Las dos Ranas
He aquí una rana que había vivido siempre en un mísero y estrecho pozo, donde había nacido y habría de morir.
Pasó cerca de allí otra rana que había vivido siempre en el mar. Tropezó y se cayó en el pozo.
--¿De dónde vienes? -preguntó la rana del pozo.
--Del mar.
--¿Es grande el mar?
--Extraordinariamente grande, inmenso.
La rana del pozo se quedó unos momentos muy pensativa y luego preguntó:
--¿Es el mar tan grande como mi pozo?
--¡Cómo puedes comparar tu pozo con el mar! Te digo que el mar es excepcionalmente grande, descomunal.
Pero la rana del pozo, fuera de sí por la ira, aseveró:
--Mentira, no puede haber nada más grande que mi pozo; ¡nada! ¡Eres una mentirosa y ahora mismo te echaré de aquí!
Reflexión:
Cuando estamos tan absortos en nuestro egoísmo, nuestra mente tiende a estrecharse para vislumbrar horizontes más amplios a nuestro alrededor. Esto es producto del oscurantismo en que podemos caer cuando no queremos ver más allá de nuestras narices, estamos sumergidos en un mundo que nos lleva por los caminos de la trivialidad, la frivolidad y la rutina.
Si tan sólo dejáramos de encerrarnos en nuestro mundo rutinario, podríamos observar que hay un sin fin de oportunidades y horizontes tan amplios que superan las barreras de nuestra imaginación, sobre todo si esta se encuentra, adormecida por la materialidad que nos invade día a día. Los prejuicios que son juicios anticipados sin comprobación o vivencia alguna; las culpas, aquellas que son acciones que por algún motivo erramos y nos genero un sentimiento de frustración y dolor; las nostalgias, sentimientos permanentes producto de acciones sin realizar o concluir, por nuestra falta de seguridad y determinación al momento de tomar una decisión; incertidumbre, pensamientos orientados hacia el porvenir o el futuro que aun no han sido experimentados, y eso nos genero el temor a lo desconocido, a lo que aún no hemos vivido; y un interminable cúmulo de sentimientos y pensamientos que inundan nuestra mente y la atrofian.
Esta diversidad de situaciones hacen que nuestro mundo lo percibamos caótico y sin un sentido claro para seguir experimentándolo; es por ello que con cierta frecuencia, no sepamos que rumbo tomar, hacia donde dirigirnos, que nos depare el futuro, a que persona acudir en momentos de indecisión y desesperación, o que acción tomar para que produzca un cambio radical en nuestra vida. Eso es lo que nos mantiene la mente estrecha y abrumada con pensamientos de origen destructivo y negativo. Al no saber limpiarnos de todas esas reminiscencias que bloquean nuestra visión hacia oportunidades promisorias.
Liberarse es limpiarse de aquellos pensamientos que ocupan un espacio innecesario en nuestra mente, tanto del pasado como del futuro. Meditar largamente al final de cada día para valorar nuestras acciones y encaminarnos a corregir aquello que no logramos concretar, ya sea por falta de decisión o por ignorancia; potencializar aquellas acciones que resultaron exitosas y satisfactorias, y planear nuevas acciones, innovar a cada momento, aspirar a ser cada vez mas creativos y libres de actuar, guiados por nuestra intuición sin preocuparnos demasiado por su resultado final, lo importante es fijarnos la meta a la cuál deseamos aspirar y entregarnos enteramente al proceso tanto de planeación como de seguimiento, siendo flexibles para hacer ajustes y correcciones durante la marcha, con mirar a potencializar y rebasar las expectativas iniciales; basta con desear hacerlo con toda nuestra energía y determinación y entregarnos al momento sin perder en ningún momento la concentración, para aprovechar cualquier oportunidad que se nos presente durante el camino; ampliando así nuestros horizontes de oportunidades.
La vida es vivir tan pleno como sea posible y cuando no sea posible, entregarnos aún más con mayor fervor para hallar cualquier resquicio entre lo imposible para transformarlo en oportunidades con amplias posibilidades de realización.
