lunes, octubre 29, 2007

Existir o Vivir?

Un vagabundo buscaba un lugar tranquilo donde habitarlo, después de dos días de marcha por los polvorientos caminos, divisó a lo lejos una ciudad misteriosa. Un poco antes de llegar al pueblo, una colina del sendero le llamó mucho la atención. Estaba tapizada de un verde muy vivo y con frondosos árboles, pájaros y flores hermosas. La rodeaba por completo una valla de madera lustrada. Una portezuela de bronce lo invitaba a entrar. De pronto sintió que olvidaba el pueblo y sucumbió ante la tentación de descansar por un momento en ese lugar. El vagabundo traspasó el portal y caminó lentamente entre las piedras blancas que estaban distribuidas al azar, entre los árboles. Dejó que sus ojos se posaran en cada detalle de este paraíso multicolor; descubrió sobre una de las piedras, una inscripción que decía: Aquí yace Abdul Tareg, vivió ocho años, seis meses, dos semanas y tres días. Se sobrecogió al darse cuenta que no era simplemente una piedra, era una lápida. Sintió pena al pensar que un niño de tan corta edad estuviera enterrado en ese lugar. Mirando a su alrededor, el hombre se dió cuenta que la piedra de al lado tenía también una inscripción. Se acercó a leerla; decía: Aquí yace Yamin Kalib, vivió cinco años, ocho meses y tres semanas. El vagabundo se sintió terriblemente abatido. Ese hermoso lugar era un cementerio y cada piedra, una tumba. Una por una leyó las lápidas; todas tenían inscripciones similares: un nombre y el tiempo de vida exacto del muerto. Pero lo que más le conectó con el espanto fue comprobar que el que más tiempo había vivido sobrepasaba apenas los once años.
Embargado por un dolor terrible, se sentó y le invadió la melancolía. El cuidador del cementerio, que pasaba por ahí, se acercó; lo miró llorar por un rato en silencio y luego le preguntó si lloraba por algún familiar. "No, ningún familiar", dijo el vagabundo. "¿Qué pasa con este pueblo? ¿Qué cosa terrible hay en esta ciudad? ¿Por qué tantos niños muertos enterrados en este lugar? ¿Cual es la horrible maldición que pesa sobre este gente que los ha obligado a construir un cementerio de niños?". El anciano respondió: "Puede usted serenarse. No hay tal maldición. Lo que sucede es que aquí tenemos una vieja costumbre: Cuando un joven cumple quince años, sus padres le regalan una libreta como ésta que tengo aquí colgando del cuello. Y es tradición entre nosotros que a partir de ese momento, cada vez que uno disfruta intensamente de algo, abra la libreta y anote en ella a la izquierda: qué fue lo disfrutado....a la derecha, cuanto tiempo duró el gozo.
Conoció a su novia, y se enamoró de ella. ¿Cuanto tiempo duró esa pasión enorme y el placer de conocerla? ¿una semana? ¿dos? ¿tres semanas y media? Y después, la emoción del primer beso, el placer maravilloso de la primera noche, ¿cuanto duró? ¿el minuto y medio del beso....? ¿dos días...? ¿una semana...? Y el casamiento de sus amigos..? ¿Y el viaje más deseado...? ¿Y el encuentro con quien vuelve de un país lejano...? ¿Cuanto tiempo duró el disfrutar de esas sensaciones...? ¿Horas...? ¿Días...? Así... vamos anotando en la libreta cada momento que disfrutamos. Cuando alguien muere, es nuestra costumbre abrir su libreta y sumar el tiempo de lo disfrutado, para escribirlo sobre su tumba, porque es: el único y verdadero tiempo vivido."

Reflexión:

La rutina diaria de la vida nos lleva a veces por caminos desconocidos y desconcertantes, que nos va invadiendo de fastidio y aburrimiento, deseando que termine pronto la semana y llegue el tan anhelado fin de semana, para relajarnos, sacudirnos el estrés, y buscar mecanismos de diversión que nos carguen de energía para ¨soportar¨ nuevamente el inicio de la jornada semanal, y que sin darnos cuenta, esto se convierte en una rutina, cayendo en la monotonía: un círculo vicioso que nos consume hasta el fin de nuestros días. Pero, que es lo que nos hace caer en la rutina?, Por que a veces nos sentimos obligados a cumplir ciertas obligaciones con desgano y fastidio?, donde ha quedado la espontaneidad y la alegría de disfrutar cada momento por rutinario que este parezca?, en que momento se vuelve monótona la vida?, Que nos impulsa a quejarnos de lo cansado y agotador que resulta el día? Porque siempre anhelamos que los días complicados y estresantes terminen lo más rápido posible y los momentos excitantes duren una eternidad?

