jueves, mayo 31, 2012

Casualidad o Causalidad?

Al caminar por la calle como cualquier día ordinario, en la red de la rutina donde todo a nuestro alrededor funciona indiferente a nuestros pensamientos y que están matizados de cuestionamientos incesantes; de reproches interminables; de sucesos significativos rememorados una y otra vez; de expectativas esperanzadoras que reafirmen nuestra estancia terrenal; y de infinidad de obstáculos y barreras que la adversidad nos enfrenta constantemente; nostalgias, tristezas, temores, depresiones, inspiraciones, inesperadas vivencias. Todo esto marca nuestro estado mental y anímico en el diario vivir. No sabemos en realidad el porqué de estos eventos, quién lo dirige?, lo provocamos?, si es así lo hacemos consciente o inconscientemente?, o ya estamos sometidos a un destino, por el hecho de haber heredado ciertos genes parentales?. Que nos impulsa a orientarnos a determinadas actividades de tipo profesional o recreativo? , porque se nos hace tan fácil realizar determinadas actividades, mientras que otras por más que nos esforzamos pareciera que no estamos hecho para realizarlas?, porque somos hábiles y hasta cierto punto naturales para algunos aspectos, mientras que en otros simplemente nos es indiferente e imposible?.  Y porque percibimos en más de una ocasión ya sea en la vigilia o en el sueño, escenarios, vivencias, sueños o pesadillas de lugares que ni remotamente habíamos experimentado en vida propia?. De donde provienen esas casualidades o serán causalidades?.

Si fuese casual, quién o qué factores lo detonan?, porque nuestra vida pende de un hilo tan delgado y frágil, que en cualquier momento podemos tener un accidente, ser violentados o impulsados a situaciones inesperadas e incontrolables?, que acaso cada ser humano está codificado para experimentarlo en algún momento en particular?. Y para que propósito o fin?. En primer lugar quién nos dirigió para nacer en determinada circunstancias y con las personas específicas?. O cuando llega el inevitable momento hacia donde nos dirigimos?, si es que hay otros planos después de abandonar la existencia terrenal. Tanto es incierto nuestro surgimiento espontáneo hacia ésta vida, como incierto el rumbo que tomará nuestra conciencia si es que ésta se conserva en el instante inesperado de la muerte. Y por eso mismo debemos experimentar temor, resignación, alegría o impaciencia por esos dos eventos que escapan  nuestro control?. En donde se encuentra el llamado control tanto para evitar que surjan las casualidades o para identificar las causalidades?. Y si en la apariencia no podemos controlar estas dos circunstancias, cuál es el sentido de esta existencia?.

Si es casual o causal, es cierto que a pesar de que se nos arrancó de origen la libertad de escoger cuando y cómo nacer y en que momento y la forma de elegir nuestro final. Lo que nos queda por decidir, es la forma en como deseamos la vida en el momento en que fuimos arrojados a esta existencia terrenal y fue activada nuestra conciencia, independientemente el entorno en que nos tocó vivir!, esa es la transición de la casualidad hacia la causalidad, que todo tiene un porque, el cuál no se sabe con precisión, pero que a partir en que asumimos la responsabilidad de emanciparnos de las casualidades, comenzaremos a tomar el control de nuestras acciones y por ende, se disolverán los eventos inesperados; al alimentar la autoconfianza se desarrolla certidumbre y por tanto no debe ya haber necesidad de experimentar incertidumbre, pues ésta es producto de la inseguridad y la negación de la propia potencialidad. Un ejercicio que cotidianamente debemos realizar, ya que requiere compromiso y valor para enfrentar cualquier circunstancia sin vacilar. La causalidad es parte de la realidad y es nuestra responsabilidad ser creadores de ella y no receptores pasivos, porque si bien el tiempo no lo podemos detener, si poseemos la facultad de vivir intenso y conscientes el presente para no dejar reminiscencias que de origen a los remordimientos y culpas clásicos del tiempo pasado.    

En la teoría es sencillo decirlo, sin embargo, en algún momento debemos asumir esa responsabilidad, porque la vida se escapa en un suspiro, y ya es hora de hacer a un lado las casualidades y transformar nuestro destino en causas generadas por acciones claramente deliberadas y razonadas para propiciar el destino que aspiramos experimentar; vale la pena intentarlo, porque nunca será tarde para dar el primer paso y retomar el control de nuestra existencia!.