Pasó cerca de allí otra rana que había vivido siempre en el mar. Tropezó y se cayó en el pozo.
--¿De dónde vienes? -preguntó la rana del pozo.
--Del mar.
--¿Es grande el mar?
--Extraordinariamente grande, inmenso.
La rana del pozo se quedó unos momentos muy pensativa y luego preguntó:
--¿Es el mar tan grande como mi pozo?
--¡Cómo puedes comparar tu pozo con el mar! Te digo que el mar es excepcionalmente grande, descomunal.
Pero la rana del pozo, fuera de sí por la ira, aseveró:
--Mentira, no puede haber nada más grande que mi pozo; ¡nada! ¡Eres una mentirosa y ahora mismo te echaré de aquí!
Reflexión:
Cuando estamos tan absortos en nuestro egoísmo, nuestra mente tiende a estrecharse para vislumbrar horizontes más amplios a nuestro alrededor. Esto es producto del oscurantismo en que podemos caer cuando no queremos ver más allá de nuestras narices, estamos sumergidos en un mundo que nos lleva por los caminos de la trivialidad, la frivolidad y la rutina.
Si tan sólo dejáramos de encerrarnos en nuestro mundo rutinario, podríamos observar que hay un sin fin de oportunidades y horizontes tan amplios que superan las barreras de nuestra imaginación, sobre todo si esta se encuentra, adormecida por la materialidad que nos invade día a día. Los prejuicios que son juicios anticipados sin comprobación o vivencia alguna; las culpas, aquellas que son acciones que por algún motivo erramos y nos genero un sentimiento de frustración y dolor; las nostalgias, sentimientos permanentes producto de acciones sin realizar o concluir, por nuestra falta de seguridad y determinación al momento de tomar una decisión; incertidumbre, pensamientos orientados hacia el porvenir o el futuro que aun no han sido experimentados, y eso nos genero el temor a lo desconocido, a lo que aún no hemos vivido; y un interminable cúmulo de sentimientos y pensamientos que inundan nuestra mente y la atrofian.
Esta diversidad de situaciones hacen que nuestro mundo lo percibamos caótico y sin un sentido claro para seguir experimentándolo; es por ello que con cierta frecuencia, no sepamos que rumbo tomar, hacia donde dirigirnos, que nos depare el futuro, a que persona acudir en momentos de indecisión y desesperación, o que acción tomar para que produzca un cambio radical en nuestra vida. Eso es lo que nos mantiene la mente estrecha y abrumada con pensamientos de origen destructivo y negativo. Al no saber limpiarnos de todas esas reminiscencias que bloquean nuestra visión hacia oportunidades promisorias.
Liberarse es limpiarse de aquellos pensamientos que ocupan un espacio innecesario en nuestra mente, tanto del pasado como del futuro. Meditar largamente al final de cada día para valorar nuestras acciones y encaminarnos a corregir aquello que no logramos concretar, ya sea por falta de decisión o por ignorancia; potencializar aquellas acciones que resultaron exitosas y satisfactorias, y planear nuevas acciones, innovar a cada momento, aspirar a ser cada vez mas creativos y libres de actuar, guiados por nuestra intuición sin preocuparnos demasiado por su resultado final, lo importante es fijarnos la meta a la cuál deseamos aspirar y entregarnos enteramente al proceso tanto de planeación como de seguimiento, siendo flexibles para hacer ajustes y correcciones durante la marcha, con mirar a potencializar y rebasar las expectativas iniciales; basta con desear hacerlo con toda nuestra energía y determinación y entregarnos al momento sin perder en ningún momento la concentración, para aprovechar cualquier oportunidad que se nos presente durante el camino; ampliando así nuestros horizontes de oportunidades.
La vida es vivir tan pleno como sea posible y cuando no sea posible, entregarnos aún más con mayor fervor para hallar cualquier resquicio entre lo imposible para transformarlo en oportunidades con amplias posibilidades de realización.
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