Conocimiento y Sabiduría
Los discípulos preguntaron al sabio maestro:
- ¿Qué diferencia hay entre conocimiento y sabiduría?
El prudente y experimentadomaestro se limitó a observar la naturaleza, y añadió:
- Cuando el pájaro construye su nido en la selva, ocupa una sola rama. Porque no tiene vacíos.
Cuando el siervo va a abrevar al río, bebe sólo el agua que puede acumular en su barriga porque no tiene vacíos.
El hombre se empeña en amontonar porque hay un vacíoen su mente y espíritu; y entonces trata de llenarlos. Al concluir el mismo maestro preguntó:
- ¿Qué diferencia hay entre conocimiento y sabiduría?Un discípulo se animó a comentar:
- El conocimiento sin sabiduría es un faro sin luz.El maestro replicó:- Tú lo has dicho.
Reflexión:
El conocimiento es todo aquello que descubrimos a través de los eventos que experimentamos día con día, de las experiencias que observamos y analizamos en otros seres humanos, de la cultura que nos proporciona la lectura a través de libros o biografías de personajes importantes, y todo aquello que ocurre en nuestro entorno a través de los medios de comunicación masiva, todo este cúmulo de información lo registra nuestra memoria, la cuál es la encargada de almacenar este conocimiento que se origina a cada instante, quedando en los recuerdos el pasado, y que casi en su totalidad la utilizamos como fundamento en nuestro actuar diario como antecedentes de vivencias tanto propias como ajenas y que usamos como referencias para obtener resultados semejantes o para ¨prevenirnos¨ de cometer un posible error ante una situación inesperada.
Sin embargo el conocimiento solamente es el descubrimiento de aquello que ya existe en nuestra naturaleza y que esta regido por un orden universal, donde el ser humano no posee la cualidad de crear lo que ya existe en el universo, y que gradualmente ha ido develando conforme evoluciona en su capacidad de razonamiento y análisis producto de una constante búsqueda por saciar su sed de conocimiento ante su angustia que le produce aquello que aún desconoce, generándole incertidumbre ante los sucesos venideros y que aún están fuera de su alcance y que le genera un vacío existencial.
La Sabiduría en cambio, es aquella habilidad innata que posee todo ser viviente, y que lo hace actuar por instinto, en el ser humano es una habilidad que se desarrolla con la aplicación de la inteligencia en la experiencia propia, en el diario vivir y experimentar, obteniendo conclusiones que nos dan un mayor entendimiento de nuestras propias reacciones y acciones que efectuamos ante la diversidad de situaciones que se nos presentan en la vida, y que a su vez nos capacitan para reflexionar, sacando conclusiones que nos dan discernimiento de la verdad, de lo que consideremos como bueno y malo y que van depurando y formando en nuestra personalidad.
Y que sucede con los animales?, cuyo comportamiento y actividad instintiva es producto de una habilidad innata provista por un orden desconocido y que los hace actuar con tanta exactitud y eficiencia y que son más sabias que aquellos que se dicen sabios, como las hormigas que son insectos con su capacidad de organización para defenderse de los intrusos y que guardan comida en el verano, para tener suficiente en el invierno. Y sin embargo en estos seres no hay vacío existencial, simplemente obedecen a sus propio instinto de supervivencia. En cambio, el ser humano ante la gradual pérdida de sus instintos con el paso de los años y su dependencia hacia los avances científicos, ha descuidado en gran medida su capacidad de asombro y análisis del entorno que le rodea, ha dejado de prestarle atención a sus emociones y reacciones internas, pocas veces observa al firmamento y reflexiona, pocas veces disfruta de lo simple y sencillo que existe en la naturaleza, en la excelsa armonía que gobiernan a los seres vivos que él considera inferiores por el supuesto hecho de que carecen de pensamiento y conciencia, cuando en realidad quién carece de un verdadero pensamiento y real conciencia es el mismo ser humano, un pensamiento humanista que aporte algo constructivo y creativo en el medio en el que se desenvuelve partiendo de un crecimiento interno para liberarse de prejuicios, de vicios, y de envidias y que le proporcionen una sensación de libertad y en una real conciencia de lo que existe en su entorno, respetando lo creado, y no destruyéndolo por el afán de poseer sólo para alimentar su ego, y sentirse por encima de los demás, cuando lo único que demuestra con ello es ese gran dolor que el vacío le produce por su falta de conocimiento y aceptación de sí mismo como parte integral del ciclo de la vida.