Que sería de nuestra vida si lleváramos un diario mental en donde registráramos cada experiencia como algo valioso y único, disfrutando segundo a segundo lo que la vida nos ofrece como vivencias; no hay malos ni buenos momentos, simplemente son experiencias que edificarán el pilar de nuestra madurez mental y espiritual, la aventura es parte de la esencia de la vida, la rutina es hacer a un lado la espontaneidad y la alegría de atrevernos a realizar lo que los demás clasifican como ¨locuras¨, que es el alimento del alma, el reírnos de nuestras equivocaciones y errores, aceptando nuestra condición como seres humanos y extraer de ello los elementos para ser más cautelosos y acertados en la toma de decisiones posteriores.

Nuestra libreta de vida debe contener los momentos más significativos que nos llenen de plenitud y gozo: una decisión acertada, un nuevo trabajo, un encuentro familiar, una nueva amistad, una nueva relación, un abrazo, un beso, una caricia, una mirada….. una palabra. Sin angustiarnos en pensar si funcionará o no, simplemente entregarnos plenamente dando lo mejor de sí, sin reservas, ni reproches; sólo entregándonos al momento como si fuera el único de nuestra vida, porque cada amanecer es una nueva oportunidad de vivir al máximo siendo propósitivos; porque cada noche será la satisfacción de haber cumplido con nuestro compromiso personal, ser auténticos; y porque al dormir, soñaremos en alimentar aún más nuestro incansable deseo de superación.

De nosotros dependerá el elegir entre Existir o Vivir:

Existir es nacer, crecer, reproducirnos y morir, cumpliendo con los preceptos dictados por la sociedad, viviendo permanentemente en una rutina ya establecida: terminar una carrera, casarse, tener hijos y envejecer, a un ritmo acelerado y precipitado, esperando la muerte, conformes con haber ¨cumplido¨ como personas ¨normales¨ , en una clara evasión de interiorizarnos para superarnos en lo espiritual: soñar, anhelar y vivir realmente, ante nuestro temor de experimentar la soledad, que es el contacto más íntimo con nosotros mismos para encontrar nuestra verdadera esencia como seres humanos: Aspirar de lo Ordinario a lo Extra-Ordinario.

En cambio, el Vivir es alimentar cada momento con pasión y entusiasmo, no temer el experimentar aquello que siempre nos hemos reprimido por el que dirán, por nuestra debilidad a enfrentar las críticas, todo tiene su tiempo y momento justo; el vivir es hacer lo que dicte nuestra conciencia, nuestra libertad de pensar y elegir, así sea lo más absurdo e ilógico, si viene de nuestro interior, seguramente es la decisión más acertada y es lo único que en verdad importa, de esa forma aspiraremos a trascender: Ser lo que siempre hemos querido Ser: Nosotros mismos.

Deseas sumar vivencias y experiencias a tu vida; Viviendo? O simplemente restar reprimiéndote, Existiendo?

El Espejo del Alma

Cierto día una familia decidió salir de paseo a las orillas de la ciudad en un lugar apartado, pernoctando cerca de un lago, llevando consigo a su pequeño hijo.

Una vez instalados el niño con gran alegría corría de un lado a otro por los amplios jardines, hasta que de pronto su mirada se posó en un pequeño lago, mirando el agua cristalina y la quietud del agua, asombrándose del reflejo que producía la superficie del agua en donde observaba con toda claridad el sol, las pequeñas nubes y las aves que volaban cerca de lugar.

Extasiado y a la vez sorprendido por la imagen, tomó piedras de variados tamaños que se encontraban a su alrededor y comenzó a lanzarlas al lago, observando como se formaban amplias ondas en el agua con las piedras más grandes y descendiendo rápidamente al fondo del lago, mientas que las piedras más pequeñas sólo producían pequeñas ondas las cuáles desaparecían casi inmediatamente y al descender al fondo del lago describían movimientos muy irregulares y vacilantes, cayendo muy lentamente; deformándose la imagen reflejada en el agua y regresando al calmarse el agua a cada piedra lanzada.

Su padre que estaba atento a todo cuánto hacía el niño, le extraño el hecho de verlo de pronto inmóvil y contemplativo en el lago, por lo que con cierto aire de intriga y curiosidad se acercó a su hijo y le preguntó:

-Hijo, acaso te sucede algo? Porque de pronto dejaste de jugar?, en que piensas?

