Una Historia de Navidad
Cuenta la Historia que Tres Reyes Magos vinieron de Oriente buscando al nuevo Rey que habría de nacer en Belén; fue cuando apareció en el firmamento una estrella brillante que los fue guiando hasta el lugar donde había nacido el niño Jesús que según las escrituras sagradas, era hijo de Dios. Los tres Reyes Magos continuaron su camino siempre guiados por la hermosa estrella, hasta que de repente al llegar a Belén, la estrella detuvo su camino sobre el portal y lo iluminó llenando de alegría a los visitantes quienes entraron y encontraron a María y José con el niño recién nacido, Jesús.
Los Reyes eran considerados Sabios o astrónomos, llamados en aquella época ¨Magos¨, porque venían siguiendo una estrella que presagiaba la llegada del nuevo Rey. Por lo que se cree que los Magos eran una tribu que realizaban funciones sacerdotales por todo el Viejo Mundo y que la tradición los describe como Reyes bondadosos; cada uno de ellos representantes de los tres continentes para rendirle culto al niño Jesús.
El Primer Rey Mago llamado Melchor, era un anciano de raza blanca con barba, representante del Continente Europeo originario de Persia y proveniente de los descendientes de Jafef, viajaba montado en un hermoso Caballo Persa.
El Segundo Rey Mago llamado Gaspar, era un joven y rubio representante del Continente Asiático originario de Arabia y proveniente de los descendientes de Sem, viajaba montado en un Camello.
El Tercer Rey Mago llamado Baltazar, era un joven de raza negra con barba representante del Continente Africano originario de la India y proveniente de los descendientes de Cam, viajaba montado en un gran Elefante.
Al estar frente al recién nacido: el niño Jesús, se arrodillaron, lo adoraron y le ofrecieron obsequios.
Melchor le ofreció ORO que representaba el aspecto Material del hombre, la riqueza y el poder de los Reyes como reconocimiento a su naturaleza como Rey.
Gaspar le ofreció INCIENSO que representaba el aspecto Espiritual del hombre, para adorar a los Dioses, como reconocimiento a su naturaleza como Dios.
Baltazar le ofreció MIRRA que representaba el Sufrimiento, la Muerte y la Resurrección, como reconocimiento a su Naturaleza como Hombre Mortal.
Con estos obsequios, los Tres Reyes Magos reconocían la soberanía universal del Mesías: el niño Jesús por sobre todas las razas y países como símbolo de universalidad entre todos los seres humanos.
Reflexión:
Esta historia de Navidad nos muestra que el Ser humano por sus características únicas sobre la Tierra esta regido por su Naturaleza Material, Espiritual y Mortal. En la vida nuestros aspectos materiales son los que cobran mayor sentido e importancia en una sociedad como la nuestra, en que el tiempo en apariencia corre a gran velocidad y nuestro pensamiento esta enfocado en la frenética carrera del enriquecimiento y por el deseo a veces prioritario de capitalizarnos para salir adelante y asegurar un porvenir para el futuro, y que para lograr tal fin invertimos gran parte de nuestro tiempo en el trabajo, y que al finalizar la jornada terminemos agotados y exhaustos, deseando sólo descansar para reponer energías, repitiéndose así la misma rutina día tras día, quedando sólo unas cuantas horas para el esparcimiento y la convivencia, que nos libere del estrés acumulado; una rutina que se vuelve cíclica consumiendo gran parte de nuestra existencia. Siendo el aspecto Material nuestra Naturaleza Real, de acumular bienes y riquezas a cualquier precio.
Pero!, si como seres humanos poseemos también la capacidad de desarrollar una segunda cualidad: nuestra Naturaleza Espiritual, en que momento nos queda espacio para alimentarla, si estamos imbuidos en lo material?, como conceptualizamos nuestros aspectos espirituales; mediante la religión?, Centros o Instituciones de Superación personal?, cuál es la finalidad de ello?, será suficiente con asistir a cualquiera de estos centros para estar en contacto con nuestra conciencia para armonizarla y estar en paz con nosotros mismos?, o quizás nuestra espiritualidad se encuentra exclusivamente en nuestro interior?, como desarrollarla si cuando estamos un momento a solas en silencio absoluto, buscamos con desesperación algún mecanismo de distracción que nos saque de tan gran aprieto, evadiendo meditar y reflexionar por temor a no escuchar nuestra voz interna, y que estas inquietudes personales no sepamos manejarlas desestabilizándonos anímica y emocionalmente, llevando con ello una vida vacía e insatisfecha.
