viernes, julio 03, 2009

Qué Clase de Ser Humano Soy?

En cierta ocasión en un día de campo, una familia departía muy alegre disfrutando de la convivencia, en eso uno de los niños se apartó con un vaso de agua en su mano para correr por el amplio campo donde corría un pequeño canal de agua proveniente de un lago cercano a la región, hasta posarse en una pequeña pero hermosa fuente decorada de pequeños delfines de mármol en cuya parte superior se encontraba un angelito también de mármol de donde emanaba agua creándose cascadas multicolores producto de los rayos del sol.

De pronto el pequeño se detuvo a escasos metros del canal donde se encontraba un anciano andrajoso y con la mirada perdida en el horizonte. El niño movido por su curiosidad se acercó con cierto recelo al decrépito anciano y le preguntó lo siguiente:

- Señor, perdone!, se encuentra bien? Porque está triste?

El anciano aún sin embargo, no se inmutó para contestarle al pequeño, quién nuevamente insistió:

Señor, porque no me contesta?, esta usted enfermo?, quiere que le llame a mi papá para que lo ayude?, a lo que el anciano balbuceando contestó sin mirar al pequeño:

Muchacho!, nadie me puede ayudar, mi problema es producto de mis errores cometidos a lo largo de mi vida.

El niño algo confundido y extrañado por el anciano siguió insistiendo:

-Pero señor porque dice que nadie lo puede ayudar? , a lo que el anciano replicó:

-Es muy simple hijo! Estoy meditando que clase de ser humano soy, y estoy llegando a la conclusión que nunca supe que desee con mi vida!.

El niño muy atento se sentó para seguir escuchando al conmovido anciano, quién continuó:

- Mira muchacho, en ocasiones actué como el vaso que tienes en tu mano, que retiene y que no da nada. Otras como este canal que da y no retiene y otras más como esa pequeña y hermosa fuente que crea, retiene y da. Lo único cierto es que hasta ahora comprendí que soy producto de estos tres ejemplos.

De repente, el anciano sin decir nada se levantó y se alejó perdiéndose en el horizonte, dejando al niño desconcertado.

Reflexión:

Esta significativa historia, nos lleva a reflexionar cuál es nuestra actuación diaria y como identificar sus contrastes, es decir, sus ventajas y desventajas: por ejemplo, a veces actuamos por la vida como seres humanos-vaso, cuya única ocupación es almacenar vivencias, experiencia y sabiduría, así como objetos de valor, posesiones y dinero. Pensando y creyendo en ocasiones que ya sabemos todo lo que hay que saber; tener todo lo que hay que tener; y consideramos además que nuestra labor ha terminado cuando hemos llegado al tope del almacenamiento. Ocasionando con ello que al quedar saturados, nos sentimos completamente saciados y egoístas, dejamos de compartir alegría, auxilio a las personas que nos rodean, y peor aún, dejamos de compartir nuestra sabiduría producto de nuestras experiencias personales y el conocimiento adquirido, nuestra esencia se transforma en algo estéril, algo que no aporta ya nada, es cuando la soberbia y el orgullo exacerbado nos invade, encapsulándonos en nuestros propios conceptos erráticos y cerrados, porque tememos derramarnos a la menor gota de conocimiento adicional, siendo muy frágiles e inseguros de nuestro potencial humano.

Por otro lado experimentamos a aquellos seres humanos-canal, cuando nos pasamos la vida haciendo y haciendo cosas a veces sin sentido, sólo por la ambición de producir, producir y producir. No estamos felices si no realizamos muchas actividades sociales y laborales y todas deprisa, sin perder si quiera un minuto de tiempo. Creemos estar al servicio de los demás, desgastándonos física y mentalmente sólo por el simple hecho de servir sin detenernos un instante a reflexionar si fuimos eficaces o no, mucha de las veces, aunque duele reconocerlo, ayudamos simplemente por ayudar, no porque necesariamente nazca de nosotros un sentimiento de filantropía, sino cuando poseemos una agobiante necesidad de saciarnos y llenar nuestro vacío existencial, al sentimos insatisfechos de nosotros mismos producto de nuestra neurosis, por lo que buscamos calmar nuestras carencias irrealizadas. Damos, damos y damos; pero no retenemos. Seguimos dando y aún así nos sentimos vacíos.
Y también podemos sentirnos seres humanos-fuente, verdaderos manantiales de vida. Con la capacidad de dar sin vaciarnos, de regar sin decrecer, de ofrecer nuestra agua sin temor a quedarnos secos. Incluso como aquellos que nos salpican 'gotitas' de amor, confianza y optimismo, iluminando con su reflejo nuestra propia vida. La fuente inagotable de Amor y sabiduría. Cuando estamos convencidos de nuestras capacidades y nos encontramos en paz con nosotros mismos, estamos en el camino de dominarnos y salir adelante, aún en los momentos de debilidad, angustía, dudas, incertidumbre, recelo, dolor, tristeza, rabia, enfermedad e impotencia; en nuestra calidad humana, será inevitable el no experimentar a lo largo de nuestra vida estos sentimientos, como seres humanos-vaso o canal; lo importante es desahogarlos rápidamente, no retener el dolor por mucho tiempo; ser como la fuente que constantemente está renovando su agua, le da movimiento y oxigenación.

Cuando evitamos llenarnos al tope de nuestro ego, o estancarnos en nuestra búsqueda del sentido real de la vida, es cuando nuestro interior comienza a inundarse de autoestima, seguridad y confianza, producto del reconocimiento de donde venimos, quienes somos y hacía donde vamos, los primeros dos son sencillos de deducir en base al estudio y juicio personal, el tercero es el resultado del constante análisis al término de cada jornada, en la reflexión íntima de nuestro pensamiento, para evaluar si realizamos a plenitud aquello que nos propusimos o experimentamos durante el día, para corregir cualquier error o duda cometido y tener una mejor actuación al día siguiente, y eso es Ser, actuando con libre albedrío, hacer y Ser lo que nazca de nuestro interior, sentirnos plenamente conscientes y desapegados de cualquier posible remordimiento o prejuicio, y actuar con esa autenticidad que caracteriza al ser humano: NO TEMER A DECIR LO QUE NOS INSPIRE EL MOMENTO, NO TEMER A SENTIR LO QUE NOS EMBARGA DE EMOCIÓN Y NO TEMER A ACTUAR LO QUE ANHELAMOS REALIZAR, porque quizás ese momento difícilmente se repetirá nuevamente; cada instante es único, y si no sabemos aprovecharlo, perderemos la oportunidad de experimentar aquello que la vida nos ofrece, y eso se traduce en Amor.

¨Si aceptamos que somos dueños de nosotros mismos, por lo tanto reconocemos que somos dueños de nuestros sueños y anhelos y así se develará ante nosotros nuestra misión personal; hacia donde vamos: la libertad de Ser¨.