Ciclo Eterno
¨Todo pasa y todo vuelve, eternamente
gira la rueda del ser. Todo muere, todo reflorece; eternamente se desenrolla el
año del ser. Todo se rompe, todo se reajusta; eternamente se edifica la morada
del ser¨.
Friedrich Nietzsche
Reflexión:
Ir y venir
en el capricho complaciente del destino, en la constante rueda de las
circunstancias que remueven los cimientos de nuestra existencia; en la sabiduría
de la naturaleza que a pesar de la cruel extinción a que le sometemos, nos
brinda generosamente su abundancia y magnificencia. Nadie queda exento de la rueda
del destino, de sus sinsabores, sus
excentricidades. Si tan especial es la existencia del ser humano con sus tintes
trascendentales; bien vale la pena aventurarse a entregar lo mejor de nosotros
a esa fuente inagotable de circunstancias esperadas e inesperadas. Porque cada
una entraña un significado especial de conocimiento que tiende a perfeccionar
nuestra naturaleza. Podemos presumir o quejarnos del tipo de existencia que
hemos recibido, anhelado el cambiarla o revivir experiencias. Tenemos derecho a
todo cuanto a nuestro alcance se encuentre material e inmaterialmente. Qué ley nos
lo impide?, que entidad nos limita?. Acaso no somos dueños de nuestro destino?,
si todo cumple un ciclo, todo gira y regresa a su punto de origen, todo aquello
que florece, muere y retoña, es la rueda eterna de la existencia!.
Nacer, vivir,
morir y renacer. Es el objetivo real de la vida?, realmente se puede aspirar a
renacer a una nueva existencia?, o es simplemente una utopía o un sentimiento
de angustia que nos aferra a una ilusión?. Sea cual fuere la verdad!. Sólo nos queda
aceptar que tarde o temprano el destino nos alcanzará, y llegará el momento en
que tendremos que salir de nuestra inconsciencia para evaluar que hemos hecho
de nuestra vida?. De qué forma tendremos que actuar para no terminar
arrepentidos por aquellos pendientes que no pudimos concretar?. Nos aqueja a
menudo la marcha inexorable del tiempo que se nos escapa tan fácilmente de
nuestra percepción y al siguiente instante ya perdimos el control del presente.
Por eso la vida debemos explorarla tan plenamente que no quede resquicio de
distracción. Sabedores que damos lo mejor de nosotros mismos, hasta de aquellos
aspectos más insignificantes, porque representa la preparación para aquellos
grandes escenarios, por tanto, nada debe quedar a la deriva, nada lo podemos
despreciar aún cuando lo consideremos sin valor ni importancia. Porque en cada
infinitesimal espacio encierra el secreto real de la vida.
Si todo aquello
que nos acontece responde a una causal, porque entonces despreciarla o pasarla
por alto?, cada acción que realicemos tarde o temprano surtirá en una consecuencia;
y si esa acción es de consecuencias perjudiciales, esa misma justicia seguramente
tarde o temprano nos alcanzará, y no hay mayor justicia que aquella acción que
responde a nuestra capacidad de actuar con honestidad. La tesitura nosotros la
elegimos, sabedores que aquellos escenarios que no logramos o no deseamos
concretar, en algún momento de la vida se nos presentará la oportunidad para
resolverlo y cerrar el ciclo; o aquello que tanto hemos evitado por años,
cuando menos lo esperamos estallará en nuestro rostro. No importa que tanto
huyamos o evadamos algún tipo de responsabilidad, ésta seguirá latente. De ahí
la importancia de concretar y entregar el ciento por ciento para agotar toda
posibilidad de reminiscencia. Porque la vida se encuentra sujeta a la eterna
rueda de la causa y el efecto. Y cada cabo suelto que dejemos, representan
fugas que impiden la buena conducción de nuestros actos hacia la búsqueda de
una vida digna y plena!.
¨Andar por la vida paso a paso con seguridad,
nos permitirá edificar los cimientos de una existencia acorde a nuestra
realidad!¨.
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