En nuestra tercera Naturaleza: la Mortal, la que siempre tenemos presente de que algún día dejaremos de habitar esta tierra, lo que nos genera un doble temor: el miedo a morir por la incertidumbre de no saber que nos espera una vez extinguida nuestra vida, y por el otro lado el temor a vivir, al perder la espontaneidad, el atreverse a tomar riesgos en la vida, el aventurarse a realizar acciones que nos llenen de vitalidad, asumir retos que nos hagan sentir vivos nuevamente, experimentar al máximo que nos haga vivir intensamente cada momento; alterando con ello nuestra esencia y autenticidad, marchitándonos gradualmente hasta morir por dentro, cuidándonos en exceso, lo que nos conduce a la tensión emocional y el estrés, generando padecimientos en mayor medida de orden psicológico que debilitan nuestro sistema inmunológico, generando enfermedades crónicas de orden mental y físico.
Nuestra misión es confiar en esa pequeña luz (la Intuición), que nos guíe por el camino hacia el equilibrio de esos tres grandes tesoros que nos fueron obsequiados para encontrar nuestra divinidad interna, y así poder hallar y consolidar nuestra libertad mental y espiritual. Cada ser humano posee la facultad de desarrollar ese liderazgo interior, al aportar algo positivo a la sociedad en base a nuestra propia superación, entregando lo mejor de nosotros mismos a quienes nos rodean y de esa forma lograr trascender dejando un legado permanente en la memoria de quienes se cruzaron en nuestro camino, y no quedarnos estancados sólo en el aspecto material, el cuál es efímero e incierto.
La Paz Interior y la felicidad se desarrollan en el valor para atrevernos a Ser auténticos sin prejuicios ni temores, en nuestro derecho a Ser libres en acción y pensamiento, sin temerle a lo que llegará tarde o temprano, lo inevitable y, mucho menos temer a Vivir intensamente lo que en realidad somos y sentimos, eliminando las apariencias y el que dirán, para aspirar a equilibrar nuestras tres Naturalezas: Material Espiritual y Mortal.
Los Reyes eran considerados Sabios o astrónomos, llamados en aquella época ¨Magos¨, porque venían siguiendo una estrella que presagiaba la llegada del nuevo Rey. Por lo que se cree que los Magos eran una tribu que realizaban funciones sacerdotales por todo el Viejo Mundo y que la tradición los describe como Reyes bondadosos; cada uno de ellos representantes de los tres continentes para rendirle culto al niño Jesús.
El Primer Rey Mago llamado Melchor, era un anciano de raza blanca con barba, representante del Continente Europeo originario de Persia y proveniente de los descendientes de Jafef, viajaba montado en un hermoso Caballo Persa.
El Segundo Rey Mago llamado Gaspar, era un joven y rubio representante del Continente Asiático originario de Arabia y proveniente de los descendientes de Sem, viajaba montado en un Camello.
El Tercer Rey Mago llamado Baltazar, era un joven de raza negra con barba representante del Continente Africano originario de la India y proveniente de los descendientes de Cam, viajaba montado en un gran Elefante.
Al estar frente al recién nacido: el niño Jesús, se arrodillaron, lo adoraron y le ofrecieron obsequios.
Melchor le ofreció ORO que representaba el aspecto Material del hombre, la riqueza y el poder de los Reyes como reconocimiento a su naturaleza como Rey.
Gaspar le ofreció INCIENSO que representaba el aspecto Espiritual del hombre, para adorar a los Dioses, como reconocimiento a su naturaleza como Dios.
Baltazar le ofreció MIRRA que representaba el Sufrimiento, la Muerte y la Resurrección, como reconocimiento a su Naturaleza como Hombre Mortal.
Con estos obsequios, los Tres Reyes Magos reconocían la soberanía universal del Mesías: el niño Jesús por sobre todas las razas y países como símbolo de universalidad entre todos los seres humanos.
