viernes, julio 03, 2009

No Aceleres

No aceleres la lluvia,
ella tiene su tiempo cierto de caer
y saciar la sed de la tierra;

No aceleres el poner del sol,
él tiene su tiempo de anunciar la noche
hasta su ultimo rayo de luz;

No aceleres tu alegría,
ella tiene su tiempo de aprender
con tu tristeza;

No aceleres a tu silencio,
él tiene su tiempo de paz
después que los ruidos paren;

No aceleres tu amor,
él tiene su tiempo
de sembrar en la tierra
más árida de tu corazón;

No aceleres tu rabia,
ella tiene su tiempo
para expandirse en las aguas
calmas de tu conciencia;

No aceleres el otro,
pues él tiene su tiempo
para florecer a los ojos del Creador.

No te aceleres a ti mismo,
pues necesitas de tiempo
para sentir tu propio crecimiento.

Reflexión:

La vida entera en cada uno de nosotros es toda aceleración, es todo correr, es todo andar de prisa, es todo precipitar nuestros sueños, es todo hablar de más, es todo molestarse porque las cosas no se dan rápidamente, es todo precipitar una relación por nuestra inseguridad y celos, es todo preocuparse del llamado futuro que es un presente, que se acelera vertiginosamente a toda velocidad por obsesionarnos por aquello que anhelamos y que no tenemos certeza si llegara; por esto y tantas cosas más nos aceleramos, y que la meta final es la extinción de nuestro ciclo vital, y que por consecuencia ante esa certidumbre incierta de la muerte es por lo general lo que nos impulsa a acelerarnos, a correr, a precipitar, a ser impulsivos, a no escuchar, a sufrir insomnio, a enojarnos, a equivocarnos a evadir la sabiduría de nuestro silencio interior.

Estamos inmersos en una sociedad en cuya premisa es el factor tiempo, conceptos como: que el tiempo vale oro!, ya no hay tiempo!, no tengo tiempo para esto o aquello!, el tiempo se me vino encima!, el tiempo se me acabó!, ya no llegué a tiempo!, ha llegado mi tiempo!; por lo que nuestro universo interior se ha olvidado del universo atemporal!. Que es aquello que nos atrapa en esta vertiginosa y obsesiva red del tiempo?, e incluso lo hemos fragmentado en tres vertientes: el Pasado, el Presente y el Futuro!, sabremos con certeza en que consiste cada uno de ellos?, son tres líneas diferentes, paralelas o partes de la misma?

En algún momento el ser humano estableció la línea del tiempo ante el constante cambio de los días y las noches, al observar las constelaciones, la posición del sol y la luna, y estableció el calendario desarrollado por diferentes culturas, de acuerdo a estos movimientos estelares, hasta que los sabios de épocas pasadas comenzaron a establecer los años, los meses, las semanas, los días, las horas, los minutos y los segundos; con la finalidad de poder controlar ese entorno que pasaba indiferente ante él. Es decir, que el término tiempo surgió aparentemente por la idea de controlar su entorno natural. Que sucedía antes del definido factor tiempo?, seguramente el ser humano transitaba su vida satisfaciendo sus necesidades primarias, como comer, dormir y contemplar todo cuanto a su alrededor surgía.

Imaginemos por un momento que no existiese este factor tiempo en nuestras vidas?, que por un momento actuáramos indiferentes ante este factor, que experimentáramos el despojarnos de esa cruel red llamada tiempo?, cuál sería nuestra percepción?. Acaso estaríamos acelerados o pasivos?. Que sucedería en nuestra mente ante esta súbita liberación?. Sería acaso especial el día?, Serían como unas vacaciones absolutas en que todo nos dejara de preocupar?, tal vez experimentaríamos algo extraño, como por ejemplo: cuando la mente esta liberada de pensamientos temporales, libre de nostalgias pasadas, libres de angustias e incertidumbres futuras, libre de aquello que dejé de hacer, libre de aquello que tengo que hacer después!, será posible hacerlo?, si esta red o telaraña que invade todo el espacio en nuestra mente de pronto nos despojásemos de ella, cuál sería ahora nuestra sensación?, muy especial?, dejaríamos de estar acelerados?, una vez vaciada nuestra mente, que queda ahora por pensar?. Será quizás el instante que estamos experimentando en este momento?, y que acaso ese instante no se conoce como presente?, el momento real, no necesariamente tiempo, ese instante único se encuentra libre de esta red llamada tiempo!. Y ese instante que es una sensación súbita y novatoria, no es el único y real instante en que tenemos plena conciencia de quienes somos sin estar atrapados en la red del tiempo pasado y futuro?. Ahora que sucedería si en ese instante no importa cuál sea, cuando estamos despojados del lapso pasado y futuro que desborda nuestra mente, cualquier instante se transforma en único y por ende en plena conciencia y si es plena conciencia podemos considerar que somos por ese instante dueños absolutos de nuestro universo interior.

