lunes, junio 09, 2008

El Loco

En un pueblo rodeado de cerros habitaba un loco, la gente del pueblo así le llamaba así: ¿y porqué le llamaban así?, ¿Acaso hacía cosas disparatadas, cosas raras, cosas diferentes a lo que hacen la mayoría de las personas, al menos en ese pueblo?.

La gente al verlo pasar se reía y se burlaba de él, humildemente vestido, sin posesiones, sin una casa que se dijera de su propiedad, sin una esposa ni unos hijos; (un desdichado), pensaba la gente, alguien que no beneficiaba a la sociedad, ¨un inútil¨ comentaban otros.

Más he aquí que este viejo ocupaba su vida sembrando árboles en todas partes donde pudiera, sembraba semillas de las cuales nunca vería ni las flores ni el fruto, y nadie le pagaba por ello y nadie se lo agradecía, nadie lo alentaba, por el contrario, era objeto de burla ante los demás.

Y así pasaba su vida, poniendo semillas, plantando arbolitos ante la burla de los demás. Y he aquí que ese ser era un gran Espíritu, que poniendo la muestra de como se deben hacer las cosas, sembrando, siempre sembrando sin esperar a ver el fruto, sin esperar a saborearlo.

Y sucedió que un día cabalgaba por esos rumbos el Sultán de aquellos lugares, rodeado de su escolta y observaba lo que sucedía verdaderamente en su reino, para no escucharlo a través de la boca de sus ministros.

Al pasar por aquel lugar y al encontrarse al Loco le preguntó: -¿Qué haces, buen hombre?
Y el viejo le respondió: -Sembrando Señor, sembrando.

Nuevamente inquirió el Sultán: - Pero, ¿cómo es que siembras?. estás viejo y cansado, y seguramente no verás siquiera el árbol cuando crezca. ¿Para qué siembras entonces?

A lo que el viejo contesto: - Señor, otros sembraron y he comido, es tiempo de que yo siembre para que otros coman.

El Sultán quedo admirado de la sabiduría de aquel hombre al que llamaban LOCO, y nuevamente le preguntó:

- Pero no verás los frutos, y aun sabiendo eso continúas sembrando... Por ello te regalaré una monedas de oro, por esa gran lección que me has dado.
El Sultán llamo a uno de sus guardias para que trajese una pequeña bolsa con monedas de oro y las entregó al sembrador.

El sembrador respondió : -Ves, Señor, como ya mi semilla ha dado fruto, aún no la acaba de sembrar y ya me está dando frutos, y aun más, si alguna persona se volviera loca como yo y se dedicara solamente a sembrar sin esperar los frutos sería el más maravilloso de todos los frutos que yo hubiera obtenido.

El Sultán le miró asombrado y le dijo : - ¡Cuánta sabiduría y cuánto amor hay en ti!, ojalá hubiera más como tú en este mundo, con unos cuantos que hubiese, el mundo sería otro; más nuestros ojos tapados con unos velos propios de la humanidad, nos impiden ver la grandeza de seres como tu. Ahora me retiraré porque, si sigo conversando contigo, terminaré por darte todos mis tesoros, aunque sé que los emplearlas bien, tal vez mejor que yo. ¡Qué Alá te Bendiga!.

Y terminado esto, partió el Sultán junto con su séquito, y el Loco siguió sembrando y no se supo de su fin, no se supo si termino muerto y olvidado por ahí en algún cerro, pero él había cumplido su labor, realizó la misión, la misión de un Loco!
Reflexión:

