Los Vicios
¨Así como la virtud es la responsabilidad sobre la propia existencia, el vicio es la irresponsabilidad hacia uno mismo».
E. FROMM
Reflexión:
En nuestra naturaleza ya llevamos implícito es ser virtuosos, y que es una virtud?, un don?, una habilidad innata?, una buen hábito llevado con plenitud?, fuerza interior?, actitud ante la vida? O una simple forma de vida liberado de prejuicios?. Y en que momento se transforma en un Vicio?, y en que momento un se transforma en algo negativo y perjudicial?. De alguna forma tanto somos virtuosos como viciosos?, es parte de la polaridad y dualidad de la vida, los eternos contrastes, tan opuestos, necesarios y destructivos a la vez. Tanto un vicio como una virtud pueden ser benéficos o negativos si no se tiene control sobre la personalidad. Ya sea por ignorancia, incapacidad e indiferencia nuestras capacidades, habilidades y facultades terminan sepultadas al no poseer los medios para desarrollarnos como desearíamos hacerlo!. Siempre hay un motivo o alguna circunstancia que nos hace rebasar el umbral de la prudencia, y por ende, perdemos el control tanto mental como emocional de nuestros actos. Si bien un vicio no es del todo malo si nos conduce a consolidar alguna necesidad o cumplir exitosamente un proyecto personal, cuando es llevado con moderación y conciencia es positivo; pero en el momento en que comienza a afectarnos a nuestro entorno sobre todo a quienes nos rodean, los problemas terminan por destruir nuestra tranquilidad.
Y en ese periodo de desestabilización comenzamos a caer a un pozo sin fondo, que en algunos casos es motivado por nuestra incapacidad para controlar algo que afirmamos ya se salio de control, algo que nos encierra en un circulo vicioso y que es motivo de evasión de una realidad que consideramos aterradora y sin salida. Cuando hemos llegado a ese punto, abrimos un portal muy peligroso el cuál no sólo puede ocasionarnos inestabilidad, sino hasta poner en riesgo la integridad. Cuando menos los esperamos ya hemos caído en algún episodio de depresión el cuál comienza por destruir gradualmente una estabilidad emocional que hasta entonces sentíamos poseer; y cuál es el resultado?, que perdemos el control de nuestras emociones, nos irritamos con facilidad, la desesperación nos hace presa fácil y todo lo que antes era considerado normal y armonioso, ahora se torna caótico y destructivo no sólo a nivel personal sino a nuestro entorno laboral, social y familiar. Ya no pensamos con claridad cayendo cada vez más profundo en nuestros cuestionamientos. En ese momento la vida ya no se concibe igual, hemos caído en una alternancia irreal e inestable, es cuando el entorno caótico comienza a tomar el control de nuestra vida, nuestra tranquilidad y seguridad; y cuantas veces no hemos cometido graves errores motivados por la desesperación y desasosiego?, a veces no sabemos concebir entre la realidad y la fantasía en la que algún tipo de vicio pernicioso nos estaciona?.
Aún cuando sintamos que no hay alguna posible salida para superar el estado depresivo en que hemos caído, es cuando más debemos pensar detenidamente antes de tomar alguna decisión de la cuál podamos arrepentirnos amargamente después. No es fácil sin duda el confiar cuando a cada paso que hemos dado más profundo hemos caído; es natural el perder la confianza y la seguridad. Pero también debemos asumir que la vida nos aporta valiosos elementos de aprendizaje y que todo cuanto sucede en nuestra vida es por algo, ya sea que inconscientemente lo hayamos provocado o las circunstancias del medio lo hayan propiciado; lo peor que pudiésemos hacer es seguir estacionados en nuestro cuadro depresivo, el autodestruirnos no hará de ninguna manera que paguemos un daño a nivel personal o a quienes nos rodeen; sólo agravamos nuestro equilibrio. Debemos de inmediato asumir nuestra responsabilidad y detener aquello que nos hunde cada vez más, porque no sólo nos perjudicamos, sino que ya estamos ocasionando un daño moral y emocional a nuestros seres queridos y eso no es justo, porque aún cuando nos sintamos solos y desamparados, siempre hay alguien quién está dispuesto a ofrecernos su ayuda incondicional; la pareja, la familia un amigo e incluso hasta un desconocido y si no fuera ese el caso, aún queda una última alternativa, nuestra propia fuerza interior, con voluntad y determinación. Porque la vida nunca se cierra a nuestros pies, ni obscurece por completo ni la mente se bloquea definitivamente; siempre hay una posibilidad, ínfima pero latente y aún cuando más escépticos e inseguros seamos, debemos confiar que cuando disposición existe, tarde o temprano una chispa de razonamiento y cordura se manifestará para hallar una respuesta esperanzadora que nos expulse del estado depresivo en que nos encontramos.
El vicio es un estado de alerta para mantener siempre equilibrio y estabilidad y nos enseña a no relajarnos en la vida, a estar constantemente alertas, a razonar cualquier acción antes de emprenderla para evitar la menor cantidad de errores y excesos en que podamos caer, porque un vicio es una virtud no desarrollada, es un potencial del cuál aún no hemos desarrollado en su plenitud. La vida es un mensaje constante de nuestro estado de evolución y la forma en como alcanzamos el equilibrio al exponernos a ella. Pero para eso hay que exponernos a la vida, exponernos al error, a atrevernos a aprender y cada vez cuestionarnos de tal forma que lleguemos a controlar nuestros procesos internos a nivel mental y emocional para retomar el control de nuestro propio destino y potencializarnos en la medida en que deseemos asumir la responsabilidad de nuestras acciones!
