lunes, julio 09, 2012

Fortaleza

A través de los tiempos el ser humano ha requerido no sólo de fe para superar cada ciclo en la que ha sido sometido a través de los procesos de la evolución natural de su especie; la fortaleza que le caracteriza ha sido esencial no sólo para sobrevivir, sino para lograr alcanzar los altos niveles de conocimiento acerca de su entorno tanto interno como externo, explicarse la creación del universo, el origen de la vida sobre la tierra,  desentrañar los misterios de aquel ente que se conceptúa como omnipresente, omnipotente y omnisciente; y obsesionarse con la vida después de la muerte; son las constantes incógnitas que enfrascan las voluntades en busca de alguna respuesta que proporcione certidumbre y fortaleza al espíritu.
 
Que decir de las desavenencias que día a día enfrentamos por nuestra supervivencia,  donde impera la lucha de poder en todos los estratos de la sociedad; no siempre nos favorecerán las circunstancias por ser parte del proceso de aprendizaje de la vida, sin embargo, cada situación nos demanda demostrar lo mejor de nuestras fortalezas, y más en estos momentos en que imperan crisis a nivel mundial en cualquier aspecto; en una año de cambio y renovación, con teorías irreales del fin del mundo, el fin de una era, y que en esencia representa un cambio de mentalidad, de renovación espiritual, en el que el ser humano debe hacer conciencia de la responsabilidad de habitar un mundo que nos fue prestado temporalmente para aprender de él, para cumplir con nuestra misión personal, para evolucionar y heredar un legado a las generaciones que nos precederán.
 
Sin fortaleza el ser humano cae presa de las innumerables debilidades en que se encuentra expuesto, y más ante las tentaciones del medio; no hay una regla general para saber discernir entre lo bueno y lo malo, si bien es una cuestión del tipo de moral con la que fuimos educados y reafirmada en el medio social. Independientemente de ello, se requiere que sepamos sobrellevar y superar con éxito las diferentes circunstancias que se nos presentan, ya sean ocasionadas e inesperadas, y que en la medida en que nuestro nivel de percepción se agudice, obtengamos la experiencia para lograr evolucionar consistentemente, llevándonos a desarrollar niveles de madurez óptimos que nos permita enfrentar la vida con mayor valor. Todos en algún momento estaremos expuestos a una situación de riesgo, muchos podrán afirmar que es cuestión del destino, de karma, de penitencia. Sin embargo, en la medida en que proyectemos la actitud en nuestros pensamientos, invariablemente serán las situaciones que propiciaremos, porque estaremos condicionando nuestro actuar a nuestro pensar.
 
En estos momentos, en que la sociedad se encuentra vulnerable y atemorizada por el panorama mundial que se nos presenta en el futuro inmediato, es momento de unir intenciones, desarrollando la fortaleza necesaria desde nuestro núcleo interno e irradiarlo al exterior, luchando sin cesar por cristalizar nuestras metas y defender nuestros sueños; porque agentes adversos siempre estarán presentes, y en tiempos de cambio no es deseable rezagarse; es necesario dar lo mejor de sí mismo a fin de consolidarnos en un mundo en caos; bien dicen que aquella persona que no crece en tiempos de crisis, difícilmente lo logrará en la estabilidad; porque el mundo es de quienes lo enfrentan con entusiasmo y fortaleza.
 
 
¨La Fortaleza emana del despertar de nuestra potencialidad¨.