Presente
¨Sólo existen dos días en el año en que
no se puede hacer nada. Uno se llama ayer y otro mañana. Por lo tanto hoy es el
día ideal para amar, creer, hacer y principalmente VIVIR!¨..
Dalai lama
Reflexión:
Tiempo, tiempo y más
tiempo es lo que se consume en nuestras vidas y lo que menos a disposición
tenemos, más en nuestra sociedad actual, donde somos presa de la influencia
mediática, de gobiernos impuestos y autoritarios, de una desigualdad social más
acentuada, de violencia e inseguridad desenfrenada, de sectores vulnerables
olvidados y de una invasión comercial extranjera que agota nuestros recursos
naturales y sobreexplota la mano de obra nacional, lo que genera fuga de
capitales y dependencia por acuerdos comerciales en condiciones graves de
desventaja para nuestra nación; sin desmerecer la larga e histórica cadena de
corrupción burocrática que desvanece toda posibilidad de justicia Social. Y no
menos importante, las condiciones personales a nivel familiar, laboral o
recreativa que genera una importante dosis de estrés; hay por supuesto momentos
de esparcimiento y convivencia a fin de sacudir la tensión generada durante una
larga y compleja rutina semanal.
Con todo este panorama
insertado en nuestros pensamientos y emociones, aún todavía tenemos que lidiar
con la marcha irrefrenable del tiempo que se consume inexorablemente y
escapándose la vida de nuestras manos sin poder siquiera suspirar, cuando ya
ese instante presente se transformó en pasado. Por lo menos cuando estamos
inmersos en multiplicidad de actividades, pensamos que nuestro tiempo fue muy
bien aprovechado. Sólo nos queda hacer un razonamiento..Las actividades que
realizamos durante el día, fueron de calidad? O sólo llenaron un hueco
evadiendo algún sentimiento de soledad o aislamiento?, de que forma invertimos
ese tiempo para darle sentido a nuestra vida?, es sólo el llenarnos de
actividades aparentemente constructivas, para evadir algún sentimiento de
depresión o resentimiento hacia algo o alguien?. La calidad de tiempo no es
sólo llenar las 24 horas con actividades sin ton ni son, lo importante es que
nos alimenten el alma, independientemente que sean de tipo laboral o
profesional, las cuáles nos proporcionan no sólo satisfacción y reconocimiento,
sino incentivos económicos para asegurar un porvenir en lo futuro.
Recordemos que el
tránsito en ésta existencia física no es indefinido, fisiológicamente somos
finitos, depende de nuestra calidad de vida para asegura un mañana digno y en
las mejores condiciones físicas. Aferrarnos obsesivamente a lo material como
bandera para conducirnos en esta existencia es llenar un currículum que quedará
almacenado en un expediente; acaso sólo deseamos pertenecer al archivo de
existencias generales?, y en que espacio dejamos lo esencial, aquello que no
genera dividendos, el equilibrio emocional, el sentimiento de plenitud!.
Cuántos casos no se saben de personas exitosas en lo profesional o laboral, y
que sus vidas están sumergidas en infelicidad, resentimiento y abandono
emocional; cuando se posee un sentimiento de insatisfacción y vacío
existencial. Podemos estar rodeados de una jaula de oro, tener lujos, posesiones,
y presumir de ser exitosos, pero cuando se carece de amor, es como si se
poseyera nada en realidad!, lo material puede significar sólo un placebo que
reprime momentáneamente el sentimiento de carencia existencial.
Vivir el presente es
vivirlo con calidad, con satisfacciones tanto materiales cómo emocionales, con
alta autoestima, buscando el equilibrio en todas las facetas y no sólo
refugiándonos en una sola y retacando actividades que sólo son satisfactores
temporales, pero que no atacan el problema de raíz. Y el problema es pensar que
consolidándonos en una faceta ya resolvimos todos nuestros problemas, y una vez
llegados ahí notamos que los problemas continúan, que la depresión sigue y la
insatisfacción no cede, se evade lo esencial, el perfeccionar aquello que
consideramos nuestras imperfecciones, inseguridades, prejuicios, temores,
ansiedades, en una sola palabra: un vacío existencial permanente y que ni todo
lo material llenará esa vacuidad que nos abruma noche tras noche. Si se deja
para el mañana aquello que por mucho que posterguemos tarde o temprano
tendremos que enfrentarlo y entre más tiempo pase, más doloroso será el proceso
de sanación. El tener presente el ayer, se produce al evadir aquello que
dejamos de hacer para nuestro crecimiento, para que en realidad nos realicemos
como seres humanos, sin depender de lo material para lograrlo, cada cosa en su
lugar, en algún momento pueden ser activadores y coincidir, pero la realización
es particular y ajena una de la otra, una se queda al culminar el ciclo
terrenal y la otra trasciende más allá de la existencia. La elección está
sujeta a la libre voluntad de quién desee sentirse realizado o enajenado!.
¡Vivir el presente es inyectarle amor a lo que somos y hacemos!
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