martes, agosto 18, 2009

Palabras Sabias


En ocasiones la senda que escogemos es larga y difícil, pero recuerda: esas sendas son las que siempre conducen hacia los panoramas más bellos.

Los caminos los construimos día a día, basados en la proyección del futuro que anhelamos alcanzar, no siempre serán los más acertados, sin embargo la vida está basada en el azar de las oportunidades, sólo disponemos de nuestra intuición para saber que sendero transitar, aún con los imponderables que se nos presenten durante el trayecto; estos caminos serán tan breves o tan interminables dependiendo de nuestro grado de percepción para saber sortear todas y cada una de las dificultades o desavenencias que debamos enfrentar; sin embargo un camino fácil y inesperadamente corto puede acarrear que no estemos lo suficientemente preparados y con la madurez adecuada para afrontar los insípidos beneficios que éste nos entregue, esfumándose tan rápido como llegó dejándonos sólo un sentimiento de insatisfacción y decepción por la brevedad de sus satisfactores, y sin un aprendizaje real de por medio, es decir; vivencia, más no sabiduría. Y por otro lado un camino aparentemente largo y penoso lleno de obstáculos, desgracias, dolor, injusticias e interminable zozobra, por alguna circunstancia que no está sujeta al raciocinio humano, son estos caminos los que nos proporcionan no sólo un grado de aprendizaje superior, debido a la enseñanza de vida que nos proporciona, sino además una enorme satisfacción, por que gracias a esos largos trayectos, hemos alcanzado un grado de madurez por encima de lo normal, una conciencia más elevada y sobre todo experiencia real de vida propia que se traduce en sabiduría, que nos entrega equilibrio y armonía interior, pero sobre todo certidumbre de aquello que llamamos el porvenir.

Inevitablemente aparecen desafíos; tu reacción ante ellos es lo que determina quien eres dentro de tu corazón y todo lo que serás incrementa tus posibilidades de alcanzar la meta emprendiendo la labor en forma gradual.

Ante esas vivencias los desafíos ya forman parte inseparable de nuestra evolución personal, los desafíos nos proveen un gran conocimiento de nuestras acciones y reacciones ante ellos, independientemente de las consecuencias ocasionadas. Lo importante y palpable es como los enfrentamos, con que tipo de mentalidad, de conciencia o de actitud, lo cuál será vital para salir victoriosos de cualquier reto o desafío que se nos presente en la marcha inevitable hacia nuestra meta final que es la muerte; cada experiencia que arroje un desafío nos va allanando o fortaleciendo el corazón, dependiendo que tan frágiles e inseguros o que tan convencidos y determinantes los enfrentemos, eso marcará sin duda alguna los parámetros para medir nuestro grado de madurez y conciencia ante la vida misma, lo cuál acarreará consecuencias desfavorables o favorables, anulando o incrementando nuestras posibilidades de alcanzar nuestras metas trazadas. La vida en sí misma desde el momento en que fuimos concebidos, ya salimos victoriosos de nuestra primera etapa durante la concepción al haber vencido a millones de seres que luchaban por fecundar el óvulo que abre las puertas a la vida terrenal; ahora sigue un nuevo desafío trascender por encima de millones de seres humanos para alcanzar nuevamente el estado de trascendencia del Ser!.


Todo lo que se te pide es que hagas lo mejor que puedas hacer, date cuenta de que eres capaz de llevar a cabo milagros por tu propio esfuerzo.

Así como en la concepción salimos victoriosos con nuestras propias armas, ahora en la vida terrenal, disponemos de nuestros propios recursos y capacidades para realizar el mejor esfuerzo sin esfuerzo, es decir no esforzarnos ante aquello que ya poseemos por añadidura durante la concepción, nuestras facultades instintivas e innatas, simplemente actuar conforme lo dicte nuestra intuición, confiar enteramente en ella, en nuestra voz interior que lleva dentro de sí el código universal de la sabiduría humana, el cuarto secreto invisible e inaudible, y que solamente puede ser codificado por nuestra percepción y que se manifiesta a través de nuestras sensaciones, esa voz sutil nos muestra las diversas claves para afrontar sin problemas cualquier situación inesperada o desesperada. Basta con desarrollar a través de la introspección la sensibilidad para saber interpretar la información proveniente de nuestro interior. Eso es lo mejor que podemos hacer, esa es la acción y la respuesta correcta por encima de los parámetros externos de conocimiento humano que es ajeno a nuestra experiencia de vida y sabiduría interna. Los milagros ocurren actuando en congruencia con nuestro sentir y actuar, sin menospreciarnos ni dependiendo de algo o alguien externo a nosotros, el conocimiento proporcionado de los demás nos entrega sabiduría ficticia y parcial; mientras que el conocimiento de nosotros mismos nos entrega sabiduría real y esclarecimiento total de nuestro entorno interno y externo.

Recuerda que las oportunidades golpean tu puerta por alguna razón y las oportunidades que te convienen están al alcance de tu mano.