El Niño miró a su padre y con cierto aire de confusión le contestó:

-Papá, porque el cielo quedó atrapado en lago? porque se refleja en el agua?, y porque al lanzar piedras unas hacen ondas muy grandes tardando en desaparecer y cayendo muy rápido al fondo, mientras que otras piedras hacen ondas pequeñas desapareciendo rápidamente y al descender al fondo se mueven de un lado a otro cayendo muy lentamente al fondo de lago?

El Padre con gran ternura le acarició la cabeza a su hijo y le contesta lo siguiente:

-Hijo, el lago es como el espejo de nuestra alma, a veces es tan cristalina que toda la belleza del cielo queda atrapada en nuestro interior, y en otras ocasiones es tan opaca que el cielo desaparece quedando sólo oscuridad dentro de ella, mientras que, cuando tu voluntad es muy grande como las piedras de mayor tamaño, generarás grandes olas de satisfacciones, y con fuerza de voluntad llegarás muy rápidamente a tus objetivos; y en cambio, cuando dudas y vacilas en tus decisiones tus ondas serán muy breves y no provocarán ningún efecto positivo en ti, por lo que tu vida será como las piedras pequeñas, se moverá de un lado a otro, insegura e incierta sin un fin definido, lo cuál hará mas complicado el logro tus sueños y metas.

Reflexión:

Las acciones a lo largo de nuestra vida determinarán el espejo de nuestra alma, que como el lago serán tan intensas, aprovechando cada momento, cada vivencia al máximo, sin importar si son agradables o desagradables, excitantes o dolorosas, sorprendentes o injustas; si mantenemos nuestra determinación filtrando lo negativo, terminará sedimentándose en el fondo del agua, y nuestra alma será tan cristalina como un espejo, que atrapará sólo lo positivo y bello que se encuentra en las alturas y que son nuestras aspiraciones, cuyo espíritu será como las piedras grandes, generarán grandes ondas cuyo efecto serán el resultado de decisiones acertadas, y que a nuestro alrededor las ondas se expandirán ampliamente mostrando la grandeza de nuestras acciones y beneficiando a quienes se encuentren a nuestro alrededor, sintiendo y percibiendo nuestra fuerza espiritual; cuyos resultados los obtendremos rápidamente si actuamos en la rectitud, determinación y peso de nuestras acciones.

En cambio, cuando tomamos atajos, en base a decisiones equivocadas por medio del engaño, la envidia, la avaricia y la ambición, nuestra alma será tan opaca que no se filtrará nada de las alturas, quedando atrapadas impurezas y oscuridad, contaminado nuestro interior de temor y angustia ante una vida vacía y sin sentido, desarrollando un espíritu como una piedra pequeña, que generará pequeñas ondas que desaparecerán rápidamente y que serán acciones sin trascendencia, cuya caída será tan lenta e incierta sin un objetivo claro ante su fragilidad, cuyo destino final es la incertidumbre y la angustia constantes.

Por lo que las mejores decisiones serán aquellas que dicte nuestro corazón o conciencia, y que serán tan claras y cristalinas como un espejo que reflejen todo cuanto somos, elevando y fortaleciendo nuestro espíritu de lucha; y que sean acciones de peso tan determinantes como nuestras aspiraciones en la vida; que generen grandes ondas expansivas a nuestro alrededor, que importa que los demás nos clasifiquen como diferentes, raros, locos o fuera de tiempo. La edad, condición social o creencias no deben ser factor para no atrevernos a realizar aquello que los demás no se atreven a hacer, el ser diferentes y propósitivos ante la vida es sinónimo de verdadera autenticidad; evitando así el ser sometidos por las opiniones o críticas ajenas que nos precipitarán hacia el conformismo y la mediocridad.

La Edad cronológica no determina la Edad mental, la Madurez se obtiene en base a vivencias, desarrollando Sabiduría; y la Sabiduría es sinónimo de Esclarecimiento, Respuestas y Plenitud.

La Vida será tan plena en la medida en que defendamos y actuemos en lo que creemos, deseamos y amamos, sin dejarnos opacar o influir por aspectos externos, que en ocasiones deformarán nuestro reflejo, pero que tarde o temprano si nuestra esencia es auténtica, regresará la calma y la armonía a nuestro interior.

¨Amar la vida es amarse a uno mismo y el ser uno mismo es ser siempre auténticos¨

Los Tres Escalones de la Evolución Personal

La vida siempre nos plantea retos. Pero es más importante cómo asumir esos retos. Las personas durante su vida, pasan por tres escalones que son

"Los 3 escalones de la evolución personal".