Reflexión:
Esta historia de Navidad nos muestra que el Ser humano por sus características únicas sobre la Tierra esta regido por su Naturaleza Material, Espiritual y Mortal. En la vida nuestros aspectos materiales son los que cobran mayor sentido e importancia en una sociedad como la nuestra, en que el tiempo en apariencia corre a gran velocidad y nuestro pensamiento esta enfocado en la frenética carrera del enriquecimiento y por el deseo a veces prioritario de capitalizarnos para salir adelante y asegurar un porvenir para el futuro, y que para lograr tal fin invertimos gran parte de nuestro tiempo en el trabajo, y que al finalizar la jornada terminemos agotados y exhaustos, deseando sólo descansar para reponer energías, repitiéndose así la misma rutina día tras día, quedando sólo unas cuantas horas para el esparcimiento y la convivencia, que nos libere del estrés acumulado; una rutina que se vuelve cíclica consumiendo gran parte de nuestra existencia. Siendo el aspecto Material nuestra Naturaleza Real, de acumular bienes y riquezas a cualquier precio.
Pero!, si como seres humanos poseemos también la capacidad de desarrollar una segunda cualidad: nuestra Naturaleza Espiritual, en que momento nos queda espacio para alimentarla, si estamos imbuidos en lo material?, como conceptualizamos nuestros aspectos espirituales; mediante la religión?, Centros o Instituciones de Superación personal?, cuál es la finalidad de ello?, será suficiente con asistir a cualquiera de estos centros para estar en contacto con nuestra conciencia para armonizarla y estar en paz con nosotros mismos?, o quizás nuestra espiritualidad se encuentra exclusivamente en nuestro interior?, como desarrollarla si cuando estamos un momento a solas en silencio absoluto, buscamos con desesperación algún mecanismo de distracción que nos saque de tan gran aprieto, evadiendo meditar y reflexionar por temor a no escuchar nuestra voz interna, y que estas inquietudes personales no sepamos manejarlas desestabilizándonos anímica y emocionalmente, llevando con ello una vida vacía e insatisfecha.
En nuestra tercera Naturaleza: la Mortal, la que siempre tenemos presente de que algún día dejaremos de habitar esta tierra, lo que nos genera un doble temor: el miedo a morir por la incertidumbre de no saber que nos espera una vez extinguida nuestra vida, y por el otro lado el temor a vivir, al perder la espontaneidad, el atreverse a tomar riesgos en la vida, el aventurarse a realizar acciones que nos llenen de vitalidad, asumir retos que nos hagan sentir vivos nuevamente, experimentar al máximo que nos haga vivir intensamente cada momento; alterando con ello nuestra esencia y autenticidad, marchitándonos gradualmente hasta morir por dentro, cuidándonos en exceso, lo que nos conduce a la tensión emocional y el estrés, generando padecimientos en mayor medida de orden psicológico que debilitan nuestro sistema inmunológico, generando enfermedades crónicas de orden mental y físico.
Nuestra misión es confiar en esa pequeña luz (la Intuición), que nos guíe por el camino hacia el equilibrio de esos tres grandes tesoros que nos fueron obsequiados para encontrar nuestra divinidad interna, y así poder hallar y consolidar nuestra libertad mental y espiritual. Cada ser humano posee la facultad de desarrollar ese liderazgo interior, al aportar algo positivo a la sociedad en base a nuestra propia superación, entregando lo mejor de nosotros mismos a quienes nos rodean y de esa forma lograr trascender dejando un legado permanente en la memoria de quienes se cruzaron en nuestro camino, y no quedarnos estancados sólo en el aspecto material, el cuál es efímero e incierto.
La Paz Interior y la felicidad se desarrollan en el valor para atrevernos a Ser auténticos sin prejuicios ni temores, en nuestro derecho a Ser libres en acción y pensamiento, sin temerle a lo que llegará tarde o temprano, lo inevitable y, mucho menos temer a Vivir intensamente lo que en realidad somos y sentimos, eliminando las apariencias y el que dirán, para aspirar a equilibrar nuestras tres Naturalezas: Material Espiritual y Mortal.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home