martes, diciembre 27, 2011

El Año Nuevo Maya

Se afirmaba que los mayas utilizaron un Calendario Lunar compuesto por 13 meses de 28 días y cuando multiplican 13 x 28 les da como resultado 364 días de un calendario Lunar. El Tzolkin se basa en los ciclos de la Luna, Sirio, las Pléyades y las equidistancias entre equinoccios y solsticios, ciclos conocidos por exactos y armoniosos, al faltar solo un día para completar traslación de la Tierra alrededor del Sol, lo agregaron y le denominaron el Día Fuera del Tiempo, que corresponde al 25 de Julio del calendario actual (gregoriano). Este día adicional fue entendido como un día de meditación ante el nuevo año; también una especie de día agujero negro o portal dimensional.

Para una mejor visión sobre el calendario maya tenemos que hay tres calendarios, uno el Tzolkin, sistema utilizado con fines rituales y de adivinación. El segundo el de la Cuenta Larga que inició alrededor del año 3113 A.C. y tercero el calendario Haab, que se usaba para las ceremonias comunitarias así como el trabajo de la tierra y los ciclos de cultivo. Este duraba 365 días, con 18 meses de 20 días, y cinco días “fuera del tiempo” conocidos como Uayeb. El Uayeb era destinado por la comunidad para refugiarse y reflexionar sobre los acontecimientos sucedidos durante el año que recién terminaba, momentos ideales para limpiarse colectiva e individualmente, para los rituales introspectivos, y para los intercambios amorosos.

Este excepcional sistema de matemática de los mayas fue creado con la intención del autoconocimiento, para entender la relación del hombre con los ciclos de la Tierra y el Universo donde el tiempo y el espacio ayudan al desarrollo de una nueva conciencia.

El gran interés generado en el año del 2012 está abriendo en la conciencia colectiva un momento de gran fuerza, es un portal donde millones de seres humanos han puesto la esperanza de un cambio. Este ciclo que termina según la tradición y la sabiduría maya legada en piedra, escrita en códices, transmitida de generación en generación a los guardianes del tiempo que son aún hoy día, personajes vivientes de las zonas mayas de Guatemala, México y centro América.

Fuente: José Argüelles

Reflexión:

Siguiendo adelante con nuestras raíces, nos hace ver claramente que al comparar el sistema Tzolkin con el calendario Gregoriano que actualmente nos gobierna, el llamado día fuera de tiempo de nuestro calendario maya, nos invita a la meditación y la reflexión ante el año nuevo que se avecina; el cuál nos lleva a evaluar nuestras acciones durante el año que termina y lo importante que es escudriñar que tipo de mensaje nos legaron nuestros antepasados y precursores de las matemáticas orientadas al autoconocimiento con el fin de desarrollar una nueva conciencia, más pura y aplicada a la superación del individuo. Y ese es el fin que cada uno de nosotros hemos de perseguir; luchar arduamente y venciendo todo tipo de obstáculos tanto externos como internos para lograr nuestros propósitos que año con año, establecemos como metas no sólo a lograr, sino a superar las expectativas iniciales. Es cierto que cada uno de esos propósitos van mutando o reorientándose conforme vamos descubriendo nuevas opciones que nos proporcionan mejores alternativas, e incluso hemos truncado algunas de ellas, por razones quizás desconocidas o simplemente por prejuicio o temor.

Tanto una como otra, llevan siempre un propósito de clara enseñanza que se almacenará a nuestro baúl de experiencias, y que seguramente nos ayudará a corregir aspectos de nuestra personalidad para aspirar a ser mejores cada día, no porque alguien nos lo tenga que negar, recordar o decir; sino porque estamos plenamente convencidos de ello. Desarrollar el auto-conocimiento es vital, para despojarnos de sentidos de pertenecía que sacrifican muchas de las veces nuestra dignidad. Sentirnos emancipados de influencias engañosas que alimentan a falsamente nuestro ego y nublan el buen razonamiento. Es cierto que es importante que de vez en cuando lo alimentemos, porque a final de cuentas siempre será parte de nuestra personalidad. Pero también es vital el saber controlarlo; para que no nos desvíe de nuestro objetivo primordial, recuperar y desarrollar nuestra esencia perdida, descuidada u olvidada.

No es fácil ser libre porque implica muchas responsabilidades, siendo la más importante el dejar de excusarnos por nuestros errores o desaciertos y asumir las consecuencias sin buscar culpables externos. Somos nuestro destino, somos lo que creamos de nuestro presente, así como de nuestra realidad actual. Y cada día debe ser único, cada día debe ser como el primer día del año nuevo, un día de meditación, de reflexión y de renovación, un día fuera de tiempo, atemporal, sin presiones, sólo dejarse llevar por la corriente de la vida disfrutando cada momento, porque es el único instante en que poseemos el mayor control de nuestros procesos tanto mentales como afectivos. Nadie más debe ser promotor de nuestra experiencia personal, ni mucho menos que se apropien de nuestra voluntad, ni siquiera pensar el permitir ceder nuestra iniciativa. La libertad empieza reconociéndonos como seres únicos e independientes y con el pleno derecho de reclamar nuestras garantías individuales, alejándonos de los que pretendan seducirnos con falsas promesas para un beneficio personal, de quienes pretendan desacreditarnos públicamente, inducirnos a cometer errores o fanatizarnos con discursos pretensiosos.

La tarea es ardua, pero vale la pena intentarlo, vale la pena en este año nuevo que se avecina, poner los pies en la tierra y lograr como propósito inicial, el compromiso de trabajar para nuestro crecimiento personal; luchar por nuestra libertad de ser, pensar y expresar día con día; derribar cada uno de los obstáculos que amenacen truncar nuestros sueños; y defender con determinación y valor, nuestra esencia ante las influencias del medio exterior, a fin de despertar a una nueva conciencia, más auténtica y más realizada!.


Feliz Año!!!


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