Para obtener éxito es necesario pasar por cada uno. Si tomamos algún atajo tarde o temprano la vida nos lo cobrará muy caro.

El Primer Escalón de la Evolución Personal:

1.- Sufrir.

"¿Por qué Dios no se apiada de mi?" "¿Por qué las personas son tan malas?" "¿Por qué me que pasar esto a mi?". ¿Qué hecho para merecerlo? Esta forma de pensar bloquea todas nuestras posibilidades de crecer. Nos hace caer en un círculo vicioso de tristeza, autodestrucción y pesimismo que difícilmente superaremos el resto de la vida.

El Segundo Escalón de la Evolución Personal:

2.- Aprender de las derrotas.

Es la mentalidad de "¿Qué puedo aprender de esto que me está pasando?" "¿Qué puedo hacer al respecto? “ Que valiosa experiencia puedo extraer de esto?". Superar la mentalidad de sufrir y comenzar a crecer. Este escalón solo es una verdad a medias. Si nos quedamos en él, seremos luchadores incansables que enfocaremos el éxito desde el punto de vista social: dinero, casa, familia, etc. Y tarde o temprano durante la vida, en especial cuando estemos en la alborada de la vejez, nos daremos cuenta que hemos estado transitando en el frialdad del materialismo.

"¿Qué sentido tiene todo lo que estoy haciendo? ¿Por qué siento que algo me falta? ". ¿Por qué me siento vacía(o)? Pero si luchamos con tenacidad por encontrar la respuesta y salir de la indiferencia, tarde o temprano aspiraremos al tercer escalón...

El Tercer Escalón de la Evolución Personal:

3.- El propósito de la vida.

Llegaremos a ver la vida no como un simple accidente, sino como una misión de vida que tenemos que llevar a cabo. Si hacemos un ejercicio de retroceder en nuestros recuerdos de 5 a 10 años, y nos daremos cuenta como cada una de las acciones de nuestra vida, nos llevaron cuidadosamente al momento que estamos viviendo hoy.

Veremos con claridad que cada persona y circunstancia del pasado, parecen acomodarse como si fueran piezas de un rompecabezas. Descubriremos que, el que nos despidieran de un trabajo, la ruptura de una relación, una experiencia dolorosa, una enfermedad o accidente nos obligó a ir por sendas que ahora estamos experimentando. Comprenderemos el que una pareja o amigo que nos dejara, nos ha llevado a conocer a esa persona especial que nos llena con su amistad o su cariño y que puede ser un amigo o pareja potencial. Cada hecho está ligado con el siguiente.
Reflexión:

Cada uno de los escalones que subimos en nuestra vida alguna experiencia nos brindará, debemos desarrollar la fortaleza mental para subir peldaño a peldaño sin quedarnos varados en los dos primeros, el quedarse en el primer escalón pronto nos marchitará mental y emocionalmente quedando en un papel pasivo en espera de que un ¨alma caritativa¨ nos rescate, nadie llegó a esta vida a sufrir ni a sacrificarse por nadie, muchas de las creencias así nos lo han fomentado. Nacimos para ser libres!, para experimentar nuestra propia vida sin culpas, remordimientos ni ¨pecados¨ impuestos, el único juez implacable que existe sólo habita en nuestro interior y es nuestra conciencia, si actuamos con honestidad y en bien de los que nos rodean estaremos en el camino adecuado para encontrar nuestra propia divinidad interna, que es la libertad de Ser.

El segundo escalón es desarrollar siempre un enfoque positivo ante nuestras vivencias, sobre todo de las fuertes y dolorosas experiencias, ver el lado positivo y desechar lo negativo, lo que nos produce dolor, odio o remordimiento; el aprender a perdonar a las personas que nos dañaron es purificar nuestra alma y darle calidad a nuestra existencia; aprender de las derrotas es fundamental para crecer y fortalecernos interiormente, no cerrar nuestro corazón o bloquearnos emocionalmente, mucho menos generalizar a los demás por el hecho que nos tocó alguien quien nos falló. Cada persona merece la oportunidad de entrar en nuestra vida por que quizás en algunas de ellas se encuentre esa persona que nos cambie la forma de ver las cosas y quizás sea una mágica aventura; el Vivir en el presente, disfrutando y extrayendo lo mejor que cada ser humano que se cruce en nuestro camino nos llenará de satisfacciones.

