jueves, junio 23, 2011

Donde Encontrar la Paz?

Se cuenta que un rey ofreció un gran premio a aquel artista que pudiera describir en una pintura la paz perfecta. Muchos artistas lo intentaron. El rey observó y admiró todas las pinturas, pero hubo solo dos que realmente le gustaron.

La primera era un lago muy tranquilo. Este lago era un espejo perfecto donde se reflejaban unas plácidas montañas que lo rodeaban. Sobre estas se encontraba un cielo muy azul con tenues nubes blancas. Todos los que miraron esa pintura pensaron que reflejaba la paz perfecta.

La segunda pintura también tenía montañas. Pero estas eran escabrosas y descubiertas. Sobre ellas había un cielo furioso del cual caía un impetuoso aguacero con rayos y truenos. Montaña abajo parecía retumbar un espumoso torrente de agua. Todo esto no se veía para nada pacífico. Pero cuando el rey observó cuidadosamente, vio tras la cascada un delicado arbusto creciendo en una grieta de la roca y en ese arbusto se encontraba un nido. Allí, en medio del rugir de la violenta caída de agua, estaba sentado plácidamente un pajarito en el medio de su nido.

El rey escogió la segunda pintura. "Porque, -explicó- paz no significa estar en un lugar sin ruidos, sin problemas, sin trabajo duro o sin dolor. Paz significa que a pesar de estar en medio de todas esas cosas permanezcamos en calma dentro de nuestro corazón.

"Este es el verdadero significado de la paz."


Fuente: Reflexiones Diarias


Reflexion:

Cuando estamos sumergidos en los vaivenes de nuestra existencia, poco nos percatamos de todo lo que acontece a nuestro alrededor, lo hemos padecido y disfrutado, y nos hemos sorprendido de nuestras reacciones ante acontecimientos inesperados; las experiencias en algún momento se tornan caóticas, porque finalmente es parte de la vida el aprender de las consecuencias de nuestros propios errores y aciertos, no podemos evadir nuestro entorno, pero si podemos controlarlo, aún cuando el exterior parezca que controla nuestra situación emocional. Porque aunque parezca contradictorio, el entorno nos controla porque así gradualmente lo hemos permitido, ya sea por desesperación o desconocimiento, pero finalmente el exterior nos ha ido sometiendo la iniciativa. Situaciones como esta nubla nuestro entendimiento de cómo contrarrestar los efectos que en ocasiones han desorientado el rumbo de nuestro destino. Por eso mismo, es que todo lo vemos caótico cuando en realidad pareciera ser insignificante, pero así es, tendemos a maximizar hasta lo que no tiene mayor importancia, y sin embargo lo potencializamos hasta límites insospechados, cuando la situación ya se nos ha salido de las manos.

Sólo hasta entonces como por arte de ¨magia¨ comenzamos a ver todo claramente, sobre todo cuando ya ha sido demasiado tarde, cuando las circunstancias ya están en nuestra contra. Todo a nuestro alrededor parece una pintura devastada por la ingobernabilidad de nuestra vida; y ante esos escenarios no vemos ni podemos discernir claramente como tomar nuevamente las riendas de nuestro destino, nos gobierna muchas veces la desesperación, el enojo, la frustración y el arrepentimiento al no haber tomado las previsiones adecuadas. Y de que sirve­ arrepentirnos cuando ya fue demasiado tarde­!. Cuando ya pasa el efecto de lo experimentado sólo hasta entonces comenzamos a darnos cuenta que si hubo en su momento una posibilidad para salir airosos del inconveniente; y es cuando comenzamos a reflexionar que la vida es circunstancial y que por algo nos sucedió, ya sea porque así lo provocamos inconscientemente o porque algo fuimos descuidando sin darnos cuenta e incluso por decisión propia asumiendo los riesgos.

La paz y la tranquilidad que nos desarrolle a la postre seguridad y autoconfianza, no puede ser hallada en ningún otro lugar que no sea en uno mismo, y para que ello funcione debemos reconocer que tenemos un problema de tipo moral o emocional, que algunas actitudes propias nos están generando ambientes hostiles que al lugar que vayamos, los problemas brotan sin control, como culpar el entorno, a las personas, a las circunstancias ¨inesperadas¨, cuando internamente no estamos del todo sanados, no poseemos confianza, seguridad y en cambio nos invade el temor y la zozobra a todo momento, porque no nos sentimos plenos y realizados, ya sea porque no disfrutamos lo que hacemos o nos inhibe exponernos sin complejos al exterior, el problema es aceptar que en nosotros se encuentra la absoluta responsabilidad de hacer un cambio de actitud y pensamiento más optimista, aún cuando las circunstancias del medio aparentemente no sean favorables, aún cuando algunas personas nos rechacen, y que experimentemos el sabor amargo del aislamiento. Aún en esas circunstancias en medio del caos y la destrucción se halla un resquicio de armonía y tranquilidad, y eso representa la constante esperanza para convencernos que en el momento que lo decidamos, daremos un giro total a nuestra vida; porque la paz es desarrollarse conforme a la propia percepción hacia la vida en congruencia con nuestra real esencia individual.