martes, diciembre 06, 2011

El Desorden y el Conflicto

¿Cuál es la raíz del desorden? "El compararse con otro", "el compararse con lo uno debería ser, "imitar un ejemplo,"amoldarse": Siempre habrá un conflicto entre "lo que se es" y "lo que se debería ser" .

El hábito mecánico produce desorden, porque cuando la energía funciona siempre dentro de un límite estrecho, lucha por abrirse paso y esto constituye la esencia del conflicto.(Todo lo que es limitado genera desorden).

Cuando uno está en desorden es erróneo buscar el orden, porque la mente confusa, poco clara, al buscar el orden también estará confusa. Mientras que si investiga el desorden, si comprende el desorden en que vive y las causas del movimiento del desorden, en la comprensión misma de ello surge naturalmente el orden de manera fácil, dichosa y sin control.

Siempre hay un conflicto entre "lo que es" y "lo que debería ser".

Jiddu Krishnamurti

Reflexión:

Muchos podemos convencernos de que la vida no es fácil, y por eso mismo estamos inmersos en el caos y el desorden la mayor parte del tiempo; de origen en nuestro medio social prevalece que para poder sobresalir, hay que estar siempre en competencia; y casi en todos los ámbitos es esta constante comparación con alguien para poseer una referencia de valor personal. Por supuesto que al paso del tiempo al ir cediendo en esta concepción, comienzan nuestros conflictos internos, porque cuando carecemos de ese valor comparativo, descubrimos que en esa inducida y obsesiva búsqueda externa hemos perdido nuestro valor esencial. Y nos preguntamos si vale la pena compararnos o competir contra alguien para convencernos que somos valiosos?, acaso no es suficiente el hecho de que ya seamos como para depender de una referencia externa y ajena?, que por el hecho de que alguien se atreva a calificarnos ya por esa razón posea la verdad absoluta sobre nuestra integridad?, no es acaso absurdo depender de la opinión de alguien para saber si poseemos cierto valor humano?, porque permitimos que pisoteen nuestra dignidad o traten de calificarnos para asumir que somos valiosos?. Quién mejor que uno mismo para convencernos que somos únicos y que por el hecho de ya ocupar un lugar en este mundo ya dejemos de buscar comparaciones!.

Nada debemos demostrar, porque cada ser humano ha llegado a este mundo con un propósito, con una finalidad, por un cometido; esa es la razón principal de nuestra existencia, mucho perdemos el tiempo en obsesionarnos con competencias absurdas que están encaminadas a reafirmar algo llamado ¨Ego¨, y de ahí parte el conflicto, que confundimos la esencia con el ego. El ego es aquel agente que nos empuja a refirmar a todo momento: la personalidad, nuestras máscaras que utilizamos para cada situación en particular, es decir nuestras defensas contra las agresiones del exterior: los calificativos, las críticas, las opiniones, los reconocimientos, la aceptación, la pertenencia, los consejos, etc. Y esto por desgracia se convierte en un hábito, un alimento para sobrevivir en la convivencia diaria. Mientras que la esencia es aquella que descubrimos y alimentamos cuando estamos convencidos en nuestras propias facultades y potencialidades, cuando estamos ajenos y no dependemos del exterior, es nuestra particularidad, lo que nos hace únicos y valiosos. El ego se alimenta a través de la mente mientras que la esencia no depende de la mente para sobrevivir. Y de ahí parte el conflicto y el desorden. El ego necesita alimento externo, necesita de la competencia, de la comparación, de la reafirmación, de la dependencia exterior, es lo que pensamos, lo que debería de ser; mientras que la esencia es aquello independiente, libre: lo que es.

La premisa de todo ser humano es ya no depender de imitaciones y competencias de personalidad para valuar la esencia; comenzar a afirmarnos desde el interior, en lugar de perder el tiempo en buscar compararnos para sobresalir por encima de alguien. Debemos entender que cada ser humano es diferente y único por excepción, y el buscar algún tipo de comparación para reafirmar el ego, sólo nos llevará a la constante insatisfacción y pérdida inútil de energía. Somos ya valiosos por lo que somos y construimos de nuestro destino, no necesitamos de los calificativos ni dependencias de opinión, reconocimientos ni mucho menos competir contra agentes externos para comprobar lo que ya somos; la opinión, el reconocimiento y la competencia es hacia uno mismo, nuestra esencia. El crecimiento y evolución es hacia nuestra propia superación personal, cuando comprendamos que el desorden y el conflicto lo originamos con nuestros propios cuestionamientos internos.

¨Somos lo que proyectamos desde el interior hacia el exterior, más no lo que pretendemos ser del exterior para reafirmar nuestro interior!¨.