Las Piedritas
En cierta ocasión, un hombre caminaba en la playa en una noche de luna llena. Se encontraba pensando en lo que le depararía el futuro.
Sus pensamientos se enfocaban principalmente en sus bienes materiales:
- Si tuviera un auto nuevo, sería feliz.
- Si tuviera una casa más grande, sería feliz.
- Si tuviera un buen trabajo sería feliz.
- Si tuviera una pareja perfecta sería feliz…..
Cuando de pronto tropezó con una bolsita llena de piedritas que estaban llenas de tierra..
Y sumergido como estaba en sus pensamientos, sin prestarles mayor importancia, las comenzó a arrojar una por una al mar, cada vez que evocaba sus pensamientos en deseos por cumplir:
Sería feliz si yo tuviera….
Así lo hizo hasta que solamente quedó una de las piedritas en la bolsa, la cuál decidió guardar.
Al llegar a su casa percibió que aquella piedrita al limpiarla era en realidad un diamante muy valioso. Lo cuál le provocó un gran vuelco en el corazón, al descubrir la gran estupidez que había cometido, imaginándose la cantidad de diamantes que arrojó al mar sin detenerse a pensar que cada diamante lanzado era el cumplir con sus deseos tan anhelados.
Reflexión:
En la vida real así actuamos en la mayoría de las veces, arrojamos nuestro precioso tesoro por estar esperando lo que creemos es lo perfecto, ó soñando y deseando lo que no poseemos en realidad, sin darle el valor a lo que nos rodea como: la familia, la pareja, los amigos, etc. Al abstraernos en nuestros pensamientos obsesionándonos por poseer algún bien material, lanzamos una a una las piedritas al mar, descuidando enormemente los grandes detalles de la vida, lo increíble de la naturaleza; el detenernos a observar la fortaleza de los árboles, el vuelo y trinar armónico de las aves, el movimiento constante de las nubes circundando el cielo, el sentir de la brisa en la cara, el aspirar el aroma de los bosques, la caricia del rocío de la lluvia, el lenguaje inconfundible de los animales, el escuchar una buena melodía, el disfrutar de un buen café, leer un buen libro, el pasar un buen rato con los amigos, el convivir con la familia, el alzar la mirada para disfrutar el amanecer y el ocaso, las constelaciones y estrellas del cielo nocturno; cada una de esas piedritas son lanzadas inconscientemente olvidando el entorno que nos rodea.
Si mirásemos alrededor y nos detuviéramos un momento a observar antes de arrojar las piedritas, percibiríamos lo afortunados que somos. Muy cerca de nosotros se encuentra la verdadera felicidad. Cada piedrita debe ser observada con detenimiento, porque puede ser un diamante muy valioso. Cada uno de nuestros días puede ser considerado un diamante precioso, valioso e insustituible. Depende de cada uno de nosotros el aprovecharlo o lanzarlo a mar del olvido para jamás ser recuperado. Cada día que amanecemos con vida, salud y lucidez mental es una nueva oportunidad para pulirlo hasta convertirlo un diamante precioso, y que al contrario al obsesionarnos por obtener rápidamente los bienes materiales a cualquier costo y por encima de la dignidad de los demás o quejándonos de lo duro e injusto que es la vida con nosotros, de la soledad que nos invade y vacía el alma; desaprovechamos esa gran oportunidad de disfrutar lo que la vida nos obsequia, quedando sólo en un diamante en bruto desperdiciado y lanzado al mar de la indiferencia.
Cada Piedrita, que es una experiencia más en nuestra vida tiene un motivo específico, toda vivencia ya experimentada sea considerada buena o mala, tuvo un propósito ya definido que cumplió su cometido, y si la sabemos canalizar adecuadamente sin que nos afecte mental o emocionalmente, absorbiendo el aprendizaje de lo positivo que nos dejó y eliminando las impurezas de aquello que nos provoca dolor y resentimiento, nos irá trazando y definiendo el camino que nos lleva al momento en que nos encontramos ahora. Y si desarrollamos la sensibilidad de analizar cada piedrita, cada vivencia, poseeremos la claridad mental para identificar el verdadero propósito y el porqué de nuestras experiencias, lo cuál nos facilitará el camino para labrar nuestros logros materiales y espirituales, que llegarán en su momento propicio, trabajando activa y positivamente día a día, aprendiendo y disfrutando cada momento que experimentamos.
Si tenemos la confianza de que cada anhelo o sueño se cumplirá, atraeremos con ello las buenas energías y vibras de la vida; por ello es importante confiar absolutamente en nosotros mismos, sin presiones ni obsesiones, disfrutando cada momento al máximo con alegría y optimismo, y sobre todo, sin depender de las opiniones externas hacia nuestra persona o actuando en base a ellas. NADIE posee la verdad absoluta, la única y real verdad habita en nuestro interior, la cuál es exclusiva y personal en cada ser humano, d donde se encuentran las respuestas a nuestras inquietudes. Su valor se encuentra en defenderla y enriquecerla con vivencias, para adquirir sabiduría. Somos un diamante en bruto en espera de ser pulido para descubrir su verdadero valor y belleza interna.
De ti depende lanzar tus piedras al mar de la indiferencia y el olvido o lanzarlas al mar de las oportunidades.
