hombre tenía un sembrado de flores bellísimas. Cada día, de su cultivo salían centenares de paquetes para vender a la ciudad con las flores más bellas y fragantes que nadie pudiera conocer. Este hombre, cada año ganaba el premio a las flores más grandes y de mejor calidad y como era de esperarse, era la admiración de todos en la región.

Un día, se acercó a él un periodista de un importante medio de comunicación para preguntarle el secreto de su éxito, y el hombre contestó:

- Mi éxito se lo debo a que de cada cultivo saco las mejores semillas y las comparto con mis vecinos, para que ellos también las siembren.

- ¿Cómo? -dijo el periodista- pero eso es una locura-.
¿Por qué comparte su mejor semilla con sus vecinos, si usted también entra al mismo concurso año tras año? ¿Acaso no teme que sus vecinos se hagan famosos como usted y le quiten su importancia?

Verá usted señor, dijo el floricultor:

- El viento lleva el polen de las flores de un sembrado a otro.

Si mis vecinos cultivaran una semilla de calidad inferior, la polinización cruzada degradaría constantemente la calidad de mis flores. Si deseo cultivar las mejores y más bellas flores, debo ayudar a que mi vecino también lo haga.

Reflexión:

Así como una buena semilla requiere para su conformación de una adecuada polinización de las demás flores de la región, lo mismo ocurre con otras situaciones de nuestra vida., quienes deseen lograr el éxito, éste debe ser compartido, mediante una honesta y sana competencia, el ser mejor entre los mejores da lugar a una más plena satisfacción por el esfuerzo realizado y no en base a la envidia el negar compartir el secreto del triunfo. El liderazgo es la base del éxito en las relaciones humanas sobre todo cuando se comparte el conocimiento para el bienestar común y propio.

El ser humano es como una semilla, en su conformación conlleva el potencial necesario para florecer plenamente en todas sus capacidades y facultades. Si poseemos una esencia equilibrada y con buenas aptitudes, nuestro caparazón será suave y maleable listo para germinar en la profundidad de la tierra, alimentándose de sus nutrientes, abriéndose paso con toda su determinación y valor para vencer la resistencia de la ignorancia y la opresión, desarrollándose y creciendo firme y determinante para florecer y en su maduración desarrollar sus propia semillas que serán el fruto y la cosecha de su esfuerzo y dedicación en sus acciones, para inmortalizar su obra y trascender.

Una semilla con un corazón vacío y un caparazón duro y rígido, en la dureza de sus remordimientos y la rigidez de sus prejuicios y temores, su dureza sólo será ilusoria, porque en su interior no existe consistencia, sólo hay vacío existencial e insatisfacción; un vacío producto de la ignorancia y temor por expresar su verdadera personalidad y sus sentimientos, ¨evitando¨ experimentar vulnerabilidad; lo cuál le desarrolla una personalidad egoísta y soberbia, fría e indiferente hacia su entorno, hacia los demás e incluso hacia sí mismo, lo cuál lo hace aferrarse obsesivamente a sus propios intereses haciendo a un lado el bienestar de los demás sin importarle dañar y pisotear susceptibilidades. Tarde o temprano este tipo de actitudes hacia la vida, lo llevan quizás a triunfar en el plano material, en alcanzar grandes alturas, un importante status socio-económico. Quizás incluso experimentará una gran satisfacción por sus logros materiales, su caparazón será muy sólido, grueso e impenetrable. Pero, que sucede con su interior? El cuál se encuentra vacío, sin consistencia de por medio. Experimentará tal vez alguna satisfacción interna?, se sentirá realmente satisfecho más no feliz?, se sentirá orgulloso más no pleno?, experimentará fuerza más no paz?, su conciencia se encontrará abrumada y extraviada más no tranquila y sabia?, que lo impulsa a ser egoísta, soberbio, ególatra y egocéntrico?, que le evita ser humilde, tolerante, compartido y humano?, su caparazón entre más se engrosa, menor espacio le cede a su interior, entre más impenetrable sea, más difícil será romper con sus remordimientos para descubrir su esencia real; entre más capas de personalidad anteponga ante la sociedad, más complejo será internarse en su individualidad y reconciliarse con el mismo, para saber perdonarse, aceptarse y amarse; y con esas armas penetrar y destruir ese gran dolor que le agobia y que le impide demostrarse como su interior le impulsa.