E. FROMM
Reflexión:
En nuestra naturaleza ya llevamos implícito es ser virtuosos, y que es una virtud?, un don?, una habilidad innata?, una buen hábito llevado con plenitud?, fuerza interior?, actitud ante la vida? O una simple forma de vida liberado de prejuicios?. Y en que momento se transforma en un Vicio?, y en que momento un se transforma en algo negativo y perjudicial?. De alguna forma tanto somos virtuosos como viciosos?, es parte de la polaridad y dualidad de la vida, los eternos contrastes, tan opuestos, necesarios y destructivos a la vez. Tanto un vicio como una virtud pueden ser benéficos o negativos si no se tiene control sobre la personalidad. Ya sea por ignorancia, incapacidad e indiferencia nuestras capacidades, habilidades y facultades terminan sepultadas al no poseer los medios para desarrollarnos como desearíamos hacerlo!. Siempre hay un motivo o alguna circunstancia que nos hace rebasar el umbral de la prudencia, y por ende, perdemos el control tanto mental como emocional de nuestros actos. Si bien un vicio no es del todo malo si nos conduce a consolidar alguna necesidad o cumplir exitosamente un proyecto personal, cuando es llevado con moderación y conciencia es positivo; pero en el momento en que comienza a afectarnos a nuestro entorno sobre todo a quienes nos rodean, los problemas terminan por destruir nuestra tranquilidad.
Y en ese periodo de desestabilización comenzamos a caer a un pozo sin fondo, que en algunos casos es motivado por nuestra incapacidad para controlar algo que afirmamos ya se salio de control, algo que nos encierra en un circulo vicioso y que es motivo de evasión de una realidad que consideramos aterradora y sin salida. Cuando hemos llegado a ese punto, abrimos un portal muy peligroso el cuál no sólo puede ocasionarnos inestabilidad, sino hasta poner en riesgo la integridad. Cuando menos los esperamos ya hemos caído en algún episodio de depresión el cuál comienza por destruir gradualmente una estabilidad emocional que hasta entonces sentíamos poseer; y cuál es el resultado?, que perdemos el control de nuestras emociones, nos irritamos con facilidad, la desesperación nos hace presa fácil y todo lo que antes era considerado normal y armonioso, ahora se torna caótico y destructivo no sólo a nivel personal sino a nuestro entorno laboral, social y familiar. Ya no pensamos con claridad cayendo cada vez más profundo en nuestros cuestionamientos. En ese momento la vida ya no se concibe igual, hemos caído en una alternancia irreal e inestable, es cuando el entorno caótico comienza a tomar el control de nuestra vida, nuestra tranquilidad y seguridad; y cuantas veces no hemos cometido graves errores motivados por la desesperación y desasosiego?, a veces no sabemos concebir entre la realidad y la fantasía en la que algún tipo de vicio pernicioso nos estaciona?.
Aún cuando sintamos que no hay alguna posible salida para superar el estado depresivo en que hemos caído, es cuando más debemos pensar detenidamente antes de tomar alguna decisión de la cuál podamos arrepentirnos amargamente después. No es fácil sin duda el confiar cuando a cada paso que hemos dado más profundo hemos caído; es natural el perder la confianza y la seguridad. Pero también debemos asumir que la vida nos aporta valiosos elementos de aprendizaje y que todo cuanto sucede en nuestra vida es por algo, ya sea que inconscientemente lo hayamos provocado o las circunstancias del medio lo hayan propiciado; lo peor que pudiésemos hacer es seguir estacionados en nuestro cuadro depresivo, el autodestruirnos no hará de ninguna manera que paguemos un daño a nivel personal o a quienes nos rodeen; sólo agravamos nuestro equilibrio. Debemos de inmediato asumir nuestra responsabilidad y detener aquello que nos hunde cada vez más, porque no sólo nos perjudicamos, sino que ya estamos ocasionando un daño moral y emocional a nuestros seres queridos y eso no es justo, porque aún cuando nos sintamos solos y desamparados, siempre hay alguien quién está dispuesto a ofrecernos su ayuda incondicional; la pareja, la familia un amigo e incluso hasta un desconocido y si no fuera ese el caso, aún queda una última alternativa, nuestra propia fuerza interior, con voluntad y determinación. Porque la vida nunca se cierra a nuestros pies, ni obscurece por completo ni la mente se bloquea definitivamente; siempre hay una posibilidad, ínfima pero latente y aún cuando más escépticos e inseguros seamos, debemos confiar que cuando disposición existe, tarde o temprano una chispa de razonamiento y cordura se manifestará para hallar una respuesta esperanzadora que nos expulse del estado depresivo en que nos encontramos.
El vicio es un estado de alerta para mantener siempre equilibrio y estabilidad y nos enseña a no relajarnos en la vida, a estar constantemente alertas, a razonar cualquier acción antes de emprenderla para evitar la menor cantidad de errores y excesos en que podamos caer, porque un vicio es una virtud no desarrollada, es un potencial del cuál aún no hemos desarrollado en su plenitud. La vida es un mensaje constante de nuestro estado de evolución y la forma en como alcanzamos el equilibrio al exponernos a ella. Pero para eso hay que exponernos a la vida, exponernos al error, a atrevernos a aprender y cada vez cuestionarnos de tal forma que lleguemos a controlar nuestros procesos internos a nivel mental y emocional para retomar el control de nuestro propio destino y potencializarnos en la medida en que deseemos asumir la responsabilidad de nuestras acciones!
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