Legado
Si
nos detuviéramos sólo un momento a cavilar sobre lo que acontece a
nuestro alrededor y en la forma en como desdoblamos cada uno de los
aspectos de nuestra personalidad, ante el vaivén de los desafíos que se
nos presentan en un día ordinario; que resultados arrojaría en esa breve
reflexión?, o simplemente nos dejamos llevar por la corriente de la
vida, sin voluntad alguna, sólo respondiendo tibiamente a las
situaciones ya condicionadas y generadas por nosotros mismos, con el fin
de mantenernos en una zona de confort evadiendo lo desconocido para no
propiciar vulnerabilidad e inestabilidad?. Hasta que punto solventamos
las diversas situaciones que son adversas con un propósito muy definido
hacia donde estamos encaminando nuestros esfuerzos?. Pudiésemos realizar
una
pequeña pausa y sopesar si el 100% de nuestra actividad es productiva, o
que porcentaje es improductiva?, cuánto de lo que realizamos durante
todo el día realmente vale la pena, en el sentido que nos enriquezca el
alma, que nos haga sentirnos útiles y que aportemos un pequeño grano de
arena para el bien de la humanidad?. O solamente llenamos grandes vacíos
con actividades banales, sólo por cubrir un espacio ocioso o para
aparentar que somos activos de tiempo completo que claramente por ser
improductivas, terminan por rebasarnos con una fuerte carga de estrés e
insatisfacción?.
Dentro
de nuestro universo de actividades, deberíamos preguntarnos si estamos
dejando una huella que ahonde en el corazón de las personas que se
encuentran a nuestro alrededor. Que toda acción por ser natural y porque
nos guste, la disfrutamos al máximo, y por tanto, redunda de
excepcionalidad, que sea un ejemplo claro de entrega total y de ejemplo a
seguir. Que mejor legado que el de entregar lo mejor de nosotros
mismos, a cada acción verdaderamente productiva y enriquecedora. Es
cierto que gran parte de nuestra vida posee una clara tendencia hacia el
descanso y el ocio, y poco, pero realmente poco es enfocado a lo que si
nos llevaría a trascender.
Se
requiere de real determinación y una visión muy clara del papel que
desempeñamos en este mundo, y para ello, es necesario antes que nada ser
lo más auténtico posible, no dejarnos aplastar por la vorágine en que
nos precipita la influencia mediática, que nos somete a tal grado de
hacernos dependientes y sumisos, en lugar de luchar por un lugar
exclusivo dentro de la sociedad en que nos desenvolvemos, y por la vida
misma. Pocas son las personas que han trascendido a lo largo de la
historia, al despojarse de las cadenas del oscurantismo y el
sometimiento, y que han luchado a brazo partido por hacerse de un lugar
que le corresponde por derecho natural a cada ser humano, la libertad de
Ser y de expresarse, y por seguir el sueño de explorar y explotar al
máximo su
potencialidad.
Porque
no pensar de esta forma y realizar actividades que sean las que
realmente deseemos hacer por deseo propio y no porque queremos aparentar
algo ante los demás, por simple lucimiento personal, por algún deseo de
pertenencia o quizás motivados por alguna ambición de tipo material,
todo condicionado porque de otra forma no nos nace el hacerlo, al buscar
algo a cambio, es efímero y banal, dejarnos conducir de esta forma,
porque en el fondo experimentaremos el mismo vacío que al hacer nada, en
plena ociosidad y pasividad. Mucho podemos dar de nosotros mismos para
hacer que nuestra existencia valga, y que sea cargada de enriquecedoras
experiencias y de aprendizaje a cada segundo, porque esa será nuestra
herencia, Amor por la vida!.
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