Siempre hay una nueva oportunidad para crecer, para aceptar en la humildad, es necesario romper con nuestros estigmas, son las propias obsesiones, con los propios pensamientos destructivos. Debemos aceptar que entre mayor dureza y rigidez demostremos al exterior, mayor dolor experimentaremos cuando deseemos realizar un cambio drástico en la vida; en la dureza de la personalidad fingida, aceptemos que poseemos actitudes equivocadas que nos hacen cometer errores y alejarnos de nosotros mismos. Entre mayor soberbia externemos, más evidenciamos nuestra debilidad interna. Cuando decidamos realizar cambios, esos cambios nos beneficiarán en crecimiento y satisfacciones al por mayor compartiendo nuestros logros con nuestro entorno en un verdadero liderazgo, porque el valor de una vida se mide por las vidas que se tocasy transforman. Y quienes optan por ser felices, deben ayudar a que otros encuentren la felicidad, porque el bienestar de cada uno se halla unido al bienestar de todos los demás.

¨Es necesario compartir nuestras mejores semillas de cualidades y virtudes para obtener una excelente cosecha que se verá reflejada en una mejor sociedad¨.

Ingenio

Un día un niño al jugar en el parque algo de pronto le llamó poderosamente la atención era una hormiga negra y de tamaño mediano, la hormiga llevaba como carga una pajita que era seis veces más larga que ella misma.

Después de avanzar casi un metro con semejante carga, llegó a una especie de grieta, estrecha pero profunda, formada entre dos grandes piedras. Probó cruzar de una manera y de otra, pero todo su esfuerzo fue en vano. Hasta que por fin la hormiguita hizo lo insólito. Con toda habilidad apoyó los extremos de la pajita en un borde y otro de la grieta, y así se construyó su propio puente, sobre el cuál pudo atravesar el abismo. Al llegar al otro lado, tomó nuevamente su carga y continuó su esforzado viaje sin inconvenientes.

La hormiga supo convertir su carga en un puente, y así pudo continuar su viaje. De no haber tenido esa carga, que bien pesada era para ella, no habría podido avanzar en su camino....

Reflexión:

Cuántas veces nos quejamos por los problemas, las cargas y las pruebas que debemos soportar!. Todo tipo de desavenencias nos desmoralizan, nos angustian y nos invade de incertidumbre, generalmente propiciadas por aparentes equivocaciones o errores en nuestras acciones pasadas, por una mala decisión ante una situación inesperada, esto nos genera en mayor proporción culpas y remordimientos, los cuáles al no saberlos canalizar positivamente o desprender de nuestra memoria, se van acumulando gradualmente con el pasar de los años sin detenernos a erradicarlos definitivamente, esto por consecuencia nos desarrolla una sensación de peso que se aloja en nuestra conciencia, y esa sensación de peso es la que nos genera esta sensación de desagrado e insatisfacción, al no sabernos desprender de los recuerdos del pasado, por una simple razón!, porque lo pasado ya quedo fuera de nuestro control, ya no podemos regresar el tiempo para solucionarlo, y ese sentimiento de frustración nos va generando dolor emocional y físico, evitando que disfrutemos de una vida armónica y en paz, por alguna razón el ser humano tiende a almacenar los recuerdos del pasado, a aferrarse de lo que ya no esta en sus manos disfrutar, cambiar o erradicar, en su momento actúo con lo mejor que su evolución le permitió, con las armas que a su desarrollo individual disponía, en ocasiones entraron en juego la inexperiencia y la ignorancia, y muchas veces echamos mano de aspectos externos con la finalidad de desprendernos de nuestra responsabilidad atribuyéndole a conceptos como Destino, Dios, Karma, etc., cómo los principales responsables de nuestras ¨desgracias¨, y en otras nos autodestruimos moralmente al absorber por completo las consecuencias que en su momento estuvieron fuera de nuestro alcance, culpándonos obsesivamente nuestra falta de acierto.

