jueves, noviembre 07, 2013

Legado

Si nos detuviéramos sólo un momento a cavilar sobre lo que acontece a nuestro alrededor y en la forma en como desdoblamos cada uno de los aspectos de nuestra personalidad, ante el vaivén de los desafíos que se nos presentan en un día ordinario; que resultados arrojaría en esa breve reflexión?, o simplemente nos dejamos llevar por la corriente de la vida, sin voluntad alguna, sólo respondiendo tibiamente a las situaciones ya condicionadas y generadas por nosotros mismos, con el fin de mantenernos en una zona de confort evadiendo lo desconocido para no propiciar vulnerabilidad e inestabilidad?. Hasta que punto solventamos las diversas situaciones que son adversas con un propósito muy definido hacia donde estamos encaminando nuestros esfuerzos?. Pudiésemos realizar una pequeña pausa y sopesar si el 100% de nuestra actividad es productiva, o que porcentaje es improductiva?, cuánto de lo que realizamos durante todo el día realmente vale la pena, en el sentido que nos enriquezca el alma, que nos haga sentirnos útiles y que aportemos un pequeño grano de arena para el bien de la humanidad?. O solamente llenamos grandes vacíos con actividades banales, sólo por cubrir un espacio ocioso o para aparentar que somos activos de tiempo completo que claramente por ser improductivas, terminan por rebasarnos con una fuerte carga de estrés e insatisfacción?.
 
Dentro de nuestro universo de actividades, deberíamos preguntarnos si estamos dejando una huella que ahonde en el corazón de las personas que se encuentran a nuestro alrededor. Que toda acción por ser natural y porque nos guste, la disfrutamos al máximo, y por tanto, redunda de excepcionalidad, que sea un ejemplo claro de entrega total y de ejemplo a seguir. Que mejor legado que el de entregar lo mejor de nosotros mismos, a cada acción verdaderamente productiva y enriquecedora. Es cierto que gran parte de nuestra vida posee una clara tendencia hacia el descanso y el ocio, y poco, pero realmente poco es enfocado a lo que si nos llevaría a trascender.
 
Se requiere de real determinación y una visión muy clara del papel que desempeñamos en este mundo, y para ello, es necesario antes que nada ser lo más auténtico posible, no dejarnos aplastar por la vorágine en que nos precipita la influencia mediática, que nos somete a tal grado de hacernos dependientes y sumisos, en lugar de luchar por un lugar exclusivo dentro de la sociedad en que nos desenvolvemos, y por la vida misma. Pocas son las personas que han trascendido a lo largo de la historia, al despojarse de las cadenas del oscurantismo y el sometimiento, y que han luchado a brazo partido por hacerse de un lugar que le corresponde por derecho natural a cada ser humano, la libertad de Ser y de expresarse, y por seguir el sueño de explorar y explotar al máximo su potencialidad.
 
Porque no pensar de esta forma y realizar actividades que sean las que realmente deseemos hacer por deseo propio y no porque queremos aparentar algo ante los demás, por simple lucimiento personal, por algún deseo de pertenencia o quizás motivados por alguna ambición de tipo material, todo condicionado porque de otra forma no nos nace el hacerlo, al buscar algo a cambio, es efímero y banal, dejarnos conducir de esta forma, porque en el fondo experimentaremos el mismo vacío que al hacer nada, en plena ociosidad y pasividad. Mucho podemos dar de nosotros mismos para hacer que nuestra existencia valga, y que sea cargada de enriquecedoras experiencias y de aprendizaje a cada segundo, porque esa será nuestra herencia, Amor por la vida!.
 
El Legado se hace al andar, descubriendo palmo a palmo el sentido de la vida!