jueves, agosto 12, 2010

La Paloma y la Rosa

En una incipiente claridad del día comenzaba a disipar las tinieblas de una noche tibia y hermosa. Una paloma, se encontraba revoloteando, de pronto penetró en un pequeño y recoleto templo.
Todas las paredes estaban adornadas de espejos y en ellos se reflejaba la imagen de una rosa que había situada, como ofrenda, en el centro del altar.
La paloma, tomando las imágenes por la rosa misma, se abalanzó contra ellas, chocando violentamente una y otra vez contra las acristaladas paredes del templo, hasta que, al final, su frágil cuerpo reventó y halló la muerte.
Finalmente el cuerpo de la paloma, cayó justo sobre la rosa.


Reflexión:

No todo lo que en la vida aparenta es la realidad de lo que percibimos, nuestra realidad, nuestro entorno sólo es la parcialidad de una totalidad que escapa a nuestra percepción real, sólo captamos aquello que nuestra conciencia limitada recibe y que son las impresiones de nuestros sentidos básicos. Porque nuestra conciencia es como el reflejo de un gran lago cristalino, todo aquello que ella percibe es resultado del entorno en que existimos, es un simple reflejo de las apariencias. Porque nuestra vida así es como la experimentamos, sumergidos en la superficie de nuestro lago material.

Pero que hay más allá de toda esta inmensidad que nos rodea?, porque sólo desarrollamos los sentidos básicos y no nuestras reales facultades, conocidas como la intuición u otro tipo de conciencia más profunda y nítida?, que es aquello que nos impide evolucionar nuestras capacidades al máximo?. Porque nos conformamos tan sólo con lo que las estructuras morales, religiosas, sociales e ideológicas nos imponen?, si estas estructuras fueron creadas por el ser humano, eso quiere decir que cada uno de nosotros poseemos ese potencial creador e imaginativo, para crear las condiciones óptimas hacia nuestro desarrollo personal a cualquier nivel.

Sin embargo, nos encontramos sumergidos en los grandes problemas y conflictos que aquejan a nuestra humanidad en general, en los problemas cotidianos que tanto nos estresan y agobian, dejándonos prácticamente agotados y abotargados, como para tener aún energía y tiempo suficiente en el análisis y resolución permanente de nuestras inquietudes existenciales. Y eso hace que choquemos una y otra vez con nuestra realidad aparente sin lograr comprender porque nos sucede tal o cuál cosa, porque erramos constantemente en nuestras acciones y decisiones, porque entre más luchamos pareciera que mas nos sumergimos en la frustración y la negación?.

Al estar habitando enclavados en las apariencias, nuestra expectativa se vuelve limitada y nebulosa, nos mecanizamos en lo ya implementado y dejamos de ser creativos y espontáneos, nos conformamos con tan sólo existir y obsesionarnos con el sentido de pertenencia, con el deseo de vanidad, de egolatría, de reconocimiento. Simplemente nos sumamos a la inmensa maquinaria de la rutina establecida. Es necesario desprendernos de este mundo aparente en que usualmente nos aferramos a coexistir. Es necesario despertar nuestra conciencia hacia nuevas metas, hacia lo llamado desconocido, hacia nuevos retos, desprendernos del temor al error, a la equivocación, al que dirán, a ser más espontáneos y audaces, a comenzar a analizar las profundidades nuestras sensaciones y emociones, a romper con la gruesa y rígida capa de las apariencias y experimentar un mundo nuevo, una nueva realidad, basada exclusivamente en nuestro sentir interno, llamada conciencia, intuición, voz interna, etc.

Vivir es dejar de existir en la pasividad, vivir es espontaneidad, es comenzar a ser libres de todo sentimiento de reprimenda y rigidez, es soltarnos y atrevernos a hacer aquello que por causas diversas no hemos hecho hasta el momento, es decir basta a la indiferencia, a la pasividad, al conformismo, a la dependencia en cualquier nivel, al sometimiento moral y emocional, es dejar de culparnos por aquello que no supimos o pudimos realizar, es darnos una nueva oportunidad de reinventarnos, de buscar la coherencia entre lo que sentimos, pensamos y actuamos; la libertad se logra en la medida en que realmente dejamos atrás los pretextos y comenzamos a actuar hacia nuestro desarrollo y evolución personal, no extraviándonos en la diversidad, sino estableciendo la unidad.