EL Timón de la Vida
La Vida de lo seres humanos son como el Mar, hay días en que es azul y tranquilo donde las aguas son acojedoras y armónicas.
Otros días son nublados, con grandes tempestades, aún cuando parece que el océano nos va a devorar, llega la calma y nace un nuevo día, brillante y placentero.
Somos como pequeños barcos, a veces a la deriva, otras veces estables, pero únicos; donde cada barco tiene su propio timón, cuyo objetivo es llegar al destino trazado de nuestros ahnelos.
En nosotros está el tomar el control, el timón de nuestra vida, fijando el rumbo a seguir.
Puesto que para llegar a la meta, tendremos que atravesar grandes tormentas de todo tipo: Pasionales, Depresivas, Morales, Económicas, etc., sin embargo, tú tienes el Timón en tus manos; cómo buen capitán, debes tomar el control y saber manejarlo con destreza y decisión.
Cuando tenemos una dolorosa experencia, la pérdida de un ser querido o una separación se inestabiliza nuestro barco, con el riesgo de hundirse a las profundidades del océano del dolor y la tristeza.
En ese momento para evitar caer al abismo de la agonía y el dolor, debemos sacar fuerzas de nuestro interior, tomar inmediatamente el control para enderezar el barco, lograr el equilibrio y la estabilidad emocional y recuperar el rumbo perdido.
Con frecuencia nos toparemos con enemistades o personas negativas que nos arrastrarán a realizar viajes arriesgados y peligrosos, con la finalidad de aprovecharse de nuestra embarcación, perturbando nuestro equilibrio mental y emocional, confundiendo el rumbo hacia nuestro verdadero destino.
Hay que tomar el Timón de nuestro barco y no permitir que nos aparten del rumbo establecido donde existen aguas tranquilas, y siendo impulsados por el viento de las oportunidades.
Para esto, hay que tomar decisones importantes, con aplomo y seguridad de que nada ni nadie nos aparte del camino, de nuestra meta fijada.
A veces cometeremos errores, ocasionando que entremos al Mar embravecido de la depresión y la desesperación provocando el descontrol emocional, transformándose en angustía e incertidumbre, quedando a la deriva permanentemente hasta hundirnos en la soledad y la agonía.
Cuando nos topemos en el Océano con barcos agresivos, que sólo ven lo negativo de la vida y de los demás, evadir una posible confrontración que dañe la nuestra estructura interna. Son personas que no han sabido llevar adecuadamente el timón de su propia vida, se han contaminado con las tempestades cargadas de envidia y odio y se han apartado del camino de la bondad, de la alegría de vivir y del amor, aspectos para lo cuál hemos sido construidos.
Una vez pasada la tormenta, aprender de ella, adquiriendo más experiencia y destreza para cruzar otro océano, con el pasó del tiempo en la navegación de la Vida, seremos más diestros e inteligentes para librar cada tormenta que se nos presente y llegar impecables a nuestro destino; por que la tierra de las oportunidades estará a la vista cuando logremos librar la Tempestad de la duda y los miedos internos, manteniendo el control del Timón.
Por que el Barco es nuestro Cuerpo guiado por nuestros instintos y gobernados por el timón Espiritual de la tenacidad y la determinación, cuyo rumbo es nuestra inteligencia y destreza para controlar las emociones y llegar a tiempo a nuestro destino: la Auto perfección de nuestra personalidad, arribando a la Tierra prometida donde mora el Alma, dispuesta a trascender dejando una huella permanente en la Historia de nuestra vida.
Reflexión:
Aún cuando las dolorosas experiencias nos derrumben, precipitándonos a las profundidades de la depresión, sintiendo que ya no hay más un rumbo a seguir, hay tomar el control de nuestras emociones, y aflorar esa fuerza interna que nos brinde esa pequeña luz de esperanza para retomar el rumbo de nuestra vida, por que tarde o temprano el Mar del destino nos dará una nueva oportunidad para experimentar esa felicidad que anhelamos, donde nos espera el mayor tesoro: Nuestro equilibrio y Paz Interna.