lunes, agosto 20, 2007

La Oruga


Un pequeño gusanito caminaba un día en dirección al sol. Muy cerca del camino se encontraba un Chapulín:

¿Hacia dónde te diriges?, le preguntó.

Sin dejar de caminar, la oruga contestó:

Tuve un sueño anoche; soñé que desde la punta de la gran montaña yo miraba todo el valle. Me gustó lo que ví en mi sueño y he decidido realizarlo.
Sorprendido, el chapulín dijo, mientras su amigo se alejaba:

¡Debes estar loco!, ¿Cómo podrías llegar hasta aquel lugar?

!Tú, una simple oruga!. Una piedra será para ti una montaña, un pequeño charco un mar y cualquier tronco una barrera infranqueable.

Pero el gusanito ya estaba lejos y no lo escuchó. Sus diminutos pies no dejaron de moverse. La oruga continuó su camino, habiendo avanzado ya unos cuantos centímetros.

Del mismo modo, la araña, el topo, la rana y la flor aconsejaron a nuestro amigo a desistir de su sueño!

¡No lo lograrás jamás! - le dijeron -, pero en su interior había un impulso que lo obligaba a seguir.
Ya agotado, sin fuerzas y a punto de morir, decidió parar a descansar y construir con su último esfuerzo un lugar donde pernoctar:

Estaré mejor, fue lo último que dijo, y murió.

Todos los animales del valle por días fueron a mirar sus restos. Ahí estaba el animal más loco del pueblo. Había construido como su tumba un monumento a la insensatez.
Ahí estaba un duro refugio, digno de uno que murió "por querer realizar un sueño irrealizable".

Una mañana en la que el sol brillaba de una manera especial, todos los animales se congregaron en torno a aquello que se había convertido en una advertencia para los atrevidos.
De pronto quedaron atónitos. Aquella concha dura comenzó a quebrarse y con asombro vieron unos ojos y una antena que no podía ser la de la oruga que creían muerta.
Poco a poco, como para darles tiempo de reponerse del impacto, fueron saliendo las hermosas alas arco iris de aquel impresionante ser que tenían frente a ellos: UNA MARIPOSA.
No hubo nada que decir, todos sabían lo que haría:

Se iría volando hasta la gran montaña y realizaría un sueño; el sueño por el que había vivido, por el que había muerto y por el que había vuelto a vivir.

Reflexión:

Una de las virtudes que poseemos los seres humanos es la habilidad para soñar, para anhelar realizar nuestros ideales, aún cuando los demás no lo comprendan, cuando piensen que es imposible, ese no será nuestro problema; deberemos estar enfocados en nuestros objetivos; así como la oruga el camino a nuestra realización a veces parecerá muy lento aún cuando sintamos desfallecer, cuando aparentemente nos equivoquemos, cuando tropecemos y pensemos que ya no hay esperanza, toda esta incertidumbre desaparecerá si confiamos en nuestras capacidades.

En la reflexión personal es importante creer en lo que dicta nuestra conciencia, nuestro interior, reconociendo y aceptando ante todo nuestras virtudes y limitaciones; trabajar arduamente para mejorar esos aspectos que bloquean nuestro desarrollo personal.

Si se posee un sueño, hay que vivir por él, intentar alcanzarlo, poner la vida en ello y si sentimos que no se puede, quizás se necesite hacer un alto en el camino, aceptar que hay que experimentar un cambio radical en nuestra vida, y entonces, con renovada esperanza, con otras posibilidades y circunstancias distintas, canalizar esa energía y lograrlo!!

El éxito en la vida no se mide por los logros, sino por los obstáculos que se han tenido que enfrentar y vencer en el camino, el luchar con determinación, aún en los momentos más dolorosos e injustos, cuando los demás piensen que ya todo terminó para nosotros; si luchamos con todas nuestras fuerzas por lo que deseamos tarde o temprano alcanzaremos nuestros sueños.

Si pensamos que es imposible: Una piedra en el camino será una montaña; un charco en el piso será un mar, y un tronco varado será una barrera infranqueable.

El soñar es anhelar, el anhelar es vivir y el vivir es trascender.