Puede poseer gran conocimiento y una vasta cultura, pero si esa información es adquirida por experiencias ajenas, lo único que alimentará es esa sensación de agobio y vacío, en su vida no habrá consistencia, sólo insatisfacción y un enorme deseo de autodestrucción y aislamiento; en cambio existen aquellos seres que sin poseer un mínimo nivel de preparación o nula cultura, son considerados sabios por el simple hecho de experimentar la vida día a día sin reservas, simplemente siguiendo sus instintos y experiencias basadas en su actuar cotidiano y que le proporcionan esa destreza para sortear la vida en base a ese innato discernimiento lo que le dota de un grado superior de equilibrio, autocontrol y evolución de sus procesos internos, logrando un mejor control de sus emociones y aplicando ese conocimiento ¨salvaje¨ o adquirido para comprender el real sentido de lo que el mundo le representa en su diario existir, en base a un pensamiento puro de humanismo y respeto no sólo en él sino en su prójimo y en la naturaleza que le rodea, al descubrir la perfecta armonía que le gobierna y que es sin duda la manifestación de aquello que consideramos omnipotente.
En la medida que el ser humano descubre nuevo conocimiento de su entorno más dudas se generarán en él y de ahí nace esa sensación de vacío, un insatisfacción interminable y atemporal, pero a medida en que se descubra a sí mismo y vaya despojándose de esa necia necesidad de poseer, nacerá en él una sensación de plenitud, ya el tiempo no lo gobernará, su pensamiento estará sumergido en desarrollar al máximo sus facultades para lograr gradualmente la libertad, no en base a conocimiento ajeno sino al develarse a sí mismo para identificar aquello que lo reprime ante la sociedad y le evita mostrarse tal cuál desea ser, y así comenzar a vivir de acuerdo a sus propias reglas y su libertad de expresarse con sus propias vivencias, lo que le conduce a ver incluso las adversidades como expresiones positivas de un mundo armónico, basado en su inteligencia y capacidad de razonamiento para utilizar el conocimiento como instrumento para dominar las situaciones a su favor; el conocimiento lo debemos basar en mayor proporción a nuestras experiencias vivenciales, experimentando momento a momento con el máximo de atención de nuestras acciones antes de ejecutarlas, para lograr cada vez mayor autocontrol y visión de las posibles consecuencias de nuestros actos y así comenzar a tomar el control de nosotros mismos, despojándonos de prejuicios producto de nostalgias pasajeras o agobiarnos de incertidumbres futuras, cada vivencia es nueva e irrepetible, y así es como debemos abordar cada una de las complejidades que se nos presenten con nuevas acciones, ahí comienza así el nacimiento de la sabiduría, lo que en carne propia experimentamos y aprendemos de nosotros mismos, de momentos renovadores y propios, de nuestra propia historia y renovador crecimiento interno.
La mayor sabiduría que existe es conocerse a uno mismo.
La ciencia es conocimiento organizado. La sabiduría es vida organizada.
El que sabe amar, es el que sabe más.
Reflexión:
El conocimiento es todo aquello que descubrimos a través de los eventos que experimentamos día con día, de las experiencias que observamos y analizamos en otros seres humanos, de la cultura que nos proporciona la lectura a través de libros o biografías de personajes importantes, y todo aquello que ocurre en nuestro entorno a través de los medios de comunicación masiva, todo este cúmulo de información lo registra nuestra memoria, la cuál es la encargada de almacenar este conocimiento que se origina a cada instante, quedando en los recuerdos el pasado, y que casi en su totalidad la utilizamos como fundamento en nuestro actuar diario como antecedentes de vivencias tanto propias como ajenas y que usamos como referencias para obtener resultados semejantes o para ¨prevenirnos¨ de cometer un posible error ante una situación inesperada.
Sin embargo el conocimiento solamente es el descubrimiento de aquello que ya existe en nuestra naturaleza y que esta regido por un orden universal, donde el ser humano no posee la cualidad de crear lo que ya existe en el universo, y que gradualmente ha ido develando conforme evoluciona en su capacidad de razonamiento y análisis producto de una constante búsqueda por saciar su sed de conocimiento ante su angustia que le produce aquello que aún desconoce, generándole incertidumbre ante los sucesos venideros y que aún están fuera de su alcance y que le genera un vacío existencial.
La Sabiduría en cambio, es aquella habilidad innata que posee todo ser viviente, y que lo hace actuar por instinto, en el ser humano es una habilidad que se desarrolla con la aplicación de la inteligencia en la experiencia propia, en el diario vivir y experimentar, obteniendo conclusiones que nos dan un mayor entendimiento de nuestras propias reacciones y acciones que efectuamos ante la diversidad de situaciones que se nos presentan en la vida, y que a su vez nos capacitan para reflexionar, sacando conclusiones que nos dan discernimiento de la verdad, de lo que consideremos como bueno y malo y que van depurando y formando en nuestra personalidad.
