Sentido de Vida
La
vida es un regalo que todo ser humano debería valorar y agradecer de
poseerlo; no es algo que se nos da al azar, no hay teorías contundentes
respecto a su origen y significado, aún sigue siendo un misterio quién o
qué desencadenó la llamada gran Explosión conocida como Big Bang y que
dio origen al universo el cuál está gobernado por un Orden y aparente
Caos y que trajo como resultado el surgimiento de toda forma de vida en
todo cuánto nos rodea. Y lo más fascinante es tratar de comprender que
clase de ente, energía o inteligencia de orden superior, llamado
históricamente Dios, depositó en cada manifestación de vida un código
genético que nos hace funcionar y comportarnos con un gran sentido del
Orden en base a una inteligencia innata, que nos hace adaptarnos con
gran facilidad al entorno, tan sólo con el instinto de
supervivencia, el cuál poseemos todos los seres vivientes. Es algo de
lo cuál no podemos cuestionar, que toda forma de vida posee una razón de
ser, un sentido de vida!.
Si
nos enfocamos a la existencia humana, es aún inexplicable el saber la
razón de cuál es el sentido de que cada ser humano experimente la vida?.
O cómo usualmente cuestionamos: acaso la vida tiene sentido?, o porque
afirmamos que nuestra vida carece de sentido?, e incluso decimos que
nuestra vida ha adquirido sentido!, a que sentido nos referimos cuando
cuestionamos o afirmamos?. Lo cierto, es que la vida por sí misma es
incuestionable, y más aún, cuando estamos conscientes de que el término
de nuestro ciclo vital es inevitable, hay teorías que carecen de un
fundamento científico contundente, que afirman que la verdadera vida
inicia cuando se libera la atadura física; hay otras personas que
sostienen que la vida significa una pesada carga, y que la muerte
representa la liberación de su sufrimiento, es decir, la vida después de
la
vida!..
Es
inconcebible pensar que la vida siendo un regalo, represente una pesada
carga que nos impulse a perder la esperanza y el sentido de vivir;
aferrándonos incluso en algún tipo de reencarnación, que al extinguir o
precipitar la existencia que nos provoca insatisfacción y sufrimiento,
nos lleve a una nueva forma de vida más placentera o con mejores
condiciones de las que actualmente experimentamos; cuando en realidad
nada está escrito ni comprobado, ni mucho menos podemos afirmar que es
contundente; la única realidad es lo que percibimos en nuestro tiempo
presente, el cuál desdeñamos, aferrándonos al pasado o aspirando a un
tiempo futuro que aún no hemos experimentado. La vida puede representar
un suspiro, cuando la desperdiciamos indiscriminadamente, y puede
derivar en un gran desafío con multiplicidad de satisfacciones, cuando
es
aprovechado al máximo.
Son
muchos los cuestionamientos cuando evaluamos el sentido de la vida,
porque si bien no tenemos certeza qué o quién nos obsequió la gran
responsabilidad que conlleva el depositarnos la existencia y con que fin
o bajo que condicionamiento; y porque de igual forma nos es arrebatada
cuando ha llegado la hora de concluir nuestra permanencia física, unas
veces en forma natural y otras violenta e inesperada, no tenemos control
sobre ello!. Tampoco nadie nos puede afirmar fehacientemente que
continúa una nueva experiencia de vida en otro plano a nivel espiritual.
Nos puede llevar toda una vida tratar de desentrañar esos
cuestionamientos, sin una certidumbre garantizada. Por tanto, no es
dable obsesionarnos con la vida después de la muerte para asentarle un
sentido a nuestra existencia
en este mundo; desperdiciando la gran oportunidad de experimentar
nuestro tiempo vital y único como lo es el presente, sin condicionar
nuestro actuar a aquello intangible que nos espera o aspiramos a
experimentar cuando concluya ésta. El sentido es consecuencia del deseo
de amar la vida, de valorarla, de darnos cada día que tropezamos una
nueva oportunidad, aún cuando perdamos súbitamente la esperanza y la fe
en nuestras capacidades; recordemos que cada tropiezo lleva consigo una
enseñanza, a fin de que podamos asimilarla con madurez y valentía. Si
insistimos en levantarnos y aprender de esa experiencia aplicando ese
conocimiento a una nueva oportunidad, seguramente tendremos un mejor
desempeño, lo que dará como consecuencia que poco a poco desarrollemos
certidumbre de lo que la vida nos depare, redituando en autoconfianza!.
¨El
sentido de la vida representa la constante oportunidad para atreverse,
caer, levantarse, aprender, crecer y trascender, porque los límites sólo
existen en la mente, las oportunidades en la voluntad!.¨
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