jueves, mayo 31, 2012

Sentido de Vida

La vida es un regalo que todo ser humano debería valorar y agradecer de poseerlo; no es algo que se nos da al azar, no hay teorías contundentes respecto a su origen y significado, aún sigue siendo un misterio quién o qué desencadenó la llamada gran Explosión conocida como Big Bang y que dio origen al universo el cuál está gobernado por un Orden y aparente Caos y que trajo como resultado el surgimiento de toda forma de vida en todo cuánto nos rodea. Y lo más fascinante es tratar de comprender que clase de ente, energía o inteligencia de orden superior, llamado históricamente Dios, depositó en cada manifestación de vida un código genético que nos hace funcionar y comportarnos con un gran sentido del Orden en base a una inteligencia innata, que nos hace adaptarnos con gran facilidad al entorno, tan sólo con el instinto de supervivencia, el cuál poseemos todos los seres vivientes. Es algo de lo cuál no podemos cuestionar, que toda forma de vida posee una razón de ser, un sentido de vida!.
 
Si nos enfocamos a la existencia humana, es aún inexplicable el saber la razón de cuál es el sentido de que cada ser humano experimente la vida?. O cómo usualmente cuestionamos: acaso la vida tiene sentido?, o porque afirmamos que nuestra vida carece de sentido?, e incluso decimos que nuestra vida ha adquirido sentido!, a que sentido nos referimos cuando cuestionamos o afirmamos?. Lo cierto, es que la vida por sí misma es incuestionable, y más aún, cuando estamos conscientes de que el término de nuestro ciclo vital es inevitable, hay teorías que carecen de un fundamento científico contundente, que afirman que la verdadera vida inicia cuando se libera la atadura física; hay otras personas que sostienen que la vida significa una pesada carga, y que la muerte representa la liberación de su sufrimiento, es decir, la vida después de la vida!..
 
Es inconcebible pensar que la vida siendo un regalo, represente una pesada carga que nos impulse a perder la esperanza y el sentido de vivir; aferrándonos incluso en algún tipo de reencarnación, que al extinguir o precipitar la existencia que nos provoca insatisfacción y sufrimiento, nos lleve a una nueva forma de vida más placentera o con mejores condiciones de las que actualmente experimentamos; cuando en realidad nada está escrito ni comprobado, ni mucho menos podemos afirmar que es contundente; la única realidad es lo que percibimos en nuestro tiempo presente, el cuál desdeñamos, aferrándonos al pasado o aspirando a un tiempo futuro que aún no hemos experimentado. La vida puede representar un suspiro, cuando la desperdiciamos indiscriminadamente, y puede derivar en un gran desafío con multiplicidad de satisfacciones, cuando es aprovechado al máximo.
 
Son muchos los cuestionamientos cuando evaluamos el sentido de la vida, porque si bien no tenemos certeza qué o quién nos obsequió la gran responsabilidad que conlleva el depositarnos la existencia y con que fin o bajo que condicionamiento; y porque de igual forma nos es arrebatada cuando ha llegado la hora de concluir nuestra permanencia física, unas veces en forma natural y otras violenta e inesperada, no tenemos control sobre ello!. Tampoco nadie nos puede afirmar fehacientemente que continúa una nueva experiencia de vida en otro plano a nivel espiritual. Nos puede llevar toda una vida tratar de desentrañar esos cuestionamientos, sin una certidumbre garantizada. Por tanto, no es dable obsesionarnos con la vida después de la muerte para asentarle un sentido a nuestra existencia en este mundo; desperdiciando la gran oportunidad de experimentar nuestro tiempo vital y único como lo es el presente, sin condicionar nuestro actuar a aquello intangible que nos espera o aspiramos a experimentar cuando concluya ésta. El sentido es consecuencia del deseo de amar la vida, de valorarla, de darnos cada día que tropezamos una nueva oportunidad, aún cuando perdamos súbitamente la esperanza y la fe en nuestras capacidades; recordemos que cada tropiezo lleva consigo una enseñanza, a fin de que podamos asimilarla con madurez y valentía. Si insistimos en levantarnos y aprender de esa experiencia aplicando ese conocimiento a una nueva oportunidad, seguramente tendremos un mejor desempeño, lo que dará como consecuencia que poco a poco desarrollemos certidumbre de lo que la vida nos depare, redituando en autoconfianza!.
 
¨El sentido de la vida representa la constante oportunidad para atreverse, caer, levantarse, aprender, crecer y trascender, porque los límites sólo existen en la mente, las oportunidades en la voluntad!.¨