Costumbres
Si la vida
fuese una simple costumbre, cada gesto, cada palabra, cada paso, cada acción,
cada actividad sería una simple monotonía, así como las sociedades desde las
primeras civilizaciones desarrollaron dentro de sus actividades, usos y costumbres
que se transformaron en tradiciones; en la actualidad se han caracterizado por
globalizarse, generando una identidad pluricultural, trayendo como consecuencia
que el individuo pierda parte de su esencia cultural. En que forma afecta esto
al entorno social?. Cuando el individuo tiene conciencia de su entorno y
comienza su largo peregrinar en la búsqueda de su identidad, el primer impulso
es ubicar su origen, para trazar la línea de su destino partiendo de un
comienzo, lo que da certidumbre de cada
paso que se da en el andar complejo de esta existencia.
Si por alguna
causa caemos rápidamente en la rutina, esto genera todo tipo de costumbres perniciosas.
Si lo desplazamos al plano personal, cuando estamos arraigados en una actitud
pesimista; es nuestro ánimo el más afectado, desarrollando estados de depresión;
si la vida no sonríe conforme a nuestros deseos, nos refugiamos en una realidad
alternativa como un mecanismo de evasión que aparenta ser eficaz, ya que en ese
momento, nos sentimos blindados a ese entorno que consideramos agresivo; y al
no enfrentarlo con prontitud, se desarrolla la costumbre de evasión ante
cualquier amenaza de desestabilización emocional. Que decir en el ámbito
laboral, cuando no hay un objetivo claro de superación, caemos muy rápidamente
a una zona de confort, generando con ello la costumbre de sobrellevar las
situaciones laborales a niveles de mediocridad sin mayor ambición que perseguir
y que en lo sucesivo ocasionará problemas de inestabilidad laboral.
Las relaciones
de pareja representan otro de los aspectos que son afectadas por la costumbre;
al principio de todo es fascinante y revelador, cada aspecto de la personalidad
de la pareja tendemos a maximizarlo y a minimizar aquello que representa
negativo. Extraemos lo mejor de nuestras cualidades para impresionar y asegurar
la conquista; una vez logrado el ¨objetivo¨, comienza a florecer el ¨cobre¨,
los pequeños detalles que antes no le prestábamos mayor atención, comienzan a
ser cada vez más evidentes; el velo ha comenzado a caer, y la realidad se
revela ante nosotros, si la relación no aprende a madurar, se va perdiendo
gradualmente el interés y apareciendo lo problemas incluso hasta niveles de
violencia intrafamiliar en todas sus variantes, porque se ha caído en la
costumbre, ya no hay sorpresa, no hay detalles, no hay atracción, algo o todo
ha cambiado.
Cada aspecto
en que nos desenvolvamos en la vida diaria es muy fácil caer en la costumbre, cuando
no estamos atentos ni receptivos a los cambios, por alguna razón nos aletargamos
cuando las condiciones no son favorables, generando con ellos multitud de
problemas que terminan por ahogarnos en algún tipo de neurosis. Si bien es
importante mantenernos frescos y activos, aceptando los cambios cuando estos
son necesarios, porque nada debe estancarse, se puede hacer alguna pausa
durante el proceso para ordenar y reagrupar las ideas cuando sintamos que hemos
perdido el rumbo; el proceso de madurez llega cuando enfrentamos con
determinación los problemas, convencidos de que las soluciones llegarán
emanadas de nuestras facultades naturales. Porque todo problema viene
acompañado de una solución, de su contra, su dualidad, problema y solución.
Basta con desarrollar la suficiente fe en lo que conocemos como corazonada o
intuición. De otra forma no tendría sentido de ser si no aprendemos a aceptar
que la costumbre colectiva, es la evidencia de una tradición consolidada a
través de la historia; mientras que una costumbre personal es producto de la
negación sobre la evolución natural del alma.
Vivir intensamente la vida, es integrar el ritmo de
la naturaleza humana con la naturaleza de nuestro entorno natural!.
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