Preocupación
Existen
tres tipos de personas; aquellas que se preocupan hasta la muerte, las que
trabajan hasta morir y las que se aburren hasta la muerte.
Reflexión:
Que
tan relajado puede ser nuestro día?, acaso algún día ha resultado del todo
perfecto?, o por ¨casualidad¨ aparece una situación que termina por
descomponerlo?, citar un ejemplo, basta para darnos cuenta que la mayor parte
del día no poseemos el control absoluto de las situaciones que se nos presentan
y que acarrea una cadena de acontecimientos que desvirtúan nuestras
concepciones iniciales. Y eso nos hace preguntarnos, si en realidad existe la
perfección?, o es simplemente una tendencia inalcanzable?. Tan sólo el pensar
en la posibilidad de que no podremos alcanzar esa condición, cuando anhelamos
que todo sea perfecto!. Una relación de pareja, nuestra actividad laboral, las
expectativas existenciales. Cada aspecto desearíamos poseer el control absoluto
de la situación, por una simple razón: invertir la menor cantidad de energía y
tiempo cuando de lo menos que disponemos es de tiempo y de energía por la vasta
cantidad de actividades que desearíamos realizar en un tiempo tan corto e
incierto como lo es la existencia.
Que
esperar cuando por más que ¨luchamos¨ y meditamos no hallamos la verdadera
razón para obtener certidumbre del destino que nos depara o descubrir para que
fuimos ¨hechos¨, o que es aquello que necesitamos para sentirnos realizados en
un mundo donde la plenitud se trasforma cada vez más en una falacia!. Existirá
la persona verdaderamente realizada?, o sólo representa el haber alcanzado el
éxito en tan sólo una faceta de su vida? Y se vanagloria que su vida ya es
suficientemente plena cuando en realidad sólo es una pequeña fracción de una
meta alcanzada momentáneamente?. Lo cierto es que la vida no se detiene, ni un
sólo instante!. Y por eso aquello que saboreamos logrado, basta una pequeña
distracción o actitud de conformismo para que se torne incontrolable y
desvirtuado. Somos especialistas en pretender adivinar el futuro para estar
siempre preparados ante un acontecimiento inesperado y eso trae como
consecuencia el que nos encontremos constantemente pre-ocupados del futuro o
porvenir en lugar de ocuparnos del presente momentáneo y disfrutarlo al máximo.
Realmente
vale el estar siempre pensando en el que pasará?, si lograremos alcanzar
nuestra meta o proyecto?, si alcanzaremos nuestro ciclo existencial sin
enfermedades, sin apremios, sin carencias?, que ganamos con desear anticiparnos
a los acontecimientos cuando la vida en sí es un azar!, es cierto que poseemos
la capacidad de prevención, de planeación para cometer el mínimo de errores.
Pero nada es infalible a los imponderables de la vida. Es tanto como
obsesionarnos por cumplir una meta en el tiempo establecido, a eso le llaman
competitividad y ambición al éxito!. Sin embargo, por esa obsesión
desperdiciamos una gran cantidad de energía tanto mental como emocional, y
perdemos de vista que lo esencial es vivir plenamente el proceso, porque eso
nos mantiene alertas y concentrados en los pequeños grandes detalles que en
suma representan el umbral del éxito real. Tanto es perjudicial para el que se
obsesiona por trabajar arduamente sin control, como aquel que se mantiene
indiferente y relajado ante la vida sin un objetivo que perseguir,
consumiéndolo irremediablemente hacia la depresión y el vacío existencial.
La
vida tiene un porque y ningún cabo queda a la deriva, el entregarse enteramente
al presente nos mantiene alertas y motivados, ya que no hay límites para la
actitud positiva. Por eso mismo vale la pena ocuparse de cada instante ya que
nos dota de autocontrol, en lugar de pre-ocuparnos de lo que no podemos
controlar como lo es el futuro, es tanto como ingresar a un abismo de
contrariedades sin fin.
¨Ocuparnos
de la vida nos lleva hacia el progreso inmediato, pre-ocuparnos de lo que aún
no hemos experimentado, nos lleva hacia la desaparición de la espontaneidad!¨.
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