jueves, agosto 12, 2010

El Recluso

Un recluso iba a ser trasladado de una a otra prisión y para ello debía atravesar toda la ciudad. Le colocaron sobre la cabeza un cuenco lleno de aceite hasta el borde y le dijeron:

--Un verdugo, con una afilada espada, caminará detrás de ti. En el mismo momento en que derrames una gota de aceite, te rebanará la cabeza.

Se sacó al recluso de la celda y se le colocó un cuenco sobre la cabeza.

Comenzó a caminar con mucho cuidado, en tanto el verdugo iba detrás de él.

Había llegado a pleno centro de la ciudad, cuando, de súbito, también llegaron al mismo lugar un grupo de hermosísimas bailarinas. La pregunta es: ¿Logró el recluso no ladear la cabeza para mirar a las bailarinas y así mantenerla a salvo, o, por el contrario, negligentemente, miró a las bailarinas y la perdió?


Reflexion:

Podemos hablar de la atención como una cualidad que permanece constante en nuestra existencia?. Que tanto tiempo o con que constancia soportamos la atención sin que ningún factor de distracción la disuelva?. Cuantas veces no hemos lamentado el perder alguna oportunidad, cualesquiera que sea por que en un instante de distracción no captamos lo esencial y que derivo en una pérdida o en algún desastre o desgracia?.

La vida de la mayoría de los seres humanos es inestable sin excepción, porque estamos sujetos a un ritmo ajetreado y acelerado, donde nuestros pensamientos revolotean en nuestra cabeza sin un orden natural, provocándonos diversos malestares a nivel emocional y físico. Dando como consecuencia inestabilidad, irritabilidad, estrés y distracciones. ¿Cómo podemos aspirar a tener tan sólo un día de tranquilidad y armonía en una sociedad tan caótica y demandante como la nuestra?. Por eso mismo acudimos a todo tipo de métodos y técnicas de relajación y meditación, cuando los resultados no son los esperados recurrimos a otros mecanismos de distracción tales como entretenimientos, diversiones, reuniones sociales, el leer un buen libro, eso en casos constructivos. Pero que pasa cuando ni un sano entretenimiento es suficiente para proporcionarnos la tranquilidad y la paz interna esperada?, recurrimos a enervantes, vicios e incluso al aislamiento, lo cuál les deja un daño emocional o físico en forma permanente, con resultados no tan positivos!.

Entonces de que forma podemos exigirnos concentración y atención permanente, cuando ambas alternativas no llegan a satisfacernos en su totalidad?. Acaso debemos estar sujetos a trabajar o ser exigidos bajo presión para poder funcionar y así arrancar sólo un fragmento de nuestra atención para evitar que se nos escapen detalles esenciales de la vida?. Es cierto que todo lo que se realiza bajo presión deja de ser natural y si deja de ser natural ya no hay satisfacción, y sin esa satisfacción como es que podemos disfrutar de la vida?, y si ya no disfrutamos de la vida como esperamos funcionar para que nuestros pensamientos entren en una desaceleración y podamos visualizar nuestro entorno con nitidez y así la atención sea automática y natural?.

Damos por hecho que lo pasado y lo futuro son dos grandes brazos que nos sujetan permanentemente y eso hace que nuestro presente sea sólo una ilusión, desarrollando solamente nubarrones que nos mantengan en una constante distracción; porque siempre estamos pensando en lo que ya dejamos de hacer o lo que vamos a hacer en el siguiente instante?. Pareciera que siempre funcionamos de esa forma y casi por instinto lo hacemos sin detenernos a reflexionar que nuestro presente se nos evapora a cada instante, mientras estamos sumergidos en nuestros pensamientos totalmente ajenos y distraídos de nuestro entorno, sin darnos cuenta de toda la infinidad de oportunidades que revolotean a nuestro alrededor.

Basta con iniciar en hacernos un compromiso personal de acallar nuestro revoloteo mental para comenzar a captar cada aspecto que la vida nos está entregando, en mantener desde una parcial hasta una permanente vigilancia de cada reacción que sentimos y percibimos, de cada pensamiento que actúa en nuestra mente para comenzar a gobernarlo y no suceda lo contrario, de cada acción que realizaremos pasando previamente por un juicio razonado y no cometer alguna equivocación, y sobre todo de no perder de vista que lo fundamental es controlar nuestro entorno para evitar una distracción que acarrea serias consecuencias e incluso irreversibles.

Porque finalmente nuestro mundo es lo que creamos en base a sensaciones, pensamientos, palabras, acciones y reacciones; lo importante es controlar tanto nuestro entorno interno como el externo, para verdaderamente disfrutar de la vida y acaptar todo lo que nos entrega a cada instante. Solo es una acción de voluntad, para que nuestros pensamientos obsesivos dejen de disipar y disolver nuestra concentración, atención consciente, armonía física y paz mental.