Finalmente en el Tercer Escalón sabremos que nuestra vida tiene un propósito. Cuando cambiemos el enfoque interior para buscarlo, la intuición se libera y nos dirige con claridad a vislumbrar nuestra misión; estos eventos pueden presentarse cuando menos lo esperemos, no necesariamente serán una coincidencia. Recibiremos pistas a lo largo de nuestra vida, que nos mostrarán que hacer, lo importante es mantenernos alertas siguiendo nuestra intuición para no desaprovechar la oportunidad, cuando esta se presente.

Así que recordemos: Solo cuando hemos logrado subir el tercer escalón de la evolución personal experimentaremos esa sensación interior de plenitud y de gran gozo, y en ese momento nuestra vida tendrá sentido y será nítida. Será como un despertar, nos invadirá una gran energía y fortaleza para enfrentar cualquier obstáculo que se nos presente en el camino, y el tiempo dejará de ser un factor para luchar por nuestros anhelos.

Aún cuando el Cuerpo se deteriore con el paso de los años, nuestra mente tendrá el impulso y energía de la juventud y nuestra alma, la ilusión, la espontaneidad y alegría de un niño.

¨Porque la Vida tiene un propósito para cada uno de nosotros, nuestra tarea es descubrirlo y luchar por ello¨.

Y tú ¿En que escalón te encuentras?

¿Donde se fué el Tiempo?

¿Qué es el Tiempo? - le preguntó Manuel a su mamá, mientras ésta, apurada, le servía cereal, la expresión en el rostro de Martha se tornó en sorpresa, “¿qué clase de pregunta era esa?”, para un niño de cuatro años; molesta volteó a verlo y le respondió: “el Tiempo es lo que me estás haciendo perder con tus tonterías”, Manuel se quedó desconcertado pensando y moviendo la cuchara al centro de su plato y dijo casi enseguida con inocencia: “por eso mamá, por eso quiero saber qué es el Tiempo, para dártelo para que ya no lo pierda”.

Sin prestarle atención, Martha cogió al niño del brazo, le acomodo la mochila en los hombros y salió rápidamente de la casa. Camino al jardín de niños, Manuel notó que su mamá observaba constantemente el reloj que portaba en su muñeca izquierda, “ya lo tengo”-pensó- “ahí está el Tiempo, si mi mamá observa tanto ese aparatito es porque ahí está el Tiempo que se le pierde”.
Así que cuando Martha se despidió, Manuel corrió a su salón de clases dispuesto a preguntarle a su maestra ¿Si podían arreglar la puerta del aparato que cuidaba el Tiempo para que ya no se perdiera? Y cuál fue su sorpresa al darse cuenta que su educadora, tampoco tenía Tiempo.
Decidido a saber qué o quién era ese causante de tanto alboroto, espero la hora del recreo, y mientras las maestras se reían quién sabe de qué en el patio. Manuel entró al salón vacío, se acercó al escritorio de su maestra y ahí, entre material escolar, estaba la casa del señor Tiempo.
Una casita con su pastorcita y borregos al frente y en el medio un círculo de cristal, con tres líneas disparejas, la más grande actuaba de guardián, vigilando los lentos movimientos de las otras dos.

Manuel tomó la figura en sus manos, la observó, buscando al señor o señora Tiempo, le habló, más no obtuvo respuesta alguna, se asomó por las pequeñas ventanas y nada; así que, sin pensarlo dos veces, tomó la figurita y la azotó contra el piso, la pastora y sus ovejas salieron volando por el estruendo; el reloj del centro siguió caminando. Cuando llegaron sus compañeros y la maestra, el niño volteó a verlos y sólo dijo: “Aquí tampoco está, el Tiempo se escapó cuando le abrí la puerta”. Después de pagar el reloj, Martha se llevó a su hijo a casa de su abuela, lo reprendió por haber destruido la casita, prometió volver por él cuando terminara su turno en el supermercado. Manuel vio a su madre alejarse y le pareció aún más bonita con su uniforme verde que cuando se arreglaba demasiado para las reuniones familiares; en la que recordaba vagamente haber escuchado llorar a su abuelita por el Tiempo que Martha desperdiciaba.

Recordó eso y fue con María, su abuela, y le preguntó: “oye abue, ¿qué es el Tiempo?, ¿por qué la gente llora y se lamenta cuando lo pierde?, quiero saberlo, porque quiero que mi mami tenga mucho, tanto que no se de cuenta cuando alguno se le escapa”. María miró a su nieto y le dijo:
“Hijito lindo, el Tiempo no existe y no lo vas a encontrar o atrapar de forma alguna, así no funciona”. Le sirvió un vaso de leche y se sentó frente a él en la mesa de la cocina , y le dijo: “Tú eres el Tiempo, detrás de ti hay un largo camino y tan largo como éste es, así es el momento en que estarás en este mundo; un espíritu llamado vida va tras de ti, alimentándose de cada momento que existes y depende sólo de ti como se alimente; hay personas a quienes les gusta comerse su camino de un solo trago; otros más despacio y otras más, quienes simplemente no caminan, la vida los rebasa y su Tiempo se desvanece”.

