Siete Pasos para dominar el Ego
No te sientas ofendido
El ego nos impulsa a defendernos cuando alguien nos ofende o intenta
evidenciar o humillar para blindarnos ante los absurdos de las ofensas sin
fundamento o carentes de moral; porque aquel que intenta ridiculizar en público
a otra persona, sólo demuestra su pobreza interior, es un grito desesperado por
llamar la atención cuando experimenta soledad en su alma; el sentirnos
ofendidos es aceptar que carecemos de autoestima, el silencio respetuoso ante
la ofensa demuestra grandeza, porque somos sabedores de nuestra valía.
Libérate de la necesidad de ganar
El ego nos impulsa a competir para buscar ante cualquier circunstancia
la necesidad de ganar, buscando autoafirmación, porque aún no valoramos los
afortunados que somos al poseer el preciado regalo de la vida y lo valiosos que
somos sin importar el qué dirán, porque la verdadera competencia no es ante
otro ser humano, es ante nosotros mismos, en superar nuestras limitaciones
mentales, nuestros prejuicios adquiridos; ganar es vencer la necesidad de
competir al exterior, es alcanzar la victoria de nuestra propia realización.
Libérate de la necesidad de tener razón
El ego nos impulsa a imponer ante todo una verdad que creemos poseer,
pensando que siempre tendremos la razón, cuando cada ser humano experimenta en
su propio universo y nadie puede pretender imponer su razón, eso es soberbia,
es ser impositor; la verdad aplica inherente y exclusivamente en cada ser
humano.
Libérate de la necesidad de ser superior
El ego nos impulsa a sentirnos superiores a los demás como un mecanismo
de defensa ante nuestra inseguridad, la que obliga a reafirmarnos con este tipo
de actitudes, porque hemos dejado de creer en nuestro propio valor, el cual no
hay necesidad de externarlo ni gritarlo a los cuatro vientos, sólo estamos
evidenciando carencia interior; quien realmente lo posee, lo emana, y éste se
manifiesta sin intentar sobresalir ante otro ser humano, la verdadera luz
brilla por sí misma, no necesita encenderla para que la vean y admiren.
Libérate de la necesidad de tener más
El ego nos impulsa a poseer más y más sin saciedad, porque no
encontramos algo que termine por llenar ese vacío existencial que nos embarga y
deprime, la autoafirmación es amar lo que somos, no negar nuestro origen;
porque la posesión material sin límites sólo pretende llenar huecos en un pozo
sin fondo, la felicidad no estriba en la acumulación de posesiones, riquezas o
títulos; la felicidad es experimentar la riqueza que la naturaleza nos ofrece,
y que es la que alimenta el alma.
Libérate de la necesidad de identificarte con tus logros
El ego nos impulsa a identificarnos ante los demás en relación a
nuestros logros materiales o profesionales, porque necesitamos que nos
reconozcan, que nos estimen, que nos valoren, que nos vitoreen o que nos
coloquen en un pedestal para adorarnos, para que se enteren de lo valioso que
somos y de esa forma ganar prestigio y respeto; la grandeza emana del alma y no
a través de palabras sin consistencia. El valor emana desde el interior, no
depende del exterior para estimularnos, esto sólo refleja carencia y falta de
aceptación.
Libérate de la necesidad de tu fama
El ego nos impulsa a expresar que somos exitosos porque hemos alcanzado
la cúspide de lo material; y que eso se transforme en nuestra bandera de
autoafirmación, es perder de vista que lo esencial de la vida es buscar el
medio para alcanzar el fin, y si el fin es la felicidad, cuando nos
obsesionamos en el medio, el fin se transforma en subjetividad; porque una
persona exitosa no es aquella que ha logrado la cúspide de lo material, el
éxito se ve reflejado en la autorrealización armónica en todas las facetas y no
solamente en una, es por ello que nos aferramos a adornarlo porque
experimentamos desequilibrio, la fama la da el reconocimiento exterior; la
realización la da el equilibrio y la saciedad interior que lleva a la plenitud
en todas y cada una de las facetas de nuestra existencia.
Cómo dominar algo que se
encuentra tan presente en nuestra personalidad?, si nuestro escudo ante todas
las tentaciones de la vida es precisamente nuestro ego. El ego desarrolla la
personalidad y esa es producto de nuestro medio social, y la individualidad es
parte intrínseca de nuestra esencia, representa la liberación del ego y que se
manifiesta en un Ser individual y autónomo. Ser Libre es no experimentar apego
obsesivo ante lo material; es aquel Ser que no le afecta la ofensa, que no
siente la necesidad de ganar de la banalidad, que no se siente poseedor de la
verdad absoluta, que no necesita sentirse superior a nadie, que no se obsesiona
por poseer más de lo que es fugaz, que no necesita identificarse con logros
materiales efímeros y que no necesita de la fama para sentirse grande, porque
ya es grande por el hecho de ingresar al escenario de la vida.
Liberarse del Ego es desprendernos
de su multiplicidad de facetas: Egocentrismo, Egoísmo y Egolatría. Liberación es desapegarnos de
obsesiones, dependencias y reconocimientos. La vida es tan efímera que lo
material sólo es un medio, no el fin último de la existencia, aferrarnos a los
apegos diluye la gran oportunidad de practicar la riqueza interior que poseemos,
para construir con bases sólidas y tangibles el destino que aspiramos a
experimentar.
¨El Ego emana de la mente, el Ser individual emana del alma¨.
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