lunes, abril 09, 2007

El Verdadero Valor de la Vida

Ya caída la noche, un niño pequeño hacía grandes esfuerzos por no quedarse dormido, esperaba impaciente a que llegara su papá para jugar con él. Los traviesos ojos del pequeño comenzaban a caer pesadamente, cuando de pronto oyó que se abría la puerta de su casa, y como impulsado por un resorte, corrió con una gran sonrisa hacia su padre, a quién de inmediato le preguntó insistentemente:
- Papi, ¿ Cuánto ganas por hora?
El padre, un tanto agotado y estresado por la larga y pesada jornada de trabajo, reaccionó molesto e increpó al niño:
-Mira hijo, eso ni siquiera lo sabe tu madre, así que no me molestes, además me encuentro muy cansado, ¡Vete a dormir que ya es muy tarde!.
-Si papi, pero por favor, sólo dime, ¿Cuánto te pagan en tu trabajo por una hora?
- Insistió suplicante el niño.
Contrariado, el padre un tanto irritado por la insistencia del niño, le respondió:
-Esta bien, tú ganas, gano treinta pesos por hora.
Emocionado por la respuesta, el pequeño le dice a su padre:
-Papi, ¿Me podrías dar siete pesos?
El padre sorprendido y enfurecido, tomó al pequeño del brazo y bruscamente le dijo:
-Así que por eso querías saber cuánto gano, ¿no?, sólo para pedirme dinero, ¡Vete a dormir y no sigas fastidiando, muchacho aprovechado.
El pequeño con lágrimas en los ojos, se alejó muy triste a dormir.
Después; al meditar el padre sobre lo sucedido y un tanto arrepentido, comenzó a sentirse culpable; <<>>pensó! y, queriendo descargar su conciencia, fue al cuarto de su hijo y con voz suave le preguntó:
-¿Duermes hijo? -Dime Papi.... respondió el pequeño entre sollozos y sueños.
-Aquí tienes el dinero que me pediste.
-Gracias papi -Susurró emocionado el niño, mientras metía su manita debajo de la almohada, de donde sacó una monedas
-¡Ya completé!, ¡Ya completé! -gritó jubiloso el niño- ¡tengo treinta pesos!; y dirigiéndose a su padre, dijo:
-Papi, ¿Me podrías vender una hora de tu tiempo, sólo para mí?
-------REFLEXION-----
¿Cuántas veces ya sea por las actividades de la escuela o el trabajo, terminamos abrumados y estresados, al grado de que ésta sensación se convierte en un hábito, un estilo de vida, un pretexto para justificar nuestra falta de atención y cariño hacia nuestros seres queridos, descargando en ellos la frustración y malestar, producto nuestras ocupaciones cotidianas y del ritmo acelerado de la vida?.
¡Cuando la verdadera recompensa no se encuentra en los reconocimientos, en un ascenso, en los aspectos materiales ó económicos...¡Se halla en la tierna sonrisa y el amor auténtico de un niño, que aguarda ilusionado la llegada del ser querido.... de los padres, dispuestos a tendernos su mano para ofrecernos un sabio consejo.... de la pareja, anhelante y dispuesta a arroparnos bajo su brazo amoroso y protector..... de los amigos, siempre incondicionales para hacernos pasar un buen rato; ó de la mascota, siempre fiel para cobijarse con nuestro calor!
Es importante saber despojarnos de los sentimientos negativos que sólo contaminan y envenenan el alma y apagan nuestro espíritu de lucha, invadiendo de amargura y resentimiento nuestro interior.
Más vale un instante de amor y dedicación, que un permanente dolor, producto de nuestro arrepentimiento.
El vivir el momento presente, es dar el máximo de nuestra energía y actitud ante la vida para resolver las circunstancias aún más adversas y complejas.
El vivir el momento presente, es dar el máximo de nuestra capacidad de amar y actitud para ofrecer incondicionalmente nuestro apoyo y atención a nuestros seres queridos en los momentos más significativos.
Cuál es nuestro objetivo aspiracional en la vida?
¨Trabajar para vivir, y disfrutar de lo excitante que la vida nos otorga¨ ó ¨Vivir para trabajar, y desperdiciar la oportunidad que nos da la vida, marchitando nuestro interior producto de nuestro egoísmo¨
<<>>