El hecho de experimentar siempre un estado emocional de culpabilidad por lo pasado, principalmente por experiencias desafortunadas y traumáticas que nos ¨marcaron¨ la vida, o por lo menos así lo conceptualizamos en la mayoría de las ocasiones, este tipo de ¨carga¨ nos proporciona una sensación de ¨placer¨, al aferrarnos a algo que le proporcione sentido a una vida plagada de vacío existencial sin un propósito claro a perseguir, nos proporciona la sensación de ser ¨algo¨, para alimentarnos en base a la autocompasión, nos hace sentir ¨vivos¨, porque de otra forma la vida se hace insoportable cuando no experimentamos esa particular forma de ser, cargar todo el tiempo con culpas y remordimientos e incluso algunos cultos religiosos nos fomentan y alimentan permanentemente el concepto de ¨pecado¨ si no actuamos conforme a sus preceptos litúrgicos; las ¨culpas¨ heredadas por tradición religiosa a través de determinados tipos de oraciones y que irremediablemente se va insertando en nuestro subconsciente, sin percatarnos que son formas de inducción y manipulación para desarrollarnos una particular forma de fanatismo, y que nos va extinguiendo nuestro libre albedrío, condicionándonos una forma de vida paralela orientada a eliminar nuestra libertad de expresarnos y actuar en la vida. Sin duda una carga es una sensación de peso, y por ser una sensación eso nos da un sentido de vida, un deseo equivocado de aferrarse a cualquier cosa, que importa que ésta sea destructiva, el caso es simplemente ¨sentir¨, por que el sentir es vivir!. Y en esta obsesiva idea de aferrarnos a las cargas, a lo pasado, nos van deformando nuestra individualidad principalmente la evolución hacia la libertad de ser, nos condiciona en nuestro actuar en las relaciones humanas, nos hace ser temerosos, cerrados, antisociales y solitarios, perdemos innumerables oportunidades para desarrollarnos, para experimentar la libertad, la alegría, el amor!. Vivimos ocultos bajo el velo de las personalidades ilusorias e incongruentes con nuestra verdadera esencia, con nuestra individualidad, en cada situación utilizamos una máscara, un mecanismo de evasión para sentirnos ¨protegidos¨ y ¨seguros¨ ante la ¨incomprensibilidad¨ de la vida y la sociedad; cuando estas cargas, culpas, remordimientos o temores internos no los enfrentamos, gradualmente nos va apagando el deseo de vivir, nos envejece tanto externa como internamente, nos llevamos nuestro ¨tesoro¨ hasta el final de nuestros días, porque representa nuestra historia obscura de vida y que sólo nosotros tenemos acceso a ella y que en innumerables veces hacemos partícipe de ella a ¨íntimos¨ con la falsa creencia de buscar la aceptación por compasión, e incluso son motivo de vergüenza y auto intimidación, cuando simplemente es experiencia de vida, y el apegarnos a los conceptos negativos sin percatarnos nos consume día tras día.

