viernes, julio 03, 2009

La Guerra Interna

El guerrero le dijo a su mejor discípulo que retornaba de la guerra:

- Como has comprobado, la paz habita más allá de la lucha contra los hábitos negativos. Te deseo que tu paz superficial te haga emerger a tu violencia profunda, así comprenderás el daño no consciente que provoca tu violencia profunda. Luego de comprender, la abandonarás. Cuando se te aparezca la verdad, la reconocerás por su sabor tan desagradable, ese sabor te hará ver las cosas tal cual son, verás como eres títere de tus compulsiones, verás como los imprevistos te tratan como si tu fueses una pluma en el viento. Atiende a tus imprevistos negativos, pues ellos transportan señales que indican tu reorientación.

En cambio, a su peor discípulo, el sabio le dijo:

"Te deseo la paz, huye de todo aquello que te meta en problemas, pues aún no estás capacitado para ampliar tu comprensión."

"¿De qué depende ello?", preguntó su peor alumno. A lo que el maestro respondió:

"De tus procesos de maduración. Madurarás cuando sueltes aquello que ya se soltó sin consultarte, madurarás cuando te despidas de aquello que ya se despidió de ti, madurarás cuando pagues tus deudas, cuando hagas tus duelos con tus muertos, cuando no actúes mas allá de tu capacidad, cuando conozcas a tus resentimientos y tus heridas mas repetitivas. Recién cuando aceptes que eres una pluma al viento de tus compulsiones desconocidas por ti, respetaras a tu gran enemigo: Tus compulsiones.

¿De qué te sirven tus intentos de transformación interior si no puedes con tus compulsiones? Ellas han convertido tu falsa vida en hastio y repetición. Tu verdadera vida está siendo creada siempre por primera vez.

Reflexión:

Nuestra existencia esta gobernada por un sinnúmero de experiencias que llevan al extremo nuestra emociones, y en ocasiones llevándonos a la inestabilidad mental, que nos va embargando de prejuicios y temores que con el pasar de los años se van transformando en verdaderos obstáculos que atentan contra nuestra armonía y paz interior, llenándonos de tribulación y desasosiego, internamente nos vamos alimentando de la violencia exterior, quedando atrapada y reprimida en lo más profundo de nuestro interior, y que ante alguna circunstancia inesperada y desagradable, esta violencia reprimida se desencadena en un mar de emociones incontroladas y violentas, reaccionando visceralmente ante cualquier tipo de agresión del exterior, sin mediar de por medio un correcto razonamiento y que deriva en reacciones inesperadas con consecuencias desfavorables e irremediables en la mayoría de los casos.

En apariencia estamos atrapados en esta red de pensamientos y emociones negativas que causan inestabilidad en nuestro diario andar, de que forma lograr sobreponernos a estas circunstancias que destruyen todo intento por aspirar a vivir una existencia con tranquilidad y paz? Por que casi siempre estamos a la defensiva ante cualquier circunstancia aún sin conocerla profundamente?, A que atribuimos nuestra mala suerte en ciertos aspectos personales o aspiracionales?, y porque en apariencia las ¨malas y desagradables¨ experiencias nos siguen con frecuencia? No será acaso que aún sin saberlo internamente ya estamos condicionados a la violencia ante cualquier estímulo que no consideramos agradable y que nos hace actuar visceralmente? Que hay en nuestro interior que nos impulsa a evadirlo o a temerle y que nos impide mostrar nuestra real individualidad en lugar de enmascararnos en la ilusión de la personalidad? Porque es tan difícil simplemente entregarnos al momento y dejar de prejuzgar cualquier vivencia y asumirla como algo espontáneo y novatorio y que nos hace alejarnos cuando nos sentimos agobiados o saturados de la ¨cruel¨ realidad, aún a sabiendas que el remordimiento y el desasosiego nos seguirá siempre donde vayamos, hasta que no seamos capaces de enfrentarnos a nosotros mismos?.

La violencia profunda es el resultado de esta falta de atención y conocimiento de nuestros procesos emocionales y mentales, de ir acumulando día tras día esta constante evasión hacia lo que en verdad sentimos y aspiramos en la vida y que por nuestra falta de valor e ignorancia no demostramos al exterior por ese constante yugo ante el cuál nos sentimos sometidos en nuestra sociedad que nos impulsa a hacer uso de múltiples facetas de personalidad que van encubriendo nuestra real esencia interior y que se va traduciendo en obsesión hacia lo compulsivo y destructivo que nos va hundiendo cada vez más y más hasta lo más profundo de nuestros sentimientos y que en la soledad nos angustia, agobia y autodestruye. La realidad ante esta percepción la sentimos dolorosa y cruel, porque internamente sabemos que la ¨agresión exterior¨ es el reflejo de lo que percibimos de nosotros mismos y que por temor no ¨podemos¨ demostrar al exterior por el que dirán y que no encontramos la fórmula para defenderlo, sabiendo que nuestro mayor deseo es experimentar intensamente nuestra individualidad, para así sentirnos libres y plenos.

Donde comienza tal búsqueda a ese desapego o desprendimiento de la personalidad para que se manifieste en toda su plenitud la individualidad?