Y que sucede con los animales?, cuyo comportamiento y actividad instintiva es producto de una habilidad innata provista por un orden desconocido y que los hace actuar con tanta exactitud y eficiencia y que son más sabias que aquellos que se dicen sabios, como las hormigas que son insectos con su capacidad de organización para defenderse de los intrusos y que guardan comida en el verano, para tener suficiente en el invierno. Y sin embargo en estos seres no hay vacío existencial, simplemente obedecen a sus propio instinto de supervivencia. En cambio, el ser humano ante la gradual pérdida de sus instintos con el paso de los años y su dependencia hacia los avances científicos, ha descuidado en gran medida su capacidad de asombro y análisis del entorno que le rodea, ha dejado de prestarle atención a sus emociones y reacciones internas, pocas veces observa al firmamento y reflexiona, pocas veces disfruta de lo simple y sencillo que existe en la naturaleza, en la excelsa armonía que gobiernan a los seres vivos que él considera inferiores por el supuesto hecho de que carecen de pensamiento y conciencia, cuando en realidad quién carece de un verdadero pensamiento y real conciencia es el mismo ser humano, un pensamiento humanista que aporte algo constructivo y creativo en el medio en el que se desenvuelve partiendo de un crecimiento interno para liberarse de prejuicios, de vicios, y de envidias y que le proporcionen una sensación de libertad y en una real conciencia de lo que existe en su entorno, respetando lo creado, y no destruyéndolo por el afán de poseer sólo para alimentar su ego, y sentirse por encima de los demás, cuando lo único que demuestra con ello es ese gran dolor que el vacío le produce por su falta de conocimiento y aceptación de sí mismo como parte integral del ciclo de la vida.
Puede poseer gran conocimiento y una vasta cultura, pero si esa información es adquirida por experiencias ajenas, lo único que alimentará es esa sensación de agobio y vacío, en su vida no habrá consistencia, sólo insatisfacción y un enorme deseo de autodestrucción y aislamiento; en cambio existen aquellos seres que sin poseer un mínimo nivel de preparación o nula cultura, son considerados sabios por el simple hecho de experimentar la vida día a día sin reservas, simplemente siguiendo sus instintos y experiencias basadas en su actuar cotidiano y que le proporcionan esa destreza para sortear la vida en base a ese innato discernimiento lo que le dota de un grado superior de equilibrio, autocontrol y evolución de sus procesos internos, logrando un mejor control de sus emociones y aplicando ese conocimiento ¨salvaje¨ o adquirido para comprender el real sentido de lo que el mundo le representa en su diario existir, en base a un pensamiento puro de humanismo y respeto no sólo en él sino en su prójimo y en la naturaleza que le rodea, al descubrir la perfecta armonía que le gobierna y que es sin duda la manifestación de aquello que consideramos omnipotente.
En la medida que el ser humano descubre nuevo conocimiento de su entorno más dudas se generarán en él y de ahí nace esa sensación de vacío, un insatisfacción interminable y atemporal, pero a medida en que se descubra a sí mismo y vaya despojándose de esa necia necesidad de poseer, nacerá en él una sensación de plenitud, ya el tiempo no lo gobernará, su pensamiento estará sumergido en desarrollar al máximo sus facultades para lograr gradualmente la libertad, no en base a conocimiento ajeno sino al develarse a sí mismo para identificar aquello que lo reprime ante la sociedad y le evita mostrarse tal cuál desea ser, y así comenzar a vivir de acuerdo a sus propias reglas y su libertad de expresarse con sus propias vivencias, lo que le conduce a ver incluso las adversidades como expresiones positivas de un mundo armónico, basado en su inteligencia y capacidad de razonamiento para utilizar el conocimiento como instrumento para dominar las situaciones a su favor; el conocimiento lo debemos basar en mayor proporción a nuestras experiencias vivenciales, experimentando momento a momento con el máximo de atención de nuestras acciones antes de ejecutarlas, para lograr cada vez mayor autocontrol y visión de las posibles consecuencias de nuestros actos y así comenzar a tomar el control de nosotros mismos, despojándonos de prejuicios producto de nostalgias pasajeras o agobiarnos de incertidumbres futuras, cada vivencia es nueva e irrepetible, y así es como debemos abordar cada una de las complejidades que se nos presenten con nuevas acciones, ahí comienza así el nacimiento de la sabiduría, lo que en carne propia experimentamos y aprendemos de nosotros mismos, de momentos renovadores y propios, de nuestra propia historia y renovador crecimiento interno.
La mayor sabiduría que existe es conocerse a uno mismo.
La ciencia es conocimiento organizado. La sabiduría es vida organizada.
El que sabe amar, es el que sabe más.
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