Expectativas
Anhelamos obtener lo mejor de nosotros mismos a
pesar de los obstáculos naturales, sin ellos no habría posibilidad de
aprendizaje. Todo sin duda lo realizamos depositando las mejores expectativas,
muchas de ellas no se concretan, para ello debe haber un cierto nivel de
preparación a nivel mental que nos ayude a dominar las emociones, para no ser
victimizados por ellas. A pesar de que todo debe ser realizado con gran pasión,
hay que mantener la ecuanimidad para evitar que algún descuido o distracción
eche abajo nuestras expectativas iniciales.
Todos estamos en la franja de las oportunidades,
para ello no existe distinción de clase ni estatus; cuando se posee fe en sí
mismo todo puede ser posible, basta con creer firmemente en nuestras
corazonadas actuando sin temor ni duda, eliminando la pereza mental. Es muy
fácil buscar pretextos para no atrevernos a enfrentar los obstáculos por el
temor a tropezar o equivocarnos. Lo que más nos preocupa en estos casos es la
crítica infalible, sentirnos expuesto y señalados; casi por lo general se debe
a factores externos gran parte de nuestra preocupación; más de una ocasión nos
hemos sentimos vulnerables al no saber manejar ciertas situaciones que nos
ocasionan alguna forma de inseguridad.
Históricamente el medio nos ha implementado la
idea de lo importante que es ser reconocido, ser aceptado y clasificado en un
nivel de estatus decoroso, para cimentar en ello nuestro valor personal. Las
mismas personas de nuestro medio son jueces implacables que denigran nuestra
dignidad, si no se posee algún tipo de valor material o formativo. Lo cual sólo
debe ser exclusivo de nuestro crecimiento, y no sujeto a los calificativos de
tipo moral. Cada persona posee su propio sentido de responsabilidad de vida,
sus propias expectativas, sus propios recursos y medios para lograr desentrañar
el misterio de la existencia individual. Es ahí donde debe existir certidumbre
sobre el potencial que poseemos, el autoconocimiento es vital para fortalecer
nuestro espíritu a prueba de cualquier amenaza exterior.
El sometemos a la crítica y asumir que no
poseemos el valor necesario para aspirar a ser felices y que es una de las
metas prioritarias de la vida; es motivo de reflexión sobre lo que conceptuamos
de nuestra potencialidad, el medio puede ser cruel cuando alguien se distingue
de los demás, cuando se es diferente, cuando se innova, cuando se rompen reglas que limitan la creatividad. Siempre
habrá alguien que busque por todos los medios desacreditarnos en público,
exponernos por medio de la comparación, cuestionar nuestra forma de ser, porque
así es la naturaleza del ser humano, sobre todo cuando se percibe a sí mismo
débil y rebasado por una personalidad que considera superior a ella misma, es
un simple mecanismo de defensa ante su misma pobreza espiritual.
Es en esos momentos cuando a pesar de los
inevitables ataques, debemos mantenernos firmes e impenetrables, y concentrar
toda nuestra energía a la búsqueda de la autosuperación, a que cualquier
decisión que se tome sea convincente, nos lleve a la senda del
perfeccionamiento en todas las áreas de nuestra existencia; que aquello que
realicemos emane de nuestro interior, que serán las propias expectativas en
cómo hemos elegido crecer, y no necesariamente lo que esperan de nosotros.
Porque nadie vive dependiendo del deseo extrínseco. Somos absolutamente
responsables y libres de nuestra existencia y nada exterior debe penetrar
nuestra esencia. Y el aspirar a ser libre conlleva una gran responsabilidad
dentro de los límites de la razón y de la legalidad que la vida nos ha dotado
para autorrealizarnos.
¨Evolucionar
es defender nuestras convicciones a fin de consolidar las expectativas sobre
nuestro potencial humano¨.
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