Cuando la mente funciona desde la agitación, sólo consigue engendrar malestar, desatino y ofuscación, en ese momento nos hayamos en el umbral de la insatisfacción, la inquietud y el desasosiego. Cuando la mente es gobernada y purificada con actitud positiva y constructiva, mayor quietud tiene. Como puede ser posible la armonía y paz interior cuando se acarrean emociones negativas, enfoques incorrectos y confusión, producto del apego excesivo a lo material y al aferramiento de pensamientos destructivos?. Cuando la guerra interna ha cesado surge la liberación y el verdadero autoconocimiento, se vive firme y en paz con uno mismo, se tiene la mente tranquila, tranquila es la palabra y tranquilas son las acciones, y por consecuencia, mejor son los resultados obtenidos.

El conocimiento que nos proporcionan las condiciones del mundo exterior es mucho más inestable y ficticio porque estamos sujetos a las condiciones ajenas de cambio, al igual que recibimos una buena noticia, también podemos recibirla mala y lo que ahora nos favorece más tarde podría perjudicarnos, debido a esta inestabilidad en que estamos sujetos en la sociedad en que nos desenvolvemos y es cierto que no hay jornada carente de algún tipo de problema. O contrariedad, lo que nos proporciona por lo general descontento e insatisfacción. En cambio, el equilibrio y alegría que surge desde lo más íntimo de la persona como consecuencia de su propia evolución y desarrollo en sí misma, en cuanto a su comprensión clara y estabilidad emocional y mental, es mucho más seguro, consistente y más genuino, el cuál proporciona vitalidad y ánimos renovados, al no depender de circunstancias externas, cuyo conocimiento real va saliendo a la luz a medida en que nos vamos conociendo, controlando y armonizando nuestra individualidad, propiciando una apertura de conciencia y liberación mental, lo cuál se traduce en pensamientos, palabras y acciones.

Lo que buscamos no es algo que deba empezar a existir, sino algo que ya existe, aunque lo hayamos tapado con mil obstáculos. Todo lo que necesitamos es apartar esos impedimentos mentales que nos muestre una luz hacia el horizonte que anhelamos. La ignorancia es el obstáculo principal de nuestra armonía y paz espiritual y como tal debemos comenzar a desterrar con el autoconocimiento, con el deseo de superación y la fuerza de voluntad para salir victoriosos de esta constante guerra interna que es nuestra violencia profunda. Todo ser humano que deseé desarrollar su individualidad posee inquietudes, busca, se interroga, investiga, no se complace con tan sólo lo que la sociedad le ofrece, cuyo vano y superfluo conocimiento hace que sólo vea lo que desea u odia, pero no la naturaleza auténtica de todo lo que sucede y cuyo conocimiento interno permite ver aquello que desencadena esa visión cabal y pura, que permite ver a las causas y efectos tal y como realmente son en el entorno que le rodea. La verdadera atención conduce a esa visión de las cosas más penetrante, clara y sabia, proporcionando la lucidez mental que será de gran ayuda tanto en la búsqueda espiritual como en la vida práctica, dado que otorgará una comprensión más clara de las situaciones y circunstancias sean estas adversas o favorables, y por consecuencia del esclarecimiento de los propios recursos y objetivos para el correcto encauzamiento de la evolución interior, es decir de la individualidad.

La vida la descubrimos momento a momento, prestando la mayor atención a nuestras acciones y reacciones, sin dejarnos gobernar por nuestras compulsiones y vicios adquiridos del mundo exterior; encauzándola positivamente para evitar dañar nuestra esencia, para no tener necesidad de evadir la realidad o alejarnos del mundo, siendo que el mundo es interior y no exterior, en la profundidad de nuestras sensaciones, sentimientos y anhelos que son producto de un pensamiento que se renueva momento a momento, dejando atrás el pasado eliminando el cordón umbilical que nos une a su condicionamiento y remordimiento; y el lazo invisible que nos atrae hacia lo desconocido, lo cuál nos hace compulsivos, temerosos y poco espontáneos; ambos lazos nos mantienen ahogados ante su cruel presión asfixiante, por momentos nos jalan en direcciones opuestas y en otras terminan aplastándonos ante nuestra indecisión para actuar conforme a nuestros deseos reprimidos; en el momento en que tomemos la responsabilidad de que nuestras experiencias son producto de nuestras acciones, en ese momento comenzaremos a descubrir aquello que nos provoca ese vacío y dolor interno, y en base a fuerza de voluntad y determinación comenzaremos a interpretar y canalizar aquello que consideramos doloroso y destructivo. Habremos adquirido real conciencia de lo que somos y el objetivo por el cuál comenzaremos a desarrollar nuestra individualidad, que es esa verdad oculta que habita en nuestro interior, donde comienza el contacto íntimo con el genuino conocimiento que cada ser humano posee, porque ahí radica cada una de las respuestas a nuestra incertidumbre y agobio permanente. ¨Porque la verdadera vida está siendo siempre creada por primera vez¨.

Quién no alcanza la concentración del pensamiento no puede tener paz, y cómo puede ser feliz quién no tiene paz?