Manuel la miraba incrédulo, “oye abue, y ¡por qué a mi mami se le perdió su Tiempo?; María sonrió: “no hijo, a Martha no se le perdió nada, al contrario su camino estaba unido y de pronto se unió al tuyo; al principio no supo como compartir eso que era tan de ella: su Tiempo, sus momentos, pero créeme que está feliz de tenerte caminando junto a ella: Algún día tu también harás tu propio camino, mientras tanto disfruta este camino, en el que eres un niño y no te importan las horas ni minutos, pues tienes a alguien más que se preocupe por eso, tu madre”.

“Y yo abue, ¿yo sabré compartirme?”; María tomó su mano y le dijo: “eso depende de ti, de cómo quieras que tu vida se coma tu Tiempo”.

Reflexión:

El Tiempo en nuestra Vida es relativo, y tomamos conciencia de él cuando nos sentimos agobiados por el exceso de trabajo o cuando la vida se vuelve rutinaria, al establecernos una agenda de actividades que superan nuestra capacidad de organización personal. El Tiempo puede llegar a ser una verdadera tortura cuando la rutina invade nuestro espacio vital, sobre todo cuando dejamos de disfrutar dichas actividades impuestas por nosotros mismos, y que en nuestra percepción el Tiempo se vuelve muy lento volviéndose insoportable tolerarlo, por el contrario cuando estamos disfrutando cierta actividad que nos llena de alegría, emoción o placer, el Tiempo pareciera que se va “´volando” , lo cuál nuevamente nos llena de desesperación y desilusión deseando que se detenga para que ese momento nunca termine.

De ahí se establecen los lapsos del Tiempo: El Pasado, El Presente y el Futuro, que representan los momentos que a nuestra percepción han dejado de transcurrir, están transcurriendo y están por transcurrir. El Pasado es aquel momento que ya no podemos controlar, ya tuvimos la oportunidad de vivirlo, ya no regresará jamás y si no fuimos capaces de tomar las decisiones correctas y aprovecharlo en su totalidad nos invade la nostalgia y el arrepentimiento, evocando que regrese el Tiempo para corregir nuestros errores; por otro lado el Futuro es aquel que aún no ha transcurrido y el cuál anhelamos que llegué, que son las aspiraciones, los sueños y metas por cumplir.

Pero que sucede con el Tiempo presente?, donde ha quedado su espacio?, en que momento tomaremos conciencia de que a cada segundo se nos escapa?, que esperamos para vivirlo en plenitud?; porque estamos tan sumergidos en lo pasado que son los recuerdos ya vividos?, porque seguimos evocándolo?, es cierto que son vivencias que alguna experiencia nos aportó, haya sido buena o mala, son una referencia, es una base que va construyendo nuestro pilar de vida, nuestro currículum personal; al igual que el Futuro cuando no estamos satisfechos con lo pasado, anhelamos que se repita la experiencia para que con esa referencia pasada, tomar las decisiones correctas aspirando a un futuro mejor.

Y el Presente que es? El Tiempo Presente es hacer a un lado las nostalgias del Pasado y las angustias del Futuro; El Tiempo Presente es liberar nuestro pensamiento de prejuicios, temores, resentimientos e inseguridades en busca de la libertad de conciencia, vivir plenamente cada instante al 100% de energía, entregándonos en cuerpo y alma a lo que dicta nuestro interior, no dejarnos gobernar por las experiencias pasadas o ajenas, cada vivencia es única e irrepetible, aspirar a que el Tiempo deje de existir en nuestra memoria y enfocarnos solamente en vivir, en disfrutar momento a momento la vida, con los 5 sentidos, con nuestras sensaciones y emociones sin reprimirlas, el Tiempo presente es estar en contacto con nuestro entorno, con nosotros mismos, con Dios; y en ese momento dejarán de existir el Pasado y el Futuro, porque sólo habrá Plenitud y Alegría; y fluiremos como el agua de río que no se estanca, renovando y fortaleciendo nuestra alma a cada vivencia hasta llegar al Gran Caudal para integrarse al Mar donde reina la satisfacción y armonía Interior.