Ahora que sucedería si levantamos la vista, observamos nuestro entorno, cuál sería nuestra experiencia?, en que a cada instante le entregamos plenamente nuestra conciencia, quizás nos percataríamos que el mundo deja de acelerarse, que todo obedece a un orden superior, que no se encuentra atrapado en esa red del tiempo, porque aún antes de que el ser humano definiera ese concepto el mundo y nuestro universo ya estaba presente, el sol, la luna, los planetas, las constelaciones y las estrellas ya recorrían sus trayectorias obedeciendo a este orden superior muchísimo antes de que existiera el concepto tiempo, por que el concepto tiempo lo definió el ser humano y el ser humano apareció cuando ya todo nuestro entorno estaba presente. Y es por eso que el factor tiempo es obra del ser humano, más no obra de ese orden superior!, Y esto lleva a una pregunta: en que momento el ser humano comenzó a acelerarse?, en que momento comenzó a tener prisa? Y en que momento comenzó a obsesionarse, a precipitarse, a correr?. Cuando tuvo ya una plena certeza de su condición perecedera?, que su existencia tenía un final?, eso sin duda quizá le generó temor y en ese temor comenzó a acelerarse en la vida!.

Por que correr?, porque acelerarse, porque obsesionarse?, si al igual que todos los seres vivientes, el ser humano también se encuentra regido por este orden superior, aún cuando se obsesione por controlarlo y gobernarlo?; aún cuando el ser humano se acelere, el sol emerge en cada amanecer y al ocultarse surge la luna, para que entonces acelerarse?; si aún cuando el ser humano se acelere, la lluvia aparece para saciar la sed de la tierra, entonces para que acelerarse?; aún cuando el ser humano se acelere, experimentará alegría cuando se sienta feliz y pleno y se sentirá triste cuando llegué el momento de aprender del dolor y los errores, entonces para que acelerarse?; aún cuando el ser humano se acelere, experimentará el más sublime silencio, porque significa que hay paz en su alma, aun cuando surja de pronto el ruido por los remordimientos que sus acciones le ocasionen, entonces para que acelerarse?; aún cuando el ser humano se acelere, el amor tocará a su corazón por que el tiempo de amar ha llegado, y éste se ausentará cuando se niegue su pleno derecho de amarse y amar, entonces para que acelerarse?; aún cuando el ser humano se acelere, llegarán momentos de rabia y furia por la carga súbita de adrenalina ante situaciones inesperadas e injustas, ante ese caos llegará la calma y el orden a su conciencia satisfecho por haber enfrentado y superado un reto más de la vida, entonces para que acelerarse?, aún cuando el ser humano se acelere, cada persona posee su propio ritmo de vida y por ende su espacio vital para florecer y actuar en concordancia con sus metas y anhelos, y cuyo espacio es digno de respetar, entonces para que acelerarse?, aún cuando el ser humano se acelere, poseemos el pleno y absoluto derecho y control de nuestros instantes presentes para interiorizarnos, escucharnos, aprender y actuar conforme nuestra conciencia dicte, porque necesitamos de instantes en plenitud para experimentar, disfrutar y aprender de nosotros mismos en nuestra libertad de actuar, pensar, discernir y elegir la vida que por derecho nos haga sentir felices y satisfechos, porque necesitamos sentir a cada instante sin estar atrapados en la red del tiempo pasado y futuro, necesitamos sentir nuestro propio crecimiento en cada instante, entonces, para que acelerarnos? Si la vida nos pertenece!, y si nos pertenece significa que tenemos el control de ella, y si tenemos el control de ella, quiere decir que poseemos el control del concepto llamado tiempo!, porque el ser humano fue quién lo creó!. Es por ello que el tiempo no gobierna al ser humano, porque el ser humano es quién posee el poder y la decisión de controlar al tiempo!, entonces para que acelerarnos por algo que podemos controlar?.