lunes, abril 09, 2007

Grabados

Dice una leyenda árabe que dos amigos entrañables viajaban por el desierto, y en un determinado punto del viaje discutieron tan acaloradamente que camino seguir, que uno de ellos perdió el control y le asestó una bofetada al otro.
El otro desconcertado y ofendido, sin decir una palabra se alejó y escribió en la arena lo siguiente: ¨HOY, MI MEJOR AMIGO ME PEGÓ UNA BOFETADA EN EL ROSTRO¨
Al ver ese mensaje el ofensor no acertó que decir ante la reacción de su amigo y un tanto apenado por su acción siguieron su camino en total silencio, más tarde más tranquilos llegaron a un oasis donde resolvieron bañarse, el que fue abofeteado, en un descuido se resbaló y lastimado comenzó a ahogarse, siendo salvado por el amigo.
Una vez recuperado tomó un cuchillo y escribió en una piedra: ¨HOY, MI MEJOR AMIGO ME SALVO LA VIDA¨ Intrigado, el amigo le preguntó: ¿ Porqué después que te lastimé, escribiste en la arena y ahora que te salvé escribes en una piedra? Sonriendo, el otro amigo respondió:
¨Cuando un gran amigo nos ofende, deberemos escribir en la arena donde el viento del olvido y el perdón se encargarán de borrarlo y apagarlo; por otro lado, cuando nos pase algo grandioso, deberemos grabarlo en la piedra de la memoria del corazón, donde viento ninguno en todo el mundo podrá borrarlo¨
Un verdadero amigo(a) siempre nos hablará con la verdad, aún cuando en ello arriesgue su amistad, las ofensas son sólo el producto de nuestra desesperación e incapacidad para razonar y lograr un acuerdo mediante el diálogo, cayendo en la agresión física o verbal.
Una verdadera amistad no necesita de la arena del olvido para obtener el respeto y admiración de alguien; cuando entregamos incondicionalmente el corazón, y sabemos respetarnos y amarnos, en la misma medida ofreceremos ese sentimiento a los demás, edificando una muralla de Piedra que se quede grabada por siempre en el recuerdo y en el pensamiento de quienes se cruzaron en nuestro camino.
Cada uno de nosotros somos como una Piedra en Bruto producto de las experiencias difíciles de la vida, sólo basta despojar las aristas de los prejuicios, los fragmentos de la inseguridad y el polvo de los miedos internos para pulir nuestra personalidad; edificando una obra de arte, en espera de ser develada nuestra alma, mostrando su belleza interior y esplendor en la libertad de su conformación y en la pureza de su autenticidad.
¨Se necesita sólo de un minuto para que te fijes en alguien, una hora para que te guste, un día para quererla, pero se necesita de toda una vida para que la puedas olvidar¨.