Este cuento sirve para ilustrarnos lo que muchos seres hacen en este mundo, pero callados, sin esperar recompensa y he aquí que se requieren muchos locos en el mundo, seres que repartan sabiduría, que aporten enseñanza, que sean guías en este mundo tan hambriento de la enseñanza espiritual. Porque siempre esperamos algo a cambio de lo que hacemos, porque siempre queremos que se nos devuelva igual que lo que hacemos. Esto, desde luego, sólo cuando consideramos que hacemos bien, y olvidándonos de lo malo que hacemos, y esperando grandes recompensas materiales, grandes ovaciones y reconocimientos que alimenten nuestro ego, para sentirnos ¨especiales¨ o superiores a los demás: el hambre de poder. En una sociedad gobernada por el materialismo y el sensacionalismo de los medios de comunicación que nos muestra la crueldad de las guerras, la hambruna, los desastres naturales, y la violencia e inseguridad en general; nuestra reacción natural es de terror e incertidumbre sobre que clase de mundo le estamos heredando a nuestros hijos y a las generaciones venideras, sin embargo, en la mayoría de las veces sólo adoptamos una actitud pasiva ante tanta crueldad e impotencia, pero más de una vez nos hemos preguntado que hacer al respecto?, cuando todo a nuestro alrededor es caótico?, que queda por hacer? Agazaparnos y tratar de sobrellevar la situación con la impotencia de no poder hacer nada para contrarrestar nuestro entorno no sólo familiar sino social?.

Cuántos locos hay en el mundo, que los consideramos así porque realizan actividades inusuales o irracionales?, que incluso, les hemos reprochado su actuar? Y que nos son indiferentes?, aquellos seres que poseen el Don del infinito amor a pesar de las adversidades, que poseen un grano de Fe para realizar sus ideales, no sólo los propios sino los ajenos, porque esos locos aún tienen esperanza en lograrlos a pesar de cuánta barrera se les interponga en el camino, o cuánta crítica o rechazo reciban de las personas; acciones que llevan a cabo por un infinito amor a la humanidad y hacia el entorno que les rodea; si bien no trasformarán al mundo en un sólo día, pero son incansables sembradores de ilusiones que con el paso de las generaciones recogerán la cosecha de su esfuerzo incansable, sembrando esa semilla, ayudan a otros seres incondicionalmente sin esperar nada a cambio, aquellos que pasan desapercibidos, que no buscan los reflectores, son discretos y actúan desinteresadamente.

Y nos preguntamos: Que es aquello que les impulsa a hacerlo? Que recompensa esperan recoger ante tales acciones? Cuál es el beneficio que lograrán por ello?. Son Seres que han hallado en su interior su propia misión personal; su equilibrio espiritual se basa en sembrar día a día una semilla, actuando en lugar de preocuparse, luchando en lugar de agazaparse, perpetuando una actitud positiva en lugar de caer en el pesimismo, aportando en lugar de quitar, siendo líderes en lugar de ser parte de las masas, llevando su palabra y pensamiento en lugar de ser oyentes sin voz, compartiendo en lugar de ser egoístas y sobre todo ofreciendo amor en lugar de odio, porque saben que al final de su camino esas semillas tarde o temprano germinarán en suelo fértil y se multiplicarán en innumerables satisfacciones porque se abrirán nuevas puertas de oportunidad que los llevarán hacia senderos más placenteros, porque se han encontrado a sí mismos, porque han encontrado la esencia de Dios!.

¨Aún cuando nuestras acciones sean consideradas irracionales y opuestas ante la sociedad, si surgen de nuestro interior, significa que estamos en el camino de ser dueños de nosotros mismos¨.