Al Vivir con arrepentimiento creamos el Pasado, al Vivir con indiferencia, creamos el Futuro; El simplemente Vivir con Gozo y Amor a nosotros mismos y nuestros semejantes estamos generando el verdadero Presente!

El Pasado es Humo, El Futuro es Viento, el Presente es Materia y Sustancia: es Vida!

Los Pequeños Detalles

En una clase de pintura un alumno considero que había terminado de pintar su cuadro. Llamó a su maestro para que lo evaluara, quién se acercó y observó la obra con detenimiento y concentración durante un rato.

Entonces, le pidió al alumno la paleta y los pinceles y con gran destreza dió unos cuantos trazos aquí y allá.

Cuando el maestro le regresó las pinturas al alumno le entregó el cuadro el cuál había cambiado notablemente.

El alumno quedó asombrado; ante sus propios ojos la obra había pasado de mediocre a sublime. Casi con reverencia le dijo al maestro:

¿Cómo es posible que con unos cuantos toques, simples detalles, haya cambiado tanto el cuadro?
Es que en esos pequeños detalles está el arte. Contestó el maestro.

Reflexion:

Así como la pintura, elaboramos a partir de un boceto lo que deseamos sea nuestra vida, comenzamos a realizar pequeños trazos que son nuestras propias experiencias, quizás cometamos algunos errores que suelen ser decisiones equivocadas y desearemos borrarlas, otros trazos serán más acertados, lo cuál nos proporcionará mayor satisfacción y orgullo pero en la ansiedad por ver cristalizada nuestra obra olvidaremos los ¨pequeños¨ e ¨insignificantes¨ detalles cayendo en un exceso de confianza lo que irremediablemente ocasionará que logremos una obra sin vida ni brillo, cayendo en la mediocridad, y que será una pintura más de tantas que habitan en nuestro baúl del olvido o exhibidas en galerías temporalmente, que no llamarán la atención terminando arrumbadas en la completa y total indiferencia.

Las grandes obras se logran a base de cuidar los detalles y que son esenciales para el logro de una verdadera pintura, los detalles de la vida son los que le darán el verdadero significado, brillo y luz a nuestra obra diaria, lo cuál puede hacer excitante y diferente nuestra existencia, no debemos temer en realizar nuevos trazos, en cultivar nuevas amistades, en vivir nuevas experiencias, iniciar una nueva relación, nuevos proyectos; si un trazo no nos gusta así como una mala vivencia, una decepción, un fracaso, una inconformidad, simplemente lo borramos de nuestra memoria, extrayendo lo valioso que nos otorgó para crecer como pintores, siendo la prioridad nuestro desarrollo personal y profesional.

Todas las relaciones de familia, matrimonio, noviazgo, amistad y trabajo se basan en los detalles y en ellos esta la clave de la grandeza del ser humano; en la humildad y destreza de sus aspiraciones, en la paciencia y honestidad de sus acciones, trazando con firmeza y seguridad su camino hacia la culminación de su obra y será ver cristalizada en una pintura la esencia de su alma, fiel reflejo de su autenticidad como ser humano y que sin duda será una obra que trascenderá en el recuerdo y admiración de quienes la admiraron.

El Jarrón y la Rosa Amarilla

Cierto día en un monasterio Budista, se encontraron con la muerte de uno de sus guardianes y fue preciso encontrar un substituto. El Gran Maestro convoco a todos los discípulos para determinar quien seria el nuevo centinela.

El Maestro, con mucha tranquilidad y calma, dijo: "Asumirá el puesto el primer monje que resuelva el problema que voy a presentar." Entonces colocó una magnifica mesita en el centro de la enorme sala en que estaban reunidos y encima de esta, coloco un jarrón de porcelana muy raro con una rosa amarilla de extraordinaria belleza en el y dijo así: "!Aquí esta el problema! "
Todos quedaron asombrados mirando aquella escena; un jarrón de extremo valor y belleza, con una maravillosa flor en el centro. No supieron reaccionar ¿Que representaría?, ¿Que hacer?, ¿Cual es el enigma?, estuvieron así por mucho tiempo sin saber que solución tomar!.

En ese instante, uno de los discípulos saco una espada, miro al Gran Maestro, y a todos sus compañeros, se dirigió al centro de la sala y destruyo todo de un solo golpe. Dejando atónitos a sus compañeros, quienes reprobaron tan salvaje acción. Tan pronto el discípulo con una seguridad ejemplar retorno a su lugar, el Gran Maestro dijo: "Usted será el nuevo guardián del Castillo".

