Reflexión acerca de la Libertad
Existe la Libertad?, realmente somos libres del todo?,
cuántos tipos de libertad existen?; y porque cuando experimentamos alguna forma
de libertad, sentimos una gran carga difícil de soportar?; porque de pronto nos
da miedo ser libres?. Si la libertad es una posibilidad de elección, porque
apenas nos emancipamos de un tipo de esclavitud, inmediatamente buscamos otro
factor de dependencia?, que tipo de responsabilidad conlleva el aspirar a ser
libres?. Realmente poseemos libertad de acción, de expresión o de pensamiento?,
hasta donde se encuentran los límites de nuestra llamada libertad?, si
aparentemente nacimos para ser libres, en que momento perdimos el rumbo a tal
grado que históricamente el hombre ha luchado a sangre y fuego por el postulado
de la libertad?. No será la libertad sólo un estado subjetivo de conciencia?, y
si acaso hemos llegado a experimentar un estado pleno de libertad de que forma esto
atenta contra las normas, reglas y leyes que rigen en nuestra sociedad?, acaso
no se transforma en una forma de libertinaje?. Por lo tanto que tipo de
libertad es por la que luchamos?. Que nos sujeta, aprisiona, coacciona o limita
que por alguna razón no nos sentimos libres?. Todo lo relacionado con la
libertad será acaso sólo una ilusión?.
Algunos pensadores concuerdan que la libertad o
en su forma primitiva: libre albedrío, es tan sólo una utopía; ya que de origen
no fue nuestra elección nacer, mucho menos bajo las condiciones sociales y el
entorno en que nos tocó vivir; no se diga la herencia genética de nuestros
padres ajena a un tipo libre de elección y que determinó nuestra fisonomía, así
como nuestra potencialidad facultativa y de consciencia. Fisiológicamente,
nuestro organismo está condicionado por las leyes de la naturaleza, condiciones
climáticas y de alimentación para su óptimo funcionamiento, esto es sin lugar a
dudas un tipo de dependencia; además de que estamos bajo los cuidados y
formación de valores de nuestros padres que nos imponen algún tipo de
comportamiento y responsabilidades de carácter moral, como preparación para
enfrentarnos a la sociedad. Y una vez en la sociedad, estamos regidos por las
creencias religiosas, las leyes y las normas morales de conducta, así como sus
prohibiciones para asegurar la buena convivencia; una vez insertados en el
campo de formación académica y el terreno laboral, debemos respetar sus
reglamentos para conducirnos acorde a sus políticas de comportamiento y
desempeño; estamos incluso poseídos por nuestras concepciones e ideas cuando
nos sentimos dueños de la verdad. Cómo podríamos aspirar o presumir de algún
tipo de libertad, cuando somos dependientes o nos encontramos tan sometidos por
cualquier ángulo?.
Por tanto, aspirar a un tipo de libertad
conlleva a una gran responsabilidad, cuyo derecho se limita a la libertad de
pensamiento y de expresión sin que ésta parezca solamente una ilusión, ya que a
toda acción le corresponde sus consecuencias. Todos merecemos ser libres y ese
es el motor primario de nuestra existencia. Ya sea que se nos han impuesto todo
tipo de restricciones y en otros casos por convicción, sin embargo cuando ya
poseemos plena conciencia de nuestros actos, en ese momento podemos ejercer
nuestro derecho de liberarnos de los múltiples yugos que aprisionan y arrebatan
nuestra identidad, defendiendo nuestras garantías individuales como ciudadanos
y el derecho a ser felices; sin imposiciones, fanatismos, ni manipulaciones. En
algún momento es imperativo tomar las riendas de nuestra vida y buscar la
libertad que nos lleve a cumplir nuestros objetivos de tipo aspiracional.
Sentirnos dueños de nuestras acciones, poseer la libertad de escoger el sendero
que transitaremos para construir nuestro propio destino; ser responsables en la
forma de conducirnos en la sociedad, es decir, no temer a ser libres.
Porque
aún cuando estemos regidos por la diversidad de factores que rodean nuestro
entorno, la libertad deja de ser una utopía cuando liberamos el yugo de nuestra
propia esclavitud!.
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