Aciertos y Equivocaciones
No se equivoca el río cuando al encontrar una montaña en su camino, retrocede para seguir avanzando hacia el mar; se equivoca el agua que por temor a equivocarse, se estanca y se pudre en la laguna.
Las dificultades que se nos presentan en el diario vivir, dependen en mucho de nuestra Serenidad para mantener el control de nuestras emociones, Inteligencia para analizar la complejidad de estas y sobre todo de la Actitud que asumamos para enfrentarlas; cuando experimentamos una dificultad tan compleja como una montaña, el atacarla de frente puede resultar perjudicial sino contamos con los elementos y la experienca necesaria para superarla, por lo que tendremos que retroceder un poco para evaluar la dimensión del problema, analizando sus pros y contras, buscando soluciones alternativas, rodeando con inteligencia sobre sus puntos débiles, desvíandonos sólo parcialmente de nuestra trayectoria para sufrir el mínimo daño posible, y volver a retomar nuevamente nuestro camino hacia el mar de las oportunidades, lo importante es mantener una actitud positiva, asumirla como un reto más para evaluar nuestra fortaleza y determinación ante situaciones de riesgo. Sin embargo, si puede resultar perjudical cuando asumimos una actitud temerosa, indecisa, por el temor de equivocarnos en la toma de decisiones ante situaciones aparentemente novatorias o desconocidas, si nos dejamos llevar por nuestros impulsos, corremos el gran riesgo que por exceso de confianza salgamos lastimados y frustrados por subestimar su complejidad, o simplemente ante la duda o indecisión retrocedamos totalmente sin enfrentar el problema por la falta de valor, lo cuál estancaría nuestro avance hacia la consecusión de nuestras metas, terminando en la laguna de la incertidumbre pudriéndose nuestros sueños y anhelos por trascender.
No se equivoca la semilla cuando muere en el surco para hacerse planta; se equivoca la que, por no morir bajo la tierra, renuncia a la vida.
Nuestra existencia siempre estará matizada de dudas e indecisiones, eso es parte del sabor y chispa que la vida nos inyecta para tener la valiosa oportunidad de crecer y madurar, los seres humanos somos como semillas; el exterior es nuestro caparazón tan duro y áspero como nuestra dependencia hacia las mentiras, el engaño y las apariencias, y en el interior existe un cuerpo suave, el germen que contiene nuestra verdadera esencia trascendental, en espera para romper ese duro caparazón y germinar, para ello debemos enterrar nuestros temores y complejos del pasado entrando en contacto con la madre tierra que son sus elementos químicos esenciales, ablandará y asimilará todo lo perjudicial de nuestra personalidad, si poseemos en nuestro interior determinación y fuerza de voluntad para salir adelante aún cuando estemos sumergidos en la obscuridad de la incertidumbre, con nuestro espíritu de lucha romperemos sin problemas el caparazón y abriéndonos paso con valor y decisión sobre la opresión y la ignorancia, germirnándo así hacia la luz del conocimiento interno para que con ese nuevo resurgimiento retomemos de nuevo el camino pero ahora con mayor experiencia y lucidez, y mucho más fuertes interiormente para crecer tan alto como deseemos, para aspirar a recoger los frutos de nuestro esfuerzo y dedicación. Por el contrario, si nos mantenemos en el surco de la indecisión y la indiferencia al temer al cambio, y no tomemos la decisión de enterrar el pasado y nuestros temores, no sólo se pudrirá nuestro cascarón externo, sino también se secará nuestro interior por la falta de decisión para asumir la resposabilidad de hacer la diferencia, renunciando a la libertad de ser.
No se equivoca el pájaro que ensayando el primer vuelo cae al suelo; se equivoca aquél que por temor a caerse renuncia a volar por la seguridad del nido.
Cuantas veces hemos caido?, cuantas veces hemos tropezado?, cuantas veces nos hemos equivocado? Cuantas veces lo hemos intentado por el deseo de querer volar, de sentirnos libres y de sentirnos plenos? Cuantas veces, cuando logramos alzar el vuelo y experimentado parcialmente la libertad en las alturas, hemos caído tan estrepitósamente que el dolor ocasionado ha sido cruel y amargo?, Que importa cuántas veces nos equivoquemos, nunca debemos perder la esperanza de seguir intentndolo una y otra vez hasta lograrlo!, los sinsabores y vivencias dolorosas de la vida, no son para que las arrastremos eternamente ocasionandonos sólo dolor y remordimiento permanente, tenemos la capacidad de superar esos conflictos internos en base a voluntad y deseo por salir adelante, es importante entender que por muy dolorosas y traumáticas que hayan sido nuestras experiencias en el pasado, la mayoría de ellas fueron por circunstancias de la vida misma e incluso ajenas a nuestro deseo y control, no debemos sentirnos ni culpables ni avergonzados, es el proceso natural que la vida nos enfrenta para desarrollarnos mayor fuerza interior; debemos analizar que ese encadenamiento de vivencias nos han posicionado donde ahora nos encontramos! Que estamos en una etapa de la vida con mayor lucidez, mayor sensibilidad y madurez mental; quizás el tiempo esté en apariencia en nuestra contra y eso en realidad importa? Acaso no es más importante la edad mental que la cronológica?. Cada caída es un intento más en ese deseo por querer volar, por el deseo de ser diferente, de ser especiales, extra-ordinarios, ser líderes comenzando por nosotros mismos para trascender, debemos ser tenaces para evitar que el temor nos invada y terminemos renunciando a nuestro deseo de volar, por que la libertad tiene cierto precio, y sólo por eso vale la pena arriesgarse a intentarlo una y otra vez, vale más morir en el intento que vivir en el arrepentimiento!
No se equivoca quién ensaya distintos caminos para alcanzar sus metas; se equivoca aquél que por temor a equivocarse nunca acciona.
Cómo saber cuál es el mejor camino, el más corto y más breve para lograr nuestras metas trazadas?, el mejor camino puede ser el que sea guiado por nuestra intuición la cuál se desarrolla con la experiencia, y la experiencia se logra en base a vivencias, y las vivencias son el atreverse a vivir cada uno de nuestras etapas diarias sin detenernos, si proyectamos nuestra mente hacia el futuro, hacia la meta final, corremos el riesgo de obsesionarnos si le imponemos un tiempo definido con cierta rigidez de consecución y sin posibilidad de tolerancia. Es importante establecer metas con objetivos claros, pero también debemos considerar que aún con una excelente planeación en tiempo y forma que establezcamos, no estamos libres de situaciones inesperadas, que aún cuando no es una regla general, si debemos tomarlo en cuenta para que la ansiedad no se apodere de nosotros al acercarse los tiempos trazados, y las metas se tornen inconclusas, truncando algún proyecto de vida importante, ocasionándonos temor y dejando de accionar nuestro ritmo de vida. El camino no es ni corto ni largo, simplemente el camino es aquel que vamos trazando día con día sin obsesionarnos por el factor tiempo, todo tiene su momento, y el momento adecuado es cuando estamos preparados para ello, y que vamos construyendo en base a paciencia y disciplina.
Se equivocan aquellos que no aceptan que ser libre es buscarse a sí mismo cada día, sin encontrarse nunca plenamente.
Nuestras actividades cotidianas, nos dejan poco o nulo tiempo para nuestro análisis interno, aunado a que, cuando en el silencio de la soledad libre de influencias externas, de pronto nos invade la ansiedad y el remordimiento cuando una voz interna comienza a emerger y nuestra primera reacción es buscar inmediatamente un medio distractor para evadirnos! encendemos el televisor, el estereo o simplemente nos dormimos; porque sucede esto?, porque esas reacciones ante esa inquietante voz que nos trastorna o nos confunde? Se deberá quizás a que al no saberla interpretar la acallemos bruscamente? Mucho de esto se debe a que estamos condicionados por todo tipo de influencias externas, para fomentarnos tendenciosamente cierto perfeccionamiento estético y conductual para ser aceptados en la sociedad!, no debemos temer lo que somos, es importante ser auténticos sin dobles máscaras, ni simulando lo que en realidad no somos por el deseo de impresionar a alguien, ni dejarnos arrastrar por las apariencias y etiquetas sociales inducidas, que evalúan nuestro valor en base popularidad y posesiones materiales, haciendo a un lado el valor interno que poseemos!, el ser diferente es desarrollar la confiaza plena y amor a uno mismo para no caer en la tentación de las apariencias, el conocimiento de nuestra esencia es primordial para saber porque nos sentimos a veces tristes, agobiados, confundidos, desesperados, sumidos en la depresión o molestos; porque no poner en práctica al final de la jornada una evaluación personal?, realizando una introspección para identificar el origen de nuestros problemas, nuestras inquietudes y anhelos!, siendo honestos y justos en esa autoevaluación, aceptando sin remordimiento alguno nuestros errores, sin culparnos o agrediendo nuestra dignidad, asumir la responsabilidad de nuestros actos y en ese punto de partida comenzar a trabajar en eliminar gradualmente aquello que nos molesta y potencializar aquello que amamos de nosotros mismos y que deseamos demostrar!, en la medida en que nos disciplinemos en autoevaluarnos y seamos plenamente conscientes de cada uno de nuestras acciones diarias, en analizar, controlar y dominar nuestros impulsos, nos dotará de autocontrol y conocimiento pleno de quienes somos en realidad, dejando de sentir culpa o remordimiento por el pasado u obsesionándonos por el futuro, el momento presente es vital, con plena conciencia y dominio de nuestras emociones, amando cada instante lograremos gradualmente liberarnos de todo prejuicio o complejo por demostrar el auténtico valor que poseemos como seres humanos, siempre con una actitud positiva ante la vida, aún ante situaciones adversas que amenzan con trastornar nuestro equilibrio emocional y mental.Al final del camino no te premiarán por lo que encuentres, sino por aquello que hayas buscado honestamente.
Porque invariablemete al final del camino, el mejor premio es haber asumido la responsabilidad de controlar nuestras acciones; aceptar que en nuestra condición como seres humanos imperfectos cometemos errores y aciertos, que aún cuando la vida no haya sido como la esperábarmos, no significa que ya nos resignamos a nuestra suerte, que aún poseemos la fortaleza necesaria que alimentamos día a día para seguir luchando incansablemente con disciplina y determinación; que aún cuando nos ivaden momentos de dolor, agobio e incertidumbre, tenemos la plena libertad de desahogarnos para limpiar nuestro interior, porque en el dolor encontramos la fortaleza y la claridad para seguir alimentando nuestro deseo por superarnos; porque hemos aprendido que el tiempo nunca se pierde, lo perdemos cuando asumimos que nuestra actitud se ha vencido y dejamos de luchar; porque las experiencias son escalones que nos proporcionan madurez y sabiduría, que van elevando nuestra conciencia con un pensamiento renovado para aspirar hacia la libertad interior; que las experiencias dolorosas cuando las canalizamos positiva y constructivamente, en lugar de autodestruirnos, nos sensibilizan haciéndonos más humanos y diligentes con el ser en desgracia; porque en nuestras acciones hacemos todo lo posible por entregar lo mejor de nosotros mismos sin esperar nada a cambio, simplemente por el placer de hacerlo; porque en esa entrega se desarrolla conocimiento de nuestra capacidad de servir, y como recompensa la satisfacción de ayudar, obteniendo con ello amistad y gratitud; porque al final del camino habremos comprendido que al entregar lo mejor de nosotros, da como consecuencia, valorarnos, aceptarnos y amarnos a nosotros mismos, porque en esa medida seremos valorados, aceptados y amados, y habremos cumplido con la mayor satisfacción que el ser humano pueda aspirar, manifestar el Don que Dios nos otorgó: la capacidad de Perdonar y Amar!.
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