Reflexión:

No importa cuál sea el problema, o si es algo muy valioso, si hay un problema y este sólo nos provoca angustias y sufrimientos más que una solución, precisa ser eliminado y concluido. Un problema es como tal, no importa que se trate de una persona sensacional, maravillosa o de un gran amor que se acabo; por más inolvidable que éste haya sido, si no existiera más sentido para esa persona en nuestra vida, a veces tendremos que tomar la difícil decisión de dejarla ir y seguir adelante, porque corremos el riesgo de permanecer con el doloroso recuerdo el resto de nuestra vida, quedando estacionados en el tiempo y marchitando nuestro corazón. Muchas personas cargan la vida entera el peso de cosas que fueron importantes en el pasado, y que hoy solamente ocupan un espacio inútil en sus corazones y mentes, espacio que es indispensable para recrear la vida; sobre todo si el problema es algún sentimiento de desilusión o rencor, eso sólo forma parte de un pasado y el aprender a perdonar y seguir adelante será un gran paso a dar.


Vivir el momento presente es fluir con la regeneración de la vida hacia la superación personal.

El Roble y la Hiedra

Un hombre edificó su casa, y la embelleció con un jardín interno. En el centro plantó un roble. Y el roble creció lentamente. Día a día echaba raíces y fortalecía su tallo, para convertirlo en tronco, capaz de resistir los vientos y las tormentas.

Junto a la pared de su casa plantó una hiedra y la hiedra comenzó a levantarse velozmente.
Todos los días extendía sus tentáculos llenos de ventosas, y se iba alzando adherida a la pared.
Al cabo de un tiempo la hiedra caminaba sobre los tejados. El roble crecía silenciosa y lentamente.
-¿Cómo estás, amigo roble?, preguntó una mañana la hiedra.
-Bien, mi amiga, contestó el roble.
-Eso dices porque nunca llegaste hasta esta altura, agregó la hiedra con mucha ironía. Desde aquí se ve todo tan distinto. A veces me da pena verte siempre allá en el fondo del patio.
-No te burles, amiga, respondió muy humilde el roble. Recuerda que lo importante no es crecer deprisa, sino con firmeza.

Y el tiempo siguió su marcha. El roble creció con su ritmo firme y lento. Las paredes de la casa envejecieron.

Una noche una fuerte tormenta sacudió con un ciclón la casa y su jardín. El roble se aferró con sus raíces para mantenerse erguido. La hiedra se aferró con sus ventosas al viejo muro para no ser derribada. La lucha fue dura y prolongada.

Al amanecer, el dueño de la casa recorrió su jardín, y vio que la hiedra había sido desprendida de la pared, y estaba enredada sobre sí misma, en el suelo, al pie del roble. El hombre arrancó la hiedra, y la quemó.

Reflexión:

La Hiedra en su aparente velocidad de crecimiento necesita aferrarse a algo para poder elevarse ya sea de muros o de árboles y así poder extenderse y elevarse, invadiendo todo cuánto a su alcance esté, alimentándose de la savia de otras plantas y árboles o deteriorando muros o paredes, aferrándose a través de pequeñas raíces diseminadas a lo largo de sus tallos para adherirse a las superficies, cuya estructura es frágil ante las inclemencias del tiempo. Sin embargo el Roble aún cuando su crecimiento es muy lento, lo hace independiente y uniformemente tanto de su tallo como de sus raíces, alcanzando gran fortaleza capaz de soportar todo tipo de ventarrones.

Nuestra vida la podemos elegir siendo Hiedras, frágiles de estructura interna, poco éticos en el logro de nuestras metas, buscando el camino sencillo pasando sobre la dignidad de los demás con nuestras ventosas de ambición desmedida y egoísmo, aún cuando alcancemos grandes alturas, nuestra resistencia será débil ante los embates del destino que nos regresa lo que le aportamos, engañándonos a nosotros mismos, arrancando nuestro orgullo y quemando nuestras aspiraciones.

O elegir el Roble, un crecimiento independiente, lento, silencioso, discreto, noble, humilde, pero consistente con gran resistencia y fortaleza interior como un tronco, capaz de soportar los más furiosos embates del destino a base de fuertes y profundas raíces, sin lastimar o abusar de los demás, creciendo gradualmente sin prisas, con gran paciencia, trabajando activamente para alcanzar la altura deseada en nuestros anhelos y metas.

Es mejor crecer sobre raíces propias y crear un tronco fuerte, que ganar altura con rapidez, colgados de la seguridad de los demás.

¨La paciencia es la cualidad esencial del ser humano¨