jueves, noviembre 07, 2013

Ciclo Eterno

¨Todo pasa y todo vuelve, eternamente gira la rueda del ser. Todo muere, todo reflorece; eternamente se desenrolla el año del ser. Todo se rompe, todo se reajusta; eternamente se edifica la morada del ser¨.

Friedrich Nietzsche

Reflexión:

Ir y venir en el capricho complaciente del destino, en la constante rueda de las circunstancias que remueven los cimientos de nuestra existencia; en la sabiduría de la naturaleza que a pesar de la cruel extinción a que le sometemos, nos brinda generosamente su abundancia y magnificencia. Nadie queda exento de la rueda del  destino, de sus sinsabores, sus excentricidades. Si tan especial es la existencia del ser humano con sus tintes trascendentales; bien vale la pena aventurarse a entregar lo mejor de nosotros a esa fuente inagotable de circunstancias esperadas e inesperadas. Porque cada una entraña un significado especial de conocimiento que tiende a perfeccionar nuestra naturaleza. Podemos presumir o quejarnos del tipo de existencia que hemos recibido, anhelado el cambiarla o revivir experiencias. Tenemos derecho a todo cuanto a nuestro alcance se encuentre material e inmaterialmente. Qué ley nos lo impide?, que entidad nos limita?. Acaso no somos dueños de nuestro destino?, si todo cumple un ciclo, todo gira y regresa a su punto de origen, todo aquello que florece, muere y retoña, es la rueda eterna de la existencia!.

Nacer, vivir, morir y renacer. Es el objetivo real de la vida?, realmente se puede aspirar a renacer a una nueva existencia?, o es simplemente una utopía o un sentimiento de angustia que nos aferra a una ilusión?. Sea cual fuere la verdad!. Sólo nos queda aceptar que tarde o temprano el destino nos alcanzará, y llegará el momento en que tendremos que salir de nuestra inconsciencia para evaluar que hemos hecho de nuestra vida?. De qué forma tendremos que actuar para no terminar arrepentidos por aquellos pendientes que no pudimos concretar?. Nos aqueja a menudo la marcha inexorable del tiempo que se nos escapa tan fácilmente de nuestra percepción y al siguiente instante ya perdimos el control del presente. Por eso la vida debemos explorarla tan plenamente que no quede resquicio de distracción. Sabedores que damos lo mejor de nosotros mismos, hasta de aquellos aspectos más insignificantes, porque representa la preparación para aquellos grandes escenarios, por tanto, nada debe quedar a la deriva, nada lo podemos despreciar aún cuando lo consideremos sin valor ni importancia. Porque en cada infinitesimal espacio encierra el secreto real de la vida.

Si todo aquello que nos acontece responde a una causal, porque entonces despreciarla o pasarla por alto?, cada acción que realicemos tarde o temprano surtirá en una consecuencia; y si esa acción es de consecuencias perjudiciales, esa misma justicia seguramente tarde o temprano nos alcanzará, y no hay mayor justicia que aquella acción que responde a nuestra capacidad de actuar con honestidad. La tesitura nosotros la elegimos, sabedores que aquellos escenarios que no logramos o no deseamos concretar, en algún momento de la vida se nos presentará la oportunidad para resolverlo y cerrar el ciclo; o aquello que tanto hemos evitado por años, cuando menos lo esperamos estallará en nuestro rostro. No importa que tanto huyamos o evadamos algún tipo de responsabilidad, ésta seguirá latente. De ahí la importancia de concretar y entregar el ciento por ciento para agotar toda posibilidad de reminiscencia. Porque la vida se encuentra sujeta a la eterna rueda de la causa y el efecto. Y cada cabo suelto que dejemos, representan fugas que impiden la buena conducción de nuestros actos hacia la búsqueda de una vida digna y plena!.

¨Andar por la vida paso a paso con seguridad, nos permitirá edificar los cimientos de una existencia acorde a nuestra realidad!¨.