Ahora! Que sucedería si, esas mismas cargas, esas experiencias de vida le asumimos el otro polo, la otra cara de la moneda, lo positivo y constructivo?, acaso todo es malo en la vida?, acaso esas experiencias sin importar su grado de deterioro o dolor emocional, mental o físico –asumidas positivamente, acaso algo constructivo arrojará?, que no acaso hasta la flor más hermosa emerge a la superficie extrayendo el nutriente del estiércol?, es necesario anteponerle a esas cargas una culpa, un remordimiento?, que tan sólo por que en su origen a alguien se le ocurrió etiquetarle una consecuencia a una acción llamada ¨culpa¨ o ¨remordimiento¨, ya debamos asumirlo como tal?, donde se encuentra el origen de asumir ese sentimiento que destruye nuestra libertad de ser?, es cierto que a toda acción hay una reacción, pero que no acaso a toda acción hay un conocimiento, una enseñanza, un aprendizaje?, hasta donde la conciencia nos genera una culpa o remordimiento?, hasta donde se encuentran los límites de la moral y la ética?, cuando la moral es un concepto adquirido en el núcleo familiar, cultural y social; y en cambio la ética es el conocimiento innato de nuestra actividad individual conocido como conciencia; en que momento el actuar de determinada forma en la vida nos genera una culpa o remordimiento que a la postre se trasforma en carga?, generalmente estos conceptos surgieron con la aparición de los cultos religiosos, y esos cultos religiosos surgieron cuando el ser humano reconoció el concepto de Dios, y el concepto de Dios surgió cuando el ser humano experimentó temor e incertidumbre por aquellos fenómenos naturales que desconocía y que sintió impotencia al no poder controlarlos. Y en esa conceptualización de credo religiosa se creó el concepto o culpa como un medio de establecerle límites de comportamiento al ser humano, al establecerle una ley o Decálogo de vida de la cuál se vió sometido a cumplir para controlar su libre albedrío y por ende la culpa se origina al rebasar los límites de esa supuestas leyes divinas. Nos recuerdan incluso un pasaje Bíblico que cuando el Hombre comió del árbol del conocimiento, por la supuesta inducción de una mujer; perdieron su estatus de inmortalidad y se convirtieron en seres humanos mortales, los cuáles experimentaron culpa y remordimiento por desobedecer una ley divina y se sintieron avergonzados al mirarse desnudos uno al otro!, cuando el cuerpo es una de las más bellas manifestaciones de la creación. El haber desobedecido una supuesta ley generó en el ser humano el temor ante el actuar de su libre albedrío innato ocasionándole con ello culpa y remordimiento y por ende una carga en su conciencia.

Si desde esos remotos ¨tiempos¨ simbólicos se experimentó por vez primera la carga moral. Desde el origen de la humanidad cuando el hombre actuaba sólo impulsado por sus instintos, todo en su concepción era parte integral de él como lo es la naturaleza y el universo que le rodea, para él nada era positivo ni negativo, ni bueno ni malo, simplemente era!, sólo actuaba en base a su naciente libertad de descubrir el mundo, sus acciones se enfocaban al naciente descubrimiento de su mundo, al despertar de su conciencia, aprendiendo momento a momento de sus propias vivencias, quizás si con cierto temor por aquello que aún desconocía, pero su pensamiento era libre y creativo, era alentador y emotivo, en base a sus propias reglas, no había polaridades de por medio, todo era asombro y espontaneidad. Y surge entonces la siguiente pregunta: hasta donde termina ese libre albedrío?, en que momento el ser humano por instinto desarrolla el sentimiento de culpabilidad y remordimiento que a la postre se transforma en carga?. Al parecer esto se genera a través de un tipo de pensamiento y actitud constructiva o destructiva! Y si es una cuestión mental significa que poseemos el control de establecer nuestros propios preceptos y límites, donde ésta libertad termina cuando comienza la libertad del otro, cuando nuestras acciones no son perjudiciales ni dañinas para con nuestro prójimo, cuando están orientadas a construir en lugar de destruir, cuando armonizamos y restablecemos el equilibrio de aquello que se encuentra inestable, incluso cuando en el pasado hemos cometido algún error involuntario o hemos sido víctimas de una experiencia desagradable, incluso hasta de lo que consideramos más negativo y destructivo, aquello que consideramos carga, no por inducciones de credo o por reglas preestablecidas de la sociedad, sino producto de nuestro libre actuar en la vida y no sujetos a condicionamientos y convencionalismos morales y sociales, es cuando estamos en la posibilidad de extraer enseñanza de vida, las mismas cargas las podemos transformar en conocimiento valioso para nuestra madurez y evolución y cuyas ¨cargas¨ se pueden convertir en puentes y peldaños que nos ayudan a crecer, a aprender, a descubrir y a construir, cuando asumimos una actitud positiva ante la vida, fuera de autocompadecencias e inseguridades; el misterio de la vida con frecuencia nos lleva a padecer ¨males¨ para madurar y experimentar lo valioso que arrojo una experiencia pasada para así revalorar nuestras actitudes y mentalidad ante la adversidad, nos enseña también que debemos llevar con valor nuestras cargas para luego convertirlas en puentes de éxito y prosperidad material y espiritual.