Las oportunidades son el mecanismo que nos abre las puertas hacia la abundancia tanto material como espiritual, que se nos ofrece a raudales, pero conforme nuestra vida avanza, estas tienden a escasear a medida en que ignoremos estas posibilidades de enriquecernos en todos los aspectos de la vida. Eso es consecuencia de lo agobiados que nos encontramos en nuestro mundo exterior, y que sumergidos en nuestros problemas existenciales nos aleja de todas las oportunidades que la vida nos ofrece siendo total y abrumadoramente inconscientes de nuestro entorno interno, que sin darnos cuenta se encuentran tan al alcance de nuestras manos que se nos escapan como el agua de nuestras manos provenientes de un inmenso mar de oportunidades. Todo en la vida conlleva una razón de ser, cada ser humano ya lleva consigo un propósito específico por cumplir independientemente de nuestras condiciones únicas, el objetivo en común y universal es desarrollarnos tan plenamente como nuestras capacidades y facultades nos lo permitan, o en su defecto desarrollemos el conocimiento, el dominio y la superación de nuestras inquietudes existenciales, para aspirar a ser libres en pensamiento, palabra y acción.


No necesitas ganar todas las veces, pero si necesitas saber que hace falta para ganar. De ti depende encontrar la llave que abre la puerta hacia una vida más cerca de la verdad que te permite sobrevivirlas y sobrepasarlas.

No siempre se gana en la vida, sobre todo cuando nos empecinamos en compararnos y competir con alguien externo a nosotros, porque la verdadera competencia en la vida se encuentra no al exterior, sino en nosotros mismos, en aspirar a ser mejores cada día, en no desesperarnos por aquello que nos marcó o traumatizó en el pasado, en aceptarnos en un principio de nuestra realidad actual , no como un medio de pesimismo o mediocridad, sino como un punto de partida, para comenzar incluso desde las profundidades de nuestra obscuridad, para levantarnos nuevamente, no importa que sea una y otra vez, lo importante es no desistir en seguir intentando salir adelante. Esa es experiencia vital, conocimiento verdadero, esa es nuestra verdad, esa pequeña luz en la obscuridad que requiere se avive en base a nuestro deseo de superación y fe inquebrantable ante cualquier circunstancia por muy desfavorable que ésta sea. Esa experiencia bien canalizada se transformará con el tiempo en sabiduría, y sobre todo autoconfianza que nos permita retomar nuestro valor como seres humanos, nuestra autoestima y dignidad para ganar pequeñas batallas, que son los escalones que nos llevarán gradualmente a la cima de nuestras aspiraciones personales; esa es la mejor victoria: la superación individual.


Cruza tus puentes. Enfrentarte a tus desafíos.

El enfrentarse a uno mismo requiere de gran valor y determinación, pero sobre todo deseo de volar y crecer internamente, porque a cada paso siempre se abrirá un abismo a nuestros pies, constantemente surgirá una circunstancia que nos haga dudar dar un paso más con el temor latente de caer irremediablemente al precipicio por estar ensimismados en un porvenir incierto, perdiendo de vista el presente actual. Es importante tomar conciencia que la vida es tan incierta como nuestro accionar sea inconsciente e irresponsable. La certidumbre se manifiesta cuando hay control de nuestras emociones, cuando hay concentración para todas y cada una de las cosas que suceden a nuestro alrededor. Cuando asumimos el control de nosotros mismos, cuando nos hacemos responsables de nuestras acciones sin culpar a factores externos, cuando asumimos nuestra realidad y comenzamos a construir puentes en base a ese constante trabajo personal, no temerle a la vida, y mucho menos no temernos a nosotros mismos, todo cuanto habita en nuestro interior es realidad pura y latente en proceso y espera de ser descubierta y trasformada en realidad objetiva y tangible, el temor surge de la ignorancia y desconocimiento de nuestras capacidades; una vez despojados de toda sensación intangible y negativa, resurgirá una nueva actitud de vida a nivel positivo y constructivo para levantar puentes que nos auxilien a enfrentar con toda seguridad y destreza aquellos desafíos que amenacen con detener la marcha hacia nuestra evolución individual.

Persigue tus aspiraciones y acércalas cada vez más a tu corazón.

Una vez cristalizadas esas aspiraciones resurgirá de nuestro corazón una enorme satisfacción por haber retomado el control de nuestros procesos mentales, emocionales y anímicos, eso nos inyectará de nueva vitalidad, de nueva energía, cada instante presente será una valiosísima oportunidad para encarar nuevos desafíos, con la certidumbre de que cada instante es vital para evolucionar hacia senderos con amplias posibilidades de crecimiento, no importa cuán largo sea el camino, tendremos plena conciencia y confianza de que cada paso que demos nos llevará con toda seguridad a las metas que nos hemos trazado en la vida, y cuyo objetivo final será haber cumplido con nuestra misión: trascender que es demostrarnos que no habrá desgracia o dolor que nos impida construir escalones y puentes para alcanzar nuestra evolución deseada, ser felices y libres, entregándonos a la vida intensamente, porque la vida sólo es un estado transitorio de evolución espiritual, y de nosotros depende aprovecharla para lograr el equilibrio y la armonía en base a una actitud constructiva y positiva, esa es la sabiduría de la vida!.