Cómo ser un Líder
1. Si usted tiene que encontrar defectos, esta es la manera de empezar
2. Cómo criticar y no ser odiado por ello
3. Hable primero de sus propios errores
4. A nadie le agrada recibir órdenes
5. Permita que la otra persona salve su prestigio
6. Cómo estimular a las personas hacia el elogio
7. Cría fama y échate a dormir
8. Haga que los errores parezcan fáciles de corregir
9. Procure que la otra persona se sienta satisfecha de hacer lo que usted quiere
Reflexion:
El liderazgo comienza desde uno mismo, no se puede pretender ser un líder ante los demás, cuando no se conoce plenamente las potencialidades que se poseen; y ante ese desconocimiento, lo único que emanamos es inseguridad, la cuál se oculta detrás de la prepotencia y la soberbia. Lo más importante es entender que los cambios substanciales deben emanar no de nuestro entorno exterior, sino del interior, de poco servirá pretender líderear en algún aspecto de nuestra vida, si primero no vemos hacia adentro, hacia nuestras inquietudes, hacia nuestros temores, remordimientos, culpas y demás sentimientos que nos impidan sentirnos realizados y seguros de nosotros mismos. El trabajar comprometidamente, aceptando con humildad que la superación personal debe ser constante para aceptar que somos seres perfectibles, que nunca habrá un límite para crecer y evolucionar tan alto como uno mismo se permita.
El liderazgo desarrolla en la persona, el sentido de autoestima en todos los aspectos de su personalidad: se experimenta ligereza, confianza, hiperactividad y un gran deseo de encarar la vida con valor y determinación, no un problema, sino un reto más para probarse a si mismo, porque un problema no es en sí un obstáculo, es una oportunidad más para aprender y madurar de la experiencia que se va acumulando en la cotidianeidad; simplemente se emana una energía que es captada por nuestro entorno social. Cuando se pretende llamar la atención para sentirse aceptado o vitoreado, refleja inseguridad producto de una baja autoestima, para ser reconocido al desear experimentar un sentido de pertenencia a cualquier costo. Un real liderazgo se refleja a través de la persona hacia el entorno y no del entorno hacia la persona. Y es aquella persona que no se vanagloria de su posición, cualesquiera que ésta sea, ni humilla por el hecho de estar al frente de una organización o grupo, y por lo mismo, no pasa por la dignidad de los demás para conseguir realizar sus ambiciones personales, ni mucho menos se reconoce así mismo como el triunfador de una empresa ignorando a aquellos quienes los impulsaron a lograr su meta o proyecto, o en su defecto se deslinda de toda responsabilidad cuando ha fracasado y lo reorienta hacia quienes integran su equipo de colaboradores.
El liderazgo es un ejemplo de superación, humildad e incondicionalidad, es aquella persona que por sus acciones congruentes y honestas, se convierte en un ejemplo a seguir, no le teme a los retos, no le teme a innovar, no le teme a los obstáculos, a las críticas; siente y sabe lo que desea lograr basado en su sentido visionario; se puede ser líder en cualquier área de la vida, en lo personal, en la familia, en la empresa, en la sociedad; cuando se ésta dispuesto a asumir las responsabilidades y consecuencias de sus decisiones y acciones, y esto se debe principalmente al nivel de autoconfianza que de sí mismo. No importa cuánto se ha sufrido por los errores del pasado, no importa cuantas veces se ha tropezado por decisiones equivocadas, no importa que tan caótico se encuentre actualmente nuestro entorno, no importa que aparentemente no haya algún gramo de esperanza, ni que tan sombrío se encuentre nuestro horizonte. Cuando hay voluntad y fe en sí mismo a toda prueba; en el momento que así lo decidamos, iniciaremos la escalada hacia la liberación de aquello que nos limita a no superarnos; porque en la vida hay que tomar decisiones, tarde o temprano hay que hacerlo, y que mejor que en este preciso momento; porque las oportunidades no siempre estará latentes, y por eso mismo, es momento de tomar esa decisión sin importar que tanto nos abrumen las dudas y la inseguridad, simplemente hay que atrevernos a hacer aquello que tanto hemos deseado y que por alguna circunstancia no hemos podido hacerlo; ahí comienza el liderazgo, en retomar el control de nuestra vida y orientándola hacia el sendero que nos lleve hacia la realización personal.