Las Dos Aguilas

Un rey recibió como obsequio dos pichones de Aguila y los entregó al maestro de cetrería para que los entrenara.
Pasando unos meses, el instructor comunicó al rey que uno de las Aguilas estaba perfectamente educado, pero que al otro no sabía que le sucedía, no se había movido de la rama desde el día de su llegada al palacio, a tal punto que había que llevarle el alimento hasta allí.
El rey mandó llamar a curanderos y sanadores de todo tipo, pero nadie pudo hacer volar el ave. Aún cuando le movían la rama el pequeño halcón ni se inmutaba.
Ya desesperado el Rey encargó entonces la misión a miembros de la corte expertos en aves, pero nada sucedió.
Por la ventana de sus habitaciones, el monarca podía ver que el pájaro continuaba inmóvil. Publicó por fin un bando entre sus súbditos y, a la mañana siguiente, vio al Aguila volando ágilmente en los jardines.
'Traedme al autor de ese milagro', dijo. Enseguida le presentaron a un campesino. '¿Tú hiciste volar al Aguila? ¿Cómo lo hiciste? ¿Eres mago, acaso?
' Entre feliz e intimidado, el hombrecito solo explicó: 'No fue difícil, su Alteza: sólo corté la rama. El pájaro se dio cuenta que tenía alas y se lanzó a volar.
Reflexión:
Una de las virtudes del ser humano es poseer la capacidad de volar tan lejos como sus expectativas y sueños se lo permitan, o quedarse estacionado y estancado sin perspectivas de crecimiento, no necesariamente un ave requiere estar encerrada en una jaula para sentirse prisionera de su inseguridad sin visualizar un horizonte hacia donde aspirar, nuestra libertad radica en eliminar la jaula mental que nos hemos creado, aun cuando estas sean de oro y reconfortables, son prisiones que nos conformamos nosotros mismos para ¨protegernos¨ de posibles ataques derivados de las vivencias que experimentamos dia a dia, volviendonos temerosos e inseguros al no explotar al maximo nuestras capacidades y experimentarlas, temiendo a todo momento el cometer un error que no podamos manejar adecuadamente y nos precipite a un estado de depresión o ansiedad.
No se pueden descubrir nuevos mares... a menos que se tenga el coraje de alejarnos de la costa. Vivimos dentro de una zona de comodidad donde nos movemos, creemos que eso es lo único que existe. Dentro de esa zona está todo lo que sabemos y todo lo que creemos. Viven nuestros valores, nuestros miedos y nuestras limitaciones.
En esta zona reina nuestro pasado y nuestra historia. Todo lo conocido, cotidiano y fácil. Es nuestra zona de confort y por lo general creemos que es nuestro único lugar y modo de vivir. Tenemos sueños, queremos resultados extraordinarios, buscamos oportunidades pero no siempre estamos dispuestos a correr el riesgo, no siempre estamos dispuestos a transitar caminos difíciles o incómodos.
Nos conformamos con lo que tenemos, creemos que es lo único y posible y aprendemos a vivir en la resignación. La libertad de volar depende de que en primer lugar identifiquemos que poseemos alas, que podemos fortalecerlas y expandirlas cuan largo querramos sea nuestra capacidad de crecimiento y sobre todo de exploracion de la vida misma para llegar a la cumbre del éxito.
Liberando la ansiedad para atrevernos a experimentar y recorrer nuevas rutas, nuevos horizontes y nuevas cumbres, siempre aspirando a lo mas alto, nunca conformarse con haber recorrido miles de kilometros de vivencias, la vejez es solo un estado mental, aun cuando las alas se llenen de grasa y se hagan torpes y pesadas por el uso, queda la experiencia y la sabiduria para volar con mas precaucion e inteligentemente gastando el minimo de energia, mientras exista deseo de superación, existira hambre de vivir, de crecer y de aprender.
El liderazgo es la habilidad que podemos adquirir cuando aprendemos a ampliar nuestra zona de comodidad, cuando estamos dispuestos a correr riesgos.
Un verdadero líder tiene seguridad en su vuelo, en sus capacidades, en sí mismo, coraje para tomar las decisiones más difíciles aún cuando el horizonte sea incierto, que las condiciones no le favorecen ya que posee la audacia para transitar hacia lo nuevo con pasión y determinación.
Los líderes son como las águilas, no vuelan en bandadas... Se encuentran volando solas, no dependen de nadie, solo de sí mismas, seguras de su potencial.
¨El ser humano no busca ser un líder, se convierte en líder por la calidad de sus acciones y la integridad de sus intentos, pero sobre todo....... por su hambre de libertad¨

