El Aguila y la Serpiente
En el interior de cada persona se libra una gran batalla. Por un lado se encuentra el águila que asciende. Todo lo que el águila representa es la libertad, el poder y la determinación de elevarse a las alturas y llegar siempre a la cima, esta se eleva muy por encima de las nubes y aún cuando cae en picada hacia los valles, construye su nido en los riscos verticales de las montañas.
El águila se alimenta de esfuerzo y entrega, forma también parte de su instinto el sacrificio y la lucha. Está acostumbrada a soportar privaciones y logra con su instinto de supervivencia superar las duras pruebas que el destino le impone.
Nunca se derrota y está siempre dispuesta a intentarlo, con su prodigiosa visión ubica a su probable víctima, que con gran velocidad y segura de sus capacidades caza para sobrevivir.
Un ave sin duda que en la soledad encuentra su poder y grandeza, en las alturas se conecta con lo más elevado de su espíritu, con la capacidad de renovarse cuando su cuerpo esta deteriorado, y alargar aún más su existencia, guiada por su propio instinto de supervivenvia.
En el otro polo de nuestro interior se encuentra la escurridiza serpiente. Este engañoso reptil representa el lado oscuro de la vida. La serpiente se alimenta de la debilidad y descuido de sus víctimas, antes de atacarlas, las acecha ocultándose y aprovechando el mínimo descuido para que en la menor oportunidad, atraparlas con su prodigiosa habilidad y centelleante velocidad, inyectándole su letal veneno y posteriormente asfixiarlas con su poderoso cuerpo para finalmente devorarlas, aún cuando tiene la desventaja de que puede sufrir múltiples heridas mientras agoniza su víctima, la cuál lucha hasta el final hasta sucumbir por la asfixia, la serpiente es un reptil muy escurridizo que constantemente se oculta y deambula solitaria.
Ambas especies poseen prodigiosas cualidades, sin embargo representan los dos polos del ser humano.
Por un lado el Aguila al habitar en las alturas, en la cima, representa nuestros aspectos espirituales, nuestras más elevadas aspiraciones, la libertad para tomar nuestras propias decisiones, guiados por nuestro instinto de supervivencia. La existencia solitaria del Aguila, representa ese aspecto necesario del ser humano, buscar sus momentos de soledad para re-encontrarse así mismo en la instrospección, con la finalidad de autoevaluarse al final de la jornada, y corregir sus posibles errores, aprender de ellos y reinventarse, adquiriendo mayor destreza para alcanzar un nuevo objetivo con un sentido visionario, y así renovarse ante las adversidades del destino producto de la pesadez del agobio y las cargas ante los problemas cotidianos, con la determinación y confianza en sus facultades para afrontarlos sin temor para regenerar su espíritu de lucha con mayor ímpetu y fortaleza para aspirar a conquistar nuevas cumbres, nuevos retos.
Por el otro lado, la Serpiente al habitar en la tierra, representa nuestros aspectos terrenales, a la crudeza de una sociedad en decadencia de sus valores morales, el apego a todo lo superficial, a las apariencias, a la obsesión por las posesiones materiales, al desapego espiritual, siendo a veces muy escurridizos cuando los problemas nos agobian y no poseemos la confianza necesaria para enfrentarlos, en la lucha constante de poder nos aprovechamos de la debilidad y descuido de las personas para obtener a toda costa el éxito y el reconociento popular que satisfaga nuestro ego, y no conformes con ello, inyectamos nuestro letal veneno de la envidia y la soberbia atacando sin piedad a quien esta en la cima, deseando lo que no nos pertenece, siendo implacables hasta asfixiarlo escapando sigilosamente, lo cuál es una clara evasión de nuestras resposabilidades al temer enfrentarnos a nosotros mismos, arrástrando nuestros vicios.
La pregunta es: ¿Cuál de las dos aspectos ganará la batalla por nuestra vida?
Cómo no dejarnos arrastrar por el deseo inefable de alcanzar el éxito sin dañar la dignidad de las personas que se cruzan en nuestro camino? ó Cómo lograr nuestra libertad de Ser cuando al desear estar en las alturas, perdemos el sentido concreto de la vida al abstraernos excesivamente hacia una realidad alterna como un mecanismo de evasión por los problemas que nos agobian?
En nuestra reflexión personal debemos encontrar el equilibrio que nos permita ser consistentes en nuestras metas a alcanzar, ambos aspectos se encuentran presentes en nuestra existencia, lo importante es desarrollar las cualidades positivas de las dos especies: por un lado las cualidades de la Serpiente: el apego terrenal que nos da la percepción de la realidad en la que vivimos, el ser sigilosos y cautelosos antes de realizar una acción, y el sentido constante de alerta ante posibles riesgos que se nos presenten en la vida cotidiana; y por el otro lado las cualidades del Aguila: En su sentido de elevación, nos lleva a alimentar nuestros aspectos espirituales: pero cuáles son estos?
Es el desarrollo de nuestras capacidades innatas: la inteligencia para discernir una idea; el razonamiento para comprender la naturaleza de las cosas que nos rodean; el control de nuestras emociones para gobernar nuestros instintos, y así lograr potencializar nuestra intuición, que nos guíe hacia caminos más certeros y seguros, confiando en nuestra voz interna y actuar en consecuencia sin temor alguno a equivocarnos.
Todo ello encaminado a lograr paulatinamente la libertad de Ser, liberarnos de la incertidumbre, de los temores, evitando así el ser evasivos y escurridizos, a no defraudar la confianza de quién nos la deposita, no humillar a quién en apariencia consideremos débil, no apegarnos excesivamente a lo material, dejando a un lado nuestro equilibrio y alimento interno.
En que se fundamenta el éxito de la vida? De que nos sirve tenerlo todo económica o materialmente cuando nos sentimos vacíos e insatisfechos por dentro?, o por el contrario, de que nos sirve hablar de espiritualidad, de ideales sublimes, cuando internamente evadimos la realidad ante nuestras responsabilidades básicas de supervivencia y convivencia familiar y social?
El Equilibrio lo podremos lograr conciliando nuestra dualidad:
Nuestros aspectos espirituales, lo que sólo percibimos y sentimos; y los terrenales, las posesiones y logros materiales.
Y Entre lo concreto: la realidad que nos rodea y experimentamos; y lo abstracto: nuestros anhelos, ideales y aspiraciones a alcanzar.
La verdadera batalla comienza cuando estamos dispuestos a crecer y trascender en la vida!
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