2. Cómo criticar y no ser odiado por ello
3. Hable primero de sus propios errores
4. A nadie le agrada recibir órdenes
5. Permita que la otra persona salve su prestigio
6. Cómo estimular a las personas hacia el elogio
7. Cría fama y échate a dormir
8. Haga que los errores parezcan fáciles de corregir
9. Procure que la otra persona se sienta satisfecha de hacer lo que usted quiere
Reflexion:
El liderazgo comienza desde uno mismo, no se puede pretender ser un líder ante los demás, cuando no se conoce plenamente las potencialidades que se poseen; y ante ese desconocimiento, lo único que emanamos es inseguridad, la cuál se oculta detrás de la prepotencia y la soberbia. Lo más importante es entender que los cambios substanciales deben emanar no de nuestro entorno exterior, sino del interior, de poco servirá pretender líderear en algún aspecto de nuestra vida, si primero no vemos hacia adentro, hacia nuestras inquietudes, hacia nuestros temores, remordimientos, culpas y demás sentimientos que nos impidan sentirnos realizados y seguros de nosotros mismos. El trabajar comprometidamente, aceptando con humildad que la superación personal debe ser constante para aceptar que somos seres perfectibles, que nunca habrá un límite para crecer y evolucionar tan alto como uno mismo se permita.
El liderazgo desarrolla en la persona, el sentido de autoestima en todos los aspectos de su personalidad: se experimenta ligereza, confianza, hiperactividad y un gran deseo de encarar la vida con valor y determinación, no un problema, sino un reto más para probarse a si mismo, porque un problema no es en sí un obstáculo, es una oportunidad más para aprender y madurar de la experiencia que se va acumulando en la cotidianeidad; simplemente se emana una energía que es captada por nuestro entorno social. Cuando se pretende llamar la atención para sentirse aceptado o vitoreado, refleja inseguridad producto de una baja autoestima, para ser reconocido al desear experimentar un sentido de pertenencia a cualquier costo. Un real liderazgo se refleja a través de la persona hacia el entorno y no del entorno hacia la persona. Y es aquella persona que no se vanagloria de su posición, cualesquiera que ésta sea, ni humilla por el hecho de estar al frente de una organización o grupo, y por lo mismo, no pasa por la dignidad de los demás para conseguir realizar sus ambiciones personales, ni mucho menos se reconoce así mismo como el triunfador de una empresa ignorando a aquellos quienes los impulsaron a lograr su meta o proyecto, o en su defecto se deslinda de toda responsabilidad cuando ha fracasado y lo reorienta hacia quienes integran su equipo de colaboradores.
El liderazgo es un ejemplo de superación, humildad e incondicionalidad, es aquella persona que por sus acciones congruentes y honestas, se convierte en un ejemplo a seguir, no le teme a los retos, no le teme a innovar, no le teme a los obstáculos, a las críticas; siente y sabe lo que desea lograr basado en su sentido visionario; se puede ser líder en cualquier área de la vida, en lo personal, en la familia, en la empresa, en la sociedad; cuando se ésta dispuesto a asumir las responsabilidades y consecuencias de sus decisiones y acciones, y esto se debe principalmente al nivel de autoconfianza que de sí mismo. No importa cuánto se ha sufrido por los errores del pasado, no importa cuantas veces se ha tropezado por decisiones equivocadas, no importa que tan caótico se encuentre actualmente nuestro entorno, no importa que aparentemente no haya algún gramo de esperanza, ni que tan sombrío se encuentre nuestro horizonte. Cuando hay voluntad y fe en sí mismo a toda prueba; en el momento que así lo decidamos, iniciaremos la escalada hacia la liberación de aquello que nos limita a no superarnos; porque en la vida hay que tomar decisiones, tarde o temprano hay que hacerlo, y que mejor que en este preciso momento; porque las oportunidades no siempre estará latentes, y por eso mismo, es momento de tomar esa decisión sin importar que tanto nos abrumen las dudas y la inseguridad, simplemente hay que atrevernos a hacer aquello que tanto hemos deseado y que por alguna circunstancia no hemos podido hacerlo; ahí comienza el liderazgo, en retomar el control de nuestra vida y orientándola hacia el sendero que nos lleve hacia la realización personal.
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