jueves, noviembre 07, 2013

Presente


 
¨Sólo existen dos días en el año en que no se puede hacer nada. Uno se llama ayer y otro mañana. Por lo tanto hoy es el día ideal para amar, creer, hacer y principalmente VIVIR!¨..
 
 
Dalai lama
 
 
 
Reflexión:
 
Tiempo, tiempo y más tiempo es lo que se consume en nuestras vidas y lo que menos a disposición tenemos, más en nuestra sociedad actual, donde somos presa de la influencia mediática, de gobiernos impuestos y autoritarios, de una desigualdad social más acentuada, de violencia e inseguridad desenfrenada, de sectores vulnerables olvidados y de una invasión comercial extranjera que agota nuestros recursos naturales y sobreexplota la mano de obra nacional, lo que genera fuga de capitales y dependencia por acuerdos comerciales en condiciones graves de desventaja para nuestra nación; sin desmerecer la larga e histórica cadena de corrupción burocrática que desvanece toda posibilidad de justicia Social. Y no menos importante, las condiciones personales a nivel familiar, laboral o recreativa que genera una importante dosis de estrés; hay por supuesto momentos de esparcimiento y convivencia a fin de sacudir la tensión generada durante una larga y compleja rutina semanal.
 
Con todo este panorama insertado en nuestros pensamientos y emociones, aún todavía tenemos que lidiar con la marcha irrefrenable del tiempo que se consume inexorablemente y escapándose la vida de nuestras manos sin poder siquiera suspirar, cuando ya ese instante presente se transformó en pasado. Por lo menos cuando estamos inmersos en multiplicidad de actividades, pensamos que nuestro tiempo fue muy bien aprovechado. Sólo nos queda hacer un razonamiento..Las actividades que realizamos durante el día, fueron de calidad? O sólo llenaron un hueco evadiendo algún sentimiento de soledad o aislamiento?, de que forma invertimos ese tiempo para darle sentido a nuestra vida?, es sólo el llenarnos de actividades aparentemente constructivas, para evadir algún sentimiento de depresión o resentimiento hacia algo o alguien?. La calidad de tiempo no es sólo llenar las 24 horas con actividades sin ton ni son, lo importante es que nos alimenten el alma, independientemente que sean de tipo laboral o profesional, las cuáles nos proporcionan no sólo satisfacción y reconocimiento, sino incentivos económicos para asegurar un porvenir en lo futuro.
                                                                                       
Recordemos que el tránsito en ésta existencia física no es indefinido, fisiológicamente somos finitos, depende de nuestra calidad de vida para asegura un mañana digno y en las mejores condiciones físicas. Aferrarnos obsesivamente a lo material como bandera para conducirnos en esta existencia es llenar un currículum que quedará almacenado en un expediente; acaso sólo deseamos pertenecer al archivo de existencias generales?, y en que espacio dejamos lo esencial, aquello que no genera dividendos, el equilibrio emocional, el sentimiento de plenitud!. Cuántos casos no se saben de personas exitosas en lo profesional o laboral, y que sus vidas están sumergidas en infelicidad, resentimiento y abandono emocional; cuando se posee un sentimiento de insatisfacción y vacío existencial. Podemos estar rodeados de una jaula de oro, tener lujos, posesiones, y presumir de ser exitosos, pero cuando se carece de amor, es como si se poseyera nada en realidad!, lo material puede significar sólo un placebo que reprime momentáneamente el sentimiento de carencia existencial.
 
Vivir el presente es vivirlo con calidad, con satisfacciones tanto materiales cómo emocionales, con alta autoestima, buscando el equilibrio en todas las facetas y no sólo refugiándonos en una sola y retacando actividades que sólo son satisfactores temporales, pero que no atacan el problema de raíz. Y el problema es pensar que consolidándonos en una faceta ya resolvimos todos nuestros problemas, y una vez llegados ahí notamos que los problemas continúan, que la depresión sigue y la insatisfacción no cede, se evade lo esencial, el perfeccionar aquello que consideramos nuestras imperfecciones, inseguridades, prejuicios, temores, ansiedades, en una sola palabra: un vacío existencial permanente y que ni todo lo material llenará esa vacuidad que nos abruma noche tras noche. Si se deja para el mañana aquello que por mucho que posterguemos tarde o temprano tendremos que enfrentarlo y entre más tiempo pase, más doloroso será el proceso de sanación. El tener presente el ayer, se produce al evadir aquello que dejamos de hacer para nuestro crecimiento, para que en realidad nos realicemos como seres humanos, sin depender de lo material para lograrlo, cada cosa en su lugar, en algún momento pueden ser activadores y coincidir, pero la realización es particular y ajena una de la otra, una se queda al culminar el ciclo terrenal y la otra trasciende más allá de la existencia. La elección está sujeta a la libre voluntad de quién desee sentirse realizado o enajenado!.
 
¡Vivir el presente es inyectarle amor a lo que somos y hacemos!