martes, abril 19, 2011

Riesgos

Hacer algo por alguien, es arriesgarse a involucrarse.
Expresar sentimientos, es arriesgarse a mostrar tu verdadero yo.
Exponer tus ideas y tus sueños, es arriesgarse a perderlos.
Reír, es arriesgarse a parecer un tonto.
Llorar, es arriesgarse a parecer un sentimental.
Amar, es arriesgarse a no ser correspondido.
Vivir, es arriesgarse a morir.
Esperar, es arriesgarse a la desesperanza.
Lanzarte, es arriesgarse a fallar.

Reflexion:

El correr o no correr riesgos hace que la vida sea excitante y vivificante, si de antemano sabemos que nuestra existencia se caracteriza porque en algún momento estamos envueltos en la disyuntiva de si asumimos o no un riesgo hacia un propósito definido. Y si de por si el experimentar nuestra vida día a día es un riesgo constante, que factores son los que nos hacen valorar si nos arriesgamos o no, y que otros nos dan la certeza si asumimos un riesgo, tengamos éxito?. Es complejo el saberlo. Hay quienes dicen que el que no arriesga no gana, pero también hay quienes dicen que el arriesgarse es generarse una serie de problemas que nos dificulten nuestra existencia. Tanto uno como otro conlleva a una serie de resultados favorables o no, pero lo más importante es entender que el mantenerse pasivo ante algo desconocido, también es una forma de riesgo, porque dejamos de actuar motivados quizás por los temores o los prejuicios, o simplemente por ignorar el origen del problema. Entonces, que decisión debemos tomar cuando de pronto estamos involucrados en una situación que debemos resolver?.

Por un lado, un nuevo empleo, una nueva relación, un nuevo proyecto, una nueva vida, o en su defecto concluir una relación que ya no tiene sentido de ser, renunciar a un empleo que ya no es satisfactorio para nuestro desarrollo profesional y humano, cambiar de estilo de vida, o un cambio radical de actitud hacia la vida cuando ésta nos hace sentir vacíos y rechazados, o dejar ir definitivamente de nuestros recuerdos a aquella persona especial que ya pertenece a otra realidad y a otro sendero; y muchos otros más factores que en algún momento aparecerán en nuestra vida. Toda acción lleva consigo una reacción o consecuencias; finalmente lo más importante es valorar con sumo cuidado y sobre todo conocimiento antes de tomar una decisión que puede cambiar o reorientar el sentido de nuestra vida, lo cuál nos llevará hacia la senda del éxito o del fracaso, al final de cuentas, lo que se debe valorar independientemente del resultado es el aprendizaje, pero sobre todo el habernos arriesgado a hacerlo y no reprimirnos por factores externos o internos.

La vida es un reto que se debe asumir con valor, determinación y conocimiento para visualizar el probable escenario al cuál nos enfrentaremos para eliminar de nuestro pensamiento todo tipo de recelo, inseguridad y temor; de esta forma sabremos corregir durante el proceso algún inconveniente indeseado y replantear el problema para visualizar alternativas que nos lleven hacia caminos seguros y claros. Cada vivencia siempre nos arrojará una experiencia, y eso es vivir plenamente la vida, por que de algo si debemos estar seguros, que los riesgos cuando se toman con estos factores deben ser tomados, porque el peligro más grande que podemos correr es no arriesgarnos a experimentar nuestras propias vivencias. Y si la vida es vivir, el riesgo es retraernos a la única oportunidad que tenemos para experimentarnos en un mundo donde sus límites se encuentran solamente en nuestro pensamiento, sobre todo cuando el pensamiento es gobernado por la apatía, la inseguridad y el temor; si el pensamiento es libre la vida se vuelve ilimitada, y si no hay nada que nos detenga tendremos amplias posibilidades de saber cuál es el principal propósito en nuestra existencia.