viernes, julio 03, 2009

Nadie

Nadie camina la vida sin haber pisado en falso muchas veces.

La regla de oro de la vida es experimentarla, sin importar la cantidad de errores o tropiezos que encontremos en nuestro camino, los cuáles son necesarios para replantear nuestro proceder ante cualquier tipo de circunstancia, lo importante es transitarla aprendiendo de nuestras acciones y madurando con ellas, el pisar en falso no necesariamente significa un paso equivocado, es nuestra experimentación, es ese deseo de búsqueda el que nos impulsa a descubrir nuestro sentido de vida, si caminamos inconscientemente sin analizar el proceso de nuestras acciones, corremos el riesgo de cometer error tras error, alterando el proceso natural de evolución hacia una meta determinada; en cambio cuando somos conscientes de cada paso que damos, si discernimos la situación analizando el entorno, estando alertas ante cualquier imprevisto, y enteramente concentrados y decididos hacia lo que queremos, los pasos serán firmes, seguros y sólidos, no importa que repentinamente erremos el camino, habrá enseñanza, conocimiento y replanteamiento, pero sobre todo madurez. Nadie esta exento de pisar en falso, la diferencia estriba en la actitud posterior.

Nadie llega a la otra orilla sin haber ido haciendo puentes para pasar.

Como pasar a la siguiente etapa si no construimos un puente para cruzar el río de la incertidumbre, si de pronto hay un abismo ante nuestros ojos, no permitir que el desasosiego y el temor nos invada, en lugar de retroceder y renunciar a nuestros sueños, en lugar de eso, calmar nuestra ansiedad, centrar nuestras emociones y fijar nuestra mente hacia una posible y alternativa solución para seguir adelante sin importar que tan profundo e incierto sea el abismo en que estemos atrapados, la fe en uno mismo, en nuestras capacidades, pero sobre todo en nuestra fuerza de voluntad nos proporcionará la claridad mental, el discernimiento y las herramientas adecuadas para construir el puente que nos permita llegar a la otra orilla, y el confiar en uno mismo con una actitud positiva es el ingrediente principal para el logro de nuestro cometido.

Nadie deja el alma lustrosa sin el pulimento diario de la vida..

La inmortalidad del alma, es la purificación de nuestra individualidad, no de vida en vida, sino día tras día, cada vida se interpreta como un nuevo día, una muerte es el estado inconsciente que el sueño nos sumerge, el final de un ciclo no de vida, sino de un día más, del ocaso para el resurgimiento de un nuevo amanecer; una nueva oportunidad para ser mejores, para corregir posibles errores, para replantear nuestras actitudes, hacia uno mismo, hacia los demás y hacia la vida misma; cada día representa esa nueva oportunidad para ¨lustrar¨ nuestra alma, nuestras características de origen y esenciales, nuestra real personalidad en su descubrimiento y proyección al exterior, ser congruentes en sentimiento, pensamiento y acción, en una búsqueda ¨eterna¨ hacia el mejoramiento y perfeccionamiento de nuestras capacidades, pulirnos día tras día para despojarnos de esas impurezas producto de los prejuicios y temores arraigados del pasado, para develar la pureza de nuestra individualidad, sin importar los agentes ¨agresosres¨ del exterior que amenacen con opacarnos.

Nadie puede juzgar sin conocer primero su propia debilidad.

Como podemos juzgar a otro ser humano por sus acciones, cuando no poseemos la calidad moral para hacerlo, con que elementos?, con que razonamiento?, con que derecho nos atrevemos a juzgar?, en base a que o a quién?, y con que fundamento racional de por medio?, nadie absolutamente nadie posee ese ¨derecho¨, primero que nada debemos juzgarnos a nosotros mismos y con ese sentimiento de humildad aceptar que nuestra calidad humana está sometida al error, a la imperfección y por tanto al prejuzgamiento. Nadie absolutamente nadie posee el conocimiento de otro ser humano, que el mismo ser humano en su individualidad, cada uno de nosotros poseemos por naturaleza un ¨código¨ genético único e irrepetible, y sólo cada ser humano sabe del porque sus acciones, esa es su máxima debilidad, el saberse humano y no un ¨Dios¨ que en base a su soberbia someta a escrutinio y prejuzgamiento a otro ser humano, porque sólo posee un parcial conocimiento, más no el absoluto, de su prójimo. Y sólo cada ser humano posee el absoluto conocimiento de sí mismo y por eso no permitir que otro ser humano nos juzgue porque no nos conoce tanto como nos conocemos a nosotros mismos.

Nadie consigue su ideal sin haber pensado muchas veces que perseguía un imposible.

Algo muy común en nuestra sociedad es asociar los ideales con imposibles. Si los grandes descubrimientos de la historia partieron de un sueño, de un ideal, de un imposible, y sin embargo cristalizaron y se hicieron realidad palpable, aún cuando los demás lo consideraron idealismos imposibles. El poder de cada ser humano radica en el poder de su imaginación, de soñar y generar ideales en su mente y posteriormente hacer hasta lo ¨imposible¨ para cristalizarlos, transformando un proceso mental subjetivo basado en la creatividad, hacia un proceso objetivo y real basado en la autodeterminación; sólo basta crear la imagen mental de nuestros ideales conscientemente, y acto seguido dejar que nuestros procesos internos y subconscientes comiencen a orientarnos y nos impulsen al logro gradual de nuestra meta principal. Nada es imposible para una mente disponible, y nadie consigue algo trascendental sin haber generado en su imaginación un ideal sin importar si éste sea considerado posible o imposible, la actitud de progreso y perseverancia genera el puente entre lo subjetivo y la objetividad, entre el ideal y la realidad, entre el sueño y la meta realizada.

Pero nadie deja de llegar, cuando se tiene la certeza de un don, el crecimiento de su voluntad, la abundancia de la vida, el poder para realizarse y el impulso de sí mismo.

Nadie deja de llegar cuando hay actitud ante la vida, cuando hay confianza en las aptitudes, cuando hay certeza y conocimiento de nuestros dones y virtudes, porque un don o una virtud son cualidades particulares que posee cada ser humano y las lleva a cabo libre de ataduras y prejuicios, es cuando actúa basado en sus propios impulsos racionales, en su propia individualidad y en su propio convencimiento de sus capacidades para potencializar su Don en la búsqueda de un beneficio a nivel interno que se proyecte al exterior. Porque la abundancia se manifestará producto de sus acciones; la vida entrega tanto como descubramos y nos brindemos de ella para la autorrealización y el impulso hacia la libertad y el poder de pensamiento, acción y palabra.

Porque nadie, absolutamente nadie más que nosotros mismos, nos pertenece el poder de aceptar que la certeza de vida se revela cuando descubrimos que poseemos el Don del derecho a vivir!