jueves, agosto 12, 2010

Te hace falta algo?

Siempre siento que me falta algo.

Y creo que siempre debe ser así.

Me gradué en la Universidad. Pero ahora quiero otra carrera. Hice un Postgrado. Ahora quiero otro.

Me compre un bonito guardarropa, pero deseo renovarlo

Aprendí a hablar un nuevo idioma, ahora deseo aprender uno nuevo

Me compré un carro. Ahora quiero otro más grande.

Me compré una casa. Ahora quiero una con más habitaciones.

Tengo un buen sueldo, pero deseo ganar mucho más dinero

Pero siempre llego a la conclusión de que siempre me falta algo

Y eso me hace sentirme insatisfecho, pero no se que es!

Reflexión:

Un cuestionamiento que constantemente nos hacemos, es que siempre experimentamos la sensación de que algo le falta a nuestra vida, y sin embargo pasan los años, y la sensación perdura y tal situación no sólo nos provoca insatisfacción, sino que nos impulsa hacia una búsqueda un tanto frenética para satisfacer en alguna medida este sentimiento de carencia interna!.Es cierto que nuestra naturaleza primaria nos impulsa a alimentar ese deseo de vacío acumulando todo tipo de satisfactores en cualquier nivel de nuestra vida, con cierta inclinación sobre nuestros aspectos materiales, que por cierto muy válido es anhelar siempre la superación en cualquier nivel, ya sea en lo profesional o laboral, ya que como seres humanos dominantes, nuestro ego es el que nos impulsa a ser competitivos y eficaces para un claro propósito: acumular tanto bienes materiales como dinero nos sea posible, porque nos han insertado en la mente en nuestro medio social, que el dinero lo es todo, en relación a la tranquilidad, estabilidad y el estatus.

Medios masivos de comunicación nos recuerdan a todo momento infinidad de métodos y técnicas para aspirar a alcanzar tales logros económicos, y más aún cuando estamos viviendo en constante crisis desde que tenemos memoria; ello nos infringe inseguridad, incertidumbre y temor a perderlo todo o carecer de lo necesario para sobrevivir. Por desgracia cuando se carece de los medios suficientes o de las oportunidades para generarnos riquezas, recurrimos a medios deshonestos de generar dinero o posesiones, lo cuál acarrea problemas a corto, mediano y largo plazo, y en ocasiones con consecuencias irreversibles. Es necesario y loable que aspiraremos cada día a mejores condiciones socioeconómicas, disfrutar de las bondades que el dinero otorga, ya sea para conocer nuevos lugares, recorrer el mundo, experimentar el lujo, renovar nuestro guardarropa, adquirir un carro último modelo, una inmensa casa, etc. Pero principalmente el poseer lo suficiente o más, proporciona una sensación de seguridad y poder. Hasta donde llega este poder?, y poder para que fin lo necesitamos o nos valemos de él?, para una buena y justa causa? o a la inversa?, quizás para acumular un patrimonio que nos inyecte tranquilidad y confort!.

En ocasiones nos pasamos toda la vida acumulando con la idea de disfrutar de una madurez y vejez tranquila, y sin darnos cuenta la vida se nos pasa vertiginosamente en acumular y acumular. Tanta es nuestra obsesión que nos valemos tanto de lo honesto como lo deshonesto para el logro de tal fin!. Y cuando por fin la suerte llega a nuestras puertas y logramos el objetivo de poseer una jugosa cuenta bancaria, un buen repertorio de autos, propiedades, etc. Porque seguimos estando insatisfechos?, porque sentimos que no es suficiente con lo que hemos alcanzado y deseamos aún más?. Que sucede con nuestra vida que cuando entramos en conciencia, y vemos hacia nuestro alrededor no nos satisface el entorno interno en que estamos sumergidos, de pronto hemos notado que no sólo hemos descuidado a la familia, amigos o pareja por nuestra obsesión de acumular, sino que nos hemos descuidado a nosotros mismos!, y descubrimos en ocasiones que nuestra vida alrededor es caótica y deprimente, hay una sensación de soledad interna y carencia de amor. Nuestra salud y condiciones físicas se han mermado, nos vemos al espejo y notamos que ya avistan los primeros indicios de envejecimiento, que se nos ha escapado nuestra plenitud y entramos al sendero de la decrepitud, que nos hemos vuelto amargados y solitarios, que a nuestro alrededor hay envidias, rencores y nostalgias.

Que nos pasó?, porque aún cuando se es exitoso en lo profesional y material, sentimos que nos falta algo?, Que acaso no es suficiente?, y donde quedó el éxito de nuestra vida interior? Porque no somos felices?, al contrario, ahora nos sentimos más apesadumbrados y temerosos, pero sobre todo aislados, incomprendidos y carentes de amor?. Y en consecuencia buscamos llenar ese vacío con un sinfín de actividades para apagar esas inquietudes que nos laceran el corazón y en la soledad de nuestra intimidad buscar distractores para evadir nuestro sufrimiento.

En la vida es necesario el equilibrio, no caer en obsesiones de tipo material, nunca será suficiente cuando se carece de lo interno, la riqueza se genera en ambas vertientes, en la búsqueda de la felicidad que el dinero otorga y en la búsqueda de la plenitud que la riqueza del alma proporciona. La vida es evolucionar tanto en lo profesional, en lo económico y muy enfáticamente en lo personal, en alimentar nuestro amor propio, nuestra seguridad, autoestima, nuestras verdaderas inquietudes trascendentales, que es experimentar lo que realmente anhelamos ser en la vida y no lo que los demás esperan de nosotros. No caer en conformismos de ninguna índole, ser perfectibles, honestos y coherentes. Poseemos por añadidura la capacidad de explorar y explotar nuestras capacidades individuales, no detenernos ante nada ni nadie cuando se trata de evolucionar nuestra alma, cuando se es productivo, cuando se deja un legado en la memoria de quienes nos rodean. Lo material viene y va y no es lo esencial, lo esencial es ser felices y plenos en lo interior y no aparentar hacia el exterior lo que no somos o lo que no tenemos; ni esperar que al poseer en lo material, busquemos ser aceptados por ello; nuestra valía humana no se basa que entre más y mejor poseamos más valiosos y reconocidos seremos por los demás; el sentido de pertenencia se basa en la calidad humana, en la armonía que expresemos al exterior, y en lo felices y plenos sintamos por el simple hecho de ser nosotros mismos. Aquello que hace falta se alimenta de dentro hacia fuera, porque de lo contrario, sólo llenamos de armaduras externas un cascarón vacío; en lugar de saciarnos de consistencia para expresar nuestra riqueza interna hacia el exterior.