Si actualmente estamos soportando algún problema o adversidad, debemos tener presente que nada se conseguirá quejándonos o angustiándonos, ese tipo de actitud o carga sólo aniquilará y destruirá nuestra confianza y autoestima; todo lo contrario, más bien esa carga nos proporcionará fuerza para seguir con valor y lograr mayores alturas, cuando la fe y confianza en nuestras capacidades se encuentran bien cimentadas en nuestro interior, toda adversidad la trasformaremos en retos a vencer para evaluar nuestro carácter, nuestro control emocional y nuestra madurez. Cada prueba de la vida no está diseñada para cerrarnos y ocultarnos en la indiferencia y el temor permanente; está diseñada para ser valerosos y determinantes, aún cuando nuestro entorno se encuentre caótico, nuestra actitud permanecerá como el ojo de un huracán: estable, en calma y seguro de su gran fuerza de atracción para controlar el caos a su alrededor. Eliminando el pensamiento condicionado, temeroso y negativo, en nuestra mente se experimentará una transformación a nivel motivacional y creativo, toda la bruma del entorno se extinguirá, observando todo con mucho mayor claridad y enfoque. Y estaremos en camino de hallar nuevas soluciones y alternativas ante lo que considerábamos una carga muy pesada de soportar, al desprendernos de ella experimentaremos una levedad y ligereza indescriptible que nos hará sentir alivio y confort. En la medida en que logremos desprendernos rápidamente de las culpas y los remordimientos transformándolos en puentes para seguir avanzando, y no almacenarlos hasta ésta sea insoportable, podremos enfocarnos en lo presente tan plenamente como así nos lo permitamos. Debemos asumir que lo pasado ya no nos pertenece y por tanto ya no podemos cambiarlo, pero si podemos reconciliarnos con él, asumiendo que en su momento actuamos con lo mejor que poseíamos, lo demás ya forma parte de la vida, la cuál nos regala conocimiento y aprendizaje a raudales, eso si es importante, concentrarnos en lo que verdaderamente importa, en analizar el porqué suceden estas vivencias, que clase de mensaje nos está proporcionando?, hacia donde nos está encauzando?, acaso significará que algo nuevo y emotivo nos aguarda?, serán acaso peldaños de una escalera más no obstáculos que nos encaminará hacia nuevos y más altos niveles de conciencia? Incluso serán puentes para evitar un abismo o vacío que nos precipite nuestros sueños? Tal vez señales para reorientar nuestro destino producto de un camino de pronto errado?, es alentador experimentar este tipo de actitud, porque invariablemente nos guiará hacia mejores e innovadores rumbos, nuevas experiencias, más enriquecedoras sin etiquetarlas o prejuzgarlas, nuevas oportunidades de crecimiento, nuevas amistades y porque no? un nuevo amor!. Todo es cuestión de actitud, libre de ataduras, condicionamientos, apegos excesivos, de imposiciones de credo que coartan la libertad de ser.

La carga proporciona sensación ilusoria de ser, la levedad es el despojo de la carga para experimentar la libertad de ser!