lunes, agosto 27, 2007

El Vaso de Leche

Un día, un muchacho pobre que vendía mercaderías de puerta en puerta para pagar sus estudios universitarios de Medicina, encontró que sólo le quedaba una simple moneda de diez centavos. Ese día no había vendido y tenía hambre.

Decidió pedir comida en la próxima casa. Sin embargo, sus nervios lo traicionaron cuando una encantadora mujer joven le abrió la puerta, y en lugar de comida pidió un vaso de agua.
Ella observó que el joven demostraba estar hambriento y resolvió invitarle un gran vaso de leche.
El muchacho, lo bebió despacio y luego le preguntó:-¿Cuánto le debo?

-No me debes nada. Mi madre nos enseñó a no aceptar pago por un servicio de solidaridad.
- Se lo agradezco, de verdad, de todo corazón, le contestó.
Cuando se fue de la casa, no sólo se sintió más fuerte, sino que también había aumentado su fe en la vida y las personas. Había estado a punto de rendirse y dejar todo.Varios años más tarde esa mujer se enfermó gravemente. Los doctores locales decidieron enviarla a la gran ciudad.
Llamaron al Doctor para consultarle. Cuando él escuchó el nombre del pueblo de donde venía la paciente, una extraña luz llenó sus ojos. Inmediatamente, vestido con su bata de médico, entró a verla. La reconoció enseguida era la señora que un día le regaló un vaso de leche.
Regresó al cuarto de observación resuelto a hacer lo mejor posible para salvarle la vida. Después de una larga lucha contra la enfermedad ella quedó totalmente recuperada.
Como ya la paciente estaba sana y salva, el Doctor pidió a la oficina de administración del hospital que le remitieran la factura total de los gastos para aprobarla. La revisó y firmó. Además escribió algo en el borde de la papeleta y la envió al cuarto de la paciente.
El sobre con la cuenta llegó al cuarto de la señora. Ella temía abrirlo, porque sabía que le tomaría el resto de su vida pagar todos los gastos.

Finalmente lo abrió. En el borde de la factura leyó estas palabras: “Pagado por completo hace muchos años con un vaso de leche".

Reflexión:

La Vida esta llena de casualidades y coincidencias, en cierto que nada está escrito y por lo general el destino nos sorprende con estas casualidades; sin embargo, aparentemente todo está regido por la causa y el efecto, y esas son nuestras acciones para con uno mismo y los demás, cada acción vendrá acompañada de una reacción.
La vida la podemos llevar por dos vertientes:
La Causa o la Acción Positiva o Negativa y efecto provocará esa reacción o consecuencia en la misma magnitud.

Si llevamos una vida regida por la hipocresía, el engaño, la farsa, la envidia, la soberbia, el materialismo o la egolatría; sufriremos las consecuencias de esas causas, estaremos invadidos por el remordimiento, la culpa, los prejuicios e irremediablemente el destino nos cobrará con creces el producto de nuestras equivocaciones y terminaremos aislados e incomprendidos, el camino estará lleno de obstáculos que nos desgastarán e incluso impedirán el ser felices.

Por otro lado si vivimos en base a la honestidad, la rectitud, la justicia, el equilibrio, y la autenticidad; el destino tarde o temprano nos premiará con creces, la calidad que implementemos a nuestra vida diaria hará que el camino sea más claro, aún cuando existan obstáculos, envidias, ataques personales e indiferencias de aquellas personas que por su propia inseguridad, no desarrollan la capacidad de reconocer los logros de los demás; tendremos la capacidad y la inteligencia de superar estos obstáculos, sin llegar a la confrontación, porque nuestras buenas acciones hablarán por sí mismas.

Una buena acción vendrá acompañada de múltiples satisfacciones, en la disposición para tender la mano al necesitado o al amigo en proporción de nuestras posibilidades; apoyo moral, un consejo, una compañía o consuelo espiritual, cada ¨Vaso de Leche¨ que obsequiemos nos será retribuido en abundancia con amistad, cariño y reconocimiento; porque la mejor recompensa no se encuentra en los aspectos materiales sino en la satisfacción espiritual, no escatimando en dar lo mejor de nosotros mismos, porque alguna vez quizás necesitemos de un ¨Vaso de Leche¨.

¨Nunca es tarde para Rectificar el Camino, y el primer paso: es Reconocerlo¨