Recuerdos
Si cuantificáramos la cantidad de
recuerdos que llegan a nuestra mente, llegaríamos a la conclusión que ocupan
más de la mitad del espacio en nuestro pensamiento diario. Nuestra naturaleza
responde a retener episodios de todo tipo de tesituras, de que tipo?, depende
de la capacidad de la persona para valorar más unas que otras, de su nivel de
conciencia, su condición emocional y del entorno el que se desenvuelve; y ese
tipo de recuerdos no sólo los retenemos mentalmente, lo hacemos a través de
conservar objetos que con el tiempo se vuelven muy significativos y que forman una
parte inseparable de nuestro espacio; a través de fotografías en donde
congelamos momentos que fueron especiales y que conserva gran parte de nuestra
historia personal; por medio de tarjetas que alguna ocasión recibimos de un
entrañable amigo o un ser querido; y en la actualidad mediante los medios
electrónicos como las redes sociales, donde creamos un blog propio y que nos
sirve de diario personal para conservar momentos significativos que nos ocurren
en el diario vivir!.
Es interesante analizar que nos
impulsa a retener estos momentos que marcan nuestro libro de vida?, porque
dominan más los momentos que representan felicidad, que aquellos que han dejado
algún tipo de huella o herida permanente a nivel emocional o físico?. Y aquellos
que son plenos porque tenemos esa necesidad de plasmarlos y conservarlos, e
incluso estarlos rememorando cuando nos surge ese impulso?. Estaremos respondiendo
a un sentimiento de apego específico?, o es que no hemos analizado el porqué no
podemos desprendernos de los recuerdos del pasado?, cuántas veces nos ha pasado
que súbitamente nos encontramos con una persona que incluso, ya no ocupaba un
espacio en nuestros recuerdos y de pronto desencadena toda una oleada de
recuerdos que emergen sin control de nuestra mente y además de revivir
sentimientos que pensábamos habían ya desaparecido, viejas heridas o círculos
inconclusos?. Que mecanismo en nuestra mente, retiene este tipo de experiencias
de las cuáles ya ni siquiera sabíamos que pudiésemos recordar?.
Por supuesto que hay fundamentos
científicos que nos explican fisiológica y psicológicamente la forma en cómo
procesamos esa información que se suscita en cada situación, y que representa
nuestro almacén de vivencias, que con el tiempo se consolidan en nuestro baúl
de los recuerdos y en ocasiones es una caja de pandora que no desearíamos abrir,
ante la inseguridad para controlar los estados emocionales que desembocarían!. Es
muy significativo, por supuesto comprender qué el impulso natural de todo ser
humano, es dejar una huella permanente a cada paso que da en la vida, un
proceso gradual para asentar un testimonio vivencial y que página a página
escribimos el libro de oro de nuestra experiencia, ya sea en forma mental,
emocional, gráfica o digital. Claro que nuestra tendencia es asentar físicamente
los momentos que nos proporcionaron sensaciones plenas y sublimes, y que
emocionalmente evocamos cuando nos sentimos apesadumbrados y necesitamos de
algún tipo de recuerdo que nos levante el ánimo!. En cambio tenemos la
tendencia a almacenar con gran fidelidad y nitidez, aquellas vivencias que
resultaron desagradables y dolorosas, porque?, es aún un misterio que se
desentraña en cada universo personal.
Si bien los recuerdos nos proporcionan
la base sobre la que construimos nuestro destino, y que forjamos a cada paso
que damos, el instante posterior al ser retenido o plasmado ya se transforma en
un recuerdo!, el tiempo es implacable y no detiene su marcha, mental y
afectivamente podremos retenerlos, pero vivencialmente, los instantes presente
se escapan literalmente de nuestras manos!. Valdrá la pena aferrarnos demasiado
a ellos cuando la vida se va en un suspiro?, los recuerdos forman parte
sustancial de nuestra vida y podemos darle la tesitura idónea cuando actuamos
positiva y constructivamente; ya sea que sean agradables o desagradables, ambos
son valiosos por la información que nos transmite acerca de nuestras reacciones
en determinada situación, y eso hace que la vida valga la pena porque nos
transmite Sabiduría!.
Un recuerdo es la prueba fehaciente de una vivencia, y el privarnos de
este privilegio, es negarnos la posibilidad de trascender!
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home