Viraje
En un pequeño espacio de
intimidad, al encontrarnos relajados, inspiramos una bocanada de aire, y
alzamos la vista hacia el firmamento, para reflexionar acerca de lo que
acontece en nuestra existencia y concluimos que en la vida se aprende que al
darle tiempo al tiempo nos permite controlar las situaciones que apremian en
todo suceso cotidiano. Cuando no hay una resolución pronta y carecemos de
recursos para resolverlas, nos fugamos de mil maneras, en especial cuando se
encadenan por largo tiempo condiciones que no favorecen nuestras expectativas
iniciales. Invocamos el deseo de retroceder en el tiempo, para resolver los
pendientes que por alguna razón no pudimos concretar. Y en más de una ocasión
nos hemos cuestionado si poseyéramos el poder del tiempo que sucedería si se
nos concediera retroceder… digamos: 10 años?, 15, 20?, imaginar que tuviésemos
aunque sea una ínfima oportunidad para resolver aquello que nos desvío del
camino y con la certeza del error conocido, reivindicarnos y recuperar aquella
situación que quizás, pudo cambiar la vida en mejores condiciones, ya sea una
oportunidad de trabajo no valorada, una relación que no debió concluir, un
familiar que no supimos valorar, o un viaje que por temor lo desperdiciamos, en
fin, una decisión que pudo haber cambiado drásticamente el rumbo de nuestra
existencia y que actualmente seguimos evocando con un mal sabor de boca y que
se niega a abandonar nuestros recuerdos!.
Que implicaría el siquiera
pretender regresar el tiempo?, acaso retrocederíamos con el nivel de madurez y
crecimiento que actualmente poseemos?, o las posesiones materiales, la familia,
los amigos, la carrera profesional concluida, la estabilidad laboral,
económica, la certidumbre de lo que ya es la existencia?...Seguramente no…!. El
Retroceder en el tiempo representa regresar mentalmente al punto de origen del
momento que hemos invocado.. Porque de antemano es imposible regresar
físicamente en el tiempo, sólo es un deseo emocional, inducido por la
desesperación de la insatisfacción en que nos encontramos. Analizando
fríamente, comprenderíamos que regresar es perder automáticamente todo hasta el
momento en que deseamos estacionarnos en el tiempo. Se perdería la experiencia
obtenida, la madurez, la estabilidad en cualquier vertiente, la certidumbre, la
seguridad adquirida por las vivencias y el conocimiento adquirido hasta la
fecha. Perderíamos lo más valioso: nuestros recuerdos; y que con ello implican
los momentos sublimes, las satisfacciones, los aprendizajes, todo… no quedaría
reminiscencia alguna de aquello que ya caminamos, de aquellos tropiezos, de
aquellas situaciones complicadas que pudimos resolver con sobriedad, de
aquellos momentos dolorosos y traumáticos que ya superamos, de aquellas condiciones
injustas que ya pudimos controlar y revirarlas a nuestro favor; es cierto, que
el precio que deberemos pagar por nuestra intención es muy alto, porque no sólo
se perdería eso; lo más importante es que nuestro estado de conciencia
regresaría a ese punto, se borraría el casette por completo, regresando al
punto de partida, sin experiencia, sin posesiones, sin recuerdos, sin
certidumbre…!.
Lo más importante es no
pretender regresar el tiempo, ni fugarnos sin sentido, evadiendo nuestra
realidad actual, es tanto como negarnos a nosotros mismos, al aprendizaje
asimilado, a la experiencia obtenida y a la madurez adquirida, y sobre todo, a
la certidumbre del rumbo que ya sabemos que se orientará nuestra vida!. El
vivir el presente es aceptar lo que fuimos, lo que somos, y lo que seremos, es
convencernos que nuestra existencia está regida por causales con un fin y
propósito bien definido, y que por alguna razón nos ha llevado hasta el punto
en que nos encontramos actualmente; no significa esto que debamos conformarnos
con nuestra suerte, no!, pero lo hecho, hecho está y nada ni nadie puede
cambiarlo, eso ya se encuentra estacionado en la red del pasado, es inamovible,
inalcanzable e insustituible. El control es este momento, el presente vivo, el
que se acepta el reto y se lucha por lograr la victoria, el que se puede
transformar, y dirigir a nuestro favor y conveniencia; rememorar lo pasado es
negar la existencia misma, porque sólo es recuerdo, que por ser tal no debe ser
negativo, al contrario, es un valuarte, es nuestra historia personal, es
nuestro andar el que nos ha otorgado madurez y sabiduría, algo que no se logra
en la edad temprana y el puro conocimiento; es algo que se obtiene en base a la
experiencia, al haber aceptado el reto de la vida y haberlo afrontado y
superado nuestras inseguridades y prejuicios. El darle un viraje a nuestro
destino, es partir de una base, y esa base es nuestro pasado, el que sostiene
la fortaleza del futuro que anhelamos construir con la columna del presente!.
El Pasado es humo, el
Futuro es ilusión y el presente
es Vida!
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