El Hombre de Cruce de Caminos

Érase una vez un hombre que vivía muy cerca de un importante cruce de caminos. Todos los días, a primera hora de la mañana, llegaba hasta allí donde instalaba un puesto rodante en el cual vendía bocadillos que él mismo horneaba.Era sordo, por lo tanto no escuchaba la radio. No veía bien, entonces ni un solo día leía los diarios.
Meses después alquiló un terreno, levantó un gran letrero de colores y personalmente pregonaba su mercancía gritando a todo pulmón: 'Compre deliciosos bocadillos calientes', y la gente compraba cada día más.
Aumentó la compra de insumos, alquiló un terreno más grande y mejor ubicado y sus ventas se incrementaron día a día.
Su fama aumentaba y su trabajo era tanto que decidió buscar a su hijo, un hombre de negocios de una gran ciudad, para que lo ayudara. A la carta del padre, su hijo respondió:
¡Pero papá! ¿No escuchas la radio ni lees los periódicos, ni ves televisión?. ¡¡¡¡Este país está atravesando una gran crisis, la situación es muy mala... No podría ser peor!!!!.
El padre pensó: 'Mi hijo trabaja en una gran ciudad, lee los periódicos y escucha la radio, tiene contactos importantes... Debe saber de qué habla...'. Así que revisó sus costos, compró menos pan, disminuyó la compra de cada uno de los ingredientes y dejó de promocionar su producto.
Su fama y sus ventas disminuyeron día a día.
Tiempo después desmontó el letrero y devolvió el terreno.
Aquella mañana escribió a su hijo y le dijo:
'Tenías mucha razón: verdaderamente estamos atravesando una gran crisis'.
Reflexión:
Esta historia nos demuestra que sólo triunfan aquellos que creen poder hacerlo, y que hacen oídos sordos a las críticas u opiniones mal infundadas, y cuando somos víctimas de ello y dejamos de confiar en nuestras propias capacidades, perdemos mucho de lo ganado mediante nuestro esfuerzo y constancia, siendo partícipes de la crisis generadas por la problemática existente en nuestro país.
No debe existir crisis o profecía alguna que pueda con un hombre que tiene la determinación de triunfar, que confía plenamente en sus capacidades, en su deseo de salir adelante y triunfar siguiendo sus sueños y metas trazadas, manteniendo en nuestro pensamiento una actitud propositiva aún cuando el entorno parezca caótico o cuando la situación aparentemente no este a nuestro favor.
Si enfrentamos la noche pensando en el fracaso, amaneceremos con el temor de fracasar, porque nuestros pensamientos negativos se infiltraran en nuestro subconsciente y automáticamente actuaremos con esa actitud, provocando que todo cuanto realicemos tenga pocas probabilidades de éxito, al perder irremediablemente la confianza en nosotros mismos.
El secreto de todo triunfo es creer en uno mismo, respetar nuestra intuición, saber escuchar, estudiar en profundidad cada situación, discernir, actuar con confianza, certeza y seguridad, para infiltrar en el subconsciente actitudes positivas que nos proporcionen elementos de fortaleza interior y autoconfianza a prueba de toda adversidad, para emerger de nuestra propia crisis espiritual y lograr el equilibrio mental y anímico y así poder emprender cualquier meta con altas posibilidades de éxito.
Porque al ser conscientes de que si logramos vencer las dificultades que se nos presentaron el día anterior, venceremos sin duda las del día presente, porque aún los fracasos son enseñanzas valiosas que nos aportarán un gran bagaje de experiencias para enfrentar con mejores armas los retos venideros.
El Éxito es el producto de una actitud positiva ante el Fracaso .
El Fracaso es un reto más que al ser superado nos llevará por la senda del Éxito.