Enigma
Dios, el Universo, la Vida, el Destino, la
Existencia, el Tiempo, el Ser humano, la Naturaleza y todo cuánto nos rodea
está inmerso en lo desconocido, el misterio y el Enigma, hay teorías y personajes
que presumen de poseer la verdad acerca del origen de alguna de estas
incógnitas, sin embargo, no dejan de ser más que sólo hipótesis muy lejanas,
que distan mucho de siquiera acercarse a una verdad absoluta, muchas de ellas
se quedan estancadas sólo en la superficie; ya que todo sin excepción escapa a
nuestros sentidos ordinarios, mucho falta aún para pretender acercarse a los
límites de Dios, y sin embargo, muchos desafían lo que creen que es finito y
tangible; cuando es infinito, intangible y que escapa a nuestra percepción
humana limitada, y que sólo podemos fiarnos de nuestra ilimitada capacidad de
imaginación, para diseñar infinidad de teorías que pretenden convencernos que
estamos muy cerca del origen de todas las cosas; lo que diluiría la angustia
del ser humano para poseer un ápice de certidumbre de lo que considera fuera
del alcance de sus manos, y es el enigma de la vida y la muerte.
Ese es tan sólo una pequeña muestra de lo que es
nuestra existencia, un enigma tras otro de lo que nos depare el porvenir, y que
es una incansable lucha para no seguir sembrando un pasado abotargado de
reminiscencias que laceran y aniquilan la vivacidad y pureza de nuestro
presente inmediato, y que se transforma en un pesada carga que inevitablemente
condicionará nuestro futuro. Mucho podemos pedirle a la vida y poco es lo que
podemos reclamarle; mucho debemos reclamarnos y poco pedirnos, porque todo lo
poseemos y mucho es lo que desperdiciamos; poco es lo que sabemos de la vida y
mucho lo que desconocemos de nosotros mismos, ese es nuestro mayor enigma: la
propia existencia; un micromundo envuelto en un macrocosmos. El enigma del
origen de universo concentrado en el misterio de nuestro Ser.
Incógnitas tales como: Porque nos
pasa esto y aquello?, porque nos sentimos bien en un momento y porque desolados
en el siguiente instante?, porque un día todo fluye increíblemente, y otros
días simplemente damos tropiezos tras tropiezos?, porque nos sentimos lúcidos y
receptivos y en el otro momento todo es confusión y desesperación?. Pareciera
que somos víctimas de los designios del destino, casualidades o simplemente
causalidades?. De qué forma podríamos controlar las situaciones que
intempestivamente nos altera el equilibrio del momento?. Qué fórmula aplicar
para que todo nos salga según nuestras necesidades y aspiraciones?. Cómo darle
armonía a nuestra existencia sin tener que sufrir sobresaltos?. Qué hacer ante
aquellas personas que insisten en atacarnos por el simple hecho de ser lo que
somos?.
Mucho es lo que necesitamos saber de la vida,
desentrañar sus misterios y develar el gran enigma de nuestra existencia; dejar
de sentir incertidumbre, dolor, frustración y todo sentimiento de opresión; y
en su lugar poseer autocontrol y seguridad para solventar cada una de las
inclemencias a que nos vemos sometidos rutinariamente. Es un hecho que no
podremos evitar aquello que amenace nuestra integridad y tranquilidad; que no
podremos detener a aquellas personas que intenten ofendernos o atacarnos
cobardemente basados en una doble moral o sin dar la cara; que el exponernos al
mundo actuando basados en nuestra propia naturaleza, ya genera no sólo envidias
sino resentimientos insospechados. El tratar de explicar las causas que motivan
a determinadas personas a actuar de esa forma en lugar de ocuparse de su propia
existencia es un verdadero enigma, y en realidad no vale la pena ni siquiera
tratar de persuadirlas o encararlas, sólo denotaríamos debilidad e inseguridad
ante comportamientos insignificantes.
Nuestra vida ya es de por sí una
gran responsabilidad, como para perder el tiempo en banalidades, la existencia
es un don precioso que no se debe desperdiciar, lo que es será y lo que será
pasará, hagamos lo que se hagare. El futuro inmediato está al alcance de
nuestras manos y en lugar de atormentarnos y lamentar nuestra suerte, es el
momento de tomar las riendas de nuestro destino y descubrir cada una de las
capas del enigma de la existencia, viviendo, experimentando, equivocándonos,
tropezando, porque eso significa atrevimiento y no pereza mental. Dejar que el
mundo ruede y lo que las personas piensen o conceptúen de nosotros es lo que
menos debe importarnos, no vale la pena desperdiciar un solo gramo de energía
en tratar de que nos acepten o de convencerlos de su propia negación, eso sería
sometimiento, y la dignidad debe estar muy por encima de sentimientos de
pertenencia, primero hay que pertenecerse, aceptarse y amarse a uno mismo.
Porque el gobierno nace de nuestro propio Ser y no bajo el yugo ni dependencia
de nadie, tenemos la facultad del auto aprendizaje, y por tanto de recrear
nuestras propias expectativas y necesidades.
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