¨El Conocer a los demás nos proporciona Sabiduría, El Descubrirnos y Conocernos a Nosotros mismos nos proporciona Esclarecimiento y Plenitud.¨
Sus pensamientos se enfocaban principalmente en sus bienes materiales:
- Si tuviera un auto nuevo, sería feliz.
- Si tuviera una casa más grande, sería feliz.
- Si tuviera un buen trabajo sería feliz.
- Si tuviera una pareja perfecta sería feliz…..
Cuando de pronto tropezó con una bolsita llena de piedritas que estaban llenas de tierra..
Y sumergido como estaba en sus pensamientos, sin prestarles mayor importancia, las comenzó a arrojar una por una al mar, cada vez que evocaba sus pensamientos en deseos por cumplir:
Sería feliz si yo tuviera….
Así lo hizo hasta que solamente quedó una de las piedritas en la bolsa, la cuál decidió guardar.
Al llegar a su casa percibió que aquella piedrita al limpiarla era en realidad un diamante muy valioso. Lo cuál le provocó un gran vuelco en el corazón, al descubrir la gran estupidez que había cometido, imaginándose la cantidad de diamantes que arrojó al mar sin detenerse a pensar que cada diamante lanzado era el cumplir con sus deseos tan anhelados.
Reflexión:
En la vida real así actuamos en la mayoría de las veces, arrojamos nuestro precioso tesoro por estar esperando lo que creemos es lo perfecto, ó soñando y deseando lo que no poseemos en realidad, sin darle el valor a lo que nos rodea como: la familia, la pareja, los amigos, etc. Al abstraernos en nuestros pensamientos obsesionándonos por poseer algún bien material, lanzamos una a una las piedritas al mar, descuidando enormemente los grandes detalles de la vida, lo increíble de la naturaleza; el detenernos a observar la fortaleza de los árboles, el vuelo y trinar armónico de las aves, el movimiento constante de las nubes circundando el cielo, el sentir de la brisa en la cara, el aspirar el aroma de los bosques, la caricia del rocío de la lluvia, el lenguaje inconfundible de los animales, el escuchar una buena melodía, el disfrutar de un buen café, leer un buen libro, el pasar un buen rato con los amigos, el convivir con la familia, el alzar la mirada para disfrutar el amanecer y el ocaso, las constelaciones y estrellas del cielo nocturno; cada una de esas piedritas son lanzadas inconscientemente olvidando el entorno que nos rodea.
Si mirásemos alrededor y nos detuviéramos un momento a observar antes de arrojar las piedritas, percibiríamos lo afortunados que somos. Muy cerca de nosotros se encuentra la verdadera felicidad. Cada piedrita debe ser observada con detenimiento, porque puede ser un diamante muy valioso. Cada uno de nuestros días puede ser considerado un diamante precioso, valioso e insustituible. Depende de cada uno de nosotros el aprovecharlo o lanzarlo a mar del olvido para jamás ser recuperado. Cada día que amanecemos con vida, salud y lucidez mental es una nueva oportunidad para pulirlo hasta convertirlo un diamante precioso, y que al contrario al obsesionarnos por obtener rápidamente los bienes materiales a cualquier costo y por encima de la dignidad de los demás o quejándonos de lo duro e injusto que es la vida con nosotros, de la soledad que nos invade y vacía el alma; desaprovechamos esa gran oportunidad de disfrutar lo que la vida nos obsequia, quedando sólo en un diamante en bruto desperdiciado y lanzado al mar de la indiferencia.
Cada Piedrita, que es una experiencia más en nuestra vida tiene un motivo específico, toda vivencia ya experimentada sea considerada buena o mala, tuvo un propósito ya definido que cumplió su cometido, y si la sabemos canalizar adecuadamente sin que nos afecte mental o emocionalmente, absorbiendo el aprendizaje de lo positivo que nos dejó y eliminando las impurezas de aquello que nos provoca dolor y resentimiento, nos irá trazando y definiendo el camino que nos lleva al momento en que nos encontramos ahora. Y si desarrollamos la sensibilidad de analizar cada piedrita, cada vivencia, poseeremos la claridad mental para identificar el verdadero propósito y el porqué de nuestras experiencias, lo cuál nos facilitará el camino para labrar nuestros logros materiales y espirituales, que llegarán en su momento propicio, trabajando activa y positivamente día a día, aprendiendo y disfrutando cada momento que experimentamos.
Si tenemos la confianza de que cada anhelo o sueño se cumplirá, atraeremos con ello las buenas energías y vibras de la vida; por ello es importante confiar absolutamente en nosotros mismos, sin presiones ni obsesiones, disfrutando cada momento al máximo con alegría y optimismo, y sobre todo, sin depender de las opiniones externas hacia nuestra persona o actuando en base a ellas. NADIE posee la verdad absoluta, la única y real verdad habita en nuestro interior, la cuál es exclusiva y personal en cada ser humano, d donde se encuentran las respuestas a nuestras inquietudes. Su valor se encuentra en defenderla y enriquecerla con vivencias, para adquirir sabiduría. Somos un diamante en bruto en espera de ser pulido para descubrir su verdadero valor y belleza interna.
De ti depende lanzar tus piedras al mar de la indiferencia y el olvido o lanzarlas al mar de las oportunidades.
¨El Conocer a los demás nos proporciona Sabiduría, El Descubrirnos y Conocernos a Nosotros mismos nos proporciona Esclarecimiento y Plenitud.¨
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