jueves, noviembre 07, 2013

Viraje

En un pequeño espacio de intimidad, al encontrarnos relajados, inspiramos una bocanada de aire, y alzamos la vista hacia el firmamento, para reflexionar acerca de lo que acontece en nuestra existencia y concluimos que en la vida se aprende que al darle tiempo al tiempo nos permite controlar las situaciones que apremian en todo suceso cotidiano. Cuando no hay una resolución pronta y carecemos de recursos para resolverlas, nos fugamos de mil maneras, en especial cuando se encadenan por largo tiempo condiciones que no favorecen nuestras expectativas iniciales. Invocamos el deseo de retroceder en el tiempo, para resolver los pendientes que por alguna razón no pudimos concretar. Y en más de una ocasión nos hemos cuestionado si poseyéramos el poder del tiempo que sucedería si se nos concediera retroceder… digamos: 10 años?, 15, 20?, imaginar que tuviésemos aunque sea una ínfima oportunidad para resolver aquello que nos desvío del camino y con la certeza del error conocido, reivindicarnos y recuperar aquella situación que quizás, pudo cambiar la vida en mejores condiciones, ya sea una oportunidad de trabajo no valorada, una relación que no debió concluir, un familiar que no supimos valorar, o un viaje que por temor lo desperdiciamos, en fin, una decisión que pudo haber cambiado drásticamente el rumbo de nuestra existencia y que actualmente seguimos evocando con un mal sabor de boca y que se niega a abandonar nuestros recuerdos!.
 
Que implicaría el siquiera pretender regresar el tiempo?, acaso retrocederíamos con el nivel de madurez y crecimiento que actualmente poseemos?, o las posesiones materiales, la familia, los amigos, la carrera profesional concluida, la estabilidad laboral, económica, la certidumbre de lo que ya es la existencia?...Seguramente no…!. El Retroceder en el tiempo representa regresar mentalmente al punto de origen del momento que hemos invocado.. Porque de antemano es imposible regresar físicamente en el tiempo, sólo es un deseo emocional, inducido por la desesperación de la insatisfacción en que nos encontramos. Analizando fríamente, comprenderíamos que regresar es perder automáticamente todo hasta el momento en que deseamos estacionarnos en el tiempo. Se perdería la experiencia obtenida, la madurez, la estabilidad en cualquier vertiente, la certidumbre, la seguridad adquirida por las vivencias y el conocimiento adquirido hasta la fecha. Perderíamos lo más valioso: nuestros recuerdos; y que con ello implican los momentos sublimes, las satisfacciones, los aprendizajes, todo… no quedaría reminiscencia alguna de aquello que ya caminamos, de aquellos tropiezos, de aquellas situaciones complicadas que pudimos resolver con sobriedad, de aquellos momentos dolorosos y traumáticos que ya superamos, de aquellas condiciones injustas que ya pudimos controlar y revirarlas a nuestro favor; es cierto, que el precio que deberemos pagar por nuestra intención es muy alto, porque no sólo se perdería eso; lo más importante es que nuestro estado de conciencia regresaría a ese punto, se borraría el casette por completo, regresando al punto de partida, sin experiencia, sin posesiones, sin recuerdos, sin certidumbre…!.
 
Lo más importante es no pretender regresar el tiempo, ni fugarnos sin sentido, evadiendo nuestra realidad actual, es tanto como negarnos a nosotros mismos, al aprendizaje asimilado, a la experiencia obtenida y a la madurez adquirida, y sobre todo, a la certidumbre del rumbo que ya sabemos que se orientará nuestra vida!. El vivir el presente es aceptar lo que fuimos, lo que somos, y lo que seremos, es convencernos que nuestra existencia está regida por causales con un fin y propósito bien definido, y que por alguna razón nos ha llevado hasta el punto en que nos encontramos actualmente; no significa esto que debamos conformarnos con nuestra suerte, no!, pero lo hecho, hecho está y nada ni nadie puede cambiarlo, eso ya se encuentra estacionado en la red del pasado, es inamovible, inalcanzable e insustituible. El control es este momento, el presente vivo, el que se acepta el reto y se lucha por lograr la victoria, el que se puede transformar, y dirigir a nuestro favor y conveniencia; rememorar lo pasado es negar la existencia misma, porque sólo es recuerdo, que por ser tal no debe ser negativo, al contrario, es un valuarte, es nuestra historia personal, es nuestro andar el que nos ha otorgado madurez y sabiduría, algo que no se logra en la edad temprana y el puro conocimiento; es algo que se obtiene en base a la experiencia, al haber aceptado el reto de la vida y haberlo afrontado y superado nuestras inseguridades y prejuicios. El darle un viraje a nuestro destino, es partir de una base, y esa base es nuestro pasado, el que sostiene la fortaleza del futuro que anhelamos construir con la columna del presente!.
 
 
El Pasado es humo, el Futuro es ilusión y el presente es Vida!