Estación
Cuando alguien llega a tú vida por una RAZÓN.... Es para llenar una necesidad que has expresado. Vienen a asistirte en alguna dificultad, a brindarte apoyo y orientación, a ayudarte físicamente, emocionalmente ó espiritualmente. Pueden parecer como caídos del cielo, y lo son, pues están ahí por la razón por la que los necesitas. Después, sin mayor problema, o inconvenientes hacen o dicen algo en donde la relación llega a su fin.
En ocasiones mueren, en ocasiones desaparecen de tú vida, en ocasiones te empujan a dejarlos, lo que debemos saber es que esa necesidad que teníamos ya no esta ahí. Nuestros deseos fueron cumplidos y el trabajo terminado. Tus peticiones han sido respondidas y es tiempo de seguir adelante.
Cuando las personas llegan a tú vida por una ESTACIÓN....... Es tú oportunidad y tiempo de compartir, crecer o aprender. Te traen una experiencia o te hacen reír. Te pueden enseñar algo que nunca has visto o hecho. Usualmente te traen una gran cantidad de alegría o porque no... de tristeza. Pero es solo por una ESTACIÓN. Y las relaciones de toda una vida. Enseñan lecciones para toda la vida, te ayudan a aprender, a construir emociones con fundamentos sólidos.
Reflexión:
Si la vida de por si es causal, es lógico pensar que todo cuánto nos ocurre en ella es producto de la causalidad, cada pensamiento y acción lleva consigo un propósito definido, el que no sepamos descifrarlo se refleja en base a un consecuencia inesperada o sorpresiva. De igual forma sucede con las personas que se cruzan en nuestro camino, desde nuestros padres, hermanos, familiares, amigos, compañeros, la pareja y finalmente los hijos. Todos y cada uno de ellos están destinados a dejarnos una enseñanza para un propósito particular. Los vínculos que se estrechen en cada uno de las personas cercanas a lo largo de nuestra existencia dependerá que tanto nos involucremos con ellos. Por regla general el ser humano necesita de la convivencia para exponerse y desarrollar su capacidad de desenvolvimiento, y explora su capacidad de conocerse a sí mismo. Si cada persona lleva consigo un propósito cuando nos involucramos, comienza ahí el desarrollo de los vínculos afectivos que determinarán la fortaleza del lazo emocional.
Pero y porque de pronto sin esperarlo llega esa persona que posee la capacidad de cambiarnos por completo la vida para bien o para mal?, Si tienen esta habilidad para sacarnos de nuestra rutina, porque de pronto desaparecen tan rápido como llegaron?, incluso están aquellas personas que penetran tan hondo en nuestro corazón que difícilmente podemos desprenderlas de nuestro recuerdo?, ya sea que nos hayan llenado un vacío que hasta entonces hayamos estado experimentando, y quizás su propósito era simplemente cumplir con ese cometido tan breve o amplio conforme nuestra necesidad de aprendizaje fuese necesaria. A veces podemos sentir que es injusto que cuando más nos llenaban de vida e iluminaban de alegría, súbitamente desaparecen experimentando incluso un mayor vacío antes de aparecer. La pérdida puede ser involuntaria o provocada por las circunstancias, ya sea un fallecimiento, una despedida o la ruptura del vínculo afectivo. A veces no podemos explicarnos porque deben marcharse aquellas personas que son necesarias para nuestro equilibrio mental y emocional. Por supuesto que un desprendimiento de tal naturaleza hacia alguien quién ya dábamos por hecho su compañía permanente es desconcertante. Quisiéramos que estuvieran en nuestra vida eternamente, porque nos están complementando la existencia, nos dan equilibrio, seguridad, alegría y tranquilidad; y no es fácil perderlo de pronto, llenándonos de amargura y nostalgia.
Quizás físicamente ya no estarán a nuestro lado, pero el grato recuerdo permanecerá por siempre en nuestro corazón, y tan sólo bastará una simple evocación para llenarnos de esa sensación de plenitud. Para bien o para mal sin importar el matiz de la experiencia el aprendizaje siempre será valioso; de igual forma no importa el tiempo de estadía en nuestra vida; ni mucho menos el nivel de convivencia; todo, absolutamente todo fue para ese propósito definido, Cuál?, el matiz es diverso: para ajustarnos una carencia, para reorientar un camino tortuoso y extraviado; para complementarnos emocionalmente; para evitar una decisión que afectará nuestra estabilidad; para llegar en el momento justo y advertirnos de algún suceso inesperado; o simplemente para hacernos entender lo importante que podemos ser al extraer nuestras mejores cualidades humanas. Ese el propósito principal: ofrecernos el valioso aprendizaje de comprender que en la vida no existen las casualidades, sino las causalidades, la causa de aspirar a ser cada vez mejores personas, porque estas experiencias a través de aquellos seres espaciales que se cruzan en nuestro camino, nos van preparando para que tarde o temprano se estacione aquel ser que cambiará definitivamente el rumbo de nuestra existencia y demostrarnos que no hay ser más perfecto y más esperado para complementarnos que aquel que habita en nuestro interior: nuestra propia individualidad aquella que puede ser nuestro peor enemigo o nuestro más infalible y leal amigo!.
En ocasiones mueren, en ocasiones desaparecen de tú vida, en ocasiones te empujan a dejarlos, lo que debemos saber es que esa necesidad que teníamos ya no esta ahí. Nuestros deseos fueron cumplidos y el trabajo terminado. Tus peticiones han sido respondidas y es tiempo de seguir adelante.
Cuando las personas llegan a tú vida por una ESTACIÓN....... Es tú oportunidad y tiempo de compartir, crecer o aprender. Te traen una experiencia o te hacen reír. Te pueden enseñar algo que nunca has visto o hecho. Usualmente te traen una gran cantidad de alegría o porque no... de tristeza. Pero es solo por una ESTACIÓN. Y las relaciones de toda una vida. Enseñan lecciones para toda la vida, te ayudan a aprender, a construir emociones con fundamentos sólidos.
Reflexión:
Si la vida de por si es causal, es lógico pensar que todo cuánto nos ocurre en ella es producto de la causalidad, cada pensamiento y acción lleva consigo un propósito definido, el que no sepamos descifrarlo se refleja en base a un consecuencia inesperada o sorpresiva. De igual forma sucede con las personas que se cruzan en nuestro camino, desde nuestros padres, hermanos, familiares, amigos, compañeros, la pareja y finalmente los hijos. Todos y cada uno de ellos están destinados a dejarnos una enseñanza para un propósito particular. Los vínculos que se estrechen en cada uno de las personas cercanas a lo largo de nuestra existencia dependerá que tanto nos involucremos con ellos. Por regla general el ser humano necesita de la convivencia para exponerse y desarrollar su capacidad de desenvolvimiento, y explora su capacidad de conocerse a sí mismo. Si cada persona lleva consigo un propósito cuando nos involucramos, comienza ahí el desarrollo de los vínculos afectivos que determinarán la fortaleza del lazo emocional.
Pero y porque de pronto sin esperarlo llega esa persona que posee la capacidad de cambiarnos por completo la vida para bien o para mal?, Si tienen esta habilidad para sacarnos de nuestra rutina, porque de pronto desaparecen tan rápido como llegaron?, incluso están aquellas personas que penetran tan hondo en nuestro corazón que difícilmente podemos desprenderlas de nuestro recuerdo?, ya sea que nos hayan llenado un vacío que hasta entonces hayamos estado experimentando, y quizás su propósito era simplemente cumplir con ese cometido tan breve o amplio conforme nuestra necesidad de aprendizaje fuese necesaria. A veces podemos sentir que es injusto que cuando más nos llenaban de vida e iluminaban de alegría, súbitamente desaparecen experimentando incluso un mayor vacío antes de aparecer. La pérdida puede ser involuntaria o provocada por las circunstancias, ya sea un fallecimiento, una despedida o la ruptura del vínculo afectivo. A veces no podemos explicarnos porque deben marcharse aquellas personas que son necesarias para nuestro equilibrio mental y emocional. Por supuesto que un desprendimiento de tal naturaleza hacia alguien quién ya dábamos por hecho su compañía permanente es desconcertante. Quisiéramos que estuvieran en nuestra vida eternamente, porque nos están complementando la existencia, nos dan equilibrio, seguridad, alegría y tranquilidad; y no es fácil perderlo de pronto, llenándonos de amargura y nostalgia.
Quizás físicamente ya no estarán a nuestro lado, pero el grato recuerdo permanecerá por siempre en nuestro corazón, y tan sólo bastará una simple evocación para llenarnos de esa sensación de plenitud. Para bien o para mal sin importar el matiz de la experiencia el aprendizaje siempre será valioso; de igual forma no importa el tiempo de estadía en nuestra vida; ni mucho menos el nivel de convivencia; todo, absolutamente todo fue para ese propósito definido, Cuál?, el matiz es diverso: para ajustarnos una carencia, para reorientar un camino tortuoso y extraviado; para complementarnos emocionalmente; para evitar una decisión que afectará nuestra estabilidad; para llegar en el momento justo y advertirnos de algún suceso inesperado; o simplemente para hacernos entender lo importante que podemos ser al extraer nuestras mejores cualidades humanas. Ese el propósito principal: ofrecernos el valioso aprendizaje de comprender que en la vida no existen las casualidades, sino las causalidades, la causa de aspirar a ser cada vez mejores personas, porque estas experiencias a través de aquellos seres espaciales que se cruzan en nuestro camino, nos van preparando para que tarde o temprano se estacione aquel ser que cambiará definitivamente el rumbo de nuestra existencia y demostrarnos que no hay ser más perfecto y más esperado para complementarnos que aquel que habita en nuestro interior: nuestra propia individualidad aquella que puede ser nuestro peor enemigo o nuestro más infalible y leal amigo!.
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