martes, enero 03, 2012

Racismo

En un avión, iniciado el vuelo, una “señora” oprime insistentemente el timbre para llamar a la azafata, Cuál es el problema, Sra.?, Pregunta la azafata.

Es que no lo ve ?, Responde la dama. Me colocaron junto a un sucio indígena. No soporto estar al lado de uno de estos seres repugnantes.

¡¡ No tiene otro asiento !!

Por favor, cálmese, dice la azafata … Casi todos los asientos están ocupados. Pero, voy a ver si hay un lugar disponible.

La azafata se aleja y vuelve de nuevo algunos minutos más tarde :

Sra., como yo pensaba, ya no hay ningún lugar libre en la clase económica. Hablé con el comandante y me confirmó que no hay más sitios disponibles en la clase económica. No obstante, tenemos aún un lugar en primera clase.

Antes de que la dama pudiera hacer el menor comentario, la azafata sigue:

Es del todo inusual permitir a una persona de la clase económica sentarse en primera clase. Pero, dadas las circunstancias, el comandante encuentra que sería escandaloso obligar a alguien a sentarse junto a una persona tan repugnante.

Todos los pasajeros alrededor, observaban la escena, indignados.
Entonces, la azafata, dirigiéndose al indígena, le dice:

Si el Sr. lo desea, tome su equipaje de mano, ya que un asiento en primera clase le espera.

Y los pasajeros, que sorprendidos, presenciaban la escena, se levantaron y aplaudieron..

Reflexion:

Estamos expuestos a toda clase de racismo, aún cuando en origen se refiere a la raza; en la actualidad se ha diversificado hacia la discriminación de quienes se consideran diferentes a los demás y que se manifiesta en el plano social, económico, cultural, religioso, ideológico, de género y laboral entre otros. Lo cuál ha generado todo tipo de disputas a nivel global por personas que sin escrúpulo alguno, hieren la dignidad de quienes son víctimas de tales injusticias generadas por el odio, el fanatismo y la ignorancia. Donde se han gestado múltiples agresiones de quienes se sienten absurdamente amenazados por quienes poseen ciertos caracteres que adolecen quienes gestionan algún tipo de discriminación y racismo.

Por tal motivo, no debería existir ese pensamiento equivocado de intentar discriminar a alguien ya sea por su raza o color de piel, porque solamente es una envoltura, ya que todos poseemos las mismas características fisiológicas; somos idénticos en esta condición, pero únicos en nuestro proceso esencial, la individualidad. De tal manera que es absurdo pensar que podemos clasificar a una persona por debajo de nosotros al pretender que es diferente y que por tal motivo no tiene derecho a ser reconocido como ser humano y peor aún, discriminarlo en alguna manifestación de violencia por sentirnos superiores a alguien que sea diferente a nosotros. Que sentimientos nos mueven o mueven a quienes han desarrollado alguna forma de racismo?, inseguridad?, prejuicios?, temor?. Se dice que una de las razones de aquellas personas que discriminan o agreden a alguien sea cuál fuere la circunstancia, es porque se sienten carentes de aquello que posee a quienes agreden. Tal actitud no debería ser necesaria, porque nadie adolece de lo esencial, y es la dicha por sentirse vivo, por respirar, por tener la invaluable oportunidad de experimentar un propio destino, de construirlo, erigirlo y consolidarlo en la medida en que nos despojemos de ataduras innecesarias para nuestro crecimiento personal.

Cuando tenemos claro nuestro papel en este mundo, es cuando comprendemos que cada uno de los 7, 000 millones de humanos que lo habitamos, poseemos las mismas oportunidades de reclamar un espacio para desarrollarnos y realizarnos en las circunstancias que nos tocó vivir; nuestra condición de tipo racial, cultural e ideológico es lo de menos, porque al final seguimos siendo seres con la bandera de la igualdad en nuestros derechos y garantías como individuos, y así como poseemos derechos también tenemos obligaciones; y una de ellas es respetar los mismos derechos y garantías que merece cualquier ser humano basado en sus creencias, ideología y forma de pensar. Actuar basados en alguna forma de racismo o discriminación, es devaluarnos, ya que nos agredirnos a nosotros mismos, donde la envidia y la hipocresía dominan nuestra capacidad de razonamiento. Un mundo donde todos deberíamos actuar como hermanos y no como enemigos, el cuál habita sólo en cada uno de nosotros.

Esto es acaso la clase de seres que deseamos ser y aspirar?. Es el tipo de mundo que deseamos ofrecerle a nuestros hijos?. Es el ejemplo que forjaremos a las generaciones venideras?. No hay peor racismo y discriminación que aquel que engendra de nuestro propio ser, y es lo que emana de una personalidad trastornada por los prejuicios y el temor. Cuando podemos cambiar nuestra actitud hacia nuestro prójimo y hacia la humanidad misma, fomentando los valores esenciales del respeto a la dignidad y a la libertad de expresión. Porque en nuestras acciones reflejamos el tipo de mundo que aspiramos a experimentar!.