viernes, julio 03, 2009

Semillas

Un hombre tenía un sembrado de flores bellísimas. Cada día, de su cultivo salían centenares de paquetes para vender a la ciudad con las flores más bellas y fragantes que nadie pudiera conocer. Este hombre, cada año ganaba el premio a las flores más grandes y de mejor calidad y como era de esperarse, era la admiración de todos en la región.

Un día, se acercó a él un periodista de un importante medio de comunicación para preguntarle el secreto de su éxito, y el hombre contestó:

- Mi éxito se lo debo a que de cada cultivo saco las mejores semillas y las comparto con mis vecinos, para que ellos también las siembren.

- ¿Cómo? -dijo el periodista- pero eso es una locura-.
¿Por qué comparte su mejor semilla con sus vecinos, si usted también entra al mismo concurso año tras año? ¿Acaso no teme que sus vecinos se hagan famosos como usted y le quiten su importancia?

Verá usted señor, dijo el floricultor:

- El viento lleva el polen de las flores de un sembrado a otro.

Si mis vecinos cultivaran una semilla de calidad inferior, la polinización cruzada degradaría constantemente la calidad de mis flores. Si deseo cultivar las mejores y más bellas flores, debo ayudar a que mi vecino también lo haga.

Reflexión:

Así como una buena semilla requiere para su conformación de una adecuada polinización de las demás flores de la región, lo mismo ocurre con otras situaciones de nuestra vida., quienes deseen lograr el éxito, éste debe ser compartido, mediante una honesta y sana competencia, el ser mejor entre los mejores da lugar a una más plena satisfacción por el esfuerzo realizado y no en base a la envidia el negar compartir el secreto del triunfo. El liderazgo es la base del éxito en las relaciones humanas sobre todo cuando se comparte el conocimiento para el bienestar común y propio.

El ser humano es como una semilla, en su conformación conlleva el potencial necesario para florecer plenamente en todas sus capacidades y facultades. Si poseemos una esencia equilibrada y con buenas aptitudes, nuestro caparazón será suave y maleable listo para germinar en la profundidad de la tierra, alimentándose de sus nutrientes, abriéndose paso con toda su determinación y valor para vencer la resistencia de la ignorancia y la opresión, desarrollándose y creciendo firme y determinante para florecer y en su maduración desarrollar sus propia semillas que serán el fruto y la cosecha de su esfuerzo y dedicación en sus acciones, para inmortalizar su obra y trascender.

Una semilla con un corazón vacío y un caparazón duro y rígido, en la dureza de sus remordimientos y la rigidez de sus prejuicios y temores, su dureza sólo será ilusoria, porque en su interior no existe consistencia, sólo hay vacío existencial e insatisfacción; un vacío producto de la ignorancia y temor por expresar su verdadera personalidad y sus sentimientos, ¨evitando¨ experimentar vulnerabilidad; lo cuál le desarrolla una personalidad egoísta y soberbia, fría e indiferente hacia su entorno, hacia los demás e incluso hacia sí mismo, lo cuál lo hace aferrarse obsesivamente a sus propios intereses haciendo a un lado el bienestar de los demás sin importarle dañar y pisotear susceptibilidades. Tarde o temprano este tipo de actitudes hacia la vida, lo llevan quizás a triunfar en el plano material, en alcanzar grandes alturas, un importante status socio-económico. Quizás incluso experimentará una gran satisfacción por sus logros materiales, su caparazón será muy sólido, grueso e impenetrable. Pero, que sucede con su interior? El cuál se encuentra vacío, sin consistencia de por medio. Experimentará tal vez alguna satisfacción interna?, se sentirá realmente satisfecho más no feliz?, se sentirá orgulloso más no pleno?, experimentará fuerza más no paz?, su conciencia se encontrará abrumada y extraviada más no tranquila y sabia?, que lo impulsa a ser egoísta, soberbio, ególatra y egocéntrico?, que le evita ser humilde, tolerante, compartido y humano?, su caparazón entre más se engrosa, menor espacio le cede a su interior, entre más impenetrable sea, más difícil será romper con sus remordimientos para descubrir su esencia real; entre más capas de personalidad anteponga ante la sociedad, más complejo será internarse en su individualidad y reconciliarse con el mismo, para saber perdonarse, aceptarse y amarse; y con esas armas penetrar y destruir ese gran dolor que le agobia y que le impide demostrarse como su interior le impulsa.

Siempre hay una nueva oportunidad para crecer, para aceptar en la humildad, es necesario romper con nuestros estigmas, son las propias obsesiones, con los propios pensamientos destructivos. Debemos aceptar que entre mayor dureza y rigidez demostremos al exterior, mayor dolor experimentaremos cuando deseemos realizar un cambio drástico en la vida; en la dureza de la personalidad fingida, aceptemos que poseemos actitudes equivocadas que nos hacen cometer errores y alejarnos de nosotros mismos. Entre mayor soberbia externemos, más evidenciamos nuestra debilidad interna. Cuando decidamos realizar cambios, esos cambios nos beneficiarán en crecimiento y satisfacciones al por mayor compartiendo nuestros logros con nuestro entorno en un verdadero liderazgo, porque el valor de una vida se mide por las vidas que se tocasy transforman. Y quienes optan por ser felices, deben ayudar a que otros encuentren la felicidad, porque el bienestar de cada uno se halla unido al bienestar de todos los demás.

¨Es necesario compartir nuestras mejores semillas de cualidades y virtudes para obtener una excelente cosecha que se verá reflejada en una mejor sociedad¨.