jueves, mayo 31, 2012

El Valor

Cuando hablamos de este tema nos remontamos a los valores humanos esenciales, y que son tan necesarios en la actualidad, en una sociedad que ha sido sometida por las actuales crisis a nivel económico, educativo y social y que han derivado en el fracaso de modelos políticos de gobiernos recientes y no de menor importancia, la arrasadora influencia de los medios de comunicación que están diseñados no sólo para informar, sino para imponernos su mercadotecnia plagada de mensajes subliminales orientados a insinuar estereotipos que denostan la imagen natural del ser humano a nivel estético, y afectivo, con la intención de denigrar y destruir su autoestima para aparentar imponerle un nuevo estatus que asegure su ¨aceptación¨ y ¨reconocimiento¨ en una sociedad manipulada para fines inductivos de tipo ideológico, religioso y consumista.
 
Mucho de esta influencia ha mermado a través del tiempo el valor humano que estaba supeditado a la espontaneidad a los valores que poseemos por omisión, y que en la actualidad ante esa voraz red mediática en que nos encontramos bombardeados a todo momento, han confundido nuestra ideología individualista. Porque es absurdo pensar que vale más el que posee más, el que estéticamente ¨cumple¨ con un estereotipo determinado por la misma sociedad mediatizada, el que aparenta mayor cultura, mejor nivel socioeconómico, el más popular y que simplemente se adapta camaleónicamente al entorno en que se desenvuelve sacrificando su verdadera esencia. Donde queda pues, el valor humano?, en qué momento nos han ido adaptando a una doble moral con la finalidad de poseer nuestra mente y voluntad?, mejor dicho, a partir de qué momento hemos permitido que nos despojen de nuestra individualidad?, aquella que nos hace ser auténticos, espontáneos y experimentar autorrealización sin la necesidad de utilizar máscaras y sacrificar nuestros valores!.
 
Ese despojo del cuál históricamente hemos sido víctimas inermes, es lo que nos hecho perder nuestros valores, desarrollando confusión e incertidumbre en nuestras mentes, endurecer nuestro corazón y deformar nuestros sentimientos a nivel individual y colectivo; tal ha sido la pérdida de la sensibilidad ante esta carencia de valores, que actuamos con cierta indolencia e insensibilidad ante el entorno en que estamos inmersos, indiferencia a la desgracia y al dolor ajeno, desarrollando toda una gama de violencia a cualquier nivel que raya en lo inhumano e injusto, se carece de sentido de pertenencia hacia nuestra cultura milenaria, nuestra patria, hacia la familia, hacia el vulnerable y desposeído, encerrándonos en una burbuja de egoísmo y apatía; desarrollando cierta tendencia narcisista.
 
El valor no debe ser adaptado al entorno, no se desarrolla del exterior al interior, sino a la inversa; surge de meditar y reconocer que hemos descuidado lo más esencial y primario que nos distingue entre los demás seres vivientes, somos poseedores de conciencia, razonamiento, inteligencia, imaginación y creatividad. No hay necesidad de ser violentos, manipuladores, hipócritas, incoherentes, injustos e indiferentes. Eso sólo denota fragilidad e ignorancia hacia uno mismo. El desarrollar el sentimiento de justicia es ser justos no sólo hacia el entorno, nuestro medio natural, el prójimo, sino hacia uno mismo. Ser coherentes con nuestros valores: como honestidad, humildad, empatía, solidaridad e igualdad, entre otros. Cuando reconocemos que el valor emerge de nuestras facultades innatas, ya estamos en el camino de independizarnos de los apegos provenientes del exterior y actuar en consonancia con el instinto de libertad. Porque si valemos, y mucho, no porque no lo reconozcan, acepten o reiteren; ese convencimiento surge de lo más íntimo de nuestro Ser.
 
¨El valor es ejercitar nuestra libertad de sentir, pensar, expresar y actuar en el marco de la legalidad humana, natural y social!¨.