viernes, julio 03, 2009

Mirando al Cielo

Buscó al anciano en todas partes y finalmente lo descubrió cerca del río. Éste estaba tumbado y como en éxtasis mirando al cielo.

'¿Qué haces?' - le preguntó preocupado el muchacho.

'Observo la naturaleza' - repicó el viejo. 'Siento el sol, escucho el agua y veo las nubes'.

'¿Y por qué haces esto?' - quiso saber el muchacho.

'Porque es la mejor manera de eliminar el polvo interior' - fue la respuesta.

'Me temo que no lo entiendo' - dijo el muchacho.

El hombre se levantó, respiró profundamente y declaró:

'Cada ser humano lleva dentro de sí una gran sabiduría, pero nadie encuentra este viejo tesoro ya que está cubierto por montañas de sufrimiento. Pero cuando uno aprende a eliminar los escombros de la aflicción y del dolor, las nieblas se levantan y se puede ver cómo brilla el tesoro de la luz del sol. Las heladas lágrimas de la vida desaparecen y la sabiduría y la bienaventuranza despertarán'.

Después de callar por unos instantes instó al muchacho:

'¡Mira al cielo! ¿Puedes ver el sol?'

'No,' - repuso el muchacho - 'no veo más que nubes'.

'¿Y dónde está el sol?' - insistió el viejo.

'Está detrás del las nubes' - fue la respuesta. Entonces el viejo explicó:

'Incluso cuando las nubes ocultan el sol, no son capaces de retener su luz y calor. Considera ahora a las nubes como los escombros y al sol como la sabiduría'.

Reflexión

Al encontrarnos en una sociedad agobiada por la incertidumbre y el temor que genera la ola de violencia, los secuestros y la inseguridad que impera en nuestro medio, y exaltada por los medios de comunicación, hace que nuestra existencia este plagada de nubarrones que ofusquen nuestro entendimiento del verdadero valor que la vida posee y que nos puede ofrecer. Y si a esto aunamos nuestros problemas existenciales, como son: el aspirar a experimentar una vida placentera sin sobresaltos, sin enfermedades o angustias económicas y con una familia consolidada. Estos pensamientos en su conjunto son y han sido parte integral de nuestra cotidianeidad y que nos tienen inmersos en constantes preocupaciones y sobresaltos.

Pero alguna vez ante tal Caos, hemos hecho una pequeña pausa en nuestro frenético andar?

Nos hemos otorgado el tiempo suficiente para mirar hacia el firmamento y disfrutar de la naturaleza que nos rodea?

Por desgracia la mayor parte de nuestro tiempo se consume en vivirlo aceleradamente, siempre con prisas, por llegar temprano al trabajo, llevar a los hijos a la escuela e incluso asistir a la universidad, comiendo deprisa sin degustar los alimentos, molestarnos e irritarnos por el excesivo tráfico, para que al final de la jornada ya exhaustos y malhumorados descarguemos en ocasiones un mal día en nuestros seres queridos con indiferencia, rechazo o reprimendas excesivas, desatendiendo a la pareja o evitando escuchar al amigo en problemas: sólo deseamos terminar la pesadilla de un día más que forma parte de una agobiante rutina. Todo ello nos llena de polvo que opaca nuestra espontaneidad y alegría de vivir.

La vida es más que eso, es más que la simple existencia que nos forjamos a través de una rutina implementada por nosotros mismos encaminada a consolidar una posición económica o social!. La vida detrás de esos nubarrones encierra el complemento ideal que necesitamos para aspirar a darle equilibrio a nuestras emociones, a lograr autocontrol y serenidad para enfrentar con un mejor juicio y certeza los retos que se nos presentan día con día, el observar el firmamento, escuchar los sonidos de la naturaleza, oler las fragancias emanadas del bosque, degustar el rocío del agua de lluvia y sentir el suave susurro del viento que cubre nuestro rostro, estas sensaciones potencializan nuestros sentidos, lo cuál nos proporciona la claridad y lucidez mental para aprender que en la armonía de la naturaleza se desarrolla la armonía interior y con esa certeza y seguridad podamos eliminar las nubes de la duda existencial, la frustración, el recelo, la envidia, el rencor y el odio que ocultan nuestro potencial, nuestras facultades que son los instrumentos necesarios para consolidar con mayores posibilidades de éxito nuestra empresa personal, eliminando gradualmente nuestros escombros para descubrir esa pequeña luz que nos inyecte claridad de pensamiento y esperanza a fin de experimentar una vida más plena y con mayor determinación enfocándola a realizar todo aquello que anhelamos.

¨Eliminar el polvo y las nubes del pensamiento, amplia el